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lunes, 15 de diciembre de 2014

El viaje del elefante. José Saramago. Alfaguara. 2009. Reseña





     El escritor portugués José Saramago - Premio Nobel de Literatura en 1998 - acudió a la Universidad de Salzburgo para dar una charla a un grupo de estudiantes. Tras la charla, cenó en un restaurante de nombre El elefante decorado a base de figuras de paquidermos. El bueno de Saramago no pudo evitar preguntar sobre ello. Los motivos decorativos - pequeñas esculturas de madera puestas en fila - hacían referencia al poco conocido viaje de un elefante llamado Salomón desde Lisboa hasta Viena a mediados de siglo XVI. De ahí nació el libro a reseñar.

     En 1551 la reina de Portugal, doña Catalina de Austria, propuso a su esposo, Juan III, aprovechar la presencia en la Valladolid de Carlos V de su primo, el archiduque Maximiliano de Austria, futuro emperador alemán, para completar un anterior regalo de bodas que no le acababa de convencer ni a ella misma. El presente consistió en un elefante asiático (indio) de nombre Salomón (en honor al sabio rey Salomón). Los reyes portugueses mataban, así, dos pájaros de un tiro: se acercaban más al primo de la reina y, de paso, se deshacían de la presencia de un paquidermo que, pasado un primer momento de alegría y expectación, se había convertido en un problema.

     La novela narra de forma pormenorizada la epopeya vivida por el elefante y el séquito de acompañantes y cuidadores del animal a través de la Europa de mediado el siglo XVI. Un auténtico absurdo en el que nadie parece caer a lo largo de los seis meses que duró la gran caminata. Pese a ser una novela histórica, Saramago aprovecha el hecho del viaje en sí para volver a abordar temas ya conocidos en su obra, como la mezquindad humana, las flaquezas, las desigualdades, el egoísmo o la falta de compasión. Una nueva reflexión sobre la imperfección de las personas a través del humor y la ironía.

     El escritor nos muestra cómo eran las sociedades de los países por los que discurrió la caravana que acompañó a Salomón. Desde la Lisboa y el Portugal de Juan III hasta la Viena imperial, pasando por la España de Carlos V y una Italia en plena lucha contra un luteranismo que amenazaba con destruir las bases de la Iglesia católica del momento - como así acabó ocurriendo, dicho sea de paso, por fortuna -. Todo ello, como ya se ha señalado con anterioridad, haciendo gala de una sorna y una burla que otorgan a la novela un punto extra de interés.

     Los personajes más poderosos de cada una de las sociedades de la época son objeto de discreta (o no) burla por parte del autor. Hasta el punto de que no en pocas ocasiones han de ser simples lacayos, con la máxima sensibilidad posible, quienes les saquen de errores poco creíbles en casos provenientes de tan alta alcurnia. Por no hablar de Subhro, el cornaca o conductor del paquidermo, quien a lo largo de toda la novela haca gala de una locuacidad y una inteligencia bastante más elevadas que la de los altos mandatarios a los que sirve.

     En efecto, Subhro, un cuidador de elefantes que acompaña siempre a Salomón, donde quiera que él deba ir, se permitirá aconsejar a los capitanes de los pelotones portugués, primero, y austriaco, después, e incluso a reyes y archiduque. Hecho este que deja patente que todos los humanos somos imperfectos y que, en realidad, lo que nos diferencia es, más que la inteligencia y el buen hacer, la pertenencia a una clase social u otra.

     Lo que más me ha gustado de la novela es la descripción psicológica de los personajes, con todos los matices y peculiaridades individuales que ellos conllevan, y la forma de abordar la relación entre paquidermo y cornaca, Salomón y Subhro. Y es que merced a ello el elefante acaba por poseer mayores atributos humanos que muchas de las personas (o personajes) que forman parte de la acción narrada. Y, gracias a algunas de sus acciones, llega a conmover al lector como no lo hacen los humanos. Algo más sobre lo que reflexionar tras la lectura de la obra.

     Para finalizar, me quiero centrar en la forma de escritura utilizada por Saramago en El viaje del elefante. Pese a estar narrada en pasado, el autor hace una serie de incisos desde el presente de la acción, lo que nos acerca a los pensamientos de los protagonistas y a sus acciones. Pero es que, además, encontramos otros incisos a base de explicaciones históricas sobre hechos pasados (y también futuros) que también nos llevan a estar presentes en los ambientes descritos. Lo cual convierte al autor en un narrador pleni-omnisciente (por decirlo de alguna manera) que no conoce únicamente el pasado y el presente, sino también el futuro. No un futuro inmediato, no, sino un futuro de incluso varios siglos. Así, encontramos referencias a las incursiones cartaginesas de la mano de Aníbal, pero también a alguna película de Vittorio Mussolini, hijo del dictador italiano y también productor cinematográfico.

     En resumen: aunque intuyo que no estamos, ni de lejos, ante una de las mejores novelas del Premio Nobel portugués, pienso que está bien como aproximación a su obra. Aunque, claro, la mayoría de vosotros pensareis, con toda la razón del mundo, que cualquier obra es válida para acercarse a un genio de tal magnitud. Pues eso: sigamos leyendo obras de este escritor, periodista y filósofo que, como destacó la Academia Sueca al concederle el premio Nobel, es capaz de volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía.    

         
             

viernes, 29 de junio de 2012

La leyenda del ladrón. Juan Gómez-Jurado. Planeta. Reseña



     Las novelas de aventuras parecen ser cosa del pasado, de unas épocas ya bastante anheladas y lejanas. Sin embargo, estamos ante el que puede ser el renacimiento de un género tan amado como casi-olvidado por los escritores actuales. Pienso que la clave de esta situación es lo costoso que resulta escribir sobre este tipo de literatura. Hace falta una extensa documentación sobre los personajes, el contexto histórico, social y económico de la época en cuestión y, lo peor de todo, dar vida no a los personajes sino a las propias ciudades escenarios de las historias.

     Pues bien, en este libro recientemente publicado por Planeta, Juan Gómez-Jurado nos deleita con una serie de personajes y ambientes que cumplen a la perfección con los cánones del género de aventuras. La Sevilla del siglo XVI renace ante nuestros ojos mientras leemos esta maravillosa novela. Cada barriada, cada calle, cada casa de la ciudad más importante del mundo hace cinco siglos aparecen ante nosotros de una manera tan formidable que hasta nos parece oler, tocar y ver todo lo que allí ocurrió.

     "La leyenda del ladrón" cuenta con todas y cada una de las temáticas propias de este género: amor, odio, pasión, venganza, bondad y maldad. Todo ello a través de malvados nobles y comerciantes, pobres mendigos y prostitutas y, por supuesto, consumados espadachines e inteligentes ladrones. No obstante, el centro de la trama supone una enorme historia de superación personal de un joven de gran bondad y valentía que deberá superar una serie de desgracias a lo largo de su vida. Sancho de Écija, lejos de abandonarse ante las dificultades y convertirse en un personaje tipo "carne de cañón", luchará contra todos los elementos para sobrevivir en tiempos de Felipe II: de gran crueldad y corrupción, en los cuales la vestimenta marcaba la condición social de cualquier persona.

     La realidad de la época y la ficción creada por el autor se funden para crear una historia que cuesta mucho dejar de leer. Los protagonistas te toman del brazo cuando tratas de cerrar el libro. Y te resulta imposible abandonarlo sin saber qué va a ocurrir a continuación. Mi experiencia me dice que cuando terminas una novela y lo primero que piensas es "¿y ahora qué hago?" es que es un gran libro. Y este es un claro ejemplo.

     Todos los protagonistas están tan bien descritos y caracterizados por Juan que te parece estar viéndolos con tus propios ojos: desde el enano Bartolo hasta el esclavo Josué, desde el herrero Dreyer hasta el comerciante Vargas. Por no hablar del espadachín De Groot o el ciego Zacarías. Cada uno de ellos nos dejan bien claro cómo era la sociedad sevillana de fines del siglo XVI. Sin embargo, los grandes protagonistas son Sancho y Clara, una esclava que también será un ejemplo de lucha y superación de la mano del viejo médico Monardes.

     Una de las conclusiones que se puede extraer de esta aventura épica es que la suerte influye mucho en la vida de una persona. Pero también que si la buscas tienes muchas más posibilidades de poder encontrarla. Si queréis saber cómo un auténtico "don nadie" puede cambiar no sólo su vida sino la de la ciudad más importante del mundo, debéis leer "La leyenda del ladrón". Y también si queréis aprender sobre cómo era la vida de las personas hace quinientos años. Incluso, podéis descubrir que el paso de loa siglos puede cambiar terriblemente algunas cosas mientras otras siguen exactamente igual. Que "los malos" de esta historia sean un banquero y un comerciante creo que explica bastante bien este último punto.

     En esta magnífica historia encontraréis tanto los mismísimos orígenes de la literatura moderna (¡Cervantes y Shakespeare se encuentran en la Sevilla del XVI!) como lo que para su autor es la composición de la materia de los sueños: oro, tinta y esperanza. En efecto, cada uno de los protagonistas persigue, a su manera, algún sueño. Y las ayudas mutuas serán necesarias para tratar de alcanzarlos.

     Cuatro años, doscientos libros leídos como documentación y casi setecientas páginas son el trabajo que hay detrás de una novela, la cuarta del escritor madrileño afincado en Santiago de Compostela, que debe pasar a la historia de la literatura española por méritos propios. Estoy seguro de que dentro de unos años esta novela figurará en las listas de libros clásicos de nuestra gran historia literaria. Y lo mismo ocurrirá con Sancho de Écija, su protagonista, personaje que se codeará con Alatriste, el Lazarillo, la Celestina o el mismísimo Don Quijote.

     La lectura de este libro debe ser obligatoria para todos los amantes de la novela histórica, de la de aventuras y de las epopeyas. Por si todavía no lo tenéis claro: aquí os dejo el book-trailer de la novela.