LIBROS

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lunes, 29 de junio de 2015

Mis diez libros preferidos de la primera mitad del 2015





     Como cada año por estas fechas Jungleland se toma un par de meses de vacaciones veraniegas. Pero antes, como también es costumbre, se despide con la lista de los diez libros preferidos de lo que llevamos de año. Y, siguiendo la tradición, aviso de que se tratan de libros leídos este año, lo cual no quiere decir que sean novedades. Y es que no solo de novedades vive el lector. Esta es la lista de mis diez libros preferidos de estos últimos seis meses: 

10. El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad. Uno de esos clásicos contemporáneos e inolvidables. Un viaje al Congo, pero, ante todo, al interior del ser humano alejado de la civilización. Un ser humano capaz de cometer atrocidades impropias de su especie. Todo por el poder y la gloria tras su viaje de retorno a su país de origen. Un horror colonial que todos debemos conocer para evitar su repetición en el futuro.

09. Sultana. Jean Sasson. Una trilogía que también todo el mundo debería leer y conocer. Una historia verídica a través de la cual se llega a odiar y amar a la vez a una sociedad tan diferente de la nuestra - y, sin embargo, ni mejor ni peor -. Los tres libros tratan sobre la lucha por la libertad y contra la opresión de una princesa saudí que no duda en contar su historia para llevar a todo el mundo su triste realidad.

08. Como una novela. Daniel Pennac. Ensayo que se lee, como su título indica, como una novela. Es un monólogo alegre, entusiasta y desenfadado que busca resaltar el placer por la lectura sin condiciones. Para su autor, la lectura no es una obligación sino un derecho irrenunciable del ser humano. Y desgrana las excusas argüidas por los no lectores para explicar el por qué de su actitud acerca de los libros y la cultura. 

07. Once minutos. Paulo Coelho. Una desgarradora historia sobre los sueños rotos, la adaptación de las personas a las nuevas circunstancias, el amor sagrado (espiritual), el sexo, la prostitución, el sadomasoquismo y la vida en general. Como siempre, una historia que invita a la reflexión sobre diversos aspectos de nuestra vida cotidiana. Coelho en estado puro.

06. Los girasoles ciegos. Alberto Méndez. A su autor le bastó esta novela o recopilación de cuatro relatos para dejar huella en la literatura española contemporánea. Se trata de cuatro historias de vencidos, pero no derrotados, que dejan testimonio de algunos de los capítulos más olvidados - y a la vez dignos de ser recordados - de la Guerra Civil Española.

05. La Ropavejera, el génesis del mal. Ramón Cerdá. Un estudio pormenorizado y muy documentado sobre la figura de Enriqueta Martí, más conocida como la Vampira del Raval de Barcelona. Una novela negra que trata de explicar lo inexplicable: cómo es posible que una persona en apariencia normal pueda convertirse en una de las más grandes criminales de la historia de nuestro país.

04. La gente feliz lee y toma café. Agnès Martin-Lugand. Novela adictiva, original y ágil de cuyos personajes resulta difícil despedirse al terminar sus líneas. Un viaje iniciático al interior del ser humano. Una constatación más de que el amor se abre siempre camino en nuestras vidas, a pesar de los pesares. Porque siempre vale la pena vivir la vida. 

03. El último judío. Noah Gordon. Novela histórica y de aventuras que mantiene en vilo al lector durante cada una de sus páginas. Uno de los capítulos más oscuros de la historia de España. Un retrato fiel de la España de los siglos XV y XVI, dominada por la corrupción, el robo y tráfico de reliquias de santos, la superstición, una brutal represión y una intolerancia bárbara. Yoel Toledano es todo un héroe, sin duda.  

02. El héroe discreto. Mario Vargas Llosa. Retrato fidedigno del Perú actual, con sus atrasos y su prosperidad. Conjunto de historias protagonizadas por hombres de recta moral y gran afán de lucha y superación que deberán hacer frente a lo peor de las personas: la avaricia, la traición y la maldad. Una narración fluida y amena que entrelaza varias historias a la vez, algo solo al alcance de un genio como este. 

01. Un verano en la casa azul. David Casado Aguilera. Si El grito del silencio fue en su día la revelación del año (2012), esta novela es la gran confirmación de un autor que debería ser mucho más conocido y reconocido. Personajes entrañables, situaciones reales como la vida misma y una narración cuidada y gratamente disfrutable hacen de este obra y de su autor lo mejor que servidor ha leído en estos primeros seis meses de 2015. Ampliamente recomendable, ¡sin duda alguna!  


miércoles, 24 de junio de 2015

Once minutos. Paulo Coelho. Planeta. 2003. Reseña





     El escritor brasileño Paulo Coelho es sobradamente conocido por todos los lectores del mundo. Nacido en Río de Janeiro en 1947, ha vendido más de 150 millones de libros en más de 150 países, siendo sus obras traducidas a más de 80 lenguas. Novelista, dramaturgo, letrista y articulista, ha sido reconocido con varios de los premios literarios más importantes del planeta, aunque no con el Nobel de Literatura. Actualmente es consejero especial de la Unesco en el programa de convergencia espiritual y diálogos interculturales y Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas. 

     Planeta editó en 2003 la novela Once minutos, su mayor aportación al mundo literario desde El alquimista (1988), su obra más conocida. En Once minutos narra la historia de sueños incumplidos, engaños y demás penalidades pasadas en Ginebra por María, joven brasileña que viaja hasta Río de Janeiro en busca de fama y bienestar. Allí conoce a un empresario que la embauca para que viaje hasta la ciudad suiza, donde parecía que iba a trabajar en el mundo de la moda, aunque finalmente deberá adaptarse a unas circunstancias poco parecidas a las anheladas. Así, acabará bailando samba en un club nocturno y ejerciendo la prostitución.

     María odia el amor. Varios desengaños amorosos durante su juventud le hacen ser fría con los hombres. Algo que, de paso, le facilita el trabajo en su nueva profesión. La ayuda de Nyah y Milán, bibliotecaria y dueño del Copacabana, burdel de la rue de Berne, le permitirá ir perfeccionando en su trabajo. Su rápido ascenso en su oficio la hará conocida en toda la ciudad, aunque también le acarreará los celos de sus compañeras. Cuestión esta que le causará grandes problemas en su día a día. No obstante, lo que parecía una vida tranquila, lujosa y cómoda cambiará de forma radical tras conocer a Ralf, un joven pintor suizo que asegura haber visto su luz interior.

     Pese a sus reticencias iniciales, María se enamorará de él perdidamente. Y su vida se convertirá en un continuo sube y baja de emociones, sentimientos y contradicciones, con ella misma y con el mundo que la rodea. Con Ralf conocerá el verdadero amor, lo cual pondrá a prueba sus sueños y su nuevo estilo de vida. Tanto que decidirá regresar a Brasil - con la excusa de que pertenecen a dos mundos diferentes y que no tienen ningún futuro juntos -, no sin antes entregarse en cuerpo y alma al pintor. Su objetivo es reavivar el fuego sexual de ambos, apagados tiempo atrás. Con este acto, ambos acabarán aprendiendo sobre la naturaleza del sexo sagrado, una intensa y perfecta unión entre cuerpo y alma, entre sexo y amor.

     La lectura de Once minutos invita a reflexionar sobre varias cuestiones. Entre ellas: el sexo, la prostitución, el amor, el sadomasoquismo y la vida. Como expresa Coelho desde un principio, el título hace referencia a la duración del acto sexual en condiciones poco favorables para el amor, es decir, cuando se practica sin amor verdadero (o amor sagrado, como él mismo lo define). María camina a lo largo de la narración sobre la delgada línea de la autodestrucción, dejando que la vida guíe sus siguientes pasos.

     La protagonista recorre algunos de los capítulos más significativos de su vida, los cuales explican en buena parte su actual situación. Su firme decisión de no volver a perder las cosas que más quiere le enseña a manipular a los hombres - aunque ella misma será también engañada por el empresario suizo que la lleva a Ginebra -, aprendiendo a no enamorarse nunca más con el fin de no volver a sufrir por causas amorosas. Sin embargo, se dará de bruces con la realidad al entender al fin que el amor nace dentro de nosotros, y que la otra persona no es responsable de nuestro sentimiento. Y es que uno no se enamora de quien quiere, ni puede evitar enamorarse de quien no quiere, por más que se empeñe en ambos casos.

     Con todo ello, lo que otorga a la novela su mayor verosimilitud es el hecho de que buena parte de ella está directamente narrada por la propia protagonista. María busca aventura y libertad; placer y superación; volver a sentir y ser amada. Por ello, como les ocurre a la mayoría de los neuróticos obsesivos, se deprime al ver que es posible alcanzar ese fin Y, ante tal hecho, decide huir. Algo que puede parecer contradictorio - y lo es, de hecho - pero le ocurre a multitud de personas en su vida cotidiana. Así somos las personas.

     Como sucede en todas las obras de Coelho, también de Once minutos podemos extraer multitud de frases que nos pueden servir en determinados momentos de nuestras vidas. Estas son algunas de las que han llamado mi atención: "a veces la vida separa a las personas para que puedan darse cuenta de cuánto significan el uno para el otro", "nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie. Esa es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo, sin poseerlo" o "si busco el amor verdadero, antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre". Coelho en estado puro.                     

          

domingo, 14 de junio de 2015

Diana Morant y el pentapartito de Gandia





     Se resolvió la incógnita. Diana Morant fue investida este sábado como nueva alcaldesa de la ciudad ducal tras unas frenéticas horas de negociaciones que terminaron con el pacto de gobierno final a tres bandas PSOE-MésGandia-C´s. Han sido tres semanas de dimes y diretes, de rumores, de certezas y de sorpresas. Como la final, por supuesto. Y el resultado de todo ello es que vamos a vivir una legislatura no apta para cardíacos. En este artículo voy a resumir las distintas posturas de los futuros pactantes a lo largo de los veinte días de la discordia.

     Comencemos por Diana Morant y el PSOE. Desde un primer momento no supieron encajar la dolorosa derrota en las urnas. En lugar de hacer autocrítica y reflexionar sobre las causas reales de la pérdida de casi 4.000 votos y 3 ediles en el nuevo ayuntamiento, se dedicaron a descargar las culpas en otros partidos, principalmente en Els Verds, Guanyem, PSdG y Sí Se Puede. De forma pública, Morant insistió una y otra vez en realizar llamamientos a los demás partidos con representación para pactar para echar a Torró de la alcaldía. Incluso dándosela a Ciro Palmer, único edil electo de C´s. Mientras tanto, desde Valencia, el ex alcalde Orengo trataba de negociar desde la sombra.

     La coalición MésGandia, formada por Compromís, Izquierda Unida, ERPV y otros sectores sociales e independientes de la ciudad, optó por votarse a sí misma, negándose a dar la alcaldía a Palmer. Aunque es bien sabido que quien realmente se negó a este hecho fue la propia líder de la coalición, Lorena Milvaques, quien hubo de soportar las fuertes presiones del resto de concejales electos y demás militantes de las respectivas asambleas, que buscaban también echar a Torró a toda costa.

     Ciro Palmer, de C´s, tenía la llave del nuevo gobierno desde la noche del 24M. Su decisión era clave. No obstante, su obstinación a la hora de postularse como futuro alcalde, negándose a votar a Milvaques y a Morant como alcaldesas, y asegurando una y otra vez que se votaría a sí mismo, bloqueó las negociaciones desde muy pronto. Cabe recordar que ya en la noche del 24M se había encargado de dejar muy claro que jamás apoyaría al PP de Torró. Además, indignado por el caso de intento de compra de UPyD por su jefa de prensa, pedía su cabeza en bandeja de plata como primera medida ante futuras posibles negociaciones. Algo que no sucedió.

     Cuando el 9 de junio, martes, dos agentes de la Guardia Civil se personaron en el ayuntamiento, por orden del juez Eloy Velasco, recabando información acerca de las facturas extendidas a nombre de Alejandro De Pedro, dentro de las investigaciones de la Operación Púnica, el PSOE vio su momento. Así que aceleró los contactos con todos sus interlocutores para tratar de dar un vuelco a la situación. Al día siguiente, la noticia de la imputación del todavía alcalde hizo saltar todas las alarmas en el seno de un PP hasta entonces convencido de que volvería a gobernar otros cuatro años, aunque fuera en minoría.

     Y así, llegamos al día clave, el viernes 12 de junio. Por la mañana, un medio local publicaba un artículo en el cual Palmer denunciaba las fuertes presiones a las que le estaba sometiendo J. M. Orengo para que en lugar de votarse a sí mismo, invistiera a Morant. Y algo, como mínimo extraño e inquietante, debió de suceder a lo largo de la jornada, pues a última hora de la noche el de C´s cedió y cambió su intención de voto, admitiendo que votaría a Morant. Lo cual provocó, a su vez, que MésGandia se reuniera de urgencia, la misma mañana de la investidura, para tratar el tema. En una tensa votación, la mayoría de la coalición, otra vez con la oposición de Milvaques y de Facund Puig (que intentaron, sin éxito, hacer entender a sus compañeros de coalición que era un grave error entregarse a un PSOE que ya les traicionó en 2007, cuando pactó con Plataforma de Gandia en lugar de con ellos), decidió votar también a Morant como nueva alcaldesa.

     La cuestión es que la socialista Diana Morant es la nueva alcaldesa. Muchos afirman, y no les falta razón, que se ha hecho justicia. Que un gobernante como Torró no merecía seguir como alcalde un minuto más. Yo mismo comparto tal afirmación a pies juntillas. Además, creo también en los pactos post electorales - al menos mientras la ley los permita -, y que el hecho de que los acuerdos tarden en llegar no tiene por qué ser malo; es más, parece que esa tardanza demuestra que se está hablando y reflexionando mucho sobre el futuro de la sociedad. Pero es que la sensación que servidor tiene sobre lo que ha sucedido en Gandia es algo distinto. Me gusta la filosofía política de remar todos juntos en favor de algo. Y en este caso, se ha remado contra algo (el ya ex alcalde).

     Los gestos dicen mucho en la vida. También en política. Y los semblantes de Palmer y Milvaques en el plenario del sábado denotan claramente las coacciones sufridas por ambos. Supongo que nunca llegaremos a saber qué hizo cambiar de opinión a un Palmer categórico durante los diecinueve días anteriores. Quizás no haga falta ver fantasmas - desde el PP ya se habla de compra de voto, etc - y simplemente se trató de una orden llegada desde arriba (Barcelona o Valencia), algo que, por otro lado, ya sería esperpéntico de por sí. Quizás el PP demuestre con su reacción aquello de que "se cree el ladrón que todos son de condición" (recordemos de nuevo el escándalo con UPyD durante la reciente campaña electoral). Quizás el PSOE haya hecho bueno lo de "quien no llora no mama", llevándose al final el gato al agua. ¡Quién sabe lo que ocurre en las alcantarillas de la política!

     En mi modesta - y puede que inexperta - opinión, la solución más lógica a esta situación habría sido dejar gobernar a Torró en minoría. Con las cuentas casi intervenidas, sin apoyos externos (el PP ha perdido la Diputación de Valencia y la Generalitat y puede que en noviembre pierda también el gobierno de la nación) y atado de pies y manos por una oposición que podía ponerse de acuerdo de forma puntual para tumbar la mayoría de sus propuestas, el popular podría haber terminado dimitiendo o, lo más seguro conociéndolo, desangrándose (políticamente hablando, por supuesto) ante la imposibilidad de gobernar a su antojo, que es lo que, según ha demostrado, más le gusta. De ahí que servidor opine que el pacto ha sido un error, un error muy grave. Teniendo en cuenta la crispación que se avecina durante esta legislatura, la cruda realidad económica que nos rodea, la movilización de votantes de derechas de cara a los próximos comicios y la más que probable mayor diversificación de votantes de izquierdas en el futuro más cercano, ¿por qué no pensar en una mayoría absoluta del PP dentro de cuatro años? Puede que lo que se hizo el sábado suponga para la ciudad "pan para hoy y hambre para mañana". Espero, sinceramente, equivocarme de cabo a rabo.  

     La cuestión que a los ciudadanos ha de importarnos a partir de ahora es la siguiente: Y AHORA, ¿QUÉ? ¿Aguantará el nuevo gobierno la legislatura entera? Porque es lógico que surjan muchas dudas al respecto. Algunas de ellas son estas: ¿Será posible el entendimiento entre el pentapartito formado por PSOE, Compromís, IU, ERPV y C´s? ¿Qué pasará con las discrepancias internas aparecidas entre los miembros de la coalición MésGandia? ¿Se fía realmente Compromís del PSOE? ¿Hace bien el PSOE en cantar victoria por tener la alcaldía, olvidando los escándalos de Orengo y la caída en picado de sus apoyos electorales en las dos últimas elecciones? ¿Tiene en realidad la nueva alcaldesa el liderazgo en su partido, o alguien la maneja desde la sombra? ¿Cómo reaccionarán Torró y el PP ante lo sucedido? ¿Estallará todo por los aires a la más mínima chispa y tendremos alguna traición en forma de moción de censura? Demasiadas incógnitas que solo el tiempo podrá despejar. Lo que está claro es que hoy mismo comienza la madre de todas las legislaturas crispadas... 
     


miércoles, 10 de junio de 2015

Juan Salvador Gaviota. Richard Bach. Javier Vergara Editor. 1986. Reseña





     Juan Salvador Gaviota, publicada por vez primera en 1970, es la novela más conocida del escritor estadounidense Richard Bach, autor nacido en 1936 que escribió sus obras más representativas en la década de 1970. Sus libros - y el que nos ocupa no es una excepción - siguen la filosofía de que nuestros límites físicos son solo aparentes. Mecánico de fabricación de aviones, entre 1957 y 1962 fue piloto de la Fuerza Aérea de los EE. UU.. Su vida entera ha estado ligada a la aviación, y este tema ha aparecido, a modo de metáfora, en la mayoría de sus obras literarias.

     De hecho, Juan Salvador Gaviota es una fábula sobre el aprendizaje y la capacidad de superación de las personas. La velocidad, las acrobacias y los vuelos de la gaviota protagonista ejemplifican a la perfección la filosofía de su autor. Además, la obra representa una crítica social importante desde el punto de vista de los estereotipos y los sentimientos de pertenencia (o no) a un determinado grupo. En efecto, Juan Salvador Gaviota es expulsado de la Bandada por dedicarse a entrenar su vuelo y no a comer, como el resto de las gaviotas de su sociedad.

     La obra nos muestra el camino hacia la libertad individual en forma de cumplimiento de sueños al precio que sea. Y, por añadidura, nos habla de la búsqueda de la felicidad con uno mismo como resultado de esa lucha por ser uno mismo, aunque ello conlleve verse apartado de su propia comunidad. Todo ello, a través de tres breves capítulos o partes en los que dominan los mensajes filosófico-espirituales y las frases directas y concisas al corazón del lector. Por ello, también se puede considerar este relato como un pequeño manual de autoayuda.

     En la primera parte Juan se convierte, merced a su lucha y espíritu de superación, en la primera gaviota en realizar acrobacias aéreas y en volar a más de 300 kilómetros por hora. Dicha gesta, que en cualquier otro lugar le reportaría ser considerado un héroe por sus iguales, le supone su expulsión de la Bandada tras la reunión de la Sesión del Consejo, presidida por la Gaviota Mayor. Su Bandada solo es capaz de ver un comportamiento irresponsable y temerario que viola la dignidad y la tradición de la Familia de las Gaviotas. Nada que ver con los sentimientos del protagonista, que vive la velocidad como un acto de libertad y poder, de gozo y belleza.

     En la segunda parte, obligado al exilio, Juan encuentra la felicidad en una pequeña bandada de gaviotas que le cambiará la vida para siempre. Chiang, la Gaviota Mayor de este reducida bandada, le enseña que el cielo como tal no existe sino que consiste en ser perfecto a través de trabajar en el amor y en la bondad. De la mano de Rafael, instructor de gaviotas novicias, llega él mismo a convertirse también en instructor. No obstante, decide volver a la Tierra para explicar el verdadero sentido de la vida a cualquier gaviota que lo necesite. Pedro Pablo Gaviota es el primer exiliado al que encuentra en su nuevo camino. Juan se convierte en su instructor y le enseña la lección más importante de su vida: la Bandada, con su expulsión, solo se ha hecho daño a sí misma y sus componentes necesitan el perdón y la ayuda para encontrar su verdadero camino hacia la libertad. 

     En la tercera y última parte Juan va recogiendo más aprendices, todos exiliados. Uno de sus mensajes ejemplifica a la perfección el espíritu de la obra: rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo. En un momento dado, Juan y sus estudiantes deciden regresar a la Bandada. Al principio son ignorados, pero poco a poco sus jóvenes gaviotas se rinden ante sus vuelos y acrobacias. El primer punto de inflexión llega cuando aprende a volar Esteban Lorenzo Gaviota, lo cual arrastra hacia el grupo de Juan a más de mil gaviotas más. Sin embargo, el accidente de Pedro Pablo Gaviota supone el segundo punto de inflexión: al salvar la vida, de forma milagrosa, los viejos de la Bandada acusan a Juan de ser un Diablo que busca acabar con ellos.

     Ante la grave situación, Juan y sus seguidores deben escapar para evitar el enfrentamiento directo. ¿Quién es Juan? ¿Un Dios? ¿Un diablo? ¿Un adelantado a su tiempo? Sea cual sea la respuesta, lo verdaderamente importante es entender que cada gaviota lleva el bien en su interior, y que es incluso divertido hacer que lo vean en sí mismas. Eso se llama amor verdadero. La carrera hacia el aprendizaje acaba de comenzar y Juan, dejando como instructor de su bandada a Pedro, sigue su camino en busca de nuevas gaviotas a las que enseñar.

     El relato tiene algunos significados que conviene recordar antes de finalizar. A saber: el grado de libertad y las limitaciones de los individuos son el resultado de su conocimiento; los conceptos del bien y el mal dependen del conocimiento y del grado de evolución alcanzado por cada sujeto; no hay que conformarse con vivir sino que se deben tener sueños y luchar por ellos; lo importante de esa lucha no es caer sino levantarse y seguir con la lucha; las limitaciones son solo ficticias en muchos casos. En definitiva, la novela nos invita a reflexionar sobre nuestras vidas, nuestros sueños y nuestros comportamientos cotidianos ante la vida. La bondad, el amor, el aprendizaje y la espiritualidad deben ser, según Bach, los pilares de nuestra existencia.        

      

martes, 9 de junio de 2015

Bajo la estrella de otoño (Relato de un vagabundo). Knut Hamsun. Siglo XXI Editores. 2006. Reseña





     El escritor noruego Knut Hamsun, premiado con el Nobel de Literatura en 1920, está considerado como uno de los precursores de la literatura contemporánea. A lo largo de las décadas, ha sido homenajeado y ensalzado por autores como Thomas Mann ("Nunca se ha concedido el Premio Nobel a una persona tan merecidamente"), Ernest Hemingway ("Hamsun me enseñó a escribir"), Isaac Bashevis Singer ("Es en todos los sentidos el padre de la literatura moderna") o Charles Bukowski ("El mayor escritor que ha vivido jamás"). Por desgracia, su apoyo al régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial le hizo caer en el olvido.

     Hamsun fue uno de los pioneros de la literatura psicológica mediante técnicas como el monólogo interior y la corriente de conciencia. Sus obras vienen marcadas por la imprevisibilidad de la narración (y de los personajes principales) y la belleza y frescura de su prosa ( a veces, casi poética). Su estilo, a base de frases cortas, concisas y directas, es sencillo y carente de artificios. Y, sin embargo, la adjetivación es fiel y absolutamente didáctica. 

     Bajo la estrella de otoño (1906) es la primera parte de la Trilogía del vagabundo (completada en 1909 y 1912 con Un vagabundo toca con sordina y La última alegría). El protagonista, Knut Pedersen - verdadero nombre de nacimiento del autor -, decide abandonar su vida adinerada a causa de un desamor y buscar su paz interior en la naturaleza y los bosques de Noruega. Su decisión le convierte en un vagabundo que comienza a vivir episodios sin verdadero sentido específico. Vamos, como la vida misma. Se gana la vida de mil maneras y no le duele trabajar en los más complicados y sucios empleos con tal de ganarse el pan con el sudor de su frente.

     Narrada en primera persona, la novela supone una mirada lúcida de la Noruega de principios de siglo XX. Bosques, montañas, granjas, caseríos, palacetes y hasta cementerios constituyen los ambientes en que se desarrollan las distintas acciones. Todo ello, entorno a una hospitalidad por parte de los respectivos lugareños que invita al lector a darse una vueltecita por tan ricos y diversos parajes. Unos parajes que, cabe decir, conoce al detalle el autor, por estar próximos a su lugar de residencia en Noerholm. 

     Como he comentado más arriba, tanto la narración como Knut Pedersen son imprevisibles. Pedersen sufre neurastenia, enfermedad neurótica que le pone en riesgo cuando ejerce un gran esfuerzo mental. Algo que, por otra parte, ocurre demasiadas veces, como él mismo explica. Y es que reflexiona sobre cada hecho y suceso que acontece en su vida, lo que le obliga a esfuerzos mentales que le dejan agotado, física y mentalmente. Su insomnio no ayuda tampoco a que lleve una vida plena y sana. Problema que, aún en la actualidad, mucha gente padece en su vida cotidiana.

     ¿He dicho que el protagonista busca su paz interior y un sentido para su vida? Pues sí. Es cierto. Pero también lo es el hecho de que ese viaje emprendido supone un intento de huida de sí mismo. Otro rasgo más de imprevisibilidad. Sobre todo porque, en cada uno de los lugares por los que pasa siempre encuentra a alguna mujer de la que enamorarse. El amor se convierte en una necesidad. Y la soledad, en parte elegida, en su principal enemiga. Porque, sin duda, el hombre no fue creado para estar solo. 

     Knut es un manitas que está sobradamente preparado. Sabe hacer de todo y se defiende en todos los terrenos y situaciones. Es minucioso, ocurrente, inventivo y trabajador como el que más. No obstante, pese a ser detallista y desprendido con el género femenino en particular - y con todo el mundo en general - no es nada decidido a la hora de tratar de dar un paso más en el momento estrechar más sus relaciones con las mujeres. Lo cual le lleva a esa soledad de la que busca huir pero que es más fuerte que él. 

     La nostalgia, la ternura y la picaresca acompañan al lector a lo largo de este viaje hacia ninguna parte que suponen las andanzas de Knut Pedersen en Bajo la estrella de otoño (Relato de un vagabundo). Una novela psicológica que engancha al lector a pesar de su sencillez. Porque, a menudo, en la vida común de los mortales, la falta de un camino específico a seguir es lo que hace que todo valga más la pena y que la palabra libertad tome su sentido más pleno. Porque, como narra el propio protagonista de esta historia, prefería errar a la aventura y ser dueño de mí; hacer el trabajo que casualmente se presentase, dormir a la luz de las estrellas y ser para mí mismo un motivo de sorpresas... ¿Quién no ha sentido alguna vez en su vida semejante impulso a dejarlo todo y marchar sin rumbo fijo? ¿Acaso hay una mayor libertad en la vida?