LIBROS

LIBROS
Mostrando entradas con la etiqueta Luisa Ferro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Luisa Ferro. Mostrar todas las entradas

jueves, 1 de septiembre de 2022

Donde mueren los dragones de jade. Luisa Ferro. Click Ediciones. 2022. Reseña

 



    Han pasado casi seis años desde que Luisa Ferro publicó su magnífica novela El círculo del alba (Planeta, 2016), reseñada en su día en este mismo blog. Puede parecer demasiado tiempo para quienes desconozcan el farragoso trabajo de documentación y escritura de una historia basada en hechos verídicos acaecidos en una época tan antigua y poco conocida como la China imperial de los Song, en pleno siglo XIII. La acción coincide con los últimos veinte años de las incursiones mongolas que acabaron conquistando el único territorio que se mantenía a salvo del dominio del temible Kublai Kan, nieto del no menos conocido Gengis Kan. Desde la capital imperial, Lin´an, la corte deberá huir ante el permanente hostigamiento mongol. Hasta llegar a la isla de Yaishan, donde aconteció una de las batallas navales más grandes de la Historia: la de Yamen. La cual puso fin al imperio e hizo que China ya nunca volviera a ser la misma. Para más inri, Luisa se centra en el bando perdedor, del que, por tanto, se desconocen muchas más cosas con el paso de los años y de los siglos. 

    La historia, dividida en dos libros bajo los títulos El pozo de las luciérnagas y La sanadora del emperador, está protagonizada y narrada en primera persona por un personaje que, aunque ficticio, bien podría haber sido real. Akame es hija del honorable maestro Zheng, procedente de una familia de médicos desde varias generaciones. Viven en una de las calles comerciales más bulliciosas de la capital imperial, donde regentan una farmacia. Allí es donde Akame aprende desde pequeña a leer y a escribir. Y también la medicina tradicional y su vínculo con la filosofía, las matemáticas y la caligrafía. El ambiente de libertad en el que crece Akame choca frontalmente con la sociedad en la que debe vivir. Una chica testaruda, impetuosa y difícil de doblegar debe hacer frente a un futuro sombrío en el que nos inculcaban que nuestro destino estaba escrito y que debíamos obedecer las tradiciones: una mujer debe obediencia a su padre. Luego, al casarse, al marido y, cuando este fallece, al hijo. 

    La vida de Akame comenzó a ser muy complicada desde antes de nacer. Y lo será siempre. Es un constante enfrentamiento a las vicisitudes de la vida, de la familia y de una sociedad cambiante que vive sus últimos coletazos ante la barbarie de una guerra primero inminente y después definitiva. Y los ojos de la protagonista observan con lucidez pero también confusión y horror el fin de su mundo. Un matrimonio temprano, un amor imposible y la enorme dificultad para cumplir su sueño de dedicarse a la medicina provocan en Akame una gran desazón. Por suerte, tiene junto a ella a su inseparable Longyan, un eunuco que heredó a la muerte de su madre y que se convierte en su fiel consejero y cuidador. Su auténtica sombra. Sin embargo, no puede evitar dejar de pensar qué será de ella si resulta yerma o si da a luz a una o varias niñas. En su sociedad los maridos suelen repudiar a sus esposas y concubinas si no les dan varones. Las echan a la calle, sin más, abandonándolas a su suerte y empujándolas a la prostitución o a la muerte.  

    El pozo de las luciérnagas, que da título al primero de los libros de esta bilogía, es el nuevo hogar de Akame tras su matrimonio con Cao, médico amigo y compañero del padre de la protagonista. No obstante, su vida no solo cambia a través de su matrimonio y mudanza a la casa familiar de los Cao, sino que dará un giro definitivo tras conocer, por casualidad, a Mariposa Blanca, concubina del inepto emperador Duzong, siempre ebrio y ausente de las audiencias diarias. Tanto ella como Longyan se convierten en sus máximos sostenes en los momentos de mayor zozobra personal (que son muchos, por otra parte). Sobre todo respecto a su posible futura maternidad: no me veía condicionada a tener un hijo para sentirme una mujer completa. Tenía la responsabilidad de perpetuar la siguiente generación. No tener descendencia estaba considerado como el peor de los pecados. Y no me olvidaba de que llegado el momento yo también tendría que rendir cuentas a Yama, el rey de los infiernos.

    La bilogía comporta, como se ha señalado más arriba e indica la propia autora, un proceso de documentación exhaustivo. Gracias a ello, Donde mueren los dragones de jade constituye un auténtico vademécum de la medicina tradicional china; nos habla de todo tipo de hierbas y recetas medicinales; nos ilustra sobre los enredos y las conspiraciones de la corte, así como de traiciones y redenciones; nos enseña las mil y una supersticiones de la época; nos explica las relaciones entre las esposas y concubinas --solían ser bastante tirantes porque cada una competía por ser el centro de atención del marido-- no solo de los emperadores sino de cada una de las familias del imperio, fuera cual fuera su situación económica y social; y nos ataca directamente al paladar con platos y recetas típicos del lugar y la época reseñados --pudin de arroz, tofu frito en un lecho de espinacas salteadas, pollo en salsa de miel y jengibre, pasteles de batata rellenos de dátiles, carpas en escabeche, cerdo con bambú, bolas de masa hervidas rellenas de setas, etc.

    Además, el lector aprende aspectos casi desconocidos hasta ahora sobre la sociedad china del siglo XIII. Por ejemplo, sobre la castración de los eunucos, el vendado de los pies de las mujeres, el tratamiento de la fertilidad femenina, los zapatos de la longevidad o los protocolos y rituales del parto, del casamiento y de los entierros y lutos. Para un mayor entendimiento de todo ello, al final del libro se incluye un detallado glosario para explicar el significado de algunas palabras y expresiones chinas. También de términos relativos a los meses del año y las horas del día. Y, sobre todo, del papel jugado por la mujer en aquella sociedad. Aspecto que Luisa Ferro define así en boca de Akame: el yin era la debilidad, la oscuridad y el vacío. Correspondía a lo femenino. Su significado era el mismo que definía a la mujer: pasividad, delicadeza, serenidad. Al menos eso era lo que se esperaba de nosotras. Yo, sin embargo, añadiría obediencia, sacrificio, dolor, servidumbre y, aun así, valor frente a la adversidad. El yang era lo masculino: la fuerza, la claridad y la plenitud. Ambos eran contrarios, pero se complementaban. 

    La medicina también está tratada con mucha profundidad a lo largo de ambas novelas. En La sanadora del emperador, Akame destaca lo que me había enseñado mi padre de los conceptos de Confucio al respecto de la forma de proceder de un médico: salvar vidas con amor y actuar con la nobleza del caballero. La bilogía, pues, es de difícil catalogación. Por supuesto, es una novela histórica y de aventuras. Pero también es una crítica socio-política del imperio de los Song. Ser un claro ejemplo de reivindicación de la mujer y su capital importancia en cada uno de los procesos históricos atravesados por la humanidad la podrían convertir también, sin duda, en una novela feminista. Y sus historias de amor irían en la línea de la novela romántica, aunque no de ese tipo de novela de amor empalagosa que tanto gusta a algunas y disgusta a otras --y a otros, claro--. Por no hablar de la obstinada forma con la que Akame lucha por cumplir su sueño de poder dedicarse a la medicina pese a ser mujer. Todo un ejemplo de superación personal. Tema también en auge en la actualidad. 

    Así pues, tras la lectura de ambas novelas --unas setecientas páginas en total--, puedo decir que ha valido la pena esperar estos seis años. Seis años en los que la autora no solo ha ocupado parte de su tiempo en Donde mueren los dragones de jade, puesto que también ha colaborado en las novelas corales España. La novela (Dolmen Editorial, 2018) y España. La novela II. La caída de un imperio (Dolmen Editorial, 2021). Visto lo visto, hará muy bien Planeta en publicar cuanto antes esta bilogía en papel. Tanto la autora como sus historias y sus magníficas portadas merecen que se de ese paso.    




miércoles, 2 de enero de 2019

Mis diez mejores lecturas de 2018





     Finalizado el 2018,  como hago cada año, os dejo la lista de mis diez mejores lecturas de 2018 y os deseo a todos un muy feliz 2019.

10. Se llamaba Manuel. Víctor Fernández Correas. Ediciones Versátil. 2018. El Madrid y su ambiente, sus gentes y sus vestuarios, sus luces y sus sombras cobran vida ante nuestros ojos de la mano de este autor extremeño que sigue progresando con cada novela que publica a la vez que se nos muestra muy versátil. La novela entretiene, enseña e ilustra sobre nuestro pasado. Un pasado que vuelve, una y otra vez. Contra el que debemos luchar. Aunque sea derrochando coraje y corazón...

9. Leones de Aníbal. Javier Pellicer. Edhasa. 2018. A través de los sentimientos, sufrimientos, anhelos y promesas de sus protagonistas, la novela nos mete de lleno en la acción. Todos ellos han de soportar el tremendo peso de sus mochilas. Unas mochilas compuestas no solo de sus equipajes sino de hechos de vida que algunos de ellos apenas pueden arrastrar por el fango y las altas montañas. Así pues, deberán imponerse a sus propios fantasmas y a una naturaleza que se nos muestra tal y como es: casi inaccesible. 

8. El círculo del alba. Luisa Ferro. Planeta. 2016. La sociedad madrileña de principios del siglo pasado aparece magistralmente dibujada en las páginas de la novela: desde la opulencia más burguesa hasta la pobreza más absoluta; desde el mundo de las apariencias hasta la realidad más cruel; desde los clubes de alterne y perversión hasta los privados solo para ricachones; desde las sesiones espiritistas hasta los revolucionarios y todavía no muy divulgados estudios de Sigmund Freud. Todo tiene cabida en ella: aventura, fantasía, romanticismo, pasiones, asesinatos, investigaciones policiales, medicina o botánica.

7. Reina roja. Juan Gómez-Jurado. Ediciones B. 2018. El autor repite la fórmula que tantos éxitos le reporta: intriga a raudales, peleas, persecuciones y explosiones, hondas reflexiones psicológicas y vitales, grandes dosis de humor y una narración de alto ritmo que no deja descansar al lector. Un lector que no puede evitar la tentación de pasar página y continuar leyendo para tratar de esclarecer los casos presentados. Algo que, por cierto, no logra. Porque solo un autor como este --y unos muy pocos más-- es capaz de crear estas tramas, tejidas con la precisión de las más audaces de las arañas.  

6. La insoportable levedad del ser. Milan Kundera. Tusquets Editores. 1985. Novela de difícil encaje categórico. Algunos la consideran filosófico-psicológica por sus posturas cercanas al existencialismo y la aparición de lo freudiano y de otras corrientes filosóficas. Para otros, es una novela político-social porque describe la vida en la capital checa antes, después y durante la campaña soviética de 1968, en plena Guerra Fría. Por ello, no faltan quienes le otorgan un fuerte componente histórico, aunque cueste catalogarla como novela histórica. Para otros, es una obra sexual, afectiva y de pareja. Y todos aciertan.

5. Asesinato en el Orient Express. Ágatha Christie. RBA Libros. 2013. Clásico universal de la novela negra, está escrita a la antigua usanza, siguiendo el típico esquema de introducción, nudo y desenlace. La primera parte describe la situación de partida, presenta a los personajes, física y psicológicamente, y narra el asesinato de Samuel Edward Ratchett. La segunda nos muestra las averiguaciones del famoso detective Hércules Poirot y las reacciones de los protagonistas ante las sospechas y los interrogatorios. Y la tercera nos sorprende al ver a un Poirot exultante ante otro caso resuelto con éxito. 

4. El balcón en invierno. Luis Landero. Tusquets Editores. 2014. El autor extremeño cuenta en estas páginas su progresivo aprendizaje sobre el mundo de los libros. Primero, como lector; después, como escritor. Desde pequeño, su madre lo acusó de ser un mentiroso y de tener buenas dotes para fabular. Buen comienzo. En los libros leídos está la sombra, el rastro de lo que fuimos, los diversos bocetos de nuestro aprendizaje estético y de nuestra evolución vital, los vestigios de ciertos afanes que un día nos conmovieron y con los cuales construimos nuestro modo de ser y de sentir, y lo más valioso y secreto de nuestro bagaje cultural. 

3. Autorretrato sin mí. Fernando Aramburu. Tusquets Editores. 2018. No es una novela ni tampoco un ensayo, sino una recopilación de hechos, recuerdos y pensamientos del autor. Un libro personal y arriesgado, pero también bello. La historia del escritor pero también la de la mayoría de nosotros. Un relato que no se lee del tirón sino a pequeños sorbos y que, viniendo de la mano de un escritor en plena madurez, personal y literaria, debe ser leída con emoción y agradecimiento a la vida, a la lengua y a la literatura. Una lectura que nos provocará en un futuro más o menos lejano un hondo sentimiento de nostalgia.

2. 4 3 2 1. Paul Auster. Seix Barral. 2017. Cuatro historias diferentes protagonizadas por un mismo personaje en un mismo intervalo de tiempo según los azares de la vida. Leer estas cuatro historias nos muestra que no somos dueños de nuestro destino más que en unos pocos aspectos que sí podemos controlar conscientemente. Las casualidades son las que finalmente hacen que un camino siga recto o se desvíe (mucho o poco). Un drama social, una obra completa, que desde su misma publicación se ha convertido en todo un clásico de la literatura universal. Y su protagonista, Ferguson, entra por méritos propios en ese pequeño gran museo vivo de los personajes literarios legendarios.

1. Ordesa. Manuel Vilas. Alfaguara. 2018.  Muchas de las más grandes novelas de todos los tiempos nacen de los momentos más complicados de la vida de sus autores. Hay innumerables ejemplos de ello. Este es un nuevo caso. Ordesa nace en un momento crucial de la vida de su autor: su divorcio y la muerte de su madre, que cierra el círculo iniciado unos años atrás con la pérdida de su padre. Vilas hace un ejercicio de introspección, individual, familiar y hasta nacional, para transportarnos, sin ningún tipo de orden cronológico, a los años 60, 70 y 80 de esta España nuestra. Su estilo, emotividad y reflexión --personal y colectiva-- hacen de ella una novela que se gana, en mi opinión, el honor de ser la número uno de mi lista.






viernes, 29 de junio de 2018

Mis diez mejores lecturas del primer semestre de 2018





     Como cada año por estas fechas, Jungleland cierra por vacaciones estivales. Pero, antes, siguiendo con su tradición, os deja las diez mejores lecturas de lo que llevamos de 2018. Esta es la lista de recomendaciones veraniegas. ¡Felices vacaciones y lecturas!

10. El jugador. Fiodor Dostoievski. Servilibro ediciones. 2012. Constituye una obra de gran magnitud, pues nos permite conocer de primera mano hechos reales de la vida de uno de los más importantes escritores del siglo XIX, así como elementos de la sociedad en que vivió: la emigración rusa, los balnearios-casinos germanos, las relaciones interpersonales y las bajas pasiones (y, con ello, no me refiero únicamente a las que tienen que ver con el juego). Es una novela que puede servir perfectamente como una magnífica primera toma de contacto con el genio ruso. Y hablo con conocimiento de causa. 

9. Carta de una desconocida. Stefan Zweig. Acantilado. 2002. Publicada en 1922, se trata de una novela corta (apenas 80 páginas) que se lee en una hora larga. La misiva, enviada por una mujer desconocida a un famoso escritor vienés en el día de su cumpleaños, resulta ser toda una declaración de amor, por un lado, y, por otro, una descripción desgarradora de la vida de esta peculiar mujer. Una persona capaz de renunciar a todo en la vida solo por amor hacia alguien para quien tan solo es eso: una completa desconocida.

8. Frankenstein. Mary W. Shelley. Ediciones Rueda. 2002. Publicada hace 200 años bajo el título Frankenstein o el moderno Prometeo, aborda temas tan controvertidos como la moral científica, la creación y la destrucción de la vida, la naturaleza humana o la relación de los humanos con Dios. El hecho de que el doctor Frankenstein actúe como una especie de Dios, con el cual rivaliza, justifica su subtítulo, en referencia a ese Prometeo de la mitología griega que robó el fuego de los dioses para dárselo a los mortales. El hecho de que Zeus acabara castigándolo por ello también se relaciona directamente con esta obra, pues el propio doctor Frankenstein acabará recibiendo el peor castigo. 

7. La librería. Penelope Fitzgerald. Impedimenta. 2010. Una de esas novelas que nos hablan del amor por los libros y de la vergüenza ajena que los escritores y los lectores padecemos cuando comprobamos que vivimos en una sociedad que no lee lo que debiera. Estamos, pues, ante una novela que gustará a lectores y libreros, sobre todo a aquellos cuyos negocios no han podido sobrevivir a una sociedad poco dada a la cultura y a la lectura pero que, en cambio, pueden caminar con la cabeza bien alta por haberlo intentado.

6. El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez. Mondadori. 1987. El mundo mítico, casi ascético, que lo haría mundialmente conocido --Macondo o Aureliano Buendía ya aparecen en las páginas de la historia del coronel-- comienza a asomar en esta novela breve. Su estilo se hace más puro, más transparente, y su economía expresiva se pone de manifiesto al narrar esta historia de injusticia y violencia como consecuencia de una situación histórica provocada por las guerras, la tiranía de los gobernantes y la rebelión de las clases sociales más bajas. No obstante, todavía no encontramos los rasgos del realismo mágico propiamente dicho. Y tampoco los característicos saltos en el tiempo que más tarde serían tan habituales en las obras de Gabo.

5. Se llamaba Manuel. Víctor Fernández Correas. Ediciones Versátil. 2018. El Madrid y su ambiente, sus gentes y sus vestuarios, sus luces y sus sombras cobran vida ante nuestros ojos de la mano de un autor versátil que progresa con cada una de sus obras. Ésta se podría calificar como thriller por cuanto mantiene el suspense en todo momento. Sin embargo, también presenta rasgos de la novela histórica e incluso de la costumbrista. Además, entretiene, enseña e ilustra sobre nuestro pasado. Un pasado que vuelve, una y otra vez. Contra el que debemos luchar. Aunque sea derrochando coraje y corazón.

4. El círculo del alba. Luisa Ferro. Planeta. 2016. Una gran novela. De las que puede atraer a todo tipo de público, pues abarca prácticamente todos los grandes temas de la historia de la literatura. Y, todo ello, a través de una narrativa impecablemente sugestiva, descriptiva y reflexiva que, además, recuerda a las formas narrativas de antaño, haciendo un claro guiño a los estilos narrativos de la época --principios del siglo XX-- que tan bien recrea en la novela. Al margen de los personajes carnales, la gran protagonista de la obra es Madrid, esta ciudad que es mujer, que reparte hostias como panes, también sabe encandilar con dulces besos de violetera.  

3. La insoportable levedad del ser. Milan Kundera. Tusquets Editores. 1985. Novela temáticamente coral. Algunos la consideran filosófica-moral por sus ideas existencialistas y sus continuas referencias a ideas como el eterno retorno de Nietzsche y a teorías y obras tan conocidas como el psicoanálisis o el Edipo de Sófocles. Para otros, se trata de una novela político-social, por cuanto describe cómo fue la vida en la capital checa en el período de 1968, en plena Guerra Fría. Por ello, además, no faltan quienes le otorgan también un componente histórico, aunque parece complicada su categorización como novela histórica. Por último, muchos hablan de ella como obra sexual, afectiva y de pareja. Es probable que todos ellos tengan parte de razón. 

2. Asesinato en el Orient Express. Ágatha Christie. RBA Libros. 2013. Basta una sola tarde-noche para comprobar que la fama de reina del suspense y del misterio que acompaña a la novelista que más obras ha vendido a lo largo de la historia según el libro Guinness de los récords es absolutamente merecida. La obra más conocida de la escritora británica se escribió a la antigua usanza, es decir, siguiendo el esquema clásico de introducción, nudo y desenlace. Tras su lectura, queda claro que nada atrapa más a un lector que una novela negra bien estructurada, narrada y desarrollada.

1. Ordesa. Manuel Vilas. Alfaguara. 2018. Muchas de las más grandes novelas de todos los tiempos nacieron de los momentos más complicados de la vida de sus autores. Ejemplos de ello podemos encontrar un sinfín a poco que naveguemos por los libros o por internet. Claramente, estamos ante un nuevo caso. Ordesa es el resultado de un momento crucial en la vida de Vilas: su divorcio y la muerte de su madre (que cerró el círculo abierto unos años atrás con la pérdida de su padre). El autor hace un ejercicio de introspección, individual, familiar y hasta nacional, para transportarnos, sin ningún tipo de orden cronológico, a los años 60, 70 y 80 del siglo pasado de esta España nuestra. 


viernes, 26 de enero de 2018

El círculo del alba. Luisa Ferro. Planeta. 2016. Reseña





     Madrid, esta ciudad que es mujer, que reparte hostias como panes, también sabe encandilar con dulces besos de violetera. La frase, que aparece casi en la recta final de la acción de la novela, sirve para ejemplarizar y demostrar la presencia de la ciudad capital de nuestro país en cada una de las páginas del segundo trabajo de la madrileña Luisa Ferro (1967). Como un personaje más de la trama, Madrid y sus calles adoquinadas, múltiples tipos de carruajes tirados a caballo, elegantes palacios, jardines, fuentes, puentes, museos y villas circundantes se nos muestra de tal manera que nos parece estar viajando en el tiempo por lo que fue la ciudad hace más de un siglo.

     Monitora de taller literario, correctora de estilo y escritora, Luisa Ferro comenzó escribiendo relatos que fueron apareciendo en antologías como Crónicas de la Marca del Este II, Legendarium III o Fantasmagoria. Otros de sus primeros trabajos breves recibieron premios y menciones en importantes certámenes literarios de nuestro país. En 2014 dio el salto a la novela, publicando su opera prima Alcander (Click Ediciones), una novela romántica de fantasía paranormal, género en el que destaca especialmente, tal y como se puede apreciar también en diferentes pasajes de El círculo del alba, su segundo trabajo como novelista.

     Pese a que la acción se desarrolla en 1903, las primeras páginas hacen referencia a un asesinato acaecido en enero de 1878, justo el día de las bodas reales entre el rey Alfonso XII y María de las Mercedes de Orleans. Alba, la víctima, tenía nueve años y había aparecido muerta, desnuda, con el pelo y las cejas rasurados, con una enorme cicatriz a lo largo del esternón y la manita derecha cerrada sobre el corazón. Como las otras cinco pequeñas aparecidas días atrás, todas ellas casi idénticas, presentaba claros síntomas de haber estado recluida en un cubículo de reducidas dimensiones. Además, entre los dedos de la mano que descansa sobre el pecho de cada víctima siempre aparece una cría de golondrina muerta. Y en el interior de su buche, una libélula azul común. Y todas las niñas han sido abiertas en canal para extraerles el corazón. De ahí la inmensa sutura que fragmentaba en dos el diminuto tórax.

      Arturo del Romo, jefe de policía, y Ernesto Olmedo, joven estudiante de último curso de Medicina y Cirugía que se encarga de los temas forenses como asesor policial, se encargan de la investigación del caso. Caso que, pese a los enormes esfuerzos, quedará finalmente sin resolver. Hasta que, casi olvidado, en 1903, justo veinticinco años más tarde, todas estas circunstancias se repetirán de nuevo con los mismos patrones. Del Romo contará entonces con la colaboración de Bruno Moreto, sobrino de Olmedo, recientemente fallecido en extrañas circunstancias (supuesto e increíble suicidio). Juntos, tratarán de cerrar de una vez por todas el inconcluso caso.

     Sin embargo, el testamento de Olmedo encierra un secreto que pronto será desvelado: deja la herencia de su funeraria, La Luz de Helios, incluidas todas sus deudas, a un hermano suyo desconocido por Bruno. La llegada de Hugo Bonaventura, un conde italiano con fama de vividor, pondrá patas arriba la vida del joven, al que le cuesta asimilar todo lo que está ocurriendo a su alrededor. El incierto futuro económico de Bruno, sus preguntas sobre la gravedad de lo ocurrido entre ambos hermanos (suficiente como para dejar de hablarse durante tantos años) y la repetición del ciclo de extraños asesinatos dará un giro inesperado a su hasta entonces relajada vida.

     Bruno y Bonaventura, pese a sus diferencias iniciales, se verán obligados a confiar el uno en el otro para salir de sus problemas: recuperar el resuello económico perdido y destapar un misterio que se hunde en el pasado más oscuro de su hermano y tío respectivamente. Tras décadas de silencio, el recolector de cadáveres ha reaparecido, y dar con él será mucho más que un caso policial: una manera de rendir cuentas a quien pueda estar detrás del asesinato de Olmedo. El papel de Del Romo será clave de todo ello en un principio. En este sentido, la caracterización psicológica de los personajes y su evolución a través del tiempo es una de las cuestiones más destacables de la novela.

     La sociedad madrileña de principios del siglo pasado también está magistralmente trazada en las páginas de El círculo del alba. Desde la opulencia más burguesa hasta la pobreza más absoluta; desde el mundo de las apariencias hasta la realidad más cruel; desde los clubs de alterne y perversión hasta los privados solo para ricachones; desde las sesiones espiritistas hasta los revolucionarios y todavía no muy divulgados estudios de Sigmunnd Freud. Todo tiene cabida en una novela que atrapa desde la primera línea y que, por tanto, debe ser recomendada por cualquier tipo de lector: aventura, fantasía, romanticismo, pasiones, asesinatos, investigaciones policiales, medicina, botánica, etc.

     En definitiva, estamos ante una gran novela. De las que puede atraer a todo tipo de público, pues abarca prácticamente todos los grandes temas de la historia de la literatura. Y, todo ello, a través de una narrativa impecablemente sugestiva, descriptiva y reflexiva que, además, recuerda a las formas narrativas de antaño, haciendo un claro guiño a los estilos narrativos de la época que tan bien recrea la novela.