LIBROS

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lunes, 1 de octubre de 2012

La trastienda del anticuario. Carmen Fernández del Barrio. Ediciones Hades. 2012. Reseña



     Las novelas clásicas escasean en el panorama literario actual. Por ello, cuando uno tiene el placer de leer una novela como ésta se satisface por poder revivir algunas de las grandes obras del pasado. Pero dejemos las alabanzas para el final de la reseña y vayamos con el argumento de un libro en el que la justicia, la solidaridad y la benefactoría, encarnadas en el tabernero Cato, se enfrentan a la injusticia, el egoísmo y la codicia, ejemplificados en un personaje apodado "Peseta".
 
     La acción nos sitúa en Guadix, en la comarca accitana granadina, en la década de 1960. Un extraño personaje visita a Cato, el tabernero, para proponerle un pacto: retrasar el momento de su muerte para que pueda dejar todo arreglado y morir en paz a cambio de realizar unas últimas buenas obras en vida. La aceptación del trato convierte, por arte de magia, la taberna en anticuario. Y en su trastienda hay algunos objetos que el tabernero-anticuario ha de entregar a diversas personas para que éstos cumplan el cometido de ayudar a sus nuevos propietrarios a impedir injusticias.
 
     A través de cuatro historias moralizantes, temáticamente independientes entre sí, se hará justicia respecto a hechos del presente, e incluso del pasado, utilizando una daga morisca, una pluma estilográfica, una vieja mecedora y una diabólica bolsa repleta de monedas de oro. La intervención de Cato, personaje muy querido por todos sus vecinos debido a su bondad y buenhacer, será el único aspecto común en todas estas historias.
 
     Tratado ya el argumento de la novela, vayamos a las virtudes de la misma. Los personajes están perfectamente caracterizados, lo que permite al lector empatizar, positiva o negativamente, con cada uno de ellos, facilitando que éste se involucre más si cabe en la trama de las distintas historias. Obviamente, quien las lee busca que todo acabe de la forma más justa posible.
 
     La lectura se hace muy amena y placentera merced a los siguientes aspectos, muy a destacar todos ellos: una narrativa ágil, hábil y de gran riqueza léxica que nos sumerge en cada una de las tramas; unas descripciones detalladas, tanto de los personajes como de los ambientes y los objetos, que nos sitúan de lleno en las escenas; y un tratamiento "de usted" hacia el lector que otorga un toque de originalidad en pleno siglo XXI. En determinados momentos el lector cree tener a la autora a su lado mismo, contándole la historia directamente.
 
     Sin duda, Carmen ha demostrado en esta su segunda obra publicada (la primera, de 2009, fue una novela romántica titulada "Raíces de nobleza") que es una muy buena escritora. El dominio léxico, descriptivo y narrativo que posee así lo atestiguan. No obstante, también se nos muestra como agradecida. Agradecida a un pueblo y una comarca que la vieron nacer y a la cual homenajea en las más de doscientas páginas de que consta "La trastienda del anticuario".
 
     En efecto, en el libro encontraremos guiños hacia diversos hechos del pasado histórico de la región, como la rebelión de las Alpujarras (entre 1568 y 1571), el avión estrellado en El Picón de Sierra Nevada (1960) y algunas de las películas grabadas en los alrededores en la década de los sesenta (nombrando a actores mundialmente conocidos en aquella época). Y, por supuesto, aparecen las cuevas que han hecho mundialmente famosa la región de Guadix y sus alrededores.
 
     Sin duda, estamos ante un trabajo recomendable para los que gusten de la novela clásica bien escrita. Una obra original que se lee de forma rápida debido a una narrativa que engancha, unas historias que nos enseñan a ser "buena gente" y unas descripciones ambientales que invitan al lector a visitar la comarca accitana. Una novela por la que su autora debe ser felicitada por este humilde colega de letras...