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lunes, 3 de octubre de 2011

El fenómeno Cantajuegos arrasa


     No hay duda al respecto: Cantajuegos arrasa allá por donde va. El proyecto didáctico-educativo-musical creado por el argentino Pedro Zaidman se ha convertido, con el paso de los años, en una verdadera máquina de hacer dinero. Algo muy criticado por parte de muchos medios. Para muestra, un botón

     En el enlace anterior podemos leer multitud de críticas acerca de este proyecto infantil a través de un pormenorizado estudio realizado por el Diario Público hace justamente un año. Que si hay cambios constantes en la formación, que si siempre suenan las mismas canciones, que si se han producido despidos inmorales, que si se trabaja en negro sin contrato, que si los cantantes no ganan casi dinero y están explotados, que si en los espectáculos suelen actuar en playback y una larga lista de denuncias que no se sabe si serán ciertas.

     Lo que sí es cierto es que todo lo que triunfa genera a su alrededor mucha envidia. Cuanto mayor éxito alcanza algo o alguien, más críticas le caen. Es algo que forma parte del género humano. El caso es que a los niños, y a una gran cantidad de padres y madres, les encanta ver en la tele o en directo a este grupo de payasos (dicho esto con todo el respeto del mundo) que hacen las delicias de quienes les ven.

     No voy a ser yo quien defienda a ninguna empresa que obra de espaldas a la legalidad y a la moralidad. Es más, si las denuncias contra el creador de Cantajuegos son ciertas, apoyaría ciegamente que pagara muy bien por todo ello. Pero en el panorama actual estas cosas pasan en casi todas las empresas del mundo. Y, obvio es, que éstas buscan ganar lo máximo posible. ¿Quién puede culparles por ello? Todos buscamos ganar cuanto más dinero mejor, ¿verdad? Eso sí, defendiendo la legalidad por encima de todo. Lo dicho, si el señor Zaidman ha de pagar, que pague.

     Sin embargo, polémicas aparte, el objeto de esta entrada es alabar (porque de bien nacidos es ser agradecidos) a este grupo de chicos / as que consiguen que nuestros hijos sean felices y adoren al burrito Pepe, a Coco, al ratón Pérez y hasta a la vaca Tolón. ¿A qué padre no le cae la baba viendo a sus hijos cantar y bailar con ellos? Sin duda, se trata de un proyecto que les ayuda a crecer con alegría, desarrollando en ellos aspectos tan importantes como la psicomotricidad y la pronunciación. Y, encima, ¡se lo pasan en grande!

     Y de los cantantes, ¿qué decir? Pues que son unos profesionales como la copa de un pino, que cantan y bailan de maravilla, que sus shows son grandes espectáculos en los que todos disfrutamos, que son muy atentos y agradables con todo el mundo, que se nota a la legua que viven lo que hacen y que, ante todo, adoran a los niños y no les importa dedicar parte de su tiempo, antes y después del espectáculo, a hacerse fotos con ellos, a hablarles y hasta a besarles. Y, como el resto de los mortales, han de decidir si aceptan o no trabajar en unas determinadas condiciones. ¿Quién no ha estado alguna vez "hasta el gorro" de su jefe? Pues eso mismo.

     Como padre que soy, aunque me gustaría que las cosas fueran diferentes en muchos ámbitos de la vida y la sociedad, lo que pretendo es ver a mi hijo feliz y contento. Y con Cantajuegos lo es. Y mucho. Así que, desde este modesto blog, les mando a todos ellos (a los que están, a los que estuvieron y a los que llegarán) mi más sincera gratitud por hacer de él un chiquitón feliz, alegre y divertido, y les deseo la mayor de las suertes en sus vidas, dentro o fuera de este proyecto que, sin duda, ha devuelto a los niños la magia que tanto se echaba en falta desde la época de los payasos de la tele...Le pese a quien le pese.

     ¡Muchas gracias a Puli, Monique, Elena, Rodri, Jonas, Ainoha, Belén, Jime, Nacho Bombín, Beatriz, JuanD, Miguel, Noemí, etc, por traer diversión, aprendizaje y felicidad a tantas y tantas casas de España y Sudamérica!