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domingo, 12 de abril de 2020

El error definitivo contra el humanismo





     A veces el hecho de escribir supone un acto de rebeldía no exenta de valentía. He de confesar que durante las últimas cuatro semanas vivo en un estado de constante paradoja. Esta maldita pandemia que nos ha tocado vivir nos está dejando algunas decisiones gubernamentales cuanto menos discutibles. Unas cuantas de ellas han sido objeto de crítica por parte de quien escribe estas líneas. Para mi sorpresa, me he encontrado con que gente de derechas me ha dado la razón --en muchos casos, obviamente, por cuestiones partidistas; en algunos pocos más, por verdadera convicción-- mientras que determinadas personas de izquierdas se han cebado conmigo, llegándome a llamar capitán a posteriori, cuñado, ignorante, negativo y otras cosas más que no transcribo aquí por vergüenza ajena. 

     Sobre las referidas personas de derechas no voy a añadir nada más pues considero que es a todas luces innecesario. Sobre las de izquierdas, sí me veo en la obligación moral de decirles que los insultos no hablan mal de quienes los reciben sino de quienes los escupen desde su boca, lo cual los convierte --no a los insultados sino a los insultantes-- en algo demasiado cercano a aquello contra lo que se supone que tanto unos como otros siempre hemos luchado: la intolerancia y la intransigencia. Es decir, contra la falta de respeto hacia quien opina diferente. Descalificativos aparte, desde determinados sectores de la izquierda se arguye que no es momento de hacer política. Algo que, por descontado, comparto absolutamente. Porque es cierto: no es momento de hablar de política cuando tenemos en nuestro país miles y miles de muertos.

     España es en la actualidad el país del mundo con más fallecidos --algunos más de 350-- por millón de habitantes. Para algunos se trata de simple mala suerte, para otros de un castigo divino. Para mí es un hecho muy significativo: nada ocurre por casualidad sino porque algunas cosas no se han hecho bien. Se han cometido algunos errores y los estamos pagando muy caro. Sin embargo, el que se está a punto de cometer en las próximas horas no será uno más, sino que puede ser el error definitivo. Desoyendo las alertas de la OMS sobre el riesgo mortal de un precipitado abandono del confinamiento total, desatendiendo las voces del propio gabinete de expertos del gobierno e ignorando a varios de los ministros --los de Podemos y algunos del PSOE--, nuestros máximos dirigentes van a enviar mañana mismo a sus puestos de trabajo a personas no pertenecientes a los denominados sectores de primera necesidad o esenciales.

     Lo van a hacer, además, sin las pertinentes pruebas previas que deberían determinar si esas personas están o no contagiadas. Sin saber, en definitiva, si suponen un riesgo para la salud. La suya propia --pues se podrían contagiar si no lo están ya-- y la nacional --en caso de estarlo, podrían contagiar a su vez a sus compañeros y a los familiares de estos--. A estas alturas de la cuestión todo el mundo comparte la opinión de que es absolutamente necesario realizar pruebas masivas que permitan aislar a los contagiados de los sanos para impedir un rebrote de los contagios y, por ende, de los muertos. Sin embargo, visto lo visto, buena parte del gobierno de Sánchez parece opinar lo contrario. Ojalá me tenga que tragar mis propias palabras --creedme: me haría muy feliz--, pero auguro que en los próximos días o semanas habrá un nuevo crecimiento en el número de contagios.

     Pero volvamos a la idea anterior de que no es momento de hacer política. Hace tan solo ocho días escribí un texto carta-homenaje-despedida a Luis Eduardo Aute. Le califiqué como el Da Vinci español del siglo XX y parte del XXI. Hablé de él como uno de los grandes humanistas españoles de los últimos tiempos. El humanismo fue un movimiento intelectual y filosófico que se desarrolló en Europa durante el Renacimiento. Básicamente se ocupó de colocar al hombre en el centro de todas las cosas, defendiendo las cualidades propias de la naturaleza humana y tratando de dar un sentido racional a la vida. Por desgracia, el humanismo como tal parece quedar cada vez más alejado en el tiempo. Sobre todo porque estamos obcecados en matar esa naturaleza humana en pos de un capitalismo salvaje que a este paso acabará también con nosotros como especie propiamente dicha.

     Estamos, sin duda, en manos de una cleptocorporatocracia --término que acuñó precisamente Luis Eduardo Aute en una de sus grandes canciones de la última década, titulada Feo mundo inmundo, que apareció en su álbum El niño que miraba el mar (2012)-- en la que la CEOE y el IBEX 35 dirigen nuestra sociedad independientemente de qué partido o partidos nos gobiernen. Un capitalismo salvaje en el que se salvaguarda antes un billete de quinientos euros que la vida de una persona. Es decir, que antepone la economía a la vida humana. Todo lo contrario de lo que defendía aquel humanismo que ponía al hombre --y a su vida-- por encima de cualquier otra cosa. En efecto, tienen razón todos aquellos que afirman que no es momento de hablar de política. Es momento de hablar de humanismo.

     Por descontado, tampoco es momento de ideologías ni de colores. No es momento de izquierdas ni de derechas. Tampoco de rojos, azules, morados, verdes o naranjas. Porque, cuando lo que está en juego es la vida de miles de personas, la única ideología que debe primar es el humanismo. No olvidemos que tras esas cifras de miles y miles de muertos hay rostros, nombres y apellidos. Hay padres, madres, abuelos, abuelas, tíos, tías, primos, primas, hijos e hijas. Hay, en suma, personas. Vidas. Así que, a los que me habéis acusado de restar en lugar de sumar por el simple hecho de criticar decisiones del gobierno que pienso que han sido erróneas, os propongo que sumemos todos juntos --vosotros también, ejerciendo el noble derecho a la autocrítica-- y haciendo ver al gobierno que la vida es lo más preciado que tenemos. Defendamos, pues, antes la vida, aunque sea la de una anciana de noventa años, que un billete, aunque sea de quinientos euros.

     Hagamos ver a nuestros gobernantes que de una crisis económica se sale --a base de tiempo y esfuerzo común, remando todos juntos y, si hace falta --que la hará--, pidiendo a los bancos que devuelvan hasta el último céntimo del rescate del que se beneficiaron en la última crisis, esa de la que muchos de los ciudadanos todavía no nos habíamos recuperado cuando llegó esta pandemia--. Hagamos ver a nuestros gobernantes que la generación que se nos está yendo estos días, de la manera más cruel posible, fue precisamente la que levantó a este país después de una guerra civil y de una crisis mundial de dimensiones gigantescas. Y, sobre todo, hagamos ver a nuestros gobernantes que de donde es imposible salir es de la tumba. Esa a la que van a empujar a miles de ciudadanos si toman la irresponsable decisión de enviar mañana a trabajar a personas que no saben si están o no contagiadas. Porque será el error definitivo contra el humanismo...

        

  

martes, 14 de mayo de 2013

Gandia Bàsquet 2012-13: presente y futuro de un club en apuros





     Este fin de semana ha finalizado la liga en el grupo B de la EBA 2012-13. Y lo ha hecho con el Gandia Bàsquet en una décima posición que deja a propios y extraños bastante cariacontecidos. Se ha salvado la categoría, cierto, pero muchos esperábamos mucho más de un equipo que debería haber luchado por metas bien diferentes. Los de La Safor, con 12 victorias y 16 derrotas, han terminado a 3 partidos del descenso directo y a 6 de los play-offs de ascenso.
 
     Tras el descenso de la temporada pasada la directiva, previa asamblea de socios, acordó junto a éstos no aceptar la invitación recibida por parte de la FEB para salir de nuevo en LEB Plata. La situación económica demandó entonces poner los pies en el suelo y no asumir riesgos innecesarios y difíciles de cumplir en los tiempos de crisis que vivimos en la ciudad y en todo el Estado español. Algo que aplaudo desde estas líneas. ¿Qué es lo que ha fallado pues para que un club de notable fama en el basket nacional haya naufragado en este curso baloncestístico, tirando por tierra buena parte del renombre alcanzado en épocas no tan lejanas?
 
     Comencemos por los objetivos y las aspiraciones. La directiva, poco contenta con ciertas actitudes del entrenador Víctor Rubio, y consciente a la vez del merecido buen cartel de éste en la ciudad, le ofreció un proyecto deportivo falto de ambiciones y de objetivos motivadores, amén de reducir su nómina al cincuenta por ciento, nada más y nada menos. Conociendo a Víctor, ganador nato, estaba claro que no la aceptaría, sobre todo por la parte deportiva. Problema resuelto.
 
     Roberto Hernández fue el elegido para capitanear la nave morada tras "deshacerse" de Rubio. El objetivo: mantener la categoría EBA. El técnico duró cinco jornadas (consiguiendo una victoria y cosechando cuatro derrotas). Atraído por una oferta deportiva del baloncesto femenino húngaro decidió marcharse, como habría hecho cualquier hijo de vecino en su situación. El club debió moverse rápido para buscarle un recambio. Y llegó Quique Roig, proveniente del Godella, equipo situado a la cola de la tabla en Primera División Nacional.
 
     Continuemos con la plantilla. Para mi gusto, bastante descompensada. Aunque no soy entrenador (¡Dios me libre!). El quinteto titular, ciertamente, uno de los mejores de la liga. El juego interior muy potente pero sin recambios de garantías. Guille Gitterer (15 puntos, 9 rebotes y 17 de valoración de media en los 21 partidos que disputó antes de ser invitado a marcharse tras ser ofrecido a algunos equipos valencianos, alguno de los cuales ha contado con la presencia de otros exgandienses...) y Chemari Morales (10 puntos, 7 rebotes y 13 de valoración de media en los 28 encuentros disputados) han sido los mejores del equipo con diferencia. En cambio, el juego exterior, mucho más nutrido en cuanto a efectivos, ha carecido de un referente claro en ataque, algo que se intentó subsanar con el fichaje de Griffin Reilly, el cual podría haber aportado más que esos 14 puntos, 6 rebotes y 9 de valoración de media en sus 24 partidos (eso sí, con porcentajes de tiro bastante mediocres en muchos de ellos).
 
     ¿El resto? Salvo la explosión del canterano Carlos Gil, la sorpresa positiva del año, muy poco más. La falta de continuidad de Antonio Segovia (sólo ha podido disputar 18 encuentros debido a sus problemas físicos), la irregularidad e intermitencia de los bases Álex Camarena y Carlos Alagarda, el bajón de Piti Catalá en ataque, la escasa o nula presencia en cancha de Alberto Triguero, Carles Mañó o Vicente Úbeda, la garra pero escasa calidad de Manu Campi y la notable falta de confianza de los técnicos en Vicente Santamatilde (un hombre que debería haber sido más importante en este equipo) han contribuido al naufragio de un barco que contaba con un quinteto potente pero carecía de recambios de garantías. 
 
     Resultado de todo ello: esta temporada el Gandia Bàsquet ha sido el tercer peor anotador de la competición (1954 puntos, 69,8 de media por encuentro), sólo por detrás del Santa Cruz de La Palma y del San Isidro, y el cuarto peor defensor (2117 puntos, 75,6 de media por encuentro), sólo por delante de Albacete, Universidad Politécnica de Valencia y Santa Cruz de La Palma. El equipo ha competido razonablemente bien en casa, donde ha conseguido 8 victorias y 6 derrotas. Sin embargo, como visitante, el balance ha sido de 4-10, perdiendo por una media de 18,4 puntos de diferencia. De esos diez encuentros perdidos no se pudo ni competir en cinco de ellos (derrotas apabullantes en Azuqueca (por 24 puntos), Rivas (25), Santa Cruz (29), Quintanar (30) y Alcobendas (35)), dando una imagen lamentable.
 
     Sí, ya sé: las estadísticas son frías y no siempre sirven para explicar ciertos aspectos. Pero a veces sí. Las cuatro victorias como visitantes fueron en Santa Cruz de La Palma (ante el colista de la competición, un equipo que se fue desintegrando a lo largo de la liga y que al final disputaba sus encuentros con sólo 6 o 7 efectivos, algunos de ellos demasiado jóvenes), Albacete, Murcia y Valencia (curiosamente, las pistas más cercanas a Gandia geográficamente hablando). ¿Casualidad? Me temo que no.
 
     Los viajes del equipo a lo largo de la liga han sido, como en temporadas anteriores, dignos del más ilustre representante del esperpento, don Ramón María del Valle-Inclán: noches sin dormir esperando enlaces en aeropuertos, interminables viajes en bus para llegar a los pabellones con una hora de antelación a la disputa de los encuentros, jugadores comiendo de tuppers que traían de sus respectivas casas, etc. Difícil dar la cara después en la cancha, ¿verdad? 
 
     Dada la situación económica que vive el club, con una fuerte deuda acumulada de temporadas anteriores (buena parte de la cual es justo reconocer ha sido amortizada por la actual directiva entre las temporadas pasada y actual) y a la espera de un par de resoluciones judiciales que, en caso de ser contrarias al club, podrían suponer el adiós de la entidad al baloncesto, se impone reflexionar sobre el futuro inmediato: la temporada 2013-14.
 
     Creo firmemente que el hecho de ir amortizando la deuda acumulada, pese a ser muy importante para cualquier club, no compensa si es a costa de construir un equipo que no dé la talla en la competición. Personalmente, prefiero un equipo potente en Primera Nacional, que recupere tanto el prestigio perdido como la comunión con la grada (también seriamente dañada este último año), que una repetición de la EBA de este año. Una EBA bastante más floja que en años anteriores, todo hay que decirlo. Urge, por tanto, la convocatoria de una nueva asamblea para tratar todas estas cuestiones y planificar bien la próxima campaña, sea en la categoría que sea.
 
     

martes, 25 de septiembre de 2012

25S: el rescate de la democracia



     La democracia está secuestrada. El 25S vamos a rescatarla. Así comienza el manifiesto promovido por la coordinadora del 25S, que se propone rodear el Congreso de los Diputados de Madrid hoy mismo para defender los derechos del pueblo - todos y cada uno de nosotros - en contra de un sistema que huele más a dictadura que a democracia.
 
     Dicho manifiesto prosigue con la causa principal de que haya que tomar medidas de urgencia: el secuestro de la soberanía popular a cargo de los mercados financieros con la colaboración y el consentimiento de la mayoría de los partidos políticos de este país, que han traicionado sus programas electorales, a sus votantes y a la ciudadanía en general contribuyendo al progresivo empobrecimiento de la población.
 
     El movimiento se propone rodear el Congreso porque considera que éste ha perdido su originario papel democrático de defender al pueblo para dejar que el sistema capitalista instaure un régimen económico insostenible y depredador. Depredador del país y de cada uno de nosotros. Por eso, es necesario hacer frente a quienes quieren dejarnos sin futuro. Y ello sólo es posible con los medios de que disponemos los ciudadanos españoles: la inteligencia colectiva para decidir y construir la sociedad que queremos y merecemos.
 
     Estas acciones son una manera de decirles a aquellos a quienes gobernamos - no a quienes nos gobiernan - que desobedeceremos sus injustas imposiciones, como la de pagar una deuda generada por su incompetencia, y que defenderemos los derechos colectivos universales: sanidad, educación, vivienda, empleo, etc. Para iniciar un proceso por el cual los verdaderos responsables de la actual crisis no queden impunes sino que sean juzgados por ello: por dejar que otros poderes usurpen el que debería pertenecer al pueblo.
 
     Rescatar el Congreso es lanzar una invitación a la unión de todos los movimientos sociales para buscar una salida colectiva, dejando de aceptar el miedo, la impotencia y la desorientación surgidas de la reducción de lo político a lo económico.
 
     La coordinadora plantea, además, fuera ya del manifiesto, diversas posibles situaciones y cómo abordarlas. El problema principal puede venir de la represión policial, algo nada nuevo y para lo que ya se está bastante preparado. Dejar de lado la radio y la televisión y centrarse en la red es básico para poder conocer la realidad de los hechos que acontezcan, pues los medios estarán, en su mayoría, defendiendo a los partidos políticos que los sustentan. En cuanto a la represión policial, se anima a los participantes a sentarse, arrodillarse con las manos en la nuca o agarrarse formando una cadena humana.  
 
     Estos son los horarios para el día de hoy:
  • 12h: Bienvenida en Plaza de España y Atocha (esquina con Paseo del Prado).
  • 14h: Comidas populares en Plaza de España y en Paseo del Prado.
  • 16h: Charlas informativas sobre la acción en Plaza de España y Paseo del Prado.
  • 17.30h: Marchas desde Plaza de España a Sol y desde Paseo del Prado a Neptuno y Cibeles.
  • 18h: Rodeamos el Congreso (o, bueno, más bien: rodeamos el perímetro policial).


  •      Con el objetivo de descentralizar el 25S se han puesto autobuses desde muchas otras ciudades de España para que aquellos que quieran puedan apoyar a los madrileños. Desde Valencia hasta Pontevedra. Y también en muchos otros lugares del país habrá manifestaciones y rodeos de edificios tan importantes como Parlamentos, Cortes, Ayuntamientos, Delegaciones del Gobierno, etc.
     
         Para mayor información, pincha en el enlace de Coordinadora25S, de donde está extraído todo lo que acabas de leer. Buenos días y buena suerte!