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martes, 4 de junio de 2024

El tesoro de La Girona. Javier Pellicer. Edhasa. 2023. Reseña

 




    En pleno verano de 1588 la denominada Armada Invencible de Felipe II cayó derrotada en el Canal de la Mancha ante los ataques de los defensores de Isabel I de Inglaterra. La batalla naval, una de las más famosas de la Historia, ha dado pie a multitud de obras de ficción a lo largo de los casi cuatro siglos y medio transcurridos hasta la actualidad. Son muchas las obras de arte, las películas y las novelas que han tratado, con mayor o menor éxito y veracidad -aspectos que no siempre van de la mano, por cierto-, la derrota española frente a las costas de Inglaterra. La novela que nos ocupa, El tesoro de La Girona, de Javier Pellicer, es una de ellas. El escritor valenciano derrocha en ella tanto unos bastos conocimientos -fruto de una documentación muy bien trabajada, tanto a nivel histórico como a través de mitos y leyendas irlandesas- como un gran saber hacer a la hora de mezclar la realidad histórica y unas tramas y unos personajes ficticios que bien podrían haber existido en la realidad. El propio autor explica, en la nota final, cuáles son reales y cuáles ficticios. Algo muy de agradecer.

    El personaje central de la historia es Joan Mateu, un soldado de los Tercios españoles que, después de sufrir la derrota naval y de abandonar el Canal de la Mancha rumbo a España, está a punto de perecer a causa de un naufragio tras un gran temporal frente a Dunluce, cuyo señor, Somhairle, sometido en teoría a unos ingleses a los que odia a muerte -como el resto de irlandeses y escoceses-, decide aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos y acoge a todos los españoles naufragados frente a sus costas. Así, Joan y otros de sus compañeros viven unos meses junto a los líderes del clan de los MacDonnell -el más poderoso de la región junto al de los MacQuillan y al de los O´Neill- hasta que sea posible sacarlos de la isla y ponerlos a salvo de los ingleses, que quieren acabar con ellos a toda costa. Es así como los irlandeses y los españoles aprenden los unos de los otros sobre la lengua, las costumbres y las tradiciones y la Historia, los mitos y las leyendas de ambas tierras. Una especie de hermanamiento, lealtad y fidelidad que se irá fortaleciendo a lo largo del tiempo.

    El tesoro de La Girona es obviamente una novela histórica y de aventuras. Pero también algunas cosas mucho más importantes e interesantes. A saber: las luchas intestinas -militares, políticas, palaciegas y familiares- de la Irlanda de la época; la prevalencia del sentimiento del deber por encima de todas las demás cosas; el profundo sentimiento religioso y el hecho de poner en valor la moral y la ética frente a la inevitable presencia del egoísmo y los placeres mundanos; el engendro del odio y el deseo de venganza hasta el punto de impedir el crecimiento personal; el aprecio que puede surgir hacia unas tierras y unas gentes que se presuponen salvajes pero acaban por presentarse mucho más habitables y humanas de lo esperado; el implacable papel que juega el azar en el destino de las personas y de los reinos; la enseñanza de que jamás se debe dar nada por hecho hasta que finalmente ocurre; los secretos inconfesables del pasado y su importancia en las acciones futuras; o el surgimiento de amores inesperados en lugares y momentos más inesperados si cabe. 

    Ealasaid es el otro personaje principal de la novela. Hija menor de Somhairle -señor del clan de los MacDonnell que domina con mano firme el condado de Antrim desde Dunluce- y hermana de Seumas -hijo mayor de Somhairle, que a sus cincuenta y pico años sigue a la sombra de su padre, deseoso de dar por fin un paso adelante para poder ejercer como el señor que cree ser- y de  Ragnall -una especie de segundo padre para Ealasaid, de carácter mucho más afable que el hermano mayor de ambos-, es una joven rebelde, libre y culta que ansía encontrar el amor verdadero y que no acepta a Artair O´Neill, hijo de Turlough O´Neill, jefe del clan que lleva su apellido, como su futuro esposo. Cuestión que conlleva disputas entre la joven y su hermano mayor, quien se cree con el derecho para obligar a su hermana a contraer un matrimonio por conveniencia familiar. Algo a lo que se opone el jefe del clan, quien ya casó en el pasado a una hija, Caitlin, con un MacQuillan, hecho que finalmente propició la pérdida para la familia de la ahora señora de Cúilín Gaelach.

    Ealasaid es quien encuentra a Joan en un estado lamentable, horas después del naufragio de La Girona. El joven solo posee una medallita de la Virgen del Rebollet de su Oliva natal (Valencia). Al verla aparecer cree estar en el paraíso y la confunde con la Virgen María. Desde el principio, surge entre ellos algo muy especial. Sin embargo, ambos guardan secretos que creen no hacerlos dignos el uno del otro. Además, el Tercio español debe cumplir con una venganza, pues ha de dar muerte a la mujer causante de las desgracias de su familia. Y eso, a pesar de lo que empieza a sentir por Ealasaid, hace imposible cualquier tipo de relación con ella. Ha de regresar cuanto antes a Oliva y llevar a cabo su plan. Por si todo ello fuera poco, además, sobre la familia de la joven se ciernen dos grandes amenazas. Una, esperada: los ingleses irán pronto a por los españoles, lo que supondrá un serio problema para todos. La otra, absolutamente inesperada: alguien del pasado está a punto de reaparecer en escena para poner fin a la hegemonía del clan en Dunluce.

    El amor, el sentido del deber y la lucha entre lo que es correcto y lo que no también son temas que están presentes en la trama de la historia que se desarrolla en Carrickfergus. Allí, el condestable del lugar y senescal de Clandeboye, Christopher Carleill, recibe órdenes reales de perseguir, capturar y enviar a Dublín a cualquier español que encuentre en la isla. Enamorado de Meike, una de sus sirvientas, cuestión que incomoda al resto de su familia, debe abandonar temporalmente su castillo para dirigirse a Dunluce. Desde allí, alguien le ha informado de la presencia de un grupo de españoles. Personaje real -como los miembros del clan de los MacDonnell, con la excepción de Ealasaid (por desgracia, de las mujeres de aquella época muy poco se sabe)-, Carleill, al que los historiadores españoles han calificado como el buen inglés, se debate entre el deber y la moral puesto que sabe de sobra qué clase de destino espera a los españoles que sean entregados a los ingleses. Y no piensa tomar parte en ello. Al menos, no de forma activa. 

    Como en todas las novelas de Javier Pellicer (El espíritu del lince, Leones de Aníbal y Lerna. El legado del minotauro), todas ellas reseñadas en este blog, lo más destacable es siempre la evolución psicológica de los distintos personajes. Sus luchas internas, sus debates morales, los cambios en sus formas de pensar y de actuar, la superación de sus debilidades, el aprovechamiento de sus fortalezas y la manera en que enfrentan las diversas situaciones que se les van presentando están descritas de forma minuciosa, reflexiva y amena. Algo realmente admirable. En El tesoro de La Girona, más si cabe. Los casos concretos de Joan Mateu y Ealasaid son resultado de un trabajo impecable. Ambos guardan secretos, ninguno se cree digno del otro y los dos deben hacer frente desde el presente a un pasado estrechamente ligado a sus respectivas familias. Eso sí, debo añadir que no están solos. Y es que reciben una ayuda, casi celestial, de mano del padre Pilip, otro personaje muy bien elaborado. Aunque en este caso se trate de un secundario.

    El tesoro de La Girona es una novela de contrastes -en la cultura de tan fascinante pueblo convivían en armonía santos, druidas, monjes y hadas, mientras que en España muchos habrían sido quemados en la hoguera por adorar al diablo-, de pesadas mochilas a la espalda -mientras observaba al español solo podía pensar en cuáles serían los demonios que lo atormentaban y en cómo podría ayudarlo a librarse de ellos. Quizá de ese modo lograse purgar también los suyos-, de juramentos solemnes -ya sólo queda una mujer en mi vida: aquella a la que debo matar. Juro por la Virgen del Rebollet y por la memoria de quienes más quiero que regresaré para saldar las cuentas que se me deben. Nada me desviará de mi objetivo- y de enseñanzas marcadas a fuego -porque en la guerra, hijo, el miedo hace que los hombres huyan. Pero el respeto hace que se queden a morir a tu lado. Créeme. Lo sé-. En definitiva, una novela muy completa -a nivel de temática y de tramas y sub tramas- y narrada de forma amena y admirable. Una novela para enamorarse, todavía más, de la denominada Isla Esmeralda.