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viernes, 27 de diciembre de 2019

Mis diez mejores lecturas de 2019



     Finalizado un nuevo año, Jungleland despide sus publicaciones con su ya clásica lista de libros preferidos de entre todos los leídos durante los últimos doce meses. En esta ocasión, se incluyen hasta siete novedades editoriales (2017-19) y tres clásicos de la literatura universal. Como siempre, os deseo un feliz año nuevo a todos. Nos leemos, Dios mediante, en 2020. 




10. Más allá de mis canciones. Andrés Suárez. Aguilar. 2017 En su primer libro, el cantautor de Ferrol repasa esos momentos, esas sensaciones, esos sucesos que han ido originando algunas de las mejores canciones de sus siete discos de estudio, desde aquel lejano De ida (2002) hasta Desde una ventana (2017). La colección reúne una quincena de temas, entre los que destaca quizá el más autobiográfico de ellos, Tengo 26, en el que nos narra cómo era su vida en 2009, momento de composición de la canción, y nos cuenta la importancia que para él tienen sus padres y su familia. Auténtico artesano de la música que hace diez años tocaba para cuatro personas y hoy llena pabellones de grandes aforos, ya no tiene 26 sino 36, pero sigue siendo igual de pasional, original, enérgico y vital. y, aunque afirma no ser poeta, sus letras son pura poesía. 

9. El fotógrafo de Mauthausen. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma Editorial. 2018 Norma Editorial lanzó el pasado 2018 esta novela gráfica sobre el guión del escritor, guionista e historiador Salva Rubio y los dibujos y coloreados del matrimonio formado por Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. La obra narra las proezas realizadas por Francisco Boix, un joven fotógrafo español que sobrevivió a la barbarie nazi en el campo de concentración de Mauthausen entre el 27 de enero de 1941 y el 5 de mayo de 1945, cuando fue liberado por los aliados. En total, cuatro años, tres meses y diez días. Toda una eternidad teniendo en cuenta el modo de vida --y de muerte-- del temible escenario de sus gestas. Su gran documentación histórica y el realismo de sus dibujos y colores nos llevan de la mano a esta cruda pero magnífica historia. 

8. Un mundo que agoniza. Miguel Delibes. Plaza & Janés. 1979 Brillante ensayo en el que el genio castellano reflexionó sobre los problemas del mundo en aquella ya lejana década de los setenta. Resulta muy llamativo leerlo en la actualidad, en plena crisis climática, más de cuarenta años después. Cierto es que la problemática actual viene de lejos, pero pensar que hace casi medio siglo Delibes ya vaticinó, siempre apoyado en los últimos estudios científicos de su época, lo que estaba por venir, habla de su gran compromiso con la naturaleza y también de su manifiesto interés por documentarse e informarse sobre la problemática. No en vano, en su texto, que se lee en un par de horas, cita a numerosos especialistas de diversos campos para ilustrar sus opiniones. La escritura de Delibes permanece vigente. Normal al tratarse de un genio. 

7. Sidi. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. 2019 El académico narra en su última novela las vivencias de Ruy Díaz de Vivar desde el momento de su destierro de tierras castellanas (principios de 1081) hasta su victoria ante las tropas del conde de Barcelona y de al-Mundir, rey de la taifa de Lérida, en la batalla de Almenar (1082). Tras dejar en su Vivar natal a Jimena y sus tres hijos (dos hembras y un varón), Rodrigo hubo de buscarse la vida (y la de su fiel hueste) en tierras fronterizas. Se convirtió, pues, en un mercenario que servía a quien le pagara por guerrear por su causa. Leal siempre a su rey, Alfonso VI, contra quien prometió no luchar jamás a pesar de todo lo ocurrido con anterioridad, y rechazado por el conde de Barcelona, hubo de servir a Yusuf al-Mutamán, rey de la taifa de Zaragoza. 

6. Largo pétalo de mar. Isabel Allende. Plaza & Janés. 2019 La escritora chilena Isabel Allende ganó el Premio Internacional de Novela Histórica Barcino 2019 con esta obra, que salió a la venta a finales de mayo del presente año. La novela rinde homenaje a la travesía del Winnipeg ochenta años después de que transportara a tierras chilenas a más de dos mil republicanos españoles exiliados de su patria tras la finalización de la Guerra Civil Española. El trayecto duró un mes exacto (cuatro de agosto-tres de septiembre), tiempo que tardó el barco en recorrer la distancia entre Pauillac (Francia) y Valparaíso (Chile). El viaje fue gestionado por el canciller Abraham Ortega Aguayo y el cónsul y poeta Pablo Neruda, simpatizante del bando republicano que decidió poner su granito de arena para sacar a los refugiados españoles de los campos de concentración franceses. 

5. Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018 Quince años después del éxito mundial de El psicoanalista, el escritor y periodista judicial estadounidense John Katzenbach resucitó al temible Rumpletiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Ricky Starks. No obstante, en la novela no han transcurrido tres lustros, sino tan solo cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, trabajo, paz y tranquilidad. Hasta que una noche, el hombre que quiso acabar con él cinco años atrás --y al que creía muerto desde entonces-- reaparece como si nada en su consulta. Los amantes del género del thriller pensarán que la espera bien ha valido la pena.

4. El lobo estepario. Hermann Hesse. Edhasa. 2017 Viaje filosófico-psicoanalítico por el interior de un alma dolida con un mundo en el que no encaja. Un alma que se distancia de un mundo falso e hipócrita, pero que se odia a sí misma precisamente por no encajar en él. Es un claro ejemplo de que la auto indulgencia ayuda poco o nada a superar una situación dolorosa. Al contrario, en lugar de encerrarse en uno mismo, lo que se debe hacer es, aunque le cueste horrores a uno, abrirse y conocer otras almas. Independencia, soledad y libertad son algunos de los temas que brillan en las páginas de esta novela, que combina el género autobiográfico (Harry Haller, el protagonista, es un alter ego del propio autor, cuyas iniciales coinciden) y la fantasía (a través de lo que se da en llamar el teatro mágico). 

3. Nueva visita a un mundo feliz. Aldous Huxley. Seix Barral. 1984 En 1958, veintiséis años después de la publicación de la distopía Un mundo feliz, Aldous Huxley recopiló una docena de ensayos sobre su novela original en la revista estadounidense Newsday. De ese conjunto de ensayos nació Nueva visita a un mundo feliz, a partir de la cual revisitamos los contenidos de la novela, verificando sus muchos aciertos y sus pocas equivocaciones sobre lo que en ella se vaticinó en relación a la evolución de la civilización occidental durante ese cuarto de siglo. Además, se comparan algunos hechos respecto a la otra gran distopía del momento: 1984, de George Orwell (1948). En cambio, obvia --el autor sabría sus motivos, los cuales desconozco-- la tercera en discordia: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953).

2. Antes de los años terribles. Victor del Árbol. Destino. 2019 Para contar la verdad hay que tener coraje. Sobre todo cuando esa verdad atenta directamente contra la forma de vida de toda una civilización. Y es que en la nuestra cuenta mucho más el valor de un producto que la forma en la que éste ha sido producido. Poco nos importan los genocidios, asesinatos y demás atrocidades perpetradas en el mundo. Sobre todo, si estas suceden en otro mundo. Uno tan lejano como, por ejemplo, África (Uganda, más concretamente). Por eso, ante el silencio cómplice general, debemos poner en valor la valentía de algunas personas a la hora de dar a conocer historias como las de Isaías Yoweri, Lawino, Joel o Samuel Abu. Porque, como dice el autor de esta gran novela que trata sobre los niños soldado de Joseph Kony, a través de ellas podemos también aprender mucho sobre nosotros mismos.

1. Lluvia fina. Luis Landero. Tusquets Editores. 2019 Una historia familiar que encierra en sí misma muchas más. Las de cada uno de los personajes que la componen. Los lectores se verán identificados en muchos de los momentos y hechos narrados y reflexionarán sobre sus propias vidas, la personal y la familiar, y deberán extraer sus propias conclusiones. Porque, si ningún relato es inocente, tampoco lo es quien lo relata. Y eso nos incluye a cada uno de nosotros. Lean y disfruten de esta narración, pues nos recuerda al El jugador, de Dostoyevski, a Stoner, de John Williams, y a La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Lluvia fina es la obra cumbre de uno de los grandes escritores españoles de los últimos años. No en vano, Fernando Aramburu aconseja leer de Landero hasta su lista de la compra. Y esta historia merece, por méritos propios, acabar siendo la mejor novela del año en este modesto blog. 





martes, 25 de junio de 2019

Mis diez mejores lecturas del primer semestre de 2019



     Como cada año, Jungleland cierra por vacaciones veraniegas durante julio y agosto. Antes, como viene siendo tradicional ya, os dejo mis diez mejores lecturas de lo que llevamos de año a modo de recomendaciones literarias para este verano de 2019. Espero que os gusten y nos volvemos a leer en septiembre. ¡Mil gracias!




10. Pan. Knut Hamsun. Anagrama. 2006. Pese a su longitud --escasas ciento sesenta páginas--, logra captar la atención del lector. La naturaleza en general, y la humana en particular, son su centro, su corazón. Hamsun se consagró con ella --junto a Hambre, su obra predecesora-- como el magnífico escritor que fue, hasta el punto de que Thomas Mann, Henry Miller, Franz Kafka o Isaac Bashevis Singer lo reconocieron como su particular padre literario y maestro indiscutible de la literatura moderna. Y Thomas Glahn, el neurótico protagonista de sus páginas, capaz de fascinar y horripilar por igual a las mujeres, personaje huraño y soberbio donde los haya, se descuartiza y se abre en canal ante nosotros sin ningún tipo de pudor para mostrarnos cómo de salvajes podemos llegar a ser los humanos.  

9. Trampantojo. Marina Lomar. Ediciones Babylon. 2019. Novela ágil, bien estructurada y montada, narrada de forma detallista y real a través de unos personajes que lo son a causa de sus bondades y sus defectos, sus fortalezas y sus debilidades. Historia de soledades compartidas y de sentimientos y emociones cotidianos que podrían corresponder a las vidas de casi todos los lectores. Novela de gran profundidad psicológica que nos hace reflexionar sobre nuestras propias vidas. Porque qué fácil resulta siempre ver la paja en el ojo ajeno, y cuánto nos cuesta juzgarnos a nosotros mismos. Quizá por ello recurramos a ese trampantojo particular del que tan bien nos habla la autora en este debut que hace presagiar otras y más exitosas obras.

8. Réquiem por un campesino español. Ramón J. Sender. Destino. 2003. Escrita en 1950 y publicada por vez primera en México en 1953 bajo el título Mosén Millán, esta novela corta del afamado escritor español en el exilio Ramón J. Sender tomó el título definitivo con el que es conocido en la actualidad en 1960. La historia de su huida de la persecución franquista, el fusilamiento de su esposa y su posterior exilio en Francia y en EE. UU. después de pasar por un campo de concentración galo es tan rocambolesca como apasionante. Llegó a Nueva York en 1939 para establecerse de forma definitiva en San Diego, donde vivió hasta su muerte, acaecida en 1982. A día de hoy sigue siendo considerado como uno de los grandes autores españoles de la posguerra. Y este Réquiem, como una de las grandes obras sobre la Guerra Civil Española.

7. Reencuentro. Fred Uhlman. Tusquets Editores. 1997. En sus escasas ciento veinte páginas, refleja fielmente la Alemania de entreguerras y de la nueva pre guerra. Además, narra los sentimientos de juventud y de adultez de un personaje que ha debido seguir con su vida pese a haber vivido el horror nazi. Y debo confesar que hay ciertos pasajes en los que, como lector, he llegado a sentir impotencia, rabia y hasta ganas de llorar. Y eso que la historia que nos cuenta Uhlman la conocemos de sobra. Sin embargo, su forma de contarla, a base de pequeñas y descorazonadoras pinceladas, nos llega hasta lo más hondo de nuestro ser. Más pronto que tarde habrá que leer Un alma valerosa, la continuación de una de esas historias que todo el mundo debería leer algún día.

6. La familia de Pascual Duarte. Camilo José Cela. Destino. 1942. De forma consciente o simplemente casual, cuando Cela publicó esta novela en 1942 dio el pistoletazo de salida a una técnica literaria narrativa que hoy conocemos con el nombre de tremendismo. Técnica que se puso de moda a partir de entonces y que se caracterizó por la cruda presentación de la trama, que recurre a hechos violentos muy a menudo, el particular tratamiento de los personajes, seres marginados de la sociedad (criminales, prostitutas, personas con defectos psíquicos o físicos, etc) y el uso de un lenguaje desgarrado, duro, realista al detalle. La relación entre esta tendencia y el contexto histórico --pos guerra civil española-- es clara, habida cuenta de las duras experiencias que los autores de la época hubieron de sufrir durante la contienda.

5. El fotógrafo de Mauthausen. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma Editorial. 2018. Norma Editorial lanzó el pasado 2018 esta novela gráfica sobre el guión del escritor, guionista e historiador especializado en proyectos de tipo histórico Salva Rubio y los dibujos y coloreados del matrimonio formado por Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. La obra narra las proezas realizadas por Francisco Boix, un joven fotógrafo español que sobrevivió a la barbarie nazi en el campo de concentración de Mauthausen entre el 27 de enero de 1941 y el 5 de mayo de 1945, cuando fue liberado por los aliados. En total, cuatro años, tres meses y diez días. Toda una eternidad teniendo en cuenta el modo de vida --y de muerte-- del temible escenario de sus gestas. Su gran documentación histórica y el realismo de sus dibujos y colores nos llevan de la mano a esta cruda pero magnífica historia. 

4. Jaque al psicoanalista. John Katzenbach. Ediciones B. 2018. Quince años después del éxito mundial de El psicoanalista, el escritor y periodista judicial estadounidense John Katzenbach resucitó al temible Rumpletiltskin para volver a poner entre la espada y la pared al doctor Ricky Starks. No obstante, en la novela no han transcurrido tres lustros, sino tan solo cinco años. Tiempo en el que el psicoanalista ha rehecho su vida y retomado su actividad profesional. No en Nueva York sino en Miami. Un lugar en el que comenzar desde cero una nueva existencia repleta de sol, trabajo, paz y tranquilidad. Hasta que una noche, el hombre que quiso acabar con él cinco años atrás --y al que creía muerto desde entonces-- reaparece como si nada en su consulta. Los amantes del género del thriller pensarán que la espera bien ha valido la pena. 

3. Nueva visita un mundo feliz. Aldous Huxley. Seix Barral. 1984. En 1958, veintiséis años después de la publicación de la distopía Un mundo feliz, Aldous Huxley recopiló una docena de ensayos sobre su novela original en la revista estadounidense Newsday. De ese conjunto de ensayos nació Nueva visita a un mundo feliz, a partir de la cual revisitamos los contenidos de la novela, verificando sus muchos aciertos y sus pocas equivocaciones sobre lo que en ella se vaticinó en relación a la evolución de la civilización occidental durante ese cuarto de siglo. Además, se comparan algunos hechos respecto a la otra gran distopía del momento: 1984, de George Orwell (1948). En cambio, obvia --el autor sabría sus motivos, los cuales desconozco-- la tercera en discordia: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953).

2. Antes de los años terribles. Víctor del Árbol. Destino. 2019. Para contar la verdad hay que tener coraje. Sobre todo cuando esa verdad atenta directamente contra la forma de vida de toda una civilización. Y es que en la nuestra cuenta mucho más el valor de un producto que la forma en la que éste ha sido producido. Poco nos importan los genocidios, asesinatos y demás atrocidades perpetradas en el mundo. Sobre todo, si estas suceden en otro mundo. Uno tan lejano como, por ejemplo, África (Uganda, más concretamente). Por eso, ante el silencio cómplice general, debemos poner en valor la valentía de algunas personas a la hora de dar a conocer historias como las de Isaías Yoweri, Lawino, Joel o Samuel Abu. Porque, como dice el autor de esta gran novela que trata sobre los niños soldado de Joseph Kony, a través de ellas podemos también aprender mucho sobre nosotros mismos.

1. Lluvia fina. Luis Landero. Tusquets Editores. 2019. Una historia familiar que encierra en sí misma muchas más. Las de cada uno de los personajes que la componen. Los lectores se verán identificados en muchos de los momentos y hechos narrados y reflexionarán sobre sus propias vidas, la personal y la familiar, y deberán extraer sus propias conclusiones. Porque, si ningún relato es inocente, tampoco lo es quien lo relata. Y eso nos incluye a cada uno de nosotros. Lean y disfruten de esta narración, pues recuerda a El jugador, de Dostoyevski, a Stoner, de John Williams, y a La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Lluvia fina es la obra cumbre de uno de los grandes escritores españoles de los últimos años. No en vano, Fernando Aramburu aconseja leer de Landero hasta su lista de la compra. Y esta historia puede acabar siendo la mejor novela del 2019. 





viernes, 26 de abril de 2019

El fotógrafo de Mauthausen. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma Editorial. 2018. Reseña





     Norma Editorial lanzó el pasado año la novela gráfica El fotógrafo de Mauthausen sobre el guión del escritor, guionista e historiador especializado en proyectos de tipo histórico Salva Rubio y los dibujos y coloreados del matrimonio formado por Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. La obra narra las proezas realizadas por Francisco Boix, un joven fotógrafo español que sobrevivió en primera instancia al horror nazi en el campo de concentración de Mauthausen --falleció en 1951, seis años después de la liberación del campo a causa de una enfermedad que lo hirió de muerte durante su estancia en él-- entre el 27 de enero de 1941 y el 5 de mayo de 1945. En total, cuatro años, tres meses y diez días. Toda una eternidad teniendo en cuenta el modo de vida --y de muerte-- del temible escenario de sus gestas.

     Tras huir a Francia al finalizar la Guerra Civil Española, Boix, al igual que miles de sus compatriotas españoles, decidió seguir combatiendo al fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Fue detenido en Francia y llevado en tren, en condiciones inhumanas --centenares de personas llegaron muertas a su destino--, a Mauthausen. Ser enviado allí era prácticamente lo mismo que una condena de muerte en vida. No obstante, tuvo la suerte (también desgracia) de cruzarse en el camino del comandante Ricken, un perverso esteta nazi al que le complacía fotografiar el horror del exterminio. Boix se convirtió muy pronto en su principal ayudante, mejorando sus condiciones de vida y también sus posibilidades de sobrevivir al campo.

     Francisco Boix, catalán y socialista para más señas, entendió de inmediato que tenía ante sí una gran oportunidad para dejar un valiosísimo testimonio de lo que allí estaba aconteciendo. Así, decidió, poniendo en riesgo su vida y la de varios reclusos más, que debía sacar del campo la mayor cantidad de fotos posible para asegurarse de que el mundo algún día conociera las barbaridades de Mauthausen. Para ello, se rodeó de gente de su entera confianza --algunos perdieron la vida, por desgracia-- que le ayudó a poner el material bajo buen recaudo. Todo ello para que la verdad venciera a la barbarie y a la manipulación. El comandante Ricken, sin quererlo --seguramente pensó que los alemanes iban a ganar la guerra y que todo estaba bajo control--, le puso en bandeja tan peligrosa tarea.

     Había mil formas de morir en Mauthausen: frío, cansancio, inanición, enfermedades de todo tipo, suicidio, accidentes de trabajo, asesinato, etc. Las fotografías tomadas por Ricken y el propio Boix nos dejaron muy buenos testimonios de todo ello. Y, de paso, hicieron de Boix un personaje que pervivirá para siempre como gran ejemplo de valentía, organización y lucha por la verdad y por la justicia. Porque Mauthausen fue un lugar en el que para lograr sobrevivir por más tiempo uno debía tratar de pasar lo más desapercibido posible, hacerse casi invisible a los ojos de los nazis y, sobre todo, tener suerte. Y todo ello pasaba por hacer lo que se le pedía, no llamar la atención y, ante todo, no meterse en ningún lío. Y Boix, sin dudarlo, se metió en uno. Y bien gordo.

     Lo que más nos llama la atención al leer El fotógrafo de Mauthausen es el excelente trabajo de documentación realizado por el guionista Salva Rubio --quien demuestra no haber escatimado tiempo ni esfuerzo a la hora de abordar el tema para que el resultado final fuera una obra de gran claridad que se hace absolutamente creíble y convincente a los ojos del lector--, el cual queda patente --y es digno de ser agradecido-- a través del dossier histórico de casi sesenta páginas que acompaña a la novela gráfica. En él aparecen documentos históricos, escritos de historiadores y supervivientes del campo y grabados, dibujos y fotos del campo, del propio Boix, de reclusos conocidos y desconocidos, de viles asesinatos y de las formas de vida en uno de los mayores campos de muerte nazi.

     En el referido dossier encontramos importantes informaciones y documentos sobre la llegada de los españoles al campo, sobre cómo vivían los reclusos del mismo, sobre las fotos del comandante Ricken, sobre cómo Boix organizó y perpetró el robo de las fotos y su salida del campo hacia un lugar más seguro, sobre la visita de Himmler, sobre la liberación del campo por parte de las tropas norteamericanas, sobre el exilio parisino del fotógrafo --aspecto este que no por ser menos conocido deja de ser realmente horrible-- y sobre sus testimonios en los conocidos juicios de Nuremberg contra los líderes del nacionalsocialismo --Boix fue el único testigo español en los referidos procesos--. En definitiva, un dossier que hará las delicias de los más curiosos, los que desean ahondar en la Historia.

     Y si nos hemos hecho eco del guión y de la documentación histórica no podemos dejar de lado los dibujos. Sin ser espectaculares --quizás la historia narrada no necesitaba de mayores alardes-- resultan explícitos y definitorios. De predominantes colores oscuros --¿qué otras tonalidades podrían acompañar la narración de un episodio de la historia tan trágico?--, cumplen perfectamente con su función: la de que vale más una imagen que mil palabras. Porque ese es el fin último de una buena novela gráfica: explicar con unas pocas imágenes lo que necesitaría de muchas páginas de texto explicativo. Y de lo que no cabe duda alguna es de que El fotógrafo de Mauthausen es una muy buena novela gráfica. Digna de ser recomendada desde este blog.

     Despido esta reseña con las siguientes palabras de Salva Rubio como justificación de la obra: Nuestra intención es contar la historia de lo que ocurrió en Mauthausen hasta que todo el mundo la conozca. De otra forma, los supervivientes y sus descendientes vivirán el mismo destino que los deportados, a la vez españoles y apátridas, como atestiguaba la "S" sobre un triángulo azul: mientras otras nacionalidades pudieron volver a sus países a disfrutar de su libertad, los españoles quedaron exiliados, sin lugar a donde ir, abandonados por los gobernantes y sin obtener la compensación u honores que merecen por luchar por la libertad de la que ahora disfrutamos. Así que mientras tengamos voz, contaremos su historia.