LIBROS

LIBROS
Mostrando entradas con la etiqueta Günter Grass. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Günter Grass. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de junio de 2016

Recomendaciones veraniegas del 2016. Mis próximos proyectos literarios para el mes de septiembre y el 2017



Resultado de imagen de tengo en mí todos los sueños del mundo
     Como cada año, justo antes de las esperadísimas vacaciones estivales --afortunado quien las tenga--, aprovecho para recomendar a los lectores de este blog las lecturas que más me han gustado en estos primeros seis meses del año. Como siempre, incluyo libros que no son precisamente novedades literarias. Simplemente, forman parte de la lista los que más han llamado mi atención. Aunque algunas de las obras tengan más de medio siglo --o más incluso--. Esta es la lista:

10. Recuerdos. Ramón Cerdá. El escritor de Ontinyent, especializado en el género negro o thriller, también ha escrito un par de novelas eróticas. Esta es una de ellas. Ideal para una mañana o una tarde suelta, se lee del tirón y es corta pero divertida. 

9. La torre de los siete jorobados. Emilio Carrere. Una de esas rarezas desconocidas que cae en tus manos por una recomendación que intuyes has de seguir. No defrauda en absoluto. Aventuras, ciencia ficción y altas dosis de emoción de la mano del que fuera considerado el Julio Verne español

8. Firmin. Sam Savage. Me encantan los libros que buscan fomentar el amor por la lectura. Firmin es una ratita de librería muy entrañable y también una extraordinaria lectora. Referencias continuas a los grandes clásicos de todos los tiempos amenizan la trágica historia y vida de una protagonista muy original.

7. La mediadora. Jesús Sánchez Adalid. Cuando un escritor se sale de su ámbito temático y lo borda de nuevo debe recibir un gran aplauso. Este monstruo de la novela histórica medieval y moderna nos presenta aquí una figura --la de la mediadora-- cada vez más importante en los tiempos que corren.

6. La tierra que pisamos. Jesús Carrasco. La segunda novela de este extremeño afincado en Sevilla, pese a no alcanzar las altísimas cotas de su primera obra, vuelve a emocionarnos con una historia sobre un desarrapado que entra en la vida de una mujer incapaz de apartarlo a pesar a sus múltiples extrañezas.

5. El peso de los muertos. Víctor del Árbol. La primera obra de un escritor plenamente consolidado en el panorama español y europeo. Publicada hace diez años por Castalia y reeditada ¡por fin! hace muy pocas semanas por Alrevés Editorial, anticipaba lo que estaba por venir: un fenómeno literario de alto voltaje.

4. Lo que el hielo atrapa. Bruno Nievas. El escritor almeriense cambia también de registro para ofrecernos la escalofriante pero muy humana historia de Ernest Shackleton, uno de los primeros expedicionarios del continente helado. Te puedo asegurar una cosa: pasarás frío aunque la leas en pleno verano.

3. El tambor de hojalata. Günter Grass. Un clásico de un escritor inmortal. Una obra maestra del siglo XX. Una historia imprescindible para conocer la Alemania y la Polonia de antes, durante y después de la II Guerra Mundial. Un lujo que nadie debería perderse. Su protagonista te irritará y te conmoverá por igual. 

2. La víspera de casi todo. Víctor del Árbol. La confirmación definitiva de uno de los grandes escritores españoles contemporáneos. Desgarradora novela sobre el dolor no superado que le valió el Premio Nadal. No supera a su antecesora, Un millón de gotas, ni falta que le hace. Y es que lo imposible es imposible.

1. Tengo en mí todos los sueños del mundo. Jorge Díaz. El guionista y escritor alicantino-portugués nos sumerge --nunca mejor dicho-- en algunas de las intra-historias de la verdadera historia --valga la redundancia-- del buque tristemente conocido como el Titanic español, hundido hace un siglo frente a las costas brasileñas. Altamente recomendable. Eso sí: ¡ni se te ocurra leerla si vas a ir de crucero!


     Jungleland se despide de sus seguidores hasta septiembre. Un mes muy importante para mí, ya que lanzaré, por fin, mi tercera novela. Titulada Primera mujer, primer amor, trata sobre el amor primerizo, el psicoanálisis, las ansias por alcanzar una vida mejor, la capacidad de sufrimiento de las personas y la lealtad hacia aquellos que nos procuran el bien por encima de cualquier otra cosa. En septiembre, a la vuelta del descanso veraniego, os informaré sobre todo lo que tenga que ver con esta nueva novela: presentaciones, clubs de lectura y demás actos promocionales. 

      Además, para enero tengo previsto sacar una nueva recopilación de artículos de este blog --como ya hice en 2014 con Jungleland 2011-2013-- que llevará el original y sugerente título --nótese el tono irónico, por supuesto-- de Jungleland 2014-2016. De nuevo, será una edición super-limitada de tan solo cincuenta ejemplares. Así que, si lo queréis, deberéis estar muy atentos.

     Para acabar, en algún momento de 2017, si Dios quiere y me manda unas altas dosis de inspiración, tranquilidad y salud, espero tener lista la esperada --por vosotros y también por mí, no lo dudéis-- segunda parte de El Círculo de las Bondades. En ella, por fin, podréis saber cómo acaban las increíbles andanzas de la trabajadora social Irena Sendler en el gueto de Varsovia.

     Todo esto ya vendrá cuando haya de venir. De momento, felices vacaciones y mejores lecturas... 


miércoles, 13 de abril de 2016

El tambor de hojalata. Günter Grass. Alfaguara. 1999. Reseña





     Hace un año, tal día como hoy, falleció el escritor alemán Günter Grass, Premio Nobel de Literatura y Príncipe de Asturias de las Letras en 1999. Nacido en la Ciudad Libre de Danzig (actualmente denominada Gdansk, Polonia) en 1927, al igual que Oscar, el memorable protagonista de la que, sin duda, fue su mejor novela, el autor hubo de vivir desde su infancia algunos de los momentos más dramáticos pero también interesantes del siglo XX: el ascenso del nazismo, su llegada al poder y su estrepitoso derrumbe, una posguerra extremadamente dura y la partición alemana. Momentos, todos ellos, dignos de conocer. Y de ser dados a conocer por parte de alguien que los vivió en primera persona.

     Resulta imposible conocer a Grass y a su personaje Oscar sin conocer las circunstancias de esa Ciudad Libre de Danzig. No es el objeto de esta reseña extenderme sobre el tema, pero sí conviene decir que la Sociedad de Naciones, mediante el Tratado de Versalles (1919), impuso a Alemania la pérdida de esta pequeña pero importante región --desde el punto de vista estratégico y económico, pues su puerto era la única salida al mar de Polonia--, que quedó bajo protectorado diplomático-económico polaco. No es de extrañar, pues, que la Segunda Guerra Mundial comenzara precisamente con la invasión nazi de la ciudad-Estado autónoma, que volvió a ser incorporada a Alemania en septiembre de 1939 para ser transferida definitivamente a Polonia tras el hundimiento de Hitler y el fin de la guerra.

     El tambor de hojalata fue publicada en 1959. Narra los treinta años de vida de un enano llamado Oscar Matzerath que, desde el sanatorio psiquiátrico en el que vive recluido pero muy a gusto desde hace casi dos años, nos cuenta --en primera y tercera persona, pues su personalidad se desdobla en cada una de sus narraciones-- su vida, la de su familia, le evolución de la ciudad y la de su propia enfermedad. Con un cuerpo de niño de tres años muestra, sin embargo, una lucidez que le convierte en objeto de burla por parte de algunos pero en un personaje entrañable para otros. Oscar es, por tanto, una especie de ángel-demonio, niño-adulto, lúcido-loco. La realidad y lo sobrenatural se funden en una narración que, pese a ser complicada de seguir en algunos momentos, ata al lector a sus páginas.

     En efecto, la obra ha sido considerada como de difícil lectura y seguimiento. Sin duda, su carácter único en cuanto a estilo narrativo le otorga ese grado de dificultad pero, en cambio, su intensidad, el carácter aventurero de la vida de su protagonista y ese contexto duro pero real le confieren también un toque especial que ha hecho de El tambor de hojalata un imprescindible clásico universal del siglo XX, de obligada lectura por parte de aquellos lectores vivaces que se precien de serlo. Estamos, pues, ante una novela para la que no todo el mundo está preparado. Aunque bien vale un esfuerzo.

     Tampoco me voy a extender en la polémica abierta desde siempre sobre la figura de Grass y su pertenencia al ejército nazi. Es cierto que a los 17 años de edad entró a formar parte de las Waffen-SS y llegó a ser auxiliar de artillería en la Luftwaffe. También que cayó herido y capturado en Marienbad, donde fue hospitalizado como herido y prisionero de guerra. No obstante, como él mismo lamentó siempre, su generación completa cayó ante el encanto de la seducción del poder nazi. ¿Debemos juzgar a alguien que a los 17 años sucumbe ante tales encantos? Cada cual saque sus propias consecuencias al respecto. Eso sí, la escritura de una obra como la que nos ocupa quizás le sirva como redención o sea digno de nuestro perdón.

     El tambor de hojalata es una novela de aventuras maravillosamente escrita que recuerda en diversos pasajes al Quijote de Miguel de Cervantes. Oscar es una especie de Quijote --medio cuerdo-medio loco-- que decide dejar de crecer a los tres años porque no acepta una sociedad --la que ha tocado vivir-- enferma. Y la fusión de elementos reales y fantásticos puede llevarnos incluso a calificar a la obra como precursora del realismo mágico más tarde tan magníficamente desarrollado por otros genios literarios como Gabriel García Márquez o Isabel Allende. En definitiva, estamos ante una de las obras más justificablemente aclamadas del siglo XX. Y por méritos propios.

     Grass y Oscar se entremezclan en la narración hasta hacerse indisolubles. Y entrañables. Tras rechazar el mundo adulto y decidir dejar de crecer el pequeño se refugia en el tambor de hojalata que le ha regalado su madre. Oscar y su tambor serán uno durante un cuarto de siglo. La obra se divide en tres libros: el primero abarca desde su nacimiento hasta antes del inicio de la guerra; el segundo narra los años del conflicto; el tercero se centra en su huida a Düsseldorf nada más acabar la guerra. Todo ello se acompaña de breves páginas en las que el Oscar de treinta años, recluido en el sanatorio, recibe visitas de familiares y amigos.

     Y nos queda la poesía. Porque Grass, al más puro estilo de Goethe, es todo un poeta. El tambor de hojalata, la música y el arte pueden combatir a la guerra, al odio y al racismo. La voz vitricida de Oscar planta cara a la noche de los cristales rotos. Y toda la novela, en conjunto, ataca y critica al régimen nazi y a la sociedad alemana de la época. Por tanto, el valor de El tambor de hojalata no es solo literario sino también histórico y hasta filosófico --Oscar busca durante toda su vida quién es, de dónde viene y el lugar hacia el que dirigirse--. Y su significado, por tanto, le otorga una vigencia que le hará perdurar para siempre como una obra cumbre y capital de la literatura alemana, europea y universal.