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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Del derecho de resistencia y de huelga y de los sindicatos



     Más allá de las sublevaciones ocasionales y, a veces, osados golpes de estado contra príncipes y gobernantes, lo cierto es que durante buena parte de la Edad Moderna la pasividad y la inacción no atajaban los males sociales ni los problemas políticos. Así que una forma de salir de la inercia institucional y, de paso, alcanzar algunas mejoras sociales y económicas consistía en hacer uso del derecho de resistencia a la opresión. De este modo lo entendió John Locke cuando, en su "Tratado sobre el gobierno civil" (1690), señalaba que si el pueblo es sometido a la miseria y padece las injusticias del poder arbitrario, entonces «maltratado y gobernado contra Derecho, estará siempre dispuesto a quitarse de encima una carga que le resulta pesadísima». Y añadía, valiéndose de una pregunta retórica: «¿qué es mejor para el género humano: que el pueblo se vea expuesto siempre a la voluntad omnímoda del tirano o que los gobernantes se hallen expuestos en ocasiones a encontrar resistencia cuando abusan con exceso de su poder y lo emplean en la destrucción y no en la salvaguardia de las propiedades de su pueblo?».
 
     No obstante, esta idea no era original sino "hija" de doctrinas del siglo anterior. Francisco de Vitoria analizó, a principios del siglo XVI, las circunstancias en las que una persona podía dejar de obedecer las normas establecidas. En sus obras, reconoció que es lícito robar cuando el hambre amenaza la vida y dejar de pagar un tributo si éste es injusto. Incluso el historiador Juan de Mariana llegó a justificar el tiranicidio en casos muy concretos y Hugo Grocio expuso que todo hombre debe poder defender su vida y rechazar aquello que puede amenazarle.
 
     Y en esas estamos en la actualidad y en nuestro país. Bueno, también en muchos otros lugares. Pero permitidme centrarme en nuestra España. Tanto el PSOE, en los últimos años, como el PP, antes y ahora, gobiernan de manera que nuestra libertad, tanto personal como social, y nuestro pan corren un gravísimo peligro.
 
     Hoy muchos estamos de huelga. Tal y como reconoce el artículo 28.2 de la Constitución Española de 1978, se trata de un derecho fundamental para la defensa de los intereses colectivos de los ciudadanos. Sin duda, éstos han sido y son gravemente atacados por los actuales gobernantes - por favor, pensad que no me refiero sólo al PP, gobernante actual, sino también al PSOE, a los que nos han gobernado los anteriores siete años y medio de forma igualmente indigna -. Los recortes en sanidad, educación, prestaciones sociales y libertades de todo tipo comenzaron con Zapatero. Rajoy sigue y amplía el camino abierto por aquél.
 
     En definitiva, el presente artículo pretende reflexionar sobre esta huelga y el conjunto de acciones, manifestaciones y demás movimientos sociales que se vienen sucediendo en los últimos años en España. Y cabe distinguir y diferenciar cada uno de estos sucesos. Una cosa es manifestarse contra la clase política en general y otra contra la política concreta del gobernante de turno. A saber.
 
     ¿Cómo diferenciar una huelga como la de hoy del resto de manifestaciones? Entre otros, sobre todo por un aspecto muy fácilmente reconocible: el papel desempeñado por los sindicatos en los mismos. Y, ¿por qué? Pues porque los sindicatos no dejan de ser políticos y, por tanto, no van a echar piedras sobre su propio tejado.
 
     Efectivamente, es muy curioso ver cómo CC.OO, UGT y el resto de sindicatos - que son muchos más -, se comportan según los casos. Para muestra, tres ejemplos muy sencillamente reconocibles:
1- Durante los siete años y medio de gobierno socialista estuvieron bastante tranquilos. Sólo "montaron" una pantomima de huelga general el 29 de septiembre de 2010, cuando el clamor general de la población hizo inevitable que aparecieran en el escenario político nacional, aunque fuera sólo para tapar bocas y hacer ver como que sí que se mueven cuando es necesario (necesario para ellos, por supuesto).
2- Durante el todavía no cumplido primer año de gobierno del PP se están mostrando muy activos y preocupados por el panorama del país. Resultado: en menos de un año ya van dos huelgas generales.
3- ¿Y qué hacen cuando hay otras manifestaciones contrarias a la clase política en general? Aparecer por allí, como quien no quiere la cosa, para hacer ver que están con el pueblo y en contra de "sus compañeros políticos".
     Ciertamente, sólo fijándonos en la forma de actuar de los sindicatos, nos puede resultar bien sencillo distinguir entre las diversas formas y maneras de manifestarse de la población española actual.
 
     Pero ojo: llegados a este punto conviene hacer dos aclaraciones básicas. En primer lugar, los sindicatos son muy necesarios en cualquier sociedad pues son ellos quienes deben coordinar todas las reivindicaciones sociales. En segundo lugar, considero totalmente justificada la convocatoria de la huelga que nos ocupa (o desocupa) hoy. El partido que nos gobierna, tal y como ha quedado claro tras ver el vídeo que encabeza el presente artículo, ha incumplido su programa electoral, lo cual lo hace indigno de ocupar dicho lugar ya que el pueblo que lo votó lo hizo para que realizara políticas totalmente contrarias a las que a la postre está llevando a cabo. Por ello, el pueblo debe resistirse. Y también debido a ello, el PSOE apoya esta huelga (cuando mira hacia otro lado en el resto de protestas sociales).
 
     ¿Manifestarse contra la clase política que ha llevado a España hasta la situación actual? ¡Por supuesto! ¿Secundar la huelga contra un gobierno indigno que está acabando de enterrar al estado de bienestar? ¡También! Pero, ante todo, sepamos diferenciar unas cosas de otras y los comportamientos de unos y otros según los casos... ¡Feliz día!
      

miércoles, 28 de marzo de 2012

29M: Huelga general, ¿sí o no?


     El artículo 28.2 de la Constitución española de 1978 especifica que "se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad". Evidentemente, nadie está obligado a secundar la huelga, pues es una decisión únicamente personal, así como tampoco ningún empresario puede obligar a un trabajador a acudir a su puesto de trabajo, ya que está en su derecho de no hacerlo.

     A estas alturas mucha gente tiene ya claro si va a hacer huelga o no el 29M. Sin embargo, multitud de personas todavía no se han decidido por causas bien variadas. Como es lógico, yo no pretendo convencer a nadie a través de estas líneas. Simplemente, me apetece reflexionar sobre el tema. Veamos las diferentes justificaciones para tomar la decisión que cada uno crea más oportuna.

     ¿Por qué se debe hacer huelga? Pues porque es un derecho fundamental la defensa de unas condiciones laborales que, lejos de mejorar, están empeorando a pasos agigantados en los últimos años (eso en el caso de quienes aún tienen la "suerte" de poder desempeñar las funciones que sean en este país), trabajándose más horas por menores salarios y, lo que es peor, en peores situaciones de precariedad.

     Porque la reforma laboral recientemente aprobada por el gobierno de Rajoy no generará ni más empleo ni mayor calidad del mismo, suponiendo un ataque directo a la clase trabajadora, la vuelta del poder al "patrón" y un enorme paso atrás en los derechos alcanzados con sangre, sudor y lágrimas por parte de varias de nuestras generaciones pasadas.

     Porque, a estas alturas de la película, nadie (excepto los patronos y nuestros gobernantes) quiere tener que volver a vivir la época de la primera revolución industrial, cuando los salarios eran ínfimos y las duras jornadas de trabajo interminables (véase la obra maestra del gran genio Charles Chaplin que lleva por título "Tiempos modernos").




     Por todo lo anterior, cualquier trabajador debería secundar la huelga del 29M. Veamos ahora las causas que pueden justificar la no secundación de dicha convocatoria. Primero que nada, porque trabajar en día de huelga también es un derecho fundamental de todo trabajador. Algo que cabe no olvidar nunca. De la misma manera que es indignante que existan amenazas de represalias a los trabajadores huelguistas por parte de algunos empresarios (que las hay) tampoco deberían existir los piquetes que impiden, a veces por la fuerza, acudir a sus puestos de trabajo a aquellos que así lo deciden ejerciendo su libertad individual.

     Porque, en plena época de recortes de todo tipo, y ante la plausible posibilidad de que la huelga no sirva absolutamente para nada, no acudir al trabajo supondrá, para todos, un suculento descuento salarial en la ya de por sí menguada nómina de este mes.

     Y porque debemos recordar la pantomima de los sindicatos en la "huelga" convocada por UGT y CC. OO. el 29 de septiembre de 2010 ante el inoperante gobierno de ZP. Aquella convocatoria fue una forma burda de tapar ojos y bocas a una ciudadanía que clamaba contra el gobierno del PSOE y demandaba una huelga general. En efecto, los sindicatos no le "montaron" a ZP una huelga como la que le han "montado" a Rajoy. Cuando el PSOE inició la política de recortes los dirigentes sindicales permanecieron impasibles en sus sillones. En cambio, el 29M habrá hasta 111 manifestaciones a lo largo y ancho del territorio español clamando contra el PP.

     Ante todo esto sólo cabe recordar un apunte que resulta, como mínimo, sospechoso. A la jornada de clausura del XXXVIII Congreso Federal del PSOE, el pasado mes de febrero, los dirigentes de UGT y CC. OO., Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, acudieron a la ciudad de Sevilla en calidad de invitados. ¿De qué hablarían allí?

     Después de lo anteriormente reseñado, no considero nada descabellado el hecho de que secundar la huelga sea "hacerles el juego" tanto a los dos principales sindicatos españoles como al mayor partido de la oposición. Algo que muchos podrían utilizar para decidir no ir a la huelga el 29M. 

     Ante semejante panorama uno puede llegar a pensar que los gobernantes, sean los "gaviotas azules" del PP o los "capullos rojos" del PSOE, son, más bien, gobernados (por todos y cada uno de nosotros) y que, más que una huelga general contra el gobierno de unos o de otros, es más pertinente un plante general ante la irresponsable clase política española (y, por supuesto, incluyendo a los sindicatos).

     Españoles: haced huelga (o no) el 29M...pero que Dios nos pille a todos confesados!