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viernes, 27 de abril de 2012

El adiós de Pep Guardiola (2008-2012)


     Se va. El entrenador que más gloria ha dado a su club de toda la vida dice adiós. Aunque no suelo escribir sobre fútbol en este blog (simplemente porque no lo considero para nada importante en la vida) me propongo, en esta entrada, rendir un pequeño homenaje a un gran entrenador. No, no soy culé. Nunca lo he sido. Incluso simpatizo más con el Real Madrid aunque soy un colchonero declarado.

     Sin embargo, la noticia de hoy creo que sí merece atención por mi parte. Cuatro temporadas, 19 competiciones y 13 títulos (a falta de lo que ocurra en la final de la Copa del Rey del mes próximo) avalan a este señor: 3 Ligas (2009, 2010 y 2011), 1 Copa del Rey (2009), 3 Supercopas españolas (2009, 2010 y 2011), 2 Supercopas europeas (2009 y 2011), 2 Champions (2009 y 2011) y 2 Mundiales de clubes (2009 y 2011). Además, en 2009, consiguió los 6 títulos en juego, siendo la primera y única vez en la historia que algún equipo lo ha hecho.

     Para sorpresa de todos, Pep tenía la decisión tomada desde el pasado mes de octubre. Ni siquiera un cheque en blanco ofrecido por su presidente en los últimos días ha hecho cambiar de opinión al técnico catalán. En la rueda de prensa de despedida Pep ha dicho bastantes cosas muy interesantes. A saber: "cuatro años en el Barça es una eternidad", "el tiempo desgasta mucho y el Barça merece un entrenador con más fuerza", "ha sido un privilegio poder entrenar a estos jugadores", "el que me sustituya dará lo que yo ya no puedo dar" o "del Barça te tiran a la calle siempre, antes o después".

     Por su parte, Sandro Rosell y Andoni Zubizarreta han afirmado que "Guardiola siempre toma la mejor decisión para el Barcelona", que confían en "saber administrar le herencia de Pep en cuanto a sistema de juego y a valores" o que "el orgullo ha sido el otro título que nos ha dado". Además, han decidido que Tito Vilanova, ayudante del técnico en los últimos años, tome la dirección del primer equipo. Se trata de una decisión arriesgada, pero Zubizarreta se ha salido con la suya pues ve al sucesor de Guardiola implicado, comprometido y con la suficiente personalidad como para hacerse cargo del Barça.

     En efecto, la declaración de intenciones de la directiva del club está clara: dar continuidad a la era Guardiola, auque sea sin la presencia de éste. Quieren que el equipo siga jugando igual y fomente los valores guardiolistas en cuanto a cantera, compromiso y orgullo. Zubizarreta ha hablado de "buscar antes en casa que en el mercado", filosofía ésta heredada de Pep (quien, a su vez, la heredó de su mentor, Johan Cruyff).

     No obstante, la era Guardiola ha tenido también sus sombras. Si bien Pep ha sido todo un señor en sus tres primeros años en esta última temporada, cuando los resultados no han acompañado como en los anteriores, ha hablado de los árbitros (aspecto al que se negaba cuando todo venía rodado), ha protagonizado algún que otro desplante fuera de tono en alguna rueda de prensa y, tras ser eliminado por el Chelsea en las semifinales de la Champions, se marchó del campo rápidamente sin esperar a sus jugadores (cosa que ha hecho siempre en los años anteriores). Sin duda, Pep es un claro ejemplo de que el señorío es mucho más llevadero cuando las cosas funcionan. Y no lo digo como crítica: que eche la primera piedra sobre él quien esté libre de pecado...

     A falta de la disputa de la final de la Copa del Rey Guardiola ha perdido sólo cinco títulos en sus cuatro temporadas en el Barça: las Champions de 2010 y 2012 (eliminado por Inter y Chelsea en semifinales), las Copas del Rey de 2010 y 2011 (eliminado en octavos por el Sevilla y perdiendo la final ante el Real Madrid) y la Liga de 2012 (segundo tras el Real Madrid).

     Sin embargo, más allá de los números, Pep ha sido la bestia negra del Real Madrid de Mourinho (si bien ha perdido contra él la Copa del Rey de 2011, la Liga de 2012 y el último Clásico del Camp Nou) y, lo más importante, ha conseguido que su equipo haga el mejor fútbol visto en muchos años, algo que los colores no han de impedir reconocer jamás.

     Si bien es cierto que ha tenido "el privilegio de entrenar a estos jugadores" (columna vertebral de la selección española campeona de Europa y del Mundo) Pep ha sabido conseguir que jugaran en equipo, dejando de lado el afán de protagonismo y buscando el bien común: la victoria. A buen seguro, éstos jugadores tratarán de ganar el último partido y el último título de la era Guardiola: la referida final de Copa ante el Athletic de Bilbao. Sería una bonita manera de cerrar el ciclo más exitoso de la historia del Barça y de todo el fútbol español. Hasta siempre, Pep. Hasta siempre, Guardiola...

jueves, 26 de abril de 2012

La Senda del Odio. José Luis Victoria. Ediciones Hades. Reseña



     Tras publicar "Los ojos del mar" con Ediciones Atlantis en enero de 2010 José Luis Victoria, natural de Cuenca pero residente en Castellón, decidió embarcarse en el mundo editorial creando Ediciones Hades. Bajo este sello sale a la luz ahora "La Senda del Odio", un thriller que, según sus propias palabras, va más allá del género negro.

     Arión, un treintañero al que no le gusta cómo está funcionando el mundo, abraza el nihilismo y decide abandonar su crítica pasividad y pasar a la acción, tratando de realizar acciones contra los poderes establecidos. Mediante fragmentos de su libro favorito, "Las Argonáuticas" del poeta épico latino Valerio Flaco, irá justificando sus actos y tomará decisiones hasta entonces insospechadas por él mismo.

     El hallazgo de una daga y un manuscrito misterioso le hará pensar que es el Elegido para acabar con el mundo hasta entonces conocido. A través del texto hallado entrará en contacto con una sociedad secreta denominada "Padres del Entendimiento" que se propone el mismo objetivo. Arión se sentirá importante en una Hermandad cuyos miembros tienen nombre de argonautas y obedecerá cada una de las órdenes de sus dirigentes. Lo que desconoce, sin embargo, es que no todo es tal y como aparece ante sus ojos.

     La realidad y unos horribles sueños que sufre de un tiempo a esta parte se mezclan de tal manera que a Arión le cuesta distinguir tales sucesos, máxime cuando comienza a sufrir alucinaciones en determinadas situaciones. Así, realidad, sueños y alucinaciones harán que nuestro protagonista se vea metido en una espiral que desembocará en un reguero de sangre allá por donde él pasa.

     Todo empezó a cambiar en Arión años atrás después de un accidente de coche en el que murieron su madre, una pobre desgraciada pasiva ante un marido cruel, y su padre, un maltratador de su mujer y de los animales, a los cuales cazaba sin miramiento alguno. Arión iba en el coche también. Quedó atrapado medio inconsciente, pero aún pudo observar cómo unos lobos se comían a sus padres. Todavía recuerda el sufrimiento de su padre en esa situación, algo que a él le gustó pues se lo tenía merecido: un cazador acababa devorado por lobos.

     Un psiquiatra, el doctor Renau, una paciente suya y amiga de Arión, Selene, y los Padres del Entendimiento son los personajes principales de una trama que, como es normal en los thrillers, encierra un misterio cuyo conocimiento nos dejará helados. Para Arión se tratará de un viaje sin retorno en donde los pecados no prescriben y en donde el amor anda de puntillas. Su única salida será acabar con el Mal.

     No obstante, puede que el Mal no sea exactamente lo que él cree y lo que los demás le puedan decir que es, lo que hará que el protagonista tenga que enfrentarse a demasiados peligros y luchar contra su propia locura y hasta resolver traiciones desconocidas por él hasta ese momento. En definitiva, estamos ante una novela bien construida, instructiva, al intercalar pasajes de la obra de Valerio Flaco, divertida y de lectura rápida y amena.


miércoles, 18 de abril de 2012

Guardianes del tiempo - El despertar. Delia Serrano Moirón. Ediciones Hades. Reseña



     Delia Serrano Moirón, la diseñadora gráfica de las portadas y maquetaciones de la recientemente creada editorial castellonense Ediciones Hades, publicó a fines de 2011 su primera novela de la mano de dicha editorial. Se trata de la primera parte de una historia fantástica que narra las historias de una serie de personajes que luchan por salvar al mundo tal y como lo conocemos de las desastrosas acciones de un malvado personaje, que responde al nombre de Sombra, que se propone eliminar todos los recuerdos (documentos, fotografías, escritos, etc) de las personas para crear un mundo a su imagen y semejanza.

     El protagonista principal, Carpín Dumas, es un joven que, años atrás, fue abandonado por su padre en extrañas circunstancias. El chico no deja de preguntarse el por qué de la decisión de Crapuleto Dumas, un personaje tratado de loco por sus conocidos y vecinos que un buen día decidió abandonar a su mujer e hijos para llevar a cabo una misión sumamente importante. Además, Carpín no se lleva nada bien con su hermano mayor, Tomás, quien gozaba de mayores privilegios de parte de sus padres, aspecto éste que tampoco acababa de entender.

     Unos encuentros teóricamente casuales con una preciosa chica con la que intercambia presentes (y de la cual se enamora desde el principio); extrañas cartas que van contando detalles importantes de su vida; la aparición de otro extraño personaje, Anciano, que le explica quién era su padre y él mismo y le invita a viajar por el Mundo Mágico en dirección a Claudix, donde se reúnen los guardianes del tiempo para tratar de hacer frente a Sombra; y una sucesión de hechos mágicos, inexplicables y sorprendentes conducen al bueno de Carpín a verse envuelto en una gran aventura para la que él no se cree preparado.

     Sin embargo, la ayuda de Anciano y la reaparición de su amada en su vida harán que el elegido para salvar al mundo busque vencer sus miedos y preocupaciones y se adentre en la aventura de su vida: una guerra por la supervivencia, personal en primer lugar y de la propia humanidad por él conocida en segundo término. Magia, amor y lucha se unen contra el destino previsto por Sombra y sus secuaces. 
                                                          
     A medida que avanza en su camino hacia Claudix el joven irá descubriendo detalles de su propia vida, lo que hará que se tambaleen los cimientos de su propia existencia y el odio hacia su padre y hermano crezcan ante sucesos que no puede comprender. Asimismo, según se va acercando a la ciudad de destino Sombra y sus caballeros negros le irán cercando, poniéndolo en peligros cada vez mayores. Carpín habrá de sobreponerse a mil y un problemas y vencer sus propios miedos y dilemas internos para sobrevivir.

     Pero Sombra es cada vez más fuerte y llega a conocer detalles internos de la Hermandad de los guardianes del tiempo, lo que obliga a todos ellos a inventar nuevas formas de comunicarse entre sí que pasen desapercibidas para el culpable de la caótica situación que vive el mundo. Para viajar con mayor tranquilidad y menor peligro, Carpín deberá encontrar puertas de acceso al Mundo Mágico, lugar inferior al mundo casi-dominado por el hombre negro y sus correligionarios. No obstante, esta tarea no le resultará nada fácil al protagonista. 

     De forma paulatina el chico irá viéndose más preparado para poder realizar con éxito su misión salvadora, aunque él mismo sigue sin creer que pueda ser tan importante para el mundo en el que vive. El lector se sorprenderá al ir conociendo más detalles tanto de Carpín como de Crapuleto y Anciano, descubriendo que no todo es como parecía al principio, lo que le enganchará en la lectura de una novela que, aunque he de reconocer que no es mi estilo literario preferido, me ha tenido en vilo hasta la última página. Tanto es así que espero que Delia pueda acabar de escribir la segunda parte muy pronto para saber cómo acaba esta fantástica historia repleta de enigmas por descifrar.


domingo, 15 de abril de 2012

Orgulloso del Gandia Bàsquet



     Escribí hace unos meses en un libro que ahora sé que no verá la luz que las grandes gestas baloncestísticas no tienen por qué estar protagonizadas por las mega-estrellas de los super-equipos de las grandes ligas. Pueden ocurrir en cualquier cancha de cualquier liga menor de cualquier país. Sin embargo, jamás serán escritas por cualquier equipo ni grupo de jugadores. Porque para ello hace falta un conglomerado de cosas muy difícilmente reunible: valía, valentía, raza, pundonor, profesionalidad, coraje y orgullo.

     Pues bien, el Gandia Bàsquet de los últimos años sí reúne cada uno de los aspectos reseñados con anterioridad. Sólo de esa manera ha logrado jugar este año en LEB Plata. Capitaneado por Víctor Rubio, que ya ha conseguido dos ascensos (2006 y 2011), dos salvaciones (2008 y febrero de 2010) y un Campeonato (2010), este equipo nos ha regalado grandes tardes-noches a todos los aficionados. Y, lo que es todavía más importante, nos ha enseñado cómo exprimirse al máximo para hacer posible lo imposible. Sin embargo, los milagros no existen. Esta pasada noche el Gandia Bàsquet perdía la categoría en la pista del Andorra tras luchar durante demasiados meses contra todo tipo de problemas, deportivos y extradeportivos.

     La compañía de mi hijo esta noche ha hecho que las primeras horas tras el partido hayan discurrido de forma tranquila y pausada. Su alegría e inocencia me han consolado y curado, como cuando un enfermo toma una medicina milagrosa. ¡Hasta he conseguido cenar! No obstante, cuando el sueño le ha vencido, me he acostado para tratar de descansar. Pero prácticamente no he pegado ojo. Entre vuelta y vuelta en la cama no podía evitar pensar, una y otra vez, en esos técnicos y jugadores que sé que viajan en autobús desde Andorra a Gandía. ¡No quisiera imaginar el viaje que deben estar teniendo! Y, sin embargo, no puedo pensar en otra cosa. Sin duda, la noche se les estará haciendo eterna.

     Maratonianos viajes en el día de los partidos como visitantes (¡hasta 16 horas de bus para llegar al pabellón del equipo local!), una plantilla demasiado corta (sólo 9 jugadores, ¡en una liga profesional!), las numerosas lesiones (en algunos partidos únicamente ha habido disponibles 7 jugadores) y la mala calidad de los entrenamientos resultante de lo anterior (en muchos de ellos ha habido que convocar a la mitad del equipo filial para poder completar las rotaciones y ensayar jugadas) han sido las causas del resultado final de la temporada.

     La vida y el baloncesto a veces no entienden de justicia. Este equipo no merecía el descenso. De la misma manera que no mereció perder el ascenso hace dos años en el último cuarto del último partido de la temporada (después de escribir la página más emocionante de la historia del club). No obstante, al año siguiente sí se consiguió el objetivo deseado. La vida da tantas vueltas que nunca podemos saber lo que nos deparará el futuro.

     El año próximo habrá baloncesto en Gandía. Se desconoce en qué categoría. La Federación primero y la directiva del club después deberán decidir qué tipo de competición habrá la próxima campaña y si el equipo sale en ella o en otra menor. El verano se antoja largo y complicado. Pase lo que pase la afición estará con el equipo. Como siempre.

     Sin duda, por calidad, compromiso y entrega, tanto jugadores como técnicos merecen estar en ligas y equipos de mayor categoría. Muy probablemente el año próximo veamos muchas caras diferentes en la plantilla (¿quizás en el cuerpo técnico?) de este equipo. Así que, desde este humilde blog, no puedo terminar esta entrada sin dar las gracias por todo a Víctor Rubio, Roberto Hernández, Guillermo Puchol, Javi Alvarado, Álex Camarena, Antonio Segovia, Fabio García, Vicente Úbeda, "Piti" Catalá, Javi Rodríguez, Guille Gitterer, Shay Miller y Anthony Oha. Algunos seguiréis aquí. Otros partiréis.

     Como tantos y tantos otros grandes jugadores que han pasado (y pasarán) por Gandía a lo largo de los años, siempre os recordaremos y seguiremos vuestras andanzas en otros clubs, alegrándonos de cada éxito que alcanzéis. Incluso os aplaudiremos cuando vengáis como rivales. Os lo merecéis. ¡Muchas gracias por todo, espartanos! Esta es y será vuestra casa...     
  

lunes, 2 de abril de 2012

El grito del silencio. David Casado Aguilera. Reseña




     Muchas novelas no gustan. Algunas están bien. Otras son muy buenas. Y casi ninguna emociona y cautiva. Pues bien, para mi fortuna, os presento una que corresponde al selecto último caso de los mencionados. Pese a no ser un autor conocido por las masas de lectores de este país, David Casado Aguilera ha entrado, por méritos propios, en la lista de mis autores favoritos (y ya espero poder leer próximamente su otra novela, "El vals de la soledad").

     "El grito del silencio" describe con gran precisión y detalle los sucesos acaecidos en el México pre-Olímpico del verano de 1968. Se trata de una dramática historia real pero poco conocida que fue silenciada y casi-negada por el gobierno mexicano, que ni condenó ni pidió disculpas por tan despreciables acontecimientos. Precisamente, la novela está dedicada "a la memoria de todos los que cayeron durante los acontecimientos del 68 mexicano", sobre todo en la matanza del dos de octubre en Tlatelolco.

     Sobre el libro de David conviene resaltar varios aspectos que me han llamado mucho la atención. En primer lugar, el léxico y la "jerga" utilizada por su autor en la narración de la historia y, sobre todo, en los diálogos entre los protagonistas. Sin duda, la ayuda de su mujer, mexicana, tiene mucho que ver en este sentido. Este aspecto nos mete de lleno en la acción, haciéndonosla más cercana y verdadera si cabe.

     En segundo lugar, aunque la novela se basa en hechos reales, los protagonistas principales son inventados. Y ahí radica, en mi opinión, el gran mérito del autor. Más allá de documentar e investigar los sucesos reales, donde David demuestra ser un gran escritor es en la facilidad con la que describe a cada uno de los cuatro protagonistas principales de la historia: Sergio, un tímido hijo de emigrantes españoles huidos tras la Guerra Civil; Francisco (apodado "Indio"), único hijo de una familia numerosa indígena que consigue estudiar en la Universidad de la capital; José, un hijo de padre trabajador cuya madre murió en su propio parto; y Elías, un amante del teatro que no puede luchar por sus sueños artísticos debido a un padre rígido y represivo que le impide tener carácter propio.

     Cada personaje tiene vida propia dentro de la obra y llega a ser comprendido y estimado por el lector, creando una empatía pocas veces vista en una novela. Cuatro chicos que poco tienen que ver unos con los otros más allá de pertenecer a la juventud estudiantil universitaria de la capital mexicana, sin embargo, crearán unos lazos que nada ni nadie podrá borrar.

     Estamos ante una historia de amistad auténtica. Y también de amor. De amor igualmente auténtico. Porque Sergio y Adriana, su chica, nacerán juntos al amor y al sexo en las páginas de esta novela. En compañía de sus amigos y de Adriana, Sergio pasa de ser un niño que vive encerrado en su cuarto y que no se relaciona con nadie a alcanzar el amor y a convertirse en uno de los héroes anónimos (y silenciados) gestados por un gobierno represivo, manipulador y sin escrúpulos capaz de cualquier cosa por acabar con las reivindicaciones estudiantiles antes de que el inicio de los JJ. OO. ofrezca al mundo la realidad de una disfrazada democracia que a nadie engaña de fronteras hacia adentro.

     Sin embargo, aunque parezca mentira, la novela de David tiene muchos más aspectos destacables. Como licenciado en Historia que es, a través de su libro nos cuenta la historia de México: desde el asentamiento de Teotihuacán, una de las primeras y mayores ciudades de Mesoamérica, anterior incluso a la civilización azteca, hasta la dictadura militar de la actualidad de 1968, pasando por la conquista hispana, la posterior independencia y la revolución de Zapata. Incluso hay sitio para establecer multitud de paralelismos entre la España de la posguerra y época franquista y la referida dictadura militar mexicana.

     La obra de David bebe de muy buenas fuentes: Elena Poniatowska ("La noche de Tlatelolco"), Luis González de Alba, estudiante que contó la revuelta con gran minuciosidad ya que la vivió desde dentro ("Los días y los años"), y Octavio Paz ("El laberinto de la soledad"). Sin embargo, más allá de ello, su novela me ha enganchado desde el principio, me ha enseñado mucho sobre historia y, ante todo, me ha mostrado que todavía quedan demasiadas muertes por investigar y demasiados tiranos por juzgar. Sin duda, para mí, "El grito del silencio" es una de las revelaciones del año; y David, un autor muy a seguir a partir de ahora.