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jueves, 30 de abril de 2015

Demian. Hermann Hesse. Alianza Editorial. 1998. Reseña





     Hermann Hesse, Premio Nobel de Literatura en 1946, escribió Demian en 1917, a los cuarenta años de edad. La obra que nos ocupa es muy relevante en el mundo de la literatura por varios aspectos. El primero de ellos porque fue escrito en un momento de profunda crisis, tanto personal como social.  Al estallar la Gran Guerra Hesse se quiso alistar pero no pudo defender a su país debido a que fue declarado inútil por su ejército. A la impotencia de verse apartado de la batalla se le sumaron otros hechos si cabe más dramáticos para una persona que ya antes había sufrido instintos suicidas.

     Su escrito Amigos, dejemos nuestras disputas llamó a sus colegas alemanes a no caer en las polémicas nacionalistas. Sus conciudadanos no le entendieron y comenzaron a descalificarle y a llamarle traidor. Por primera vez en su vida se vio envuelto en trifulcas políticas, fue atacado por la prensa alemana y recibió amenazas anónimas y cartas de intelectuales que no le respaldaron. Todo ello provocó en él una crisis existencial mucho mayor de la hasta entonces habitual. Si a ello le sumamos la muerte de su padre, la grave enfermedad de su hijo y los brotes esquizofrénicos de su esposa es fácil entender que él mismo quedara al borde de la locura.

     Hubo de someterse a terapia psicoanalítica con un discípulo de Jung, a quien llegó también a conocer, y su vida y su obra dieron un giro bastante pronunciado, deslizándose más todavía hacia el simbolismo, el mundo de los sueños y el psicoanálisis. Esta introducción, extensa, es sin embargo absolutamente necesaria para tratar de entender la gran complejidad de la obra que tratamos. Porque Demian supuso un antes y un después no solo en la extensa obra de Hesse, sino en la literatura europea de la época.

     En Demian Hesse narra el proceso evolutivo de Emil Sinclair desde los diez hasta los veinte años de edad. Probablemente estemos ante la década más importante en la maduración de unos niños que se convierten en muchachos y acaso en hombres. El niño Sinclair distingue dos mundos opuestos: el bueno - la luz -,su casa, sus padres y sus hermanas; y el malo - la oscuridad -, la calle, el mundo, los demás. Y es que se siente solo, muy solo, y ve que no encaja con el resto de compañeros del colegio. Sus intentos por no quedar aislado le meten en el primer gran problema: Franz Kromer y sus chantajes económico-psicológicos. Y ahí es donde aparece su defensor, su guía, su hermano Max Demian. 

     De la relación entre Sinclair y Demian me quedo, ante todo, con la rigurosa crítica del sistema educativo y religioso alemán de la época tratada, coercitivo y excesivamente recto. Demian ayudará a su amigo a comenzar el peligroso pero necesario camino del auto conocimiento - nada le es más desagradable a un hombre que tomar el camino que conduce a sí mismo es la cita que abre el prólogo -. Hesse, con la conjunción de ideas del psicoanalista Jung, del demiurgo Abraxas y del escritor Novalis, pondrá a Sinclair en el camino del conocimiento de su propio Dios, de su propio ser como persona individual. Lo cual traerá el nacimiento de una nueva persona.

     También la influencia de Nietzsche es clara y evidente durante toda la obra. Ese pájaro que debe romper el cascarón (el mundo) para volar hacia Dios (Abraxas, que encarna el bien y el mal en un solo ser) es tomado de la idea de la construcción de un nuevo mundo emergido tras la destrucción del viejo. Además, el Dios tradicional debe morir para ser sustituido por Abraxas, el nuevo Dios del nuevo mundo. Estamos, por tanto, ante una obra de gran complejidad, tanto intelectual como formal.

     Y, sin embargo, Demian se lee prácticamente de tirón. Porque Hesse nos cuenta la historia en primera persona - muy probablemente Sinclair sea el propio autor en muchos de los pasajes: adolescente atormentado, polaridad, búsqueda de la realidad, sufrimiento, dolor, ideas suicidas, etc - y nos atrapa desde las primeras líneas. Sobre todo a quienes, por propia experiencia, tuvimos una adolescencia similar - salvando las distancias, claro - y comprendemos perfectamente la enorme capacidad de los niños para pensar, razonar, desesperarse y sentirse al borde del abismo. Y es que está claro: es de esos momentos de introspección, búsqueda, duda y ensayo y error de donde salen la personalidad y el carácter de las futuras personas adultas.

     La novela habla, además, de la necesidad de ser acompañados en la vida. Pese a la soledad que siente Emil Sinclair durante toda la acción de la misma, siempre tiene presentes las figuras de sus guías en ese camino del auto conocimiento y renacimiento personal: Demian, Pistorius (organista que le introduce en la figura de ese nuevo Dios llamado Abraxas) y Eva (madre de Demian). Ante cada paso a dar Sinclair piensa en ellos para auto afirmarse y tomar sus propias decisiones. De todo ello surgió también un nuevo Hesse, como persona y como escritor, y una nueva manera de hacer literatura. De ahí la suma importancia de esta obra en la Europa del período de entreguerras. Y, por cierto, no: ese nuevo mundo al que se refiere Hesse en Demian no tiene nada que ver con el ascenso y auge del nazismo. De hecho, el autor escribió en favor de los judíos y en contra de los secuaces de Hitler. E incluso sus obras dejaron de publicarse en su Alemania natal desde mediados de los años treinta.             

            

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Canadá. Richard Ford. Anagrama. 2013. Reseña





     Me encantan las novelas con gran carga psicológica, aquellas en las que los sucesos narrados tienen menor importancia que el modo en que sus protagnistas los viven. Por eso he disfrutado tanto la lectura de la última novela del estadounidense Richard Ford. "Canadá" gira alrededor de varias ideas, conectadas entre sí, que componen una historia atractiva, emocionante y que en ocasiones libera y por momentos agobia.
 
     Dell Parsons, un adolescente de quince años que se ve obligado a madurar de forma inesperadamente abrupta tras ver cómo sus padres pierden la libertad después de atracar un banco, nos narra la historia de su vida (inmediatamente anterior y posterior al momento del golpe) desde los recuerdos que siguen poblando su mente cincuenta años después de los hechos. El joven pasa de esperar con ansias su ingreso en el instituto de Great Falls, donde vive junto a su familia, a verse al otro lado de la frontera con Canadá, solo, huyendo de los servicios sociales de Montana, que se empeñan en hacerse cargo de él y de su hermana Berner (quien había huido, también en solitario, al día siguiente de la detención de sus padres).
 
     La frontera entre USA y Canadá simbolizará mucho más que el simple paso de un país a otro. A saber: una huida hacia adelante sin posibilidad ninguna de poder regresar; la pérdida de la juventud y la inocencia del protagonista, que debe madurar rápidamente para sobrevivir en solitario y tratar de olvidar un pasado tormentoso; y la lucha entre el presente (Fort Royal, Saskatchewan, Canadá) y el pasado (Great Falls, Montana, USA).
 
     La idea de que "la vida se nos entrega vacía" y que somos nosotros quienes debemos ir llenando cada uno de sus huecos (con mayor o menor fortuna) es clave en esta historia. No se explica de otra manera cómo de diferente pueden reaccionar ante los hechos referidos los hermanos Dell y Berner. La segunda, mucho más madura en 1960 (año en que sus padres se convierten en criminales), decidirá huir en solitario, vagando sin rumbo fijo y sin orden el resto de sus días. El primero, que en un principio pensaba únicamente en las abejas y en el ajedrez, acabará venciendo todas las dificultades para cumplir su sueño de poder estudiar y labrarse un mejor futuro.
 
     Y ello nos conduce de forma inevitable a otro de los elementos clave de la novela: la dificultad de la toma de decisiones y su influencia sobre las vidas de quienes nos rodean (al margen, como es obvio, de las nuestras). Y es que las desgracias nunca suelen venir solas. Y la estancia de Dell en Fort Royal es una buena muestra de ello. Sin duda, como él mismo nos narra, su vida habría sido muy diferente si su madre se hubiera divorciado de su padre en lugar de dejarse arrastrar por él. Y tambien si Arthur Remlinger, el norteamericano que "cuidará" de él al otro lado de la frontera, no hubiera hecho que lloviera sobre mojado en el asombrado intelecto del joven.
 
     Sin embargo, "Canadá" es también una novela sobre las segundas oportunidades (y hasta terceras en ocasiones). Y, además, sobre las diferentes maneras de afrontarlas. Así, si en la primera parte de la historia asistimos a las contrapuestas reacciones de Dell y su hermana Berner ante el encarcelamiento de sus padres, en la segunda el punto de ebullición de la trama se trasladará hacia la relación entre el protagonista y Arthur Remlinger, cuyos pasados tienen también encuentros. Unos encuentros que, no obstante, guiarán un presente divergente que los llevará a un futuro diametralmente opuesto.
 
     Volviendo al inicio de la reseña, "Canadá" nos sumerge (y desmenuza) en la psicología del joven Dell. Y, por supuesto, en la del resto de personajes que comparten su vida. Desde sus padres (totalmente antagónicos) hasta la señora Mildred; desde el asqueroso Charley Quarters (empleado de Remlinger) hasta la bondadosa Florence (su amante); desde Great Falls hasta Fort Royal (ambos, también "personajes" de la novela). 
 
     En definitiva, nos encontramos ante una gran obra, sobre todo en la intimidad de los personajes y el realismo de los ambientes, cuyas descripciones, muchas veces magníficas y veraces, en ocasiones ralentizan en demasía el ritmo de la acción (único pero que soy capaz de verle), el cual es el único aspecto que me impide catalogarla como obra maestra. Aún así, plenamente recomendable.
 
             

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Tunnel Of Love - Bruce Springsteen. 1987. Reseña


    
     Hace ahora 25 años fue publicado el octavo trabajo de estudio de Bruce Springsteen, titulado "Tunnel Of Love", nacido a partir de las desavenencias conyugales del Boss con su esposa, la actriz Julianne Philips, con quien se había casado en 1985 y de quien se divoricaría en 1988, al año siguiente de la edición del álbum.
 
     Estamos, por tanto, ante un disco contemplativo, en el que el músico de New Jersey se interesó por las relaciones de pareja, los miedos y las carencias personales. Por ello, por vez primera, prescindió de sus compañeros músicos de la E Street Band, llamándolos a modo particular para que intervinieran cada uno de ellos en determinadas canciones del disco. Las letras y las músicas fueron compuestas íntegramente por el propio Springsteen, que grabó casi toda la música, incluyendo las secciones de batería y sintetizadores, sin más ayuda.
 
     Tras los rotundos éxitos de "Born in the USA", su más aclamado trabajo, y "Live/1975-85", recopilación de sus mejores directos de la última década, el Boss decidió tomar un nuevo camino musical. El resultado fue un trabajo introspectivo, pausado y muy reflexivo. La gira subsiguiente fue también diferente a las anteriores: eliminando algunos de los clásicos de su repertorio, con cambios en el diseño del escenario y de los atuendos de los músicos y diversos arreglos en los temas a base de secciones de viento.
 
     Fue precisamente en la parte europea de la gira, ya en 1988, cuando se disolvió su matrimonio y se anunció su relación con la corista de la E Street Band, Patti Scialfa, con quien posteriormente también se casó y sigue casado en la actualidad (24 años después). Tres hijos son el resultado final de dicho matrimonio.
 
     El disco consiguió el triple platino en su país y, pese a no alcanzar los éxitos de los anteriores, sí adquirió cierta relevancia y notoriedad en la carrera musical de Springsteen. Revistas musicales de gran prestigio como Q y Rolling Stone lo incluyeron en las listas de mejores discos de la historia del rock. Producido por el propio artista, Jon Landau y Chuck Plotkin, presentó doce temas (6+6) en su tracklist:
 
      +Cara A: "Ain´t Got You" (una armónica juguetona y una simpleza rítmica sirven para afirmar que nada está completo sin amor), "Tougher Than The Rest" (cuarto single del disco, en el que el autor se alista como voluntario del amor a pesar de sus riesgos y su dolor), "All That Heaven Will Allow" (canción country nostálgica pero optimista que otorga esperanza frente a tanta adversidad emocional), "Spare Parts" (tema más parecido a su etapa anterior clásica con la E Street Band, narra la historia de una madre soltera abandonada que debe decidir entre ahogar a su hijo en un río o luchar por él hasta el límite de sus fuerzas mientras reflexiona sobre el tema de la evasión al compromiso y la fortaleza ante la soledad), "Cautious Man" (temeroso folk acústico en el que se habla sobre los riesgos de la entrega total y el pánico a no ser correspondido), y "Walk Like A Man" (tema en el que el Boss asume su duelo y decide caminar con dignidad y dolor).
 
      +Cara B: "Tunnel Of Love" (segundo sencillo del disco, vislumbra los picos y las simas de las relaciones y compara el amor con un parque de atracciones lleno de emociones pero también de inestabilidad), "Two Faces" (country pop que afirma que el encanto y la condena del amor están en su impredecible conducta; manifiesto de que en todas las relaciones de pareja es inevitable la dualidad y de que la polaridad fija es imposible de alcanzar), "Brilliant Disguise" (primer single del álbum, en el que la confusión y un camino sin salida diferente a la ruptura se combinan para opacar el panorama sentimental del artista, que califica a su pareja como "un brillante disfraz" que oculta una realidad bien diferente a la que él pensaba), "One Step Up" (tercer single del trabajo, es una balada muy triste ante la certeza de una relación que está abocada a su fin), "When You´re Alone" (un piano resignado describe el desamparo que supone la soledad tras el desamor) y "Valentine´s Day" (hermosa balada que recuerda a los valses tranquilos que sirve para que Bruce termine su disco con la esperanza suficiente para sostener el vínculo amoroso hasta el final). 
 
     En definitiva, "Tunnel Of Love" supuso el fin de una doble etapa en la vida personal (fin de su matrimonio con su primera esposa) y la carrera musical del Boss (dejando atrás esa época rockera sin concesiones) y nos presentó a una persona y a un músico más adulto y con sentimientos mucho más maduros, demostrando que los "jefes" también son humanos y tienen sus corazones, miedos y fantasmas internos.