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viernes, 5 de octubre de 2012

Las voces de las hormigas. Ramón Cerdá. 2012. Reseña



     La denuncia del concepto judicial de prisión provisional es uno de los puntos de partida de "Las voces de las hormigas", la nueva novela de Ramón Cerdá recientemente editada por la editorial independiente El fantasma de los sueños. Ciertamente, opino como él: la solución lógica para estos casos es que la justicia sea más rápida y agil; no privar de libertad a alguien todavía no juzgado. Pero vamos a la novela.
 
     Alfonso Santianes, un hombre de casi sesenta años de edad, acaba condenado a veinte años de prisión por asesinato. Aunque es inocente, un tribunal popular dictamina su culpabilidad tras una falsa denuncia y una serie de pruebas circunstanciales aceptadas por un juez adicto a las drogas que le impone, además, la máxima condena. Alberto, un recién divorciado y joven juez incapaz de estudiar medicina contra la voluntad de su padre, decide dejar su cargo en Valencia para pedir el traslado a un pueblo pequeño y tranquilo de provincias. Su sentido de culpabilidad y su descontrolado consumo de metanfetaminas están detrás de tan extraña decisión. Caprichos del destino, y consciente del error judicial, es destinado al pueblo del sentenciado a cárcel.
 
     Antonio, un policía corrupto relacionado con negocios de prostitución, y también consumidor de drogas, es quien proporciona el contacto que suministra dichas sustancias al juez protagonista de la novela. Roberto, un contable que dedica su tiempo libre y hasta su propio dinero a ejercer como periodista en su pequeño periódico local, recibe de forma anónima una cinta grabada en el juzgado de Alberto en la que se escucha una psicofonía en la que el propio asesinado dice que Alfonso Santianes es inocente y que el culpable de su muerte es otro vecino del mismo pueblo. La psicofonía cambiará el presente y el futuro de todos los protagonistas de este libro. En algunos casos para mejor; en otros claramente para amargar sus vidas.
 
     Estamos, sin duda, ante un psico-thriller con toques de novela negra muy bien construido y estructurado. Bien narrado y descrito. Magníficamente bien ambientado. Y con un estudio psicológico de las personalidades, miedos y temores de los protagonistas realmente magistral. Algo imprescindible a la hora de conseguir que el lector simpatice u odie a cada uno de ellos, tomando parte de unos u otros en según que situaciones.
 
     Otros puntos fuertes de esta novedad en la ya dilatada carrera de este ontinyentí son las investigaciones que llevan a cabo algunos de los personajes de la novela (sobre toda la del periodista Roberto) y la conjunción de una serie de temas que siempre llaman la atención de quien lee: misterio, sucesos paranormales, sexo y relaciones matrimoniales fracasadas. Todos estos temas, bien mezclados, conforman un libro que debe ser leído por los amantes de cualquier de estos temas. Como en todas las buenas novelas de este género, casi nada es lo que parece y sólo pasando páginas llegaremos a averiguar si nuestros razonamientos son o no los adecuados.
 
     A través de esta novela podemos corroborar diversas enseñanzas y aprendizajes de las que todos hemos oído hablar muy a menudo. A saber: el asesino nunca puede estar tranquilo; jamás debemos cejar en el empeño si queremos alcanzar un sueño; las drogas perjudican a quienes las toman y también a los que están a su alrededor; los fantasmas existen; las cosas no siempre terminan como pensamos que van a acabar; y las personas somos capaces de lo mejor y de lo peor.
 
     Cuando leí en la contraportada del libro la frase "una de las novelas de Cerdá más originales y sorprendentes que no puede ser leída sin más; tiene que ser necesariamente devorada" pensé que era un tanto pretenciosa y exagerada. Es el lector quien debe juzgar la obra y afirmar cosas como éstas. Pues bien, finalizada su lectura no puedo dejar de dar la razón al autor. Eso mismo es lo que he hecho yo con "Las voces de las hormigas": devorarla.