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lunes, 25 de enero de 2021

Jungleland cumple 10 años: los 10 mejores libros internacionales de la década



    Este blog está de aniversario. Una década de vida. Ni más ni menos. Más de cuatrocientas entradas en total. Casi nada. La mayoría de ellas, como es lógico, reseñas de muchos de los libros que voy leyendo. No todos, puesto que jamás reseño un libro que no me haya gustado (algunos pocos son abandonados a mitad de lectura; otros, pese a ser finalizados, no acaban de llamar especialmente mi interés). La cuestión es que nunca publico una reseña crítica con ningún libro, pues no me considero quién para escribir mal sobre el trabajo de ningún escritor. Pienso que hasta el peor de los libros conlleva muchas horas de trabajo y la ilusión y la pasión de quien lo escribe. También opino que hasta del peor de ellos se puede aprender --¡aunque sea cómo no hay que escribir uno!--. De manera que solo reseño en este blog los libros que me dicen algo. Que me aportan algo. Aunque sea un poquito solamente. 


    El otro día se me ocurrió una idea: ¿qué mejor manera de celebrar la década de existencia del blog que recuperando los mejores libros de estos últimos diez años? Y decidí, además, acotar la lista únicamente a aquellos publicados durante esta última década. Porque la celebración de Jungleland coincide con el fin de la década 2011-2020. Buena coincidencia, por cierto. Así que, allá van, mis diez libros preferidos de todos los que he leído durante estos diez años y que han sido publicados también durante este lapso de tiempo.     





10. La gente feliz lee y toma café. Agnès Martin-Lugand. Alfaguara. 2014. Es uno de esos libros de cuyos personajes cuesta despedirse cuando se finaliza la lectura. Su mensaje, directo al corazón del lector, le hace ver la vida de manera diferente. La vida misma se muestra como un regalo que debemos aprovechar durante cada minuto. El viaje interior y exterior que emprende Diane para superar el peor momento de su vida nos arrastra con ella. Además, la casi ausencia de descripciones, el lenguaje directo y los diálogos ágiles convierten al libro en una montaña rusa de emociones de la cual nos cuesta bajarnos. El final tampoco es el típico fueron felices y comieron perdices, sino una introspección, una reflexión profunda sobre la facilidad con la que a veces buscamos un clavo que quite otro clavo. Resulta complicado abordar esta lectura sin un cigarrillo y una taza de café como compañeros de viaje literario. 

9. El ferrocarril subterráneo. Colson Whitehead. Random House. 2017. Se conoció como el ferrocarril subterráneo a una red clandestina organizada durante el siglo XIX en EE. UU. y Canadá para ayudar a escapar hacia los estados libres del norte y Canadá a la máxima cantidad posible de esclavos afroamericanos. Su nombre se debió a que sus miembros se referían a sus actividades utilizando un lenguaje metafórico, en clave, relacionado con el mundo ferroviario. Los esclavos eran los pasajeros, los que los escondían eran los jefes de estación y a los que les ayudaban a escapar de las plantaciones se les conocía como maquinistas o conductores. Pese a que cuesta entrar en la acción, la novela va arrancando destellos que propician que el lector vaya conectando paulatinamente con la historia. Hasta que queda atrapado en ella y en cada uno de sus protagonistas, a los que llega a adorar u odiar, y solo piensa en conocer el desenlace final, que nos deja con el corazón en vilo hasta la última frase.

8. Escucha la canción del viento / Pinball 1973. Haruki Murakami. Tusquets Editores. 2015. Escribe el propio autor en el prólogo de esta edición que las novelas de la mesa de la cocina, escritas a altas horas de la madrugada sobre la mesa del bar que regentaba a finales de los setenta, constituyen algo decisivo e irremplazable. Fiel reflejo de que los inicios de uno como novelista pueden quedar atrás, pero nunca olvidarse. En estas dos primeras obras de Murakami aparecen ya muchas de sus señas de identidad. Por ejemplo, el surrealismo, el amor por el jazz, la soledad, la huida, los bares, las relaciones sentimentales frustradas, lo excéntrico, lo absurdo, un lenguaje extraño, casi alienígena, y unos personajes jóvenes, melancólicos, perdidos, inadaptados y hasta depresivos. Y también el riesgo. A buen seguro, para los fans del escritor nipón, poder conocer estas obras constituirá todo un alimento para su espíritu. Y también para su conocimiento. Porque a todos nos gusta saber más sobre nuestros ídolos. Especialmente sobre sus inicios, cuando todavía eran desconocidos y anónimos.

7. El cielo es azul, la tierra blanca. Hiromi Kawakami. Alfaguara. 2017. Belleza literaria que nos presenta de forma descarnada y talentosa las marcas del alma, la indefinición y la duda en la que a menudo nos movemos las personas. Y también nuestros miedos, frustraciones, melancolía y demás cuestiones que nos atormentan. Todo ello, no obstante, ofreciéndonos una vía para la esperanza, la ilusión, la auto afirmación personal y la posibilidad, siempre presente, de volver a empezar. De disfrutar de los pequeños placeres, de los pequeños gestos cotidianos que podemos regalarnos, a nosotros mismos y a los demás. Si todo lo referido se adereza con sake, cerveza, aperitivos y platos típicos japoneses --en el texto encontramos una completa guía culinaria del país nipón--, además de mercados, béisbol, bares, tabernas, etc, encontramos una ambientación realista y muy cercana. Su prosa es, además, elegante, sutil, delicada y detallada, y siempre encuentra las palabras justas para noquear al lector y conmoverlo hasta el límite. 

6. Canadá. Richard Ford. Anagrama. 2013. Novela de gran carga psicológica en la que los sucesos narrados tienen menor importancia que el modo en que sus protagonistas los viven. Canadá gira en torno a varias ideas, conectadas entre sí, que componen una historia atractiva, emocionante, que en unas ocasiones libera y en otras agobia. La frontera entre EE. UU. y Canadá simboliza mucho más que el simple paso de un país a otro. A saber: una huida hacia adelante sin posibilidad de retorno; la pérdida de la juventud y la inocencia del protagonista, que debe madurar rápidamente para sobrevivir en solitario y tratar de olvidar un pasado tormentoso; y la lucha entre el presente y el pasado. Otro de los elementos clave de la novela es la dificultad de la toma de decisiones y su influencia sobre las vidas de quienes nos rodean. Pero estamos también ante una novela sobre las segundas oportunidades y sobre las diferentes maneras de afrontarlas. La intimidad de los personajes y el realismo de los ambientes, pese a ralentizar en ocasiones la acción, le da a la historia un toque extra de veracidad.

5. La ley del menor. Ian McEwan. Anagrama. 2015. Una de las claves que hacen grande a McEwan es que, más allá de su indudable audacia a la hora de escribir, plantea en sus obras temas que, ya de entrada, predisponen al lector a ser golpeado. Además, sabe enlazar magistralmente cada una de las diferentes historias que componen sus novelas. En este caso, la jueza Fiona Maye debe decidir sobre la vida de Adam Henry, un menor de edad que se opone a una transfusión de sangre que podría curar su leucemia. ¿El motivo? Es Testigo de Jehová. El dilema moral que se le presenta a la jueza es de órdago: respetar las creencias religiosas de Adam o mantener su seguridad personal por encima de estas. Para completar el cuadro que debe afrontar la protagonista, su marido le acaba de presentar una propuesta: dado que ambos rondan los sesenta y llevan varias semanas sin mantener relaciones sexuales --algo que no parece importar a su esposa, pero sí a él--, ha decidido mantener una relación pasional con una joven de veintiocho. Con este panorama, la novela conmueve, sorprende, intriga, indigna e invita a reflexionar. Así, el goce de su lectura anticipa la angustia de ver que las páginas avanzan y finaliza un libro que desearías que no terminase nunca. 

4. Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018. Quince años después de la archi conocida precuela, Katzenbach resucitó al temible Rumplestiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Starks. Sin embargo, en la novela solo han transcurrido cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y ha retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar como otro en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, paz, trabajo y tranquilidad. Hasta que una noche el hombre que quiso matarlo --y al que creía muerto-- reaparece como si nada en su consulta. Pero en esta ocasión no quiere acabar con él, sino pedirle ayuda para salvar a su hermano Merlin y a su hermana Virgil, amenazados por un desconocido que pretende cobrarse sus vidas a toda costa. Starks debe investigarlo, encontrarlo y entregárselo a R., quien dará buena cuenta de él. A cambio, los tres hermanos lo dejarán en paz para siempre. La novela casi llega a los niveles de tensión, intriga y misterio de El psicoanalista. Cualquier amante del género la disfrutará como la anterior, comprobando que ha valida la pena la espera. Porque ya sabemos que lo bueno se hace esperar.             

3. Born to run. Memorias. Bruce Springsteen. Random House. 2016. Risa, anécdotas, música y reflexión. Una reflexión honda, profunda y sosegada. Una especie de catarsis en la que el Boss hace un examen psicoanalítico puro y duro, llegando a afirmar que en psicoanálisis trabajas para convertir los fantasmas que te atormentan en ancestros que te acompañan. Para hacerlo se requiere mucho esfuerzo y mucho amor, pero ese es el modo en que aligeras la carga que tus hijos tendrán que soportar. A luchador, al Boss, le ganan muy pocos. No en vano, como él mismo escribe, su voz no hacía presagiar que pudiera ser cantante solista. Pero su tenacidad y conocerse a sí mismo, con sus límites pero también con sus fundamentos, le valieron para ser quien es en la actualidad. En las memorias encontramos confesiones llamativas y sorprendentes. Muy celoso de su vida privada, Springsteen afirma haber tenido una relación tempestuosa con su padre. Hecho que hizo que el Boss no lograra mantener ninguna relación sentimental que durase más de dos años --incluyendo su primer matrimonio--. Hasta que apareció en escena Patti Scialfa. Born to run es una biografía extensa escrita de puño y letra por un músico que, dicho sea de paso, escribe de forma impecable.

2. Stoner. John Williams. Baile del Sol. 2012. ¿Cómo es posible que esta novela --y su autor-- hayan pasado desapercibidos durante medio siglo cuando ambos deberían estar considerados clásicos indiscutibles del siglo XX estadounidense y mundial? Lo primero que llama la atención de la novela es su estilo narrativo. Una prosa elegante que crea una gran empatía con su protagonista. Williams demuestra tener una fuerza brutal para narrar historias cotidianas, quizás con la emoción de quien ha amado y sufrido a partes iguales a lo largo de su vida. Nos presenta una Universidad de la América profunda del siglo pasado. Y lo hace de forma magistral, con todo lo bueno y lo malo que allí hubo. A través de un personaje que quizás sea un alter ego de sí mismo, pues la novela tiene un trasfondo autobiográfico indudable: tanto el autor como su personaje fueron profesores de literatura inglesa en la Universidad de Misouri. Hace ya siete años que leí y reseñé la novela, pero la emoción con la que leí sus últimas páginas, con los ojos anegados por las lágrimas, casi sin poder finalizar la lectura, con la visión borrosa, me acompañará mientras viva. Stoner es una obra maestra literaria de primera magnitud. ¡Y debemos decirlo muy alto!

1. 4321. Paul Auster. Seix Barral. 2017. Paul Auster estuvo siete años sin publicar una sola novela. Demasiado tiempo para sus seguidores. Sin embargo, la espera bien valió la pena, puesto que 4321 son en realidad cuatro novelas en una. Cuatro historias diferentes protagonizadas por el mismo personaje en un mismo intervalo de tiempo según los azares de la vida. Porque leer estas cuatro novelas nos demuestra que no somos dueños de nuestro destino más que en unos pocos aspectos que sí podemos controlar conscientemente. Son las casualidades las que finalmente hacen que un camino trazado siga recto o se desvíe. Auster recrea, al más puro estilo Forrest Gump, la Norteamérica de los años centrales del siglo XX, desgranando los grandes acontecimientos que marcaron a toda una generación. 4321 es un originalísimo drama social que cautiva, emociona y divierte. Una obra completa --en el pleno sentido de la palabra-- que nos presenta una vida de Fergusones de los que cuesta despedirse según avanzan los capítulos. Una de esas novelas que desde su misma publicación se convierten en clásicos de la historia de la literatura universal. Y, como el Meursault de Camus en El extranjero, el Edmundo Dantés de Dumas en El conde Montecristo, el Holden Caulfield de Salinger en El guardián entre el centeno o la misma Emma Bovary de Flaubert en Madame Bovary, el Archie Ferguson --o, más bien, los cuatro Archies Fergusones-- de Auster en 4321 entra por derecho propio en ese pequeño gran museo vivo de los personajes inmortales de la historia literaria.





viernes, 27 de diciembre de 2019

Mis diez mejores lecturas de 2019



     Finalizado un nuevo año, Jungleland despide sus publicaciones con su ya clásica lista de libros preferidos de entre todos los leídos durante los últimos doce meses. En esta ocasión, se incluyen hasta siete novedades editoriales (2017-19) y tres clásicos de la literatura universal. Como siempre, os deseo un feliz año nuevo a todos. Nos leemos, Dios mediante, en 2020. 




10. Más allá de mis canciones. Andrés Suárez. Aguilar. 2017 En su primer libro, el cantautor de Ferrol repasa esos momentos, esas sensaciones, esos sucesos que han ido originando algunas de las mejores canciones de sus siete discos de estudio, desde aquel lejano De ida (2002) hasta Desde una ventana (2017). La colección reúne una quincena de temas, entre los que destaca quizá el más autobiográfico de ellos, Tengo 26, en el que nos narra cómo era su vida en 2009, momento de composición de la canción, y nos cuenta la importancia que para él tienen sus padres y su familia. Auténtico artesano de la música que hace diez años tocaba para cuatro personas y hoy llena pabellones de grandes aforos, ya no tiene 26 sino 36, pero sigue siendo igual de pasional, original, enérgico y vital. y, aunque afirma no ser poeta, sus letras son pura poesía. 

9. El fotógrafo de Mauthausen. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma Editorial. 2018 Norma Editorial lanzó el pasado 2018 esta novela gráfica sobre el guión del escritor, guionista e historiador Salva Rubio y los dibujos y coloreados del matrimonio formado por Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. La obra narra las proezas realizadas por Francisco Boix, un joven fotógrafo español que sobrevivió a la barbarie nazi en el campo de concentración de Mauthausen entre el 27 de enero de 1941 y el 5 de mayo de 1945, cuando fue liberado por los aliados. En total, cuatro años, tres meses y diez días. Toda una eternidad teniendo en cuenta el modo de vida --y de muerte-- del temible escenario de sus gestas. Su gran documentación histórica y el realismo de sus dibujos y colores nos llevan de la mano a esta cruda pero magnífica historia. 

8. Un mundo que agoniza. Miguel Delibes. Plaza & Janés. 1979 Brillante ensayo en el que el genio castellano reflexionó sobre los problemas del mundo en aquella ya lejana década de los setenta. Resulta muy llamativo leerlo en la actualidad, en plena crisis climática, más de cuarenta años después. Cierto es que la problemática actual viene de lejos, pero pensar que hace casi medio siglo Delibes ya vaticinó, siempre apoyado en los últimos estudios científicos de su época, lo que estaba por venir, habla de su gran compromiso con la naturaleza y también de su manifiesto interés por documentarse e informarse sobre la problemática. No en vano, en su texto, que se lee en un par de horas, cita a numerosos especialistas de diversos campos para ilustrar sus opiniones. La escritura de Delibes permanece vigente. Normal al tratarse de un genio. 

7. Sidi. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. 2019 El académico narra en su última novela las vivencias de Ruy Díaz de Vivar desde el momento de su destierro de tierras castellanas (principios de 1081) hasta su victoria ante las tropas del conde de Barcelona y de al-Mundir, rey de la taifa de Lérida, en la batalla de Almenar (1082). Tras dejar en su Vivar natal a Jimena y sus tres hijos (dos hembras y un varón), Rodrigo hubo de buscarse la vida (y la de su fiel hueste) en tierras fronterizas. Se convirtió, pues, en un mercenario que servía a quien le pagara por guerrear por su causa. Leal siempre a su rey, Alfonso VI, contra quien prometió no luchar jamás a pesar de todo lo ocurrido con anterioridad, y rechazado por el conde de Barcelona, hubo de servir a Yusuf al-Mutamán, rey de la taifa de Zaragoza. 

6. Largo pétalo de mar. Isabel Allende. Plaza & Janés. 2019 La escritora chilena Isabel Allende ganó el Premio Internacional de Novela Histórica Barcino 2019 con esta obra, que salió a la venta a finales de mayo del presente año. La novela rinde homenaje a la travesía del Winnipeg ochenta años después de que transportara a tierras chilenas a más de dos mil republicanos españoles exiliados de su patria tras la finalización de la Guerra Civil Española. El trayecto duró un mes exacto (cuatro de agosto-tres de septiembre), tiempo que tardó el barco en recorrer la distancia entre Pauillac (Francia) y Valparaíso (Chile). El viaje fue gestionado por el canciller Abraham Ortega Aguayo y el cónsul y poeta Pablo Neruda, simpatizante del bando republicano que decidió poner su granito de arena para sacar a los refugiados españoles de los campos de concentración franceses. 

5. Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018 Quince años después del éxito mundial de El psicoanalista, el escritor y periodista judicial estadounidense John Katzenbach resucitó al temible Rumpletiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Ricky Starks. No obstante, en la novela no han transcurrido tres lustros, sino tan solo cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, trabajo, paz y tranquilidad. Hasta que una noche, el hombre que quiso acabar con él cinco años atrás --y al que creía muerto desde entonces-- reaparece como si nada en su consulta. Los amantes del género del thriller pensarán que la espera bien ha valido la pena.

4. El lobo estepario. Hermann Hesse. Edhasa. 2017 Viaje filosófico-psicoanalítico por el interior de un alma dolida con un mundo en el que no encaja. Un alma que se distancia de un mundo falso e hipócrita, pero que se odia a sí misma precisamente por no encajar en él. Es un claro ejemplo de que la auto indulgencia ayuda poco o nada a superar una situación dolorosa. Al contrario, en lugar de encerrarse en uno mismo, lo que se debe hacer es, aunque le cueste horrores a uno, abrirse y conocer otras almas. Independencia, soledad y libertad son algunos de los temas que brillan en las páginas de esta novela, que combina el género autobiográfico (Harry Haller, el protagonista, es un alter ego del propio autor, cuyas iniciales coinciden) y la fantasía (a través de lo que se da en llamar el teatro mágico). 

3. Nueva visita a un mundo feliz. Aldous Huxley. Seix Barral. 1984 En 1958, veintiséis años después de la publicación de la distopía Un mundo feliz, Aldous Huxley recopiló una docena de ensayos sobre su novela original en la revista estadounidense Newsday. De ese conjunto de ensayos nació Nueva visita a un mundo feliz, a partir de la cual revisitamos los contenidos de la novela, verificando sus muchos aciertos y sus pocas equivocaciones sobre lo que en ella se vaticinó en relación a la evolución de la civilización occidental durante ese cuarto de siglo. Además, se comparan algunos hechos respecto a la otra gran distopía del momento: 1984, de George Orwell (1948). En cambio, obvia --el autor sabría sus motivos, los cuales desconozco-- la tercera en discordia: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953).

2. Antes de los años terribles. Victor del Árbol. Destino. 2019 Para contar la verdad hay que tener coraje. Sobre todo cuando esa verdad atenta directamente contra la forma de vida de toda una civilización. Y es que en la nuestra cuenta mucho más el valor de un producto que la forma en la que éste ha sido producido. Poco nos importan los genocidios, asesinatos y demás atrocidades perpetradas en el mundo. Sobre todo, si estas suceden en otro mundo. Uno tan lejano como, por ejemplo, África (Uganda, más concretamente). Por eso, ante el silencio cómplice general, debemos poner en valor la valentía de algunas personas a la hora de dar a conocer historias como las de Isaías Yoweri, Lawino, Joel o Samuel Abu. Porque, como dice el autor de esta gran novela que trata sobre los niños soldado de Joseph Kony, a través de ellas podemos también aprender mucho sobre nosotros mismos.

1. Lluvia fina. Luis Landero. Tusquets Editores. 2019 Una historia familiar que encierra en sí misma muchas más. Las de cada uno de los personajes que la componen. Los lectores se verán identificados en muchos de los momentos y hechos narrados y reflexionarán sobre sus propias vidas, la personal y la familiar, y deberán extraer sus propias conclusiones. Porque, si ningún relato es inocente, tampoco lo es quien lo relata. Y eso nos incluye a cada uno de nosotros. Lean y disfruten de esta narración, pues nos recuerda al El jugador, de Dostoyevski, a Stoner, de John Williams, y a La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Lluvia fina es la obra cumbre de uno de los grandes escritores españoles de los últimos años. No en vano, Fernando Aramburu aconseja leer de Landero hasta su lista de la compra. Y esta historia merece, por méritos propios, acabar siendo la mejor novela del año en este modesto blog. 





martes, 25 de junio de 2019

Mis diez mejores lecturas del primer semestre de 2019



     Como cada año, Jungleland cierra por vacaciones veraniegas durante julio y agosto. Antes, como viene siendo tradicional ya, os dejo mis diez mejores lecturas de lo que llevamos de año a modo de recomendaciones literarias para este verano de 2019. Espero que os gusten y nos volvemos a leer en septiembre. ¡Mil gracias!




10. Pan. Knut Hamsun. Anagrama. 2006. Pese a su longitud --escasas ciento sesenta páginas--, logra captar la atención del lector. La naturaleza en general, y la humana en particular, son su centro, su corazón. Hamsun se consagró con ella --junto a Hambre, su obra predecesora-- como el magnífico escritor que fue, hasta el punto de que Thomas Mann, Henry Miller, Franz Kafka o Isaac Bashevis Singer lo reconocieron como su particular padre literario y maestro indiscutible de la literatura moderna. Y Thomas Glahn, el neurótico protagonista de sus páginas, capaz de fascinar y horripilar por igual a las mujeres, personaje huraño y soberbio donde los haya, se descuartiza y se abre en canal ante nosotros sin ningún tipo de pudor para mostrarnos cómo de salvajes podemos llegar a ser los humanos.  

9. Trampantojo. Marina Lomar. Ediciones Babylon. 2019. Novela ágil, bien estructurada y montada, narrada de forma detallista y real a través de unos personajes que lo son a causa de sus bondades y sus defectos, sus fortalezas y sus debilidades. Historia de soledades compartidas y de sentimientos y emociones cotidianos que podrían corresponder a las vidas de casi todos los lectores. Novela de gran profundidad psicológica que nos hace reflexionar sobre nuestras propias vidas. Porque qué fácil resulta siempre ver la paja en el ojo ajeno, y cuánto nos cuesta juzgarnos a nosotros mismos. Quizá por ello recurramos a ese trampantojo particular del que tan bien nos habla la autora en este debut que hace presagiar otras y más exitosas obras.

8. Réquiem por un campesino español. Ramón J. Sender. Destino. 2003. Escrita en 1950 y publicada por vez primera en México en 1953 bajo el título Mosén Millán, esta novela corta del afamado escritor español en el exilio Ramón J. Sender tomó el título definitivo con el que es conocido en la actualidad en 1960. La historia de su huida de la persecución franquista, el fusilamiento de su esposa y su posterior exilio en Francia y en EE. UU. después de pasar por un campo de concentración galo es tan rocambolesca como apasionante. Llegó a Nueva York en 1939 para establecerse de forma definitiva en San Diego, donde vivió hasta su muerte, acaecida en 1982. A día de hoy sigue siendo considerado como uno de los grandes autores españoles de la posguerra. Y este Réquiem, como una de las grandes obras sobre la Guerra Civil Española.

7. Reencuentro. Fred Uhlman. Tusquets Editores. 1997. En sus escasas ciento veinte páginas, refleja fielmente la Alemania de entreguerras y de la nueva pre guerra. Además, narra los sentimientos de juventud y de adultez de un personaje que ha debido seguir con su vida pese a haber vivido el horror nazi. Y debo confesar que hay ciertos pasajes en los que, como lector, he llegado a sentir impotencia, rabia y hasta ganas de llorar. Y eso que la historia que nos cuenta Uhlman la conocemos de sobra. Sin embargo, su forma de contarla, a base de pequeñas y descorazonadoras pinceladas, nos llega hasta lo más hondo de nuestro ser. Más pronto que tarde habrá que leer Un alma valerosa, la continuación de una de esas historias que todo el mundo debería leer algún día.

6. La familia de Pascual Duarte. Camilo José Cela. Destino. 1942. De forma consciente o simplemente casual, cuando Cela publicó esta novela en 1942 dio el pistoletazo de salida a una técnica literaria narrativa que hoy conocemos con el nombre de tremendismo. Técnica que se puso de moda a partir de entonces y que se caracterizó por la cruda presentación de la trama, que recurre a hechos violentos muy a menudo, el particular tratamiento de los personajes, seres marginados de la sociedad (criminales, prostitutas, personas con defectos psíquicos o físicos, etc) y el uso de un lenguaje desgarrado, duro, realista al detalle. La relación entre esta tendencia y el contexto histórico --pos guerra civil española-- es clara, habida cuenta de las duras experiencias que los autores de la época hubieron de sufrir durante la contienda.

5. El fotógrafo de Mauthausen. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma Editorial. 2018. Norma Editorial lanzó el pasado 2018 esta novela gráfica sobre el guión del escritor, guionista e historiador especializado en proyectos de tipo histórico Salva Rubio y los dibujos y coloreados del matrimonio formado por Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. La obra narra las proezas realizadas por Francisco Boix, un joven fotógrafo español que sobrevivió a la barbarie nazi en el campo de concentración de Mauthausen entre el 27 de enero de 1941 y el 5 de mayo de 1945, cuando fue liberado por los aliados. En total, cuatro años, tres meses y diez días. Toda una eternidad teniendo en cuenta el modo de vida --y de muerte-- del temible escenario de sus gestas. Su gran documentación histórica y el realismo de sus dibujos y colores nos llevan de la mano a esta cruda pero magnífica historia. 

4. Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018. Quince años después del éxito mundial de El psicoanalista, el escritor y periodista judicial estadounidense John Katzenbach resucitó al temible Rumpletiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Ricky Starks. No obstante, en la novela no han transcurrido tres lustros, sino tan solo cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, trabajo, paz y tranquilidad. Hasta que una noche, el hombre que quiso acabar con él cinco años atrás --y al que creía muerto desde entonces-- reaparece como si nada en su consulta. Los amantes del género del thriller pensarán que la espera bien ha valido la pena. 

3. Nueva visita un mundo feliz. Aldous Huxley. Seix Barral. 1984. En 1958, veintiséis años después de la publicación de la distopía Un mundo feliz, Aldous Huxley recopiló una docena de ensayos sobre su novela original en la revista estadounidense Newsday. De ese conjunto de ensayos nació Nueva visita a un mundo feliz, a partir de la cual revisitamos los contenidos de la novela, verificando sus muchos aciertos y sus pocas equivocaciones sobre lo que en ella se vaticinó en relación a la evolución de la civilización occidental durante ese cuarto de siglo. Además, se comparan algunos hechos respecto a la otra gran distopía del momento: 1984, de George Orwell (1948). En cambio, obvia --el autor sabría sus motivos, los cuales desconozco-- la tercera en discordia: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953).

2. Antes de los años terribles. Víctor del Árbol. Destino. 2019. Para contar la verdad hay que tener coraje. Sobre todo cuando esa verdad atenta directamente contra la forma de vida de toda una civilización. Y es que en la nuestra cuenta mucho más el valor de un producto que la forma en la que éste ha sido producido. Poco nos importan los genocidios, asesinatos y demás atrocidades perpetradas en el mundo. Sobre todo, si estas suceden en otro mundo. Uno tan lejano como, por ejemplo, África (Uganda, más concretamente). Por eso, ante el silencio cómplice general, debemos poner en valor la valentía de algunas personas a la hora de dar a conocer historias como las de Isaías Yoweri, Lawino, Joel o Samuel Abu. Porque, como dice el autor de esta gran novela que trata sobre los niños soldado de Joseph Kony, a través de ellas podemos también aprender mucho sobre nosotros mismos.

1. Lluvia fina. Luis Landero. Tusquets Editores. 2019. Una historia familiar que encierra en sí misma muchas más. Las de cada uno de los personajes que la componen. Los lectores se verán identificados en muchos de los momentos y hechos narrados y reflexionarán sobre sus propias vidas, la personal y la familiar, y deberán extraer sus propias conclusiones. Porque, si ningún relato es inocente, tampoco lo es quien lo relata. Y eso nos incluye a cada uno de nosotros. Lean y disfruten de esta narración, pues recuerda a El jugador, de Dostoyevski, a Stoner, de John Williams, y a La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Lluvia fina es la obra cumbre de uno de los grandes escritores españoles de los últimos años. No en vano, Fernando Aramburu aconseja leer de Landero hasta su lista de la compra. Y esta historia puede acabar siendo la mejor novela del 2019. 





jueves, 31 de enero de 2019

Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018. Reseña





     Quince años después del éxito mundial de El psicoanalista, el escritor y periodista judicial estadounidense John Katzenbach ha resucitado al temible Rumplestiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Ricky Starks. Sin embargo, en la novela no han transcurrido tres lustros, sino tan solo cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, trabajo, paz y tranquilidad. Hasta que una noche el hombre que quiso acabar con él cinco años atrás --y al que creía muerto desde entonces-- reaparece como si nada en su consulta.

     No obstante, en esta ocasión el señor R. no ha regresado para matarlo sino para pedirle ayuda para salvar a su hermano Merlin y a su hermana Virgil, amenazados por un desconocido que pretende cobrarse sus vidas a toda costa. El doctor Starks debe investigarlo, encontrarlo y entregárselo al señor R, quien dará buena cuenta de él. A cambio, los tres hermanos lo dejarán en paz para siempre. El presunto asesino --o futuro asesino-- se supone que es algún cliente de alguno de los casos de Merlin, prestigioso abogado de Manhattan, o quizás alguien a quien ayudó a arruinar la vida en el pasado a través de algún juicio. Es este quien sirve en bandeja al doctor Starks la documentación necesaria para comenzar sus pesquisas.

     Como en la archi conocida precuela, en Jaque al psicoanalista se vuelven a explorar con todo lujo de minuciosidad las psicologías tanto de los asesinos más maquiavélicos como de las personas más normales y corrientes. De nuevo, los pensamientos, las dudas y las divagaciones internas del doctor Starks nos vuelven a sumergir en las facetas más oscuras y escondidas de la naturaleza humana. Porque el narrador, omnisciente y en tercera persona, parece estar alojado en el centro del cerebro del psicoanalista. Y, desde luego, nada tienen que ver los pacientes adinerados de la sociedad de Florida y los adolescentes con graves problemas psicológicos a los que trata desde hace cinco años con los asesinos --Rumplestiltskin y el enemigo de Merlin y Virgil-- con los que debe tratar ahora. 

     Al igual que El psicoanalista, esta secuela también se divide en tres grandes partes --prólogo y epílogo al margen-- en las que se tratan los acontecimientos de forma cronológica: La visita inoportuna, Las visitas bienvenidas y El hombre que debería estar muerto. Las tres cuentan con citas introductorias de la temática correspondiente. Letras de canciones de Bob Dylan, Ray Charles o Harry Nilsson, fragmentos de libros y escenas de películas que hablan de la libertad, de la existencia del diablo o de la inevitabilidad de la muerte y de su constante presencia en nuestras vidas. Tres grandes partes que albergan la cuarentena de capítulos que desarrollan la historia y la guían hacia un trepidante final que vuelve a ser, como la buena novela negra que es Jaque al psicoanalistade infarto

     Las investigaciones del doctor Starks lo llevarán desde Miami hasta Nueva York, desde Alabama hasta Atlanta. Poco a poco irá cercando al asesino que está amenazando a los tres hermanos que habían intentado matarlo a él cinco años atrás --convirtiendo a los cazadores en cazados-- y, como suele ocurrir en las novelas de este género, vivirá con total incredulidad el brutal giro que darán los acontecimientos en un momento dado. Lo cual lo llevará a cambiar sus planteamientos iniciales y a iniciar una nueva búsqueda que asegure su supervivencia y la de las personas que irá encontrando en su camino hacia la resolución de un caso que lo amenaza más y más.

     Katzenbach, autor además de La guerra de Hart, Al calor de la noche, Historia de un loco, Juicio final o El estudiante, se muestra nuevamente como un absoluto dominador de la psicología de los personajes, de los cuales retrata con precisión milimétrica sus deseos, dudas, elucubraciones y certezas. Indaga en su pasado y en su presente, en sus hechos y en sus palabras, en sus miedos y en sus puntos fuertes y débiles, para describirlos de tal manera que el lector llega a empatizar y a sufrir con todos ellos, incluyendo a veces hasta a los mismísimos asesinos. Porque todos, hasta los más despiadados, tienen un motivo para actuar como actúan.

     Porque, por encima de todo, cada uno de ellos ama a alguien o a algo. Hasta el malo de la historia, el propio Rumplestiltskin, teme por la vida de sus hermanos. Y no dudará en ningún momento a la hora de protegerlos de la forma que crea más conveniente. El amor y la familia siempre son lo más importante del mundo para las personas. Porque es el sentimiento que mueve al mundo y porque el miedo a perder a los seres queridos puede hacer que se tambalee hasta el más pintado. Incluidos los asesinos. Lo cual nos vuelve, a todos, demasiado impulsivos y erráticos y, por tanto, débiles y vulnerables. 

     Definitivamente, Jaque al psicoanalista no es una de esas secuelas que buscan utilizar el éxito de sus predecesoras para vender un producto comercial hasta exprimirlo por completo. Estamos ante una novela de gran calidad que casi llega a los altos niveles de tensión, intriga y misterio de El psicoanalista. Una historia que mantiene de nuevo en vilo al lector hasta su desenlace. Cualquier amante del género la disfrutará y comprobará que ha valido la pena esperar quince años para leer esta maravilla de thriller. Porque lo bueno casi siempre se hace esperar.            
                                

     

miércoles, 4 de enero de 2017

Mis diez libros preferidos de 2016





     Como cada año por estas fechas comparto con vosotros la lista de mis diez libros preferidos del año. Aún estáis a tiempo de regalarlos a vuestros seres queridos con motivo de la inminente llegada de los Reyes Magos de Oriente. Tal y como podréis observar, no solo de novedades vive el hombre, por lo que la lista incluye obras ya conocidas desde hace años. Es la siguiente:


10. Lo que el hielo atrapa. Bruno Nievas. Ediciones B. 2015.  La tercera novela del escritor y pediatra almeriense supone su incursión en el género épico y de aventuras de la mano de la expedición al Polo Sur de Ernest Shackleton a bordo del Endurance. Tras los dos exitosos thrillers --Realidad aumentada y Holocausto Manhattan-- que lo dieron a conocer en el mundo editorial demuestra que es un autor que se atreve con cualquier temática a la hora de abordar sus historias.


9. París-Austerlitz. Rafael Chirbes. Anagrama. 2016. La novela póstuma del genial maestro valenciano. Tras veinte años de idas y venidas, correcciones y modificaciones, la dio por terminada pocas semanas antes de fallecer en agosto de 2015. Una historia cruda, provocativa, realista sobre una relación homosexual venida a menos por las diferentes procedencias sociales y formativas de sus protagonistas. Una despedida digna de uno de los grandes autores españoles de los siglos XX y XXI.


8. El tambor de hojalata. Günter Grass. Alfaguara. 1999. La novela más conocida de otro de los genios literarios universales que nos dejó en 2015. Crítica social, ironía, sentido del humor y una narrativa ligera que llega al corazón del lector. Un drama tierno y a la vez crudo sobre la Alemania en tiempos de guerra y posguerra. Una novela que todo el mundo --tanto los interesados en la historia como los que simplemente buscan entretenimiento-- debería leer.


7. El guardián entre el centeno. J. D. Salinger. Edhasa. 2007. Una prueba fehaciente de que en ocasiones basta una sola obra para pasar a la posteridad del mundo literario. Holden Caulfield narra sus peripecias en la Nueva York de posguerra. Una novela emotiva que nos habla de temas como el fracaso escolar, la rigidez de una familia tradicional de la época y de la sexualidad adolescente. Un personaje entrañable que nos atrapa desde el principio pese a contarnos una historia realmente dura.


6. La víspera de casi todo. Víctor del Árbol. Ediciones Destino. 2016. El Premio Nadal 2016 narra la huida de su protagonista hacia un anonimato en el que se siente mucho mejor que como héroe. Sin embargo, la aparición de una extraña mujer que también huye de sus propios fantasmas volverá a sumirlo en una situación difícil de superar. Dos historias que confluyen en un mismo lugar y tiempo, lo que amenaza con provocar la deriva de ambos.


5. La colmena. Camilo José Cela. Clásicos Castalia. 1987. Una de las grandes novelas españolas del siglo XX. La pluma del futuro Premio Nobel plasmó una novela coral en la que Madrid, sus cafés y sus gentes son los grandes protagonistas. Escenas simultáneas, historias de todo signo, vidas que confluyen formando una red o mosaico que nos atrapa hasta sus últimas consecuencias. Un toque de genialidad final que nos deja conmocionados. Una maravilla de novela.


4. El psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2016. Un magnífico thriller. De los que cuesta soltar aunque sea a altas horas de la madrugada. Una carta anónima que busca el suicidio de su receptor. Una sucesión de acontecimientos que, en efecto, parecen abocarlo a un final dramático. Un giro genial que cambia las cosas de la noche a la mañana. Un psicópata sediento de venganza por algo ocurrido veinte años atrás. Unos personajes soberbiamente caracterizados. Tanto que la historia incluso llega a parecer real.


3. Tengo en mí todos los sueños del mundo. Jorge Díaz. Plaza Janés. 2016. La cuarta novela de Jorge Díaz. Basada en la historia real del navío Príncipe de Asturias, conocido como el Titanic español por hundirse, hace exactamente un siglo, en costas brasileñas. Una novela coral en la que los protagonistas se van relacionando entre sí de muy diferentes maneras hasta llegar a un desenlace que no por conocido deja de inquietarnos y sorprendernos.


2. Born to run. Memorias. Bruce Springsteen. Random House Mondadori. 2016. Escritas de puño y letra por el propio Springsteen, estas memorias dejarán a más de uno realmente sorprendido. Conocer mejor al Boss, con todas sus luces --ya conocidas de antemano-- y sus sombras --parte fundamental de esta autobiografía-- agranda más si cabe la leyenda de este genio del rock and roll contemporáneo. Bruce se muestra tan cercano que casi podemos tocarlo.


1. Patria. Fernando Aramburu. Tusquets Editores. 2016. Pocas veces he tenido tan claro a qué novela otorgar el número uno en mi lista. Sin duda, la novela del año. Y puede que hasta de la década. Una novela necesaria que todo el mundo debe leer. Las dos caras de un dramático conflicto, el vasco, narrado de forma maravillosa, directa, sin florituras, y, lo más importante de todo, sin tomar partido por nadie. El narrador desaparece ante unos personajes que nos conmueven por igual. Una prueba definitiva de que el dolor humano no conoce límites. Y de que el concepto víctima debería ser ampliamente revisado. ¡Una joya!




jueves, 22 de diciembre de 2016

El psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2016. Reseña





     Quien me sigue sabe que no soy muy de leer thrillers. No porque no me gusten. De vez en cuando va bien leer alguno para desconectar. Pero, ciertamente, thrillers muy buenos hay muy pocos. O eso al menos opino yo. Casi todos suelen seguir más o menos los mismos patrones. El autor en cuestión cambia los nombres, los ambientes y los escenarios, se dedica casi a copiar los guiones establecidos por el género y ¡ya tenemos un thriller prefabricado de gran éxito comercial! Obviamente, respeto absolutamente a todos los autores de cualquier género literario. Escribir un libro cuesta mucho. Muchísimo. Yo lo sé bien. Pero para escribir un gran thriller hace falta innovar.

     Y eso es precisamente lo que hizo John Katzenbach en 2002 al escribir El psicoanalista. Una novela de suspense psicológico en la que poco a poco, a base de una serie interminable de pinceladas discontinuas, no solo conocemos los rasgos psicológicos del protagonista principal, sino también las de los secundarios. Porque, como terapeuta que es, Rickie Starks analiza a cualquier personaje que aparece en la novela, componiendo un enorme mosaico de personalidades y enfermedades mentales diferentes. Psicópatas, neuróticos obsesivos, histéricos, simples depresivos, etc forman todo un análisis psicológico-social de nuestro tiempo. Un tiempo en el que cualquier especialista en salud mental tiene la vida solucionada.

     Starks recibe una felicitación muy especial el día de su 53 cumpleaños, el primer día de su muerte. Rumplestilskin firma una carta en la que amenaza al terapeuta con destrozar la vida de alguno de sus familiares si en un plazo de quince días no averigua su identidad. Sin embargo, el deseo real del señor R no es ese, sino que el terapeuta se suicide a cambio de alejar del peligro a sus familiares. Descubra mi identidad, publique mi nombre en el periódico, o perderá el juego. Un juego que el terapeuta se verá obligado a jugar con las escasas pistas que le irán dando Rumplestilskin y otros dos personajes que parecen empleados del mismo.

     La primera parte de la novela, titulada Una carta amenazante, nos va desentrañando las pistas que Starks recibe de parte del señor R, la extraña y muy atractiva Virgil y el implacable abogado Merlin. Todos ellos, evidentemente, nombres ficticios. Las indagaciones de Rickie le llevarán a averiguar que el señor R es el hijo mayor de una antigua paciente de los inicios de su carrera como terapeuta, de la época anterior a montar su consultorio privado en pleno Nueva York. Recordar cada una de sus pacientes de veinte años atrás no resultará sencillo para él, por lo que la empresa se le antojará casi imposible. No obstante, su larga experiencia como analista le hará llegar a otra solución inesperada por sus torturadores

     Y es que, a veces, para ganar un juego con reglas puestas por tu rival, se hace necesario transgredirlas e inventar las propias. Y a ello se dispone Starks el último de esos quince días de plazo que ya se agotan. Sobre todo, porque ya nada tiene que perder: su mujer había fallecido de cáncer tres años atrás, sin descendencia, y el señor R y sus compinches se habían encargado, en tan solo quince días, de arruinar su vida a base de vaciar sus cuentas de ahorro, difamar su profesionalidad mediante una denuncia falsa de abusos sexuales a una paciente y destruir su casa a través de un accidente en forma de explosión de una cañería. Así las cosas, en efecto, debe suicidarse. Su vida carece de sentido.

     Sobre la segunda y tercera partes de la novela, El hombre que nunca existió y Hasta los malos poetas aman la muerte, no puedo desvelar nada porque desentrañaría la trama y arruinaría la lectura de quienes estén dispuestos a realizarla. Algo que recomiendo. Simplemente diré que la forma de suicidarse del protagonista pillará totalmente desprevenidos a sus instigadores. Y hasta ahí puedo escribir en estas líneas. La innovación a la que me refería al final del primer párrafo es la que hace que esta novela sea una maravilla del género. No en vano, ni siquiera el propio Katzenbach ha logrado escribir otra obra como la que nos ocupa.

     La sorpresa nos espera en cada una de las páginas de El psicoanalista. Y la ficción y la realidad se funden hasta tal punto que nos es cada vez más complicado diferenciarlas. Por si ello fuera poco, las pistas que Virgil y Merlin presentan a Rickie en ocasiones conducen al analista a avanzar en sus averiguaciones y en otras buscan únicamente liarlo y hacerle perder tiempo en pistas falsas. ¿Qué camino seguir, entonces? Esa es la decisión que debe tomar nuestro protagonista. Y, vencidas las presiones iniciales y el agobio de verse enfrascado en una situación tan demencial, demuestra ser capaz de aclimatarse a todo ello y avanzar en búsqueda del que, con el tiempo, se convierte en su verdadero objetivo.

     La novela, al margen de entretener al lector, radiografía una época, una sociedad, un país. Resulta muy inquietante leer la facilidad con la que los delincuentes son capaces de cambiar de identidad para no dejar rastro alguno, con la que se pueden obtener documentos falsos, cometer delitos informáticos, entrar en nuestros domicilios mientras nosotros no estamos, provocar accidentes domésticos, obtener una licencia de armas. Amenazar, en suma, las vidas de los ciudadanos de a pie. Con total impunidad, además. No obstante, la novela debe ser tomada como lo que es: un divertimento, una desconexión. Y te atrapa. Desde la primera página.