LIBROS

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lunes, 29 de octubre de 2012

Almas Suspendidas. José Ferrandis Peiró. Reseña

 
    
  
     Pese a que va a ser padre, Jaime está muy preocupado. Una mezcla de satisfacción y de miedo se juntan en su fuero interno. Su matrimonio hace aguas y la sola idea de que su hijo Miguel crezca en un ambiente enrarecido, rodeado de discusiones y malos modos, lo horroriza. La única solución es el divorcio, aunque decide esperar al nacimiento de su pequeño para no alterar el normal desarrollo del embarazo de su todavía mujer.
 
     Pocos meses después del nacimiento de su hijo comunica a su esposa su decisión: irá a vivir a un piso de alquiler del centro de la ciudad. Por el bien de todas las partes - Miguel, padre y madre -, el matrimonio se disuelve de forma amistosa. El niño crecerá habituado desde el principio a ver a sus padres separados, evitando un futuro drama familiar tras un más que seguro divorcio traumático.
 
     Jaime se traslada a su nuevo hogar, donde tratará de seguir con su vida. No ver a su hijo tanto como él siempre había pensado le hace sentirse demasiado solo. Sin embargo, las cosas empeorarán al ver cómo, sólo unos días después, su empresa le comunica que su contrato laboral no va a ser renovado. Solo, sin trabajo, sin dinero y con demasiado tiempo para calentarse la cabeza, su vida comienza a resultar demasiado anodina. Sus visitas a Miguel se convierten en su única actividad sana.
 
      El joven sabe que sus padres están sufriendo por él y no quiere preocuparlos más, por lo que no les pide el dinero que tanto necesita para subsistir para no evidenciar su delicada situación. Su hermano Manolo lo apoya, pero aún así no llega a fin de mes. Los recibos de luz, agua, butano y teléfono, la comida, el alquiler y la pensión que pasa a su hijo son demasiados gastos para tan exiguos ingresos.
 
     Su amiga Débora, a la cual conoció a través del chat meses atrás - estando todavía casado - se convierte en su principal pilar, tanto psicológico como sexual y hasta económico. La relación será cada vez más íntima pese a que ninguno de los dos quiere comenzar una relación seria. No obstante, sus llamadas telefónicas y sus vivitas harán sentir mejor a Jaime.
 
     Una nueva mujer, Desiré, aparecerá en su vida. Una persona que lo calificará de "alma gemela" y de "duende tierno y sabio". Cuando parece que las cosas empiezan a ir a mejor, todo volverá a complicarse al comenzar a ocurrir en su nuevo hogar diversos sucesos paranormales, los cuales harán que entienda el por qué de un piso tan barato pese a su magnífica ubicación. Eso, y los celos de Débora, convertirán su vida en un infierno del que parecerá no tener escapatoria...
 
     En "Almas Suspendidas" podrás encontrar una historia en la que se combinan amor, sexo, sucesos paranormales, traiciones, la apasionante relación entre un padre y su hijo y un viaje musical por las canciones de algunos de los más prestigiosos cantautores españoles de la actualidad: Luis Eduardo Aute, Tontxu, Andrés Suárez, Luis Ramiro, Manolo Tarancón y Alfredo González. A través de la música, el protagonista irá buscando su lugar en el mundo en que le ha tocado vivir. Una historia en la que he volcado todo mi corazón ya desde la propia portada.
 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Lance Armstrong y su extraño caso de dopaje



     Lance Armstrong está de triste actualidad varios años después de su retirada definitiva del ciclismo profesional. La UCI le ha desposeído de todos sus títulos - incluidos sus siete Tours de Francia - tras los demoledores informes de la USADA (Agencia Antidopaje Estadounidense), que "demuestran" la culpabilidad del ex-ciclista, ex-campeón y ex-mito. Además, deberá devolver los tres millones de euros que ganó al proclamarse campeón de las siete ediciones de la ronda francesa y otros casi seis a la aseguradora SCA Promotions. Y dejará de ingresar cerca de ciento quince millones de euros más en los próximos diez años al ver cómo sus patrocinadores (Nike, Trek, Giro, Oakley, Anheuser-Busch, FRS y Honey Stinger) le han abandonado tras estallar el escándalo.
 
     Armstrong ha sido acusado y sentenciado por doparse de manera sistemática y de dopar al resto de sus compañeros de equipo (US Postal). Pat McQuaid, presidente de la UCI - Unión Ciclista Internacional- ha afirmado incluso que "no tiene sitio en la historia del ciclismo" y que "burló el sistema antidopaje en 218 ocasiones, algo de lo que son culpables tanto su institución como todas las agencias antidopaje mundiales".
 
     Y todo ello ha sido "probado" sin una sola prueba. No es el objeto de este artículo defender al ex-ciclista pues yo soy el primero en reconocer que es probable que se dopara. Sin embargo, sí puedo asegurar que el proceso que ha llevado a sancionar de por vida y desposeer de todos sus títulos al estadounidense está lleno de irregularidades por doquier.
 
     En primer lugar, la USADA sólo ha llamado a declarar a los ex-compañeros del texano que le han inculpado; no al resto de corredores que estuvieron con él y afirman no haber visto jamás ningún comportamiento extraño en el ganador de siete rondas francesas (como, por ejemplo, el español Chechu Rubiera). Así, sólo han declarado ante la USADA Floyd Landis (ganador del Tour de 2006 y desposeído a continuación por dopaje), Tyler Hamilton (condenado a ocho años sin correr por dar varios positivos seguidos) y George Hincapie, Levi Leipheimer, David Zabriskie, Tom Danielson, Michael Barry y Christian Vande Velde (quienes, a cambio de cumplir una condena de sólo seis meses, también han afirmado haberse dopado junto al ex-campeón y ex-compañero). Curiosamente, éstos seis meses de sanción coinciden con los meses comprendidos entre octubre de 2012 y marzo de 2013, justamente cuando no hay una sola carrera de nivel en el calendario por ser invierno. Curioso.
 
     En segundo lugar, de todas las acusaciones contra Armstrong, ni una sola ha sido fehacientemente documentada, es decir, probada. Por tanto, la sanción se basa únicamente en los testimonios de los referidos ocho ex-compañeros del americano. Muy curioso.
 
     En tercer lugar, todo el mundo sabe que el dinero que los ciclistas ganan en una carrera por etapas se reparte entre todos los miembros del equipo. Es decir, Armstrong repartió, como Indurain, Contador o cualquier otro ganador del Tour, ese dinero entre sus compañeros, entre otros, los ocho que ahora lo han inculpado. Sin embargo, es él solo quien ha de devolver esos tres millones de euros repartidos en su día, cuando lo lógico sería que lo devolvieran entre todos los componentes de su equipo. Algo que no harán los Landis, Hamilton, Leipheimer y compañía. Mucho más curioso.
 
     En cuarto lugar, Bjarne Riis, ganador del Tour de 1996, el primero que no ganó Miguel Indurain, reconoció haberse dopado para poder quitarle el reinado al navarro. No sólo no fue sancionado sino que conserva aquel Tour y actualmente dirige un equipo ciclista profesional. Parece ser que su nombre no merece ser borrado. Muchísimo más curioso.
 
     En definitiva, se haya dopado o no, está más que claro que Lance Armstrong no ha tenido un juicio limpio ni justo. Ha sido humillado y denigrado sin poderse defender. Y encima, cuando finalmente renuncia a defenderse en un juicio de cara a la galería, se le acusa de no querer defenderse. Más leña al fuego.
 
     Los ciclistas españoles Miguel Indurain, Alberto Contador y Samuel Sánchez han afirmado que es imposible acusar a alguien sin pruebas verdaderas, sólo con testimonios que no sabremos nunca si son o no de fiar. Yo opino lo mismo. Probablemente, estos ocho corredores que le han amargado la vida a Armstrong se doparon en su día por querer ganarle. Y, al no poder con él en las carreteras, se han aliado en los despachos por envidia y celos. O probablemente sea cierto que se dopó. Quizás nunca lo sepamos al cien por cien. Pero, ante todo, debería prevalecer la justicia y no ha sido así.

jueves, 11 de octubre de 2012

Confesiones en el Duomo. Juan Cantus. 2012. Reseña



     Ediciones Atlantis presentó en abril del presente año la primera novela del saforense Juan Cantus. Se trata de un psico-thriller desarrollado en la modesta ciudad del norte de Italia denominada Gaeta. La pequeña y tranquila localidad se verá de repente sacudida por el inhumano asesinato de un inmigrante cubano que responde al nombre de Hugo, llegado al lugar cuatro años atrás. El capitán Flavio, nada acostumbrado a este tipo de sucesos, se ve aliviado al recibir la ayuda de la agente Grazia, especialista en crímenes raciales proveniente de la capital italiana.
 
     No obstante, el caso se les irá rápidamente de las manos al sucederse, uno tras otro, varios asesinatos más. Sin duda, Grazia y Flavio se enfrentan a un peligroso criminal en serie. La llegada desde Roma de Filipo, compañero sentimental de Grazia, lejos de reconducir la investigación hará que ésta se complique todavía más. Filipo incluso llega a pensar como máximo sospechoso en el cura del pueblo, Vittorio Petacchi.
 
     Los crímenes parecen estar relacionados con el martirio que sufrió San Erasmo, uno de los catorce Santos Auxiliadores de los que habla una antigua leyenda católica del centro de Europa. Leyenda no confirmada jamás, por cierto. Los martirios recibidos por los asesinados son realmente brutales, algo que hará que el lector se estremezca en más de una ocasión.
 
     Vittorio escuchará la voz del criminal, quien le contará, bajo confesión, cada uno de los crímenes por él cometidos. Sin embargo, nunca observa su rostro y, además, no puede hablar con los agentes porque debe respetar el secreto de confesión. El cura se verá en un callejón sin salida y asistirá, impotente, a los últimos asesinatos (¡hasta nueve en total!).
 
     Literariamente hablando, la novela tiene a su favor dos puntos fuertes: una trama perfectamente estudiada y desarrollada de forma impecable; y un ritmo narrativo tan elevado que implica al lector en las diversas escenas. No hay ni una sola página en toda la novela en que no ocurra algo significativo para el desarrollo de la trama.   

     Tanto los lugares como los distintos personajes están tan bien estudiados que hacen que el lector se sumerja en un ambiente tan cercano como estremecedor e inquietante. Las escenas que describen los martirios recibidos por los pobres torturados son realmente escalofriantes, lo que otorga a la obra unos altos grados de realismo casi-gore.
 
     Por poner algún pero a la obra, excelente para tratarse de una primera novela, es preciso volver al ritmo del libro. Quizás se echan en falta algunos pasajes un tanto más tranquilos y reflexivos. Algunas descripciones más extensas que permitan al lector tomar aire entre algunas de las escenas. La novela, de 255 páginas, podría haber tenido unas 300, por ejemplo, otorgando el necesario aire a quien la lee. Evidentemente, no se trata de una crítica sino de una modesta recomendación de mi parte. 
 
     En definitiva, una sorprendente obra de debut de un vecino al que he tenido oportunidad de conocer gracias a nuestra común afición por la literatura. Una novela en la que la religión y la acción se mezclan para poner a prueba nuestra capacidad intelectual para tratar de encontrar al asesino antes de que el autor nos lo presente a los ojos. ¡Muy recomendable!  
 

viernes, 5 de octubre de 2012

Las voces de las hormigas. Ramón Cerdá. 2012. Reseña



     La denuncia del concepto judicial de prisión provisional es uno de los puntos de partida de "Las voces de las hormigas", la nueva novela de Ramón Cerdá recientemente editada por la editorial independiente El fantasma de los sueños. Ciertamente, opino como él: la solución lógica para estos casos es que la justicia sea más rápida y agil; no privar de libertad a alguien todavía no juzgado. Pero vamos a la novela.
 
     Alfonso Santianes, un hombre de casi sesenta años de edad, acaba condenado a veinte años de prisión por asesinato. Aunque es inocente, un tribunal popular dictamina su culpabilidad tras una falsa denuncia y una serie de pruebas circunstanciales aceptadas por un juez adicto a las drogas que le impone, además, la máxima condena. Alberto, un recién divorciado y joven juez incapaz de estudiar medicina contra la voluntad de su padre, decide dejar su cargo en Valencia para pedir el traslado a un pueblo pequeño y tranquilo de provincias. Su sentido de culpabilidad y su descontrolado consumo de metanfetaminas están detrás de tan extraña decisión. Caprichos del destino, y consciente del error judicial, es destinado al pueblo del sentenciado a cárcel.
 
     Antonio, un policía corrupto relacionado con negocios de prostitución, y también consumidor de drogas, es quien proporciona el contacto que suministra dichas sustancias al juez protagonista de la novela. Roberto, un contable que dedica su tiempo libre y hasta su propio dinero a ejercer como periodista en su pequeño periódico local, recibe de forma anónima una cinta grabada en el juzgado de Alberto en la que se escucha una psicofonía en la que el propio asesinado dice que Alfonso Santianes es inocente y que el culpable de su muerte es otro vecino del mismo pueblo. La psicofonía cambiará el presente y el futuro de todos los protagonistas de este libro. En algunos casos para mejor; en otros claramente para amargar sus vidas.
 
     Estamos, sin duda, ante un psico-thriller con toques de novela negra muy bien construido y estructurado. Bien narrado y descrito. Magníficamente bien ambientado. Y con un estudio psicológico de las personalidades, miedos y temores de los protagonistas realmente magistral. Algo imprescindible a la hora de conseguir que el lector simpatice u odie a cada uno de ellos, tomando parte de unos u otros en según que situaciones.
 
     Otros puntos fuertes de esta novedad en la ya dilatada carrera de este ontinyentí son las investigaciones que llevan a cabo algunos de los personajes de la novela (sobre toda la del periodista Roberto) y la conjunción de una serie de temas que siempre llaman la atención de quien lee: misterio, sucesos paranormales, sexo y relaciones matrimoniales fracasadas. Todos estos temas, bien mezclados, conforman un libro que debe ser leído por los amantes de cualquier de estos temas. Como en todas las buenas novelas de este género, casi nada es lo que parece y sólo pasando páginas llegaremos a averiguar si nuestros razonamientos son o no los adecuados.
 
     A través de esta novela podemos corroborar diversas enseñanzas y aprendizajes de las que todos hemos oído hablar muy a menudo. A saber: el asesino nunca puede estar tranquilo; jamás debemos cejar en el empeño si queremos alcanzar un sueño; las drogas perjudican a quienes las toman y también a los que están a su alrededor; los fantasmas existen; las cosas no siempre terminan como pensamos que van a acabar; y las personas somos capaces de lo mejor y de lo peor.
 
     Cuando leí en la contraportada del libro la frase "una de las novelas de Cerdá más originales y sorprendentes que no puede ser leída sin más; tiene que ser necesariamente devorada" pensé que era un tanto pretenciosa y exagerada. Es el lector quien debe juzgar la obra y afirmar cosas como éstas. Pues bien, finalizada su lectura no puedo dejar de dar la razón al autor. Eso mismo es lo que he hecho yo con "Las voces de las hormigas": devorarla.                  
    

lunes, 1 de octubre de 2012

La trastienda del anticuario. Carmen Fernández del Barrio. Ediciones Hades. 2012. Reseña



     Las novelas clásicas escasean en el panorama literario actual. Por ello, cuando uno tiene el placer de leer una novela como ésta se satisface por poder revivir algunas de las grandes obras del pasado. Pero dejemos las alabanzas para el final de la reseña y vayamos con el argumento de un libro en el que la justicia, la solidaridad y la benefactoría, encarnadas en el tabernero Cato, se enfrentan a la injusticia, el egoísmo y la codicia, ejemplificados en un personaje apodado "Peseta".
 
     La acción nos sitúa en Guadix, en la comarca accitana granadina, en la década de 1960. Un extraño personaje visita a Cato, el tabernero, para proponerle un pacto: retrasar el momento de su muerte para que pueda dejar todo arreglado y morir en paz a cambio de realizar unas últimas buenas obras en vida. La aceptación del trato convierte, por arte de magia, la taberna en anticuario. Y en su trastienda hay algunos objetos que el tabernero-anticuario ha de entregar a diversas personas para que éstos cumplan el cometido de ayudar a sus nuevos propietrarios a impedir injusticias.
 
     A través de cuatro historias moralizantes, temáticamente independientes entre sí, se hará justicia respecto a hechos del presente, e incluso del pasado, utilizando una daga morisca, una pluma estilográfica, una vieja mecedora y una diabólica bolsa repleta de monedas de oro. La intervención de Cato, personaje muy querido por todos sus vecinos debido a su bondad y buenhacer, será el único aspecto común en todas estas historias.
 
     Tratado ya el argumento de la novela, vayamos a las virtudes de la misma. Los personajes están perfectamente caracterizados, lo que permite al lector empatizar, positiva o negativamente, con cada uno de ellos, facilitando que éste se involucre más si cabe en la trama de las distintas historias. Obviamente, quien las lee busca que todo acabe de la forma más justa posible.
 
     La lectura se hace muy amena y placentera merced a los siguientes aspectos, muy a destacar todos ellos: una narrativa ágil, hábil y de gran riqueza léxica que nos sumerge en cada una de las tramas; unas descripciones detalladas, tanto de los personajes como de los ambientes y los objetos, que nos sitúan de lleno en las escenas; y un tratamiento "de usted" hacia el lector que otorga un toque de originalidad en pleno siglo XXI. En determinados momentos el lector cree tener a la autora a su lado mismo, contándole la historia directamente.
 
     Sin duda, Carmen ha demostrado en esta su segunda obra publicada (la primera, de 2009, fue una novela romántica titulada "Raíces de nobleza") que es una muy buena escritora. El dominio léxico, descriptivo y narrativo que posee así lo atestiguan. No obstante, también se nos muestra como agradecida. Agradecida a un pueblo y una comarca que la vieron nacer y a la cual homenajea en las más de doscientas páginas de que consta "La trastienda del anticuario".
 
     En efecto, en el libro encontraremos guiños hacia diversos hechos del pasado histórico de la región, como la rebelión de las Alpujarras (entre 1568 y 1571), el avión estrellado en El Picón de Sierra Nevada (1960) y algunas de las películas grabadas en los alrededores en la década de los sesenta (nombrando a actores mundialmente conocidos en aquella época). Y, por supuesto, aparecen las cuevas que han hecho mundialmente famosa la región de Guadix y sus alrededores.
 
     Sin duda, estamos ante un trabajo recomendable para los que gusten de la novela clásica bien escrita. Una obra original que se lee de forma rápida debido a una narrativa que engancha, unas historias que nos enseñan a ser "buena gente" y unas descripciones ambientales que invitan al lector a visitar la comarca accitana. Una novela por la que su autora debe ser felicitada por este humilde colega de letras...