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domingo, 5 de enero de 2025

Mis diez mejores lecturas de 2024

 




10. Soldados de Salamina. Javier Cercas. Tusquets. 2001. La novela que relanzó la carrera literaria de Cercas narra unos hechos históricos -los fusilamientos acaecidos durante los últimos días de la guerra en el santuario del Collell (Girona)- desde puntos de vista variados, demostrando que la Historia no se puede conocer fehacientemente desde una única versión. Una novela que bebe directamente de los escritores Sánchez Ferlosio y Roberto Bolaño sobre dos historias reales que tienen que ver con el también escritor y político falangista Sánchez Mazas y un soldado republicano que lo dejó escapar con vida del lugar de los fusilamientos. Un ejemplo claro de cómo de complicado, arduo y tortuoso es el proceso de documentación de una novela histórica. Sobre todo cuando esta se basa en personajes reales a los cuales se debe encontrar y conocer para lograr la máxima perfección y veracidad posible. Una historia deslumbrante que fue apoyada por la magnífica película de David Trueba. 

9. El periodista deportivo. Richard Ford. Anagrama. 2023. Primera de las cinco novelas protagonizadas por el personaje ficticio -¿puede que un alter ego del propio autor?- Frank Bascombe, en las que el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2016 Richard Ford traza un exhaustivo retrato psicológico no solo de un personaje y hasta de la condición humana, sino también de una nación (EE.UU.) y una región (Nueva Jersey), cuyas ciudades principales (Haddam, Freehold o Asbury Park) son parte importante de la historia hasta el punto de condicionar la vida del protagonista principal. Un personaje que sufre la cotidianeidad, que es un superviviente -a tiempo completo, además- de la crisis personal y familiar que sufre desde años atrás, aunque por momentos él mismo no sea capaz de verlo de esa manera. El autor parece reflexionar en voz alta sobre cómo podría haber sido su vida si no hubiera decidido luchar por ser escritor. 

8. La biblioteca de la medianoche. Matt Haig. Alianza. 2021. Un canto al poder de los libros como fuerza impulsora de vitalidad y de amor. Una celebración de la multitud de posibilidades que nos ofrece la vida. Un estudio filosófico y casi psicológico -y muy empático- sobre la condición humana. Una fantasía en torno a lo que de verdad importa -o debería importar- en la vida. Una inyección de posibilidades en tiempos difíciles e inquietantes. Una experiencia sobre el amor, las segundas oportunidades y la valoración de la vida que nos ha tocado vivir. Una historia que mueve a la reflexión acerca de nuestra relación con el remordimiento por lo que hicimos o dejamos de hacer. Porque todos hemos cometido alguna vez el tremendo e injusto error de no ver sentido a nuestras vidas. De todo esto trata una novela que todo el mundo debería leer. Porque, además, es muy entretenida y realmente absorbente.

7. Surrender. 40 canciones, una historia. Bono. Reservoir Books. 2022. Bono, líder de la famosa banda irlandesa U2, nos descubre algunos aspectos menos conocidos de su vida a la vez que explica más detalladamente otros ya conocidos por todos. Un libro extenso que presenta los grandes momentos familiares, musicales y político-activistas de un cantante irrepetible por su importancia a todos los niveles. Unas memorias para fans y no fans. Porque, más allá de lo musical y familiar, resulta innegable la labor político-social del autor, con conexiones con Amnistía Internacional, Greenpeace y otras muchas ONGs. Así, se puede asistir, desde dentro, a complicadas reuniones, negociaciones y diseño de campañas como la condonación de la deuda externa de los países del Tercer Mundo o la de las ayudas a los países pobres africanos para poner fin a la transmisión incontrolada del SIDA. El tema del mesianismo político aparece en el libro, con todas las alabanzas y críticas recibidas.

6. La última función. Luis Landero. Tusquets. 2024. La historia de quien quiere pero no puede. De quien da todo lo que lleva dentro pero no consigue más que pequeñas victorias que hacen estériles sus esfuerzos por alcanzar una meta mucho más amplia. De quien, pese a ello, atesora una dignidad y una honestidad a prueba de bombas. Porque solo fracasa quien abandona, nunca el que lo intenta con todas sus fuerzas. Tito, Rufete y Galindo ven en esa última función su última oportunidad en la escena teatral. Paula busca vivir una aventura que la lleve a iniciar una nueva vida mucho más satisfactoria. Y los ciudadanos de San Albín ven en esa representación la última ocasión de conseguir que su querido pueblo no caiga en el olvido y pase a engrosar la lista de pueblos de la denominada España vaciada. Una novela sencilla y a la vez complicada. Como la vida misma. Todo ello de la mano de un Landero que demuestra conocer al dedillo no solo el alma humana sino las mejores formas de hacer literatura.

5. Baumgartner. Paul Auster. Seix Barral. 2024. ¿El testamento literario de Auster? Para nada. Sería injusto calificarla así. Porque el estilo de esta novela, su última novela, es fiel al conjunto de su obra: aparentemente sencillo pero que esconde en realidad una compleja arquitectura narrativa repleta de digresiones que parecen romper el hilo discursivo pero que completan información que más adelante será más importante de lo que parece; de una metaficción que esconde unas historias dentro de otras; y de un cuestionamiento de la identidad que hace que el lector se devane los sesos pensando si la obra en cuestión habla de los personajes de la misma o si el autor está hablando en realidad de sí mismo. Temáticamente hablando, también esta novela es fiel a toda su carrera: existencialismo, pérdida, amor, azar, soledad, duelo. Paso del tiempo. Un tiempo que no volverá, hecho que, lejos de abrumarnos y desanimarnos, debe alumbrar en nosotros el deseo de vivir con todas las ganas. Auster se moría. Lo sabía. Y buscó completar su legado. Como en su día David Bowie, Leonard Cohen o Freddie Mercury.

4. El niño. Fernando Aramburu. Tusquets. 2024. En 1980 una explosión de gas propano mató a cincuenta niños y tres adultos en el colegio público de Ortuella, Vizcaya. Aramburu documentó los hechos y se entrevistó con supervivientes y familiares de víctimas para poder construir una novela que describe el sufrimiento de una de las muchas familias afectadas. Otro magnífico capítulo de su serie Gentes vascas. Una novela en la que las vidas de los protagonistas cambiarán para siempre a partir de unos hechos devastadores y lacerantes. El autor nos muestra, con gran singularidad y originalidad, aspectos inesperados de cada uno de ellos. Nos los abre en canal gracias a su peculiar bisturí literario-psicológico para enseñarnos qué encierran sus cerebros devastados, cómo laten sus corazones heridos, cómo afrontan el drama personal y familiar y cuál será el destino de cada uno de ellos. Es obvio que la realidad siempre supera a la ficción, pero cuando esta bebe directamente de la realidad el resultado puede ser igualmente veraz. Y dibujarnos una obra de arte en forma de un extraordinario friso de desgarros. 

3. Araña. Jon Bilbao. Impedimenta. 2023. Pasado y presente. Realidad y ficción. Las historias narradas por el Jon escritor están protagonizadas por el Jon niño, el Jon adulto y John Dunbar, ya convertido en el Basilisco, en épocas y lugares muy diferentes. Y, sin embargo, merced a la extraordinaria maestría del Jon escritor, se mezclan de tal manera que a menudo el lector duda a la hora de dilucidar lo que fue primero: la Asturias del siglo XX o XXI o el desierto de Nevada del siglo XIX. El Jon asturiano o el Basilisco. Es decir, el huevo o la gallina. No, no es una exageración. Porque ocurre que en no pocas ocasiones los personajes beben los unos de los otros, pese a pertenecer a épocas y lugares tan diferentes. Y viven vidas tan paralelas en algunos aspectos que parecen ser solo uno. ¿Estamos quizás ante un viejo Jon de casi doscientos años de existencia? Sea como sea, esa mezcla, junto a la de los géneros literarios -biografía, western, drama, crónica, aventuras- crea una nueva ficción original, fresca y muy llamativa. Tras Basilisco, Araña es la segunda parte de la trilogía que ya completa Matamonstruos, novela que habrá que leer sin falta en 2025. 

2. El tesoro de La Girona. Javier Pellicer. Edhasa. 2023. Pellicer derrocha unos bastos conocimientos de los hechos narrados -la derrota de la Armada Invencible en 1588 y los mitos y las leyendas irlandesas- y un gran saber hacer a la hora de mezclar la realidad histórica y unas tramas y unos personajes ficticios que bien podrían haber existido en la realidad. Como en todas sus obras, lo mejor del autor valenciano es la evolución psicológica de sus personajes: sus luchas internas, sus deberes morales, sus cambios en la forma de pensar y de actuar, la superación de sus debilidades, el aprovechamiento de sus fortalezas y la manera en que enfrentan las respectivas situaciones que se les presentan. Joan Mateu y Ealasaid guardan secretos. Ninguno cree merecer al otro. Los dos deben hacer frente a un presente ligado directamente al pasado de sus respectivas familias. Ambos deben afrontar los grandes contrastes de sus tan diferentes orígenes. El tesoro de La Girona es una novela para enamorarse, más si cabe, de la denominada Isla Esmeralda, una cultura en la que conviven en armonía santos, druidas, monjes y hadas.

1. Los incomprendidos. Pedro Simón. Espasa. 2022. Tras el enorme éxito alcanzado un año atrás con Los ingratos, Premio Primavera de Novela 2021, el escritor y periodista madrileño Pedro Simón publicó su tercera novela, Los incomprendidos, a finales de 2022. Como en su predecesora, el autor nos narra una historia que llega y emociona al lector. Porque, como reconoce Javier, uno de los personajes y narradores de esta novela -junto a su hija Inés y su hermana Clara, que aparece como narradora epilogar-, las mejores historias no son las que hablan de los otros en sitios lejanos, sino las que hablan de ti. Aquí mismo. Ahora. Y hacen que se te iluminen los ojos y quieras conocer el final. Y no le falta razón. Porque las historias cercanas y corrientes, las que nos pueden ocurrir a cualquiera de nosotros, suelen resultar a menudo las más atractivas. Aunque solo sea por ofrecer una mayor verosimilitud y, por tanto, también una mayor posibilidad de repetirse en nuestras propias carnes. En las historias que nos narran los protagonistas de Los incomprendidos, como ya sucediera en Los ingratos, también tienen cabida la esperanza y la ilusión. La ilusión de que los problemas siempre se pueden superar. Porque solo la muerte no tiene solución. Y hasta la muerte misma también puede acercar a quienes sobreviven a la tragedia. Aunque para ello hayan de viajar a lo más recóndito de sus almas. Aunque para ello hayan de mirarse en el espejo y decirse a la cara -en este caso, escribir sobre un papel- quiénes son y quiénes quieren ser a partir de ahora. Para mí, lo mejor que leí durante 2024.


 


 
             

lunes, 26 de febrero de 2024

Surrender. 40 canciones, una historia. Bono. Reservoir Books. 2022. Reseña

 




    A finales de 2022, acompañado de un recopilatorio de versiones de algunas de las canciones más significativas de la historia de su grupo, U2, bajo el título Songs of surrender, y apoyado en una pequeña gira de presentación realizada por el propio Bono en teatros y aforos de tamaño mediano --que le trajo hasta el Teatro Coliseum de Madrid--, vio la luz Surrender. 40 canciones, una historia, el libro en el que el famoso cantante descubre algunos aspectos menos conocidos de su vida a la vez que explica más detalladamente otros ya conocidos por todos, seguidores y no seguidores de la banda irlandesa. Un libro extenso, de casi setecientas páginas, en la que aparecen también fotos familiares inéditas hasta la fecha. Unas memorias, personales y grupales, que presentan los grandes momentos familiares, musicales y político-activistas de un cantante irrepetible por su importancia a todos los niveles. Un libro que ha hecho las delicias de sus seguidores y también de quienes se han animado a leerlo pese a no ser devotos de los cuatro irlandeses más famosos del mundo.

    Bono se apoya en cuarenta de las canciones más famosas de su repertorio para presentarnos cada uno de los momentos más decisivos de su existencia. Desde la pérdida de su abuelo y de su madre a los 14 años de edad, que sumió a los tres Hewsons --Bono, su hermano y su padre-- en una depresión que se tornó en ira, rabia y constantes peleas, hasta su triple paternidad; desde su pasión por la lectura --a los 12 años ya había leído El señor de las bestias y antes de los 18 Crimen y castigo-- hasta sus influencias musicales --The Clash, Ramones, los Who, Patti Smith, Dylan o Bowie--; desde la apertura de miras que le propició la lectura de la Biblia hasta el sectarismo religioso al que hubo de hacer frente en su Irlanda natal. Sectarismo religioso que no impidió que sus padres (Bob, católico; Irish, protestante) se casaran y fundaran una familia y que el propio Bono, junto a The Edge, Adam y Larry (dos de ellos, católicos; los otros dos, protestantes), hicieran lo propio con una banda de rock que acabó siendo la más famosa de su país y que trascendió mucho más allá de sus fronteras.

    Cuenta Bono que jamás logró superar la ira, el mal genio y ese carácter rebelde y de maleducado que salió de sí mismo tras la muerte de su madre. Y que ello se plasmó en una de sus primeras canciones, Out of control, escrita a los 18 años en su casa de Cedarwood Road, muy poco tiempo después de ver a The Clash en el Trinity y decidir que quería ser músico. Y recuerda cómo se sintió al recibir su primera guitarra --que se convirtió en su cuerda de salvamento y a la vez en su arma-- de manos de su hermano Norman, al ver el anuncio de Larry Mullen Jnr. en un panel del Mount Temple School, al entrar en U2 la misma semana en que se puso a salir con Ali Stewart --su esposa y madre de sus tres hijos--, al escribir sus primeras canciones --las canciones son mis rezos, afirma, mientras completa con la información de que los U2 rezan antes de los conciertos--, al dar sus primeros conciertos en Irlanda e Inglaterra, al conseguir una furgoneta para poder girar con la banda, al convertirse en el puntal del grupo o al conseguir esa fuerte conexión con el público.              

    Pero, como la vida es una sucesión de momentos, buenos y malos, también recuerda acontecimientos desoladores que lo marcaron de por vida. Acontecimientos violentos que alentaron su rebeldía, su inconformismo, su carácter a veces también violento. Por ejemplo, las repetitivas masacres del IRA en su Dublín natal y en el resto del país, los atentados de París y Niza en 2015 y 2016 respectivamente --los cuales le tocaron de cerca, pues estaba en ambas ciudades en esos momentos, con U2 en París y con amigos en Niza--, los asesinatos de JFK en 1963 --huelga decir la importancia de la figura de JFK en Irlanda-- o de John Lennon en 1980 --cuando U2 estaban en Buffalo para dar uno de sus primeros conciertos en los EE.UU., poco después de publicar su primer álbum, Boy, y de comenzar su primera gira fuera de su país-- o sus problemas de salud --especialmente la ampolla que le salió en la aorta, en 2016, y que estuvo a punto de hacerle perder la vida--. Momentos que a uno lo hacen reflexionar sobre la vida. Y también sobre la muerte. Sobre todo cuando la muerte ha estado tan presente en la vida de quien cuenta su historia.

    La lista de las amistades del cantante es casi eterna. También la de los personajes importantes con los que se ha relacionado a lo largo de su vida. Muchos de ellos aparecen en las páginas de este libro. Pavarotti, Sinatra, Obama, Mandela o Michael Hutchence ocupan capítulos enteros en ocasiones. También, como es lógico, Paul McGuinness, considerado el quinto U2, el manager que los llevó desde sus inicios y que les consiguió el contrato con Island Records; y, por supuesto, Brian Eno, Daniel Lanois y Steve Lillywhite, productores y desde siempre figuras capitales en la historia de la banda. Una banda que practicó el glam rock y pasó al punk rock. Todo ello con aquellas míticas primeras grabaciones en los también míticos Windmill Lane Studios. Una banda que tuvo que lidiar con un típico dilema irlandés que preocupaba a sus miembros: el de la compatibilidad entre la fe y la música. Tanto que The Edge llegó a preguntar a sus compañeros, tras el éxito de Boy, si ¿podemos ser una banda y, a la vez, creyentes?     

    Y, hablando de incompatibilidades, hay otras tres muy presentes en estas memorias. Por un lado, entre los cuatro miembros de U2. Por otro, entre la banda y la familia. Y, finalmente, entre la banda y el activismo social. Resulta obvio que no hay muchos grupos que superen los cuarenta años de longevidad. Se pueden contar casi con los dedos de una sola mano. La diferencia de caracteres, los distintos criterios de evolución musical y de estilo, las diferencias a la hora de componer canciones y discos o de diseñar giras o las influencias que en la cohesión del conjunto puede crear un mal momento personal o profesional de uno de sus miembros pueden poner en jaque la estabilidad de todos. U2 ha sufrido distintos altibajos a lo largo de su trayectoria. Y basta leer este libro para conocerlos. A veces, con bastante detalle. Hasta el punto de haber estado a punto de disolverse en varias ocasiones. La amistad entre los cuatro y, por qué no reconocerlo, el interés común, han salvado los muebles en más ocasiones de las que los fans pudieran pensar antes de leer Surrender. 40 canciones, una historia

    ¿He escrito altibajos? Pues para altibajos los que ha tenido Bono con su mujer Ali. Sus constantes viajes, sus idas y venidas --no solo musicales, también activista-políticas-- han causado estragos en un matrimonio que, pese a todo, parece estar construido a base de amor, comprensión y empatía mutua --aunque más por parte de ella, según reconoce el propio autor-- y, desde luego, a prueba de bombas. Un matrimonio que tiene tres hijos. Tres hijos que debieron acostumbrarse a las continuas ausencias del cabeza de familia. Algunas de ellas, largas, casi eternas. Ausencias compensadas con otro tipo de prebendas. Ya se me entiende. Algo parecido podríamos decir de la supuesta incompatibilidad entre la banda y el activismo socio-político de Bono. Y es que si Ali ha tenido mucha paciencia con él, ¿qué decir de sus compañeros musicales? A menudo han debido de trabajar a distancia. Unos desde Dublín y el otro desde New York, Washington o cualquier otro lugar del mundo. Una vez, incluso, entregaron un álbum sin concluir del todo porque se les echaba el tiempo encima y tenían comprometido tanto el álbum como la gira. Una gira, el Popmart Tour, por cierto, de las más exitosas de su carrera. Y en la que acabaron de pulir los detalles inacabados de las canciones del disco. 

    Surrender. 40 canciones, una historia es un libro, en definitiva, para fans y no fans. Porque los interesados en la faceta del activismo político-social del autor pueden encontrar también muchas conexiones con Amnistía Internacional, Greenpeace, RED, ONE, DATA, Jubileo 2000 y el resto de ONGs con las que Bono ha colaborado a lo largo de las últimas décadas. Y asistir, desde dentro, a las complicadas reuniones y negociaciones de campañas como la de la condonación de la deuda externa de los países del Tercer Mundo o la de las ayudas a los países pobres africanos para poner fin a la transmisión incontrolada del SIDA, las injustas reglas de comercio que dañan a sus ciudadanos más empobrecidos y las deudas impagables que todavía mantiene buena parte del continente. El tema del mesianismo político también aparece en el libro. Un tema que a Bono siempre le ha preocupado y por el que ha sido objeto de críticas y alabanzas a lo largo de su dilatada carrera. Una carrera, una vida, una personalidad, muy bien trazada en las páginas de unas memorias absolutamente imperdibles.