LIBROS

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martes, 25 de noviembre de 2014

La vida era eso. Carmen Amoraga. Ediciones Destino. 2014. Reseña





     Dicen que la verdadera muerte es el olvido. Que lo peor de la muerte no es dejar de estar presente en este mundo sino en las mentes de nuestros familiares, amigos y conocidos. Que dejar de existir es mucho peor que la muerte misma. Que pensar en un hombre se parece a salvarlo. Este es, quizá, el punto de partida de La vida era eso, la última novela de la escritora valenciana Carmen Amoraga.

     Amoraga, finalista de los Premios Planeta 2010 - con El tiempo mientras tanto - y Nadal 2007 - con Algo tan parecido al amor - se alzó por fin con un gran galardón, el Premio Nadal, en este 2014 con La vida era eso. Una novela de ágil y fácil lectura que, estructurada en cinco partes - negación, ira, negociación, depresión y aceptación -, recorre los diferentes períodos psicológicos del primer año de la vida de Giuliana tras la muerte de su marido, William, a causa de un cáncer de colon que se traslada al páncreas. 

     A la protagonista de la novela le desanima y hasta enfada el hecho de no conseguir soñar con su marido durante ese año posterior a su muerte. En efecto, soñar con alguien es como volver a estar con él una vez más. Aunque ese anhelo es el que puede llevar a la no consecución del deseo. Giuliana se siente culpable por ello. Una culpa que se amplía a no haber sabido ver los síntomas de la enfermedad de William, a haber discutido a menudo con él por creerle un blando, a no haber podido acompañarle como ella cree que debería haber hecho, a no haber vivido cada día con él como si fuera el último, en definitiva, a tantas y tantas cosas... 

     La propia Giuliana afirma en varios momentos de la novela que tras una muerte así de dramática, tras una pérdida tan sensible, todos tendemos a recordar las partes buenas de nuestra relación con la persona que ya no está, olvidando - o tratando de hacerlo - los aspectos más negativos. Como humanos - y, por tanto, imperfectos - que somos, preferimos retener en nuestra memoria aquello agradable, lo cual nos hace idealizar una persona o una relación, llegando en ocasiones a realzar algo o alguien que realmente no merece tanto.

     Dice Carmen Amoraga de su novela que enseña que "aprender a perder es aprender a vivir". Y no le falta razón, desde luego. En la vida no todo sale como uno quisiera. Y aprender a vivir a pesar de los pesares se convierte a menudo en una quimera, una odisea. Y quien llega a conseguirlo alcanza, sin duda, una vida más plena. Aceptar la realidad no es fácil, pero sí lo más aconsejable. Lo cual hace bueno el conocido dicho: "no es más feliz quien más tiene sino el que menos necesita para vivir".

     Giuliana echa de menos ahora aspectos que odiaba cuando su marido estaba vivo. Así, llega incluso a abrirse una cuenta en Facebook. Hecho que la ayudará - entre otras muchas cosas, por supuesto - a ir superando poco a poco ese estado de aletargamiento en que se ve sumida tras la muerte de William. En su muro de la red social irá colgando fotos y reflexiones sobre su vida con su marido y en solitario. Siempre sin dejar de lado a esas dos hijas que la hacen seguir adelante pese a su dolor. A medida que crece su número de amigos virtuales irá también afianzándose en ella la sensación de que la vida es tan bonita que merece ser vivida aún con los dramas y sufrimientos a que nos somete.    

     La soledad es un tema que subyace a lo largo de toda la novela. Giuliana recuerda a menudo a Santi, un amor imposible de juventud que reaparece de tanto en tanto en su mente para llenar sus peores momentos de una mayor angustia. Ahora viuda, trata de ponerse en contacto con él. No lo consigue, lo cual no hace más que aumentar ese sentimiento de soledad presente y quizá futura. Como si todas sus esperanzas de futuro se esfumaran por el simple hecho de no poder dar con él. Como si fuera el único hombre del mundo y ya todo estuviera perdido.

     Para concluir, me gustaría reseñar dos aspectos que trata la novela que todos tenemos claros a priori pero que casi nadie suele cumplir a la postre: el primero, esa especie de máscara que todos llevamos en nuestro día a día pero que se pone más de manifiesto si cabe en las redes sociales, donde tratamos de dar una imagen diferente de la que quienes tenemos más cerca conocen; la segunda, lo fácil que nos resulta juzgar a los demás sin tener realmente ni idea de quiénes son. Desde luego, la novela nos da motivos para reflexionar sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Porque el ser humano es así. Porque la vida es eso...                     


lunes, 24 de noviembre de 2014

Peligro de extinción. Jeffrey Moore. Maeva. 2012. Reseña





     El escritor y traductor canadiense Jeffrey Moore, profesor de traducción en la Universidad de su Montreal natal, aborda en su tercera novela publicada, Peligro de extinción, el espinoso y repugnable tema del negocio de la bilis de oso, comercializado, a precios astronómicos, en distintas partes del mundo. Tras publicar en más de veinte países Una cadena de rosas - premio de la Commonweath - y Los artistas de la memoria - premio de la Asociación de escritores canadienses - Maeva decidió apostar por este conmovedor thriller sobre el valor de la amistad y la crueldad humana.

     Los grandes protagonistas de la historia son Nile Nightingale, un estadounidense de 44 años que acaba de heredar grandes sumas de dinero de su recién fallecido padre - un prestigioso médico - que huye de la justicia por varios motivos que se irán descubriendo poco a poco, y llega a las montañas de Quebec en busca de refugio; y Céleste Jonquéres, una niña prodigio de 14, activista comprometida con la protección de animales en peligro de extinción, que ha intentado ser asesinada - por un sanguinario cazador furtivo y sus secuaces - por haber sido testigo de varios actos crueles.

     La relación entre la joven, salvada in extremis por el norteamericano, y éste será el hilo conductor de la trama de la novela. Nile encuentra a Céleste malherida y trata de llevarla al hospital. Pero, en pleno invierno, verá la carretera impracticable a causa de la nieve y deberá llevarla a su cabaña y tratar de sanarla de la mejor manera posible. Sus escasos conocimientos del trabajo de su padre serán suficientes para la salvación y recuperación de la chica. Pronto saldrán a la luz la madurez y gran sabiduría de ella y los problemas de él con las drogas y el alcohol, que, pese a su superación, todavía le provocan alucinaciones. Juntos, buscarán poner fin a las atrocidades de la cazadores. 

     La chica cuenta en su diario personal que la bilis de oso se utiliza sobre todo en China, como medicina - para eliminar el calor del hígado, mejorar convulsiones y espasmos, favorecer una mejor visión y limpiar el cuerpo de calores y materiales tóxicos - y como tónico y comida. Se extrae mediante un agujero en el abdomen del oso. Dicho agujero no se cierra nunca, dejando a los animales bajo seria amenaza de sufrir infecciones severas o enfermedades como tumores y cáncer. Por descontado, todo ello puede llevar a causar su muerte por peritonitis.  

     Para facilitar la extracción de su bilis los osos son encerrados en jaulas pequeñas (79x130x200 cms.), donde no pueden ni moverse, lo que les produce atrofiamiento muscular y severos daños físicos y también psicológicos. Se han dado casos incluso de intento de suicidio. Sí, sí, ¡de suicidio! Para evitarlo, sus captores les colocan chalecos de hierro para evitar que se golpeen sus estómagos. La tortura, pues, es a todas luces inhumana.

     Nile y Céleste irán aproximándose cada vez más entre sí, tejiendo una amistad que se fortalecerá a pasos agigantados. La referida amistad que irá creciendo entre ellos implicará una fe ciega y una complicidad básica para acabar con los asquerosos actos cometidos por los mismos personajes que han intentado acabar con la vida de la joven. La cuestión queda así de clara: o ellos y los animales o los asesinos. 

     Peligro de extinción hace referencia no solo a los animales en complicada situación, sino también a los principales protagonistas de la trama, únicos interesados en todas las montañas de Quebec en intentar sacar a la luz tan imperdonables actos de inhumanidad. Reflexión, compromiso y valores humanos rezuman en cada página de un libro escrito con mordacidad y apasionamiento. Una historia de redención, lucha contra la crueldad y amor por la naturaleza y todos sus componentes, desde la flora y la fauna hasta los propios humanos.

     Y sus protagonistas, sobre todo Nile, son divertidos y sabios. La introducción de sus obsesiones, manías y reflexiones en el texto hace de ello uno de los fuertes de la novela. Lenguaje directo, acidez e ironía le otorgan un toque de frescura, sonrisas y hasta alguna que otra carcajada. En suma, calidez en un contexto frío como la nieve que cubre la montaña de la portada. Por cierto, una delicia que invita a la lectura del texto del interior. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

Besos de arena. Reyes Monforte. Temas de Hoy. 2013. Reseña





     La escritora y periodista madrileña Reyes Monforte retornó en 2013 a la primera escena literaria - esa que no ha abandonado desde el gran éxito de su primera novela, Un burka por amor, 2007 - para contarnos la historia de dos amores (casi) imposibles separados por 35 años de distancia pero conectados de forma irremediable por varios personajes cuyas vidas confluyen inesperadamente en la Huesca actual.

     Besos de arena es la quinta novela de la madrileña. Una novela repleta de amor, sufrimiento, dramas, tragedias e intrigas ambientada en Huesca, Madrid y los territorios saharauis de Dajla, Tinduf o El Aaiún. A buen seguro, muchos de quienes lean esta reseña conocerán las campañas Vacaciones en Paz, que cada verano traen a nuestro país a centenares de pequeños / as saharauis que viven en régimen de acogida con familias españolas adoptivas.

     Laia, la protagonista principal de esta historia, es una de esas chicas. Con solo doce años de edad, recala en un pequeño pueblo oscense, donde es acogida por Leticia y Sancho, un matrimonio sin hijos que la tomará como si fuera su propia hija. Problemas de salud de la pequeña - asma y corazón - provocan que se busque prolongar su estancia con sus nuevos padres en territorio español para un mejor tratamiento de sus dolencias. Así pasan varios años. Hasta que el pasado se interpone en sus felices planes de futuro con Julio, un joven piloto de aviones con quien comparte un presente tierno y conmovedor.

     Ahmed, hermano de Laia, se propone devolver a la joven a su tierra. Al Sahara Occidental. Algo que ya no entraba en sus planes. Varios secretos ocultos harán que varios de los protagonistas de la novela se den de bruces con una realidad que a veces es más triste de lo que uno cree capaz de poder soportar. La intriga se apodera de una historia de amor por cuyo futuro lucharán todos los personajes de la trama.

     Más allá de la historia de amor y de la búsqueda de Laia por parte de Julio y de quienes desean su felicidad, lo más interesante de la novela - al menos para mí - es la ambientación y la propia historia de las tierras saharauis durante los 35 últimos años. Así, de la mano de Monforte, descubrimos más detalles sobre la triste salida de los españoles residentes en la zona en octubre de 1975, cuando las tropas marroquíes (por el norte) y las mauritanas (por el sur) atacaron con una crueldad exagerada el Sahara Occidental. Los saharauis se vieron aislados y abandonados a su suerte por una España cobarde y desvergonzada.

     Y el Frente Polisario tomó el mando en la zona, demandando una libertad a la que él mismo se oponía (y se sigue oponiendo, por ejemplo, permitiendo que antiguas tradiciones como la existencia de la esclavitud perduren en el tiempo en su área de dominio). La guerra entre octubre de 1975 y febrero de 1976 - cuando se produjo el abandono oficial español de aquellos territorios - se basó en matanzas indiscriminadas de la población saharaui civil merced al uso de bombas de napalm y fósforo blanco por parte de la aviación marroquí. Ni España ni la comunidad internacional alzaron la voz ante tan fragrante vulneración de la legalidad internacional.

     El desarrollo de la historia provocará que varios españoles, anteriores residentes españoles en Villa Cisneros, retornen a aquellos parajes, debiendo enfrentar viejos fantasmas y coincidiendo con viejos amigos saharauis sin demasiado interés en volver a encontrarse con ellos, carcomidos por el odio y el sentimiento de abandono. Las escenas ambientadas en la actual ex-colonia española y los enfrentamientos dialécticos entre antiguos amigos son de lo más interesante de la novela, demostrando que para conocer realmente lo que allí aconteció deben escucharse las diversas versiones de los hechos.

     Asimismo, la acción de la trama finaliza en 2012, cuando fue desmantelado el asentamiento de Gdein Izik, desde donde prendió, dos años antes, la conocida Primavera árabe, que luego tendría continuidad en Egipto, Túnez, Yemen o Bahrein. Una historia de lucha, superación y búsqueda de libertad de una región abandonada a su suerte (y a su muerte) por un mundo que prefiere no ver lo que allí continúa ocurriendo a diario. Una denuncia que toma Reyes Monforte con el pretexto de contarnos una historia de amores (casi) imposibles.

     En definitiva: estamos ante una novela bien escrita, argumentada y estructurada, que trata sobre la tenacidad de los pueblos y de las personas, la necesidad de la diplomacia en el mundo actual y la denuncia de unos hechos cotidianos que deberían ruborizarnos. A todos.
       

lunes, 10 de noviembre de 2014

El abogado de pobres. Juan Pedro Cosano. Ediciones Martínez Roca. 2014. Reseña





     El abogado de pobres ha sido la novela galardonada con el Premio Abogados de Novela 2014, convocado por el Consejo General de la Abogacía Española, la Mutualidad de la Abogacía y Ediciones Martínez Roca (Grupo Planeta). El autor, Juan Pedro Cosano, titular del bufete jurídico Cosano y Asociados en su Jerez de la Frontera natal - que ya publicó con anterioridad las novelas Hispania y Las muertes pequeñas y el poemario La noche calma y otros poemas - se ha alzado con el Premio gracias a una novela ambientada en el propio Jerez de mediado el siglo XVIII y en la figura del abogado de pobres, lo que en la actualidad se conoce como de oficio.

     Pedro Alemán y Camacho, huérfano de madre desde su parto y de padre desde los 21 años de edad, hereda de su padre su modesto bufete, su cargo como abogado de pobres del concejo de Jerez y una serie de deudas - su padre fue mejor abogado y persona que administrador - que le hacen llevar una vida económicamente ajustada. Desde el principio de su ejercicio debe equilibrar los rectos valores aprehendidos de su padre y las sinvergüencerías de Antonio de la Fuente, con quien había ejercido durante dos años como pasante.

     La gran amistad existente entre su padre y el sastre, confesor y consejero Bartolomé Gutiérrez le sirve al protagonista para conseguir el puesto como abogado de pobres del concejo. Poco a poco, Pedro Alemán irá haciéndose un hueco entre la jerarquía de la abogacía de la ciudad. Y lo hará gracias a su locuacidad, su lucha y su tesón, habiendo de enfrentar causas que muchos de los más afamados abogados del lugar han rechazado antes por ser causas perdidas de antemano. 

     De ritmo ágil, trepidante en ocasiones, y de lenguaje elegante - al más puro estilo de la época que describe - la novela se hace muy amena y mantiene al lector pegado a sus páginas desde el prólogo hasta el epílogo. Los personajes enganchan, sobre todo el principal, una especie de anti-héroe que sobrevive pese a sus rémoras psicológicas y económicas y que llegará a conocer el amor de la mano de la hija de una clienta acusada de adulterio.

     Tanto el protagonista como el propio autor conocen al dedillo las leyes de la época merced a una investigación exhaustiva digna de elogio. En el caso del autor, dicha investigación se amplía a la historia de Jerez de la Frontera, sus calles y sus tabernas e iglesias. Lo cual otorga a la obra un realismo que aumenta el deseo del lector por conocer el desarrollo y el desenlace de la acción. Además, el tratamiento psicológico de los personajes también debe alabarse, así como las escenas de amor y erotismo. 

     La novela invita a reflexionar sobre cuestiones nada banales. Así, cabe destacar el tema de la soledad del abogado, que debe proteger lo más valioso de sus clientes (de pago o no): su libertad, su hacienda o incluso su vida. Ese sentimiento de soledad agobia al protagonista, lo que le hace más cercano y empático. Sus pensamientos sobre la imposibilidad de escapar de la justicia divina, los posibles fallos de la justicia humana - debido a la imperfección de las personas en general y de jueces, fiscales y abogados en particular - y la existencia en la vida del bien y el mal en permanente e inestable equilibrio nos hacen pensar sobre las diferencias entre los valores y la carencia de ellos.

      Otro tema de enorme importancia en la trama de la novela es el que hace referencia a los términos verdad, justicia y poder, y a los conflictos que pueden darse - y se dan - entre ellos. Queda claro que dar con la verdad no basta para poder hacer justicia, sobre todo cuando esta va en contra del poder establecido. Un poder que rara vez se queda quieto cuando sus intereses se ven amenazados por un abogado que se enfrenta al caso de su vida. 

     El abogado de pobres es, en definitiva, una novela de escritura impecable, mensaje claro y rectos valores. Si a todo ello le sumamos su impactante resolución - ¡qué gusto da leer una historia en la que la realidad, por frustrante y triste que sea, se impone a lo típico/tópico! - podemos llegar a la firme convicción de que el galardón obtenido por Juan Pedro Cosano es sobradamente merecido. 


lunes, 3 de noviembre de 2014

Yonqui. Paco Gómez Escribano. Erein. 2014. Reseña





     Paco Gómez Escribano ha cambiado completamente de editorial y de registro para presentarnos su tercera novela, Yonqui, en la que nos cuenta cuatro años de la vida de su protagonista, el Botas, un adolescente que lucha contra la sociedad de fines de la década de los setenta y comienzos de los ochenta; una sociedad que había robado la juventud y las esperanzas de futuro de toda una generación abocada a la miseria y al paro. Un tema de triste actualidad también en nuestros días, por cierto.

     Tras publicar El círculo alquímico y Al otro lado de la mano de la editorial Ledoria, el polifacético escritor, músico y profesor de Formación Profesional madrileño, del barrio de Canillejas para más señas, nos propone un viaje a su barrio de hace tres décadas y media para narrarnos, con un estilo claro y directo y con el lenguaje de la calle de aquella época, la vida de varios chavales que debieron crecer demasiado rápido. Muchos de ellos, incluso, morirían antes incluso de comenzar a vivir.

     Yonqui, publicada por la editorial donostiarra Erein, es una novela negra que destila realidad por los cuatro costados. Una realidad que quizás nadie desea recordar pero que existió. Una realidad que, mal que nos pese, consistió en drogas, prostitución, delincuencia y, ante todo, desesperanza. Pero que, en contrapartida, fue el germen, entre otras cosas, de la denominada movida madrileña.

     El Botas, huérfano de padre e hijo de una madre alcohólica que termina por fugarse con un vecino del barrio, arrastra, además, la muerte de su hermano mayor y la huida de su hermana a una comuna hippie de Ibiza. Ese sentimiento de soledad debe suplirlo de alguna manera. Y, claro, las malas compañías y las drogas se encargarán de ponerle las cosas todavía más difíciles. Víctima de los monos, se verá obligado a delinquir, junto a sus colegas - el Conejo, el Mecánico, el Chino, el Pumby, el Porras y el Nani, este último de tan solo trece años de edad -, para conseguir la droga con que alimentar su castigado espíritu.

     Los jóvenes no dudan en robar coches o motos, atracar joyerías y bancos y hasta rajar a quien se ponga en su camino con tal de llevarse el dinero suficiente como para ir tirando una temporadita - unos pocos días tan solo - y poder meterse en el cuerpo lo que sea. Y es que, como dice el propio Botas, el dinero, cuando se trata de caballo, nunca dura demasiado.

     Sin embargo, el autor nos muestra al protagonista como un tipo honrado. Yonqui, sí; delincuente, también; pero honrado. En más de una ocasión se mete en algún que otro lío por defender a alguien en problemas o menospreciado por otros que se creen superiores a él. Porque la dignidad, si es que todavía le queda algo de ella al chico, debe ir siempre por delante. Impotente ante el círculo vicioso en que se ve metido, no duda en mandarse encerrar por sus amigos durante tres días para pasar el mono y tratar de desengancharse del caballo

     Y serán el amor por Lola - una preciosidad a la que conoce en un tugurio de poca monta de otro de los barrios periféricos de la capital - y su encuentro con la música - nada más y nada menos que de la mano de los Burning y de un par de nuevos amigos a los que conoce en una breve pero decisiva huida a Santiago de Compostela - los motores de su lucha por alcanzar una vida diferente. La música será su válvula de escape y Lola su apoyo, su sustento, su motivo para vivir.

     Lola admite desde pronto su amor por el Botas, pero solo accede a ser su pareja en caso de que él se desenganche del caballo. Y la guitarra y su entrada en un grupo musical le ayudarán a buscar esa redención que le permita un cambio de rumbo en su maltrecha existencia y, de paso, entrar en contacto con personajes tan importantes en el mundo de la música como Pepe Risi, Antonio Vega o Jaime Urrutia, que se convierten en personajes más o menos secundarios de la novela.

     En resumen, lo que nos propone Gómez Escribano en Yonqui es un viaje al pasado de su barrio. Con todo lo bueno y lo malo que este implica. Y con la historia personal de un colgao que pierde a diario a familiares, amigos y conocidos pero que jamás se rinde a la hora de salirse con la suya. Si consigue alcanzar una vida mejor o no debe descubrirlo cada uno de los lectores. Dudo mucho, muchísimo, que ninguno de ellos se arrepienta de hacerse con la mejor novela (hasta la fecha) del bueno de Paco. Como e´l siempre dice: no somos na... 

lunes, 27 de octubre de 2014

Palmeras en la nieve. Luz Gabás. Temas de Hoy. 2012. Reseña





     La escritora oscense Luz Gabás, que recientemente ha publicado su segunda novela, Regreso a tu piel, debutó en el mundo literario en 2012 con Palmeras en la nieve, una deslumbrante historia en donde, merced a sus conocimientos de la época colonial de la isla de Fernando Poo gracias a los testimonios de buena parte de sus propios familiares, mezcla una serie de intra-historias, reales algunas y ficticias otras, que dejan al lector atado a sus páginas sin remedio que lo pueda evitar.

     La novela, basada en hechos históricos y ambientes reales pero con personajes y tramas inventados, nos hace viajar al mundo colonial de mediados del siglo XX. A plantaciones cacao en la isla de Fernando Poo (Guinea Ecuatorial) dominadas y explotadas por empresas españolas que funcionaban a base de mano de obra indígena, muy a menudo a fuerza de látigo y de penosos salarios. Hecho este que marcaría el futuro del lugar y de sus pobladores, tanto indígenas como extranjeros.

     Pero la obra que nos presenta Gabás es más, mucho más que eso. A través de sus páginas nos adentra en la historia y las tradiciones de la isla y de su país, en la lucha indígena por alcanzar la tan ansiada independencia y en las diferentes actitudes entre los propios indígenas (con bubis y fangs enfrentados). Y no solo eso: también pasea por la propia historia de la metrópoli y las opiniones enfrentadas entre los mismos españoles asentados en la pequeña isla africana.

     En este sentido, la relación entre Kilian y Jacobo, los hermanos protagonistas de la novela, es digna de estudio. Muy parecidos en muchos aspectos, chocarán desde casi el principio de su estancia en Fernando Poo. La evolución de la trama nos presenta a dos personajes que, pese a amarse, llegarán a enfrentarse a la hora de defender lo que cada uno considera justo. Y es que las cosas, para ser entendidas bien, deben ser vistas desde diversas perspectivas.

     Y este es el punto clave de partida de la novela. Como la propia autora afirma en sus notas finales, la historia colonial había sido estudiada hasta hace muy poco solamente desde el punto de vista blanco. Lo cual hacía imposible entender las actuaciones de los indígenas en las plantaciones ubicadas en las que, hasta poco tiempo atrás, eran sus tierras. En efecto, la llegada de los blancos llevó a la isla ciertos aspectos de evolución y progreso. Pero, ¿a qué precio?, ¿a costa de qué? Las consecuencias de todo ello todavía son visibles en nuestros días tras los regímenes dictatoriales de Macías y Obiang...

     Dos mundos diametralmente opuestos se vieron obligados - o condenados - a coexistir. Lo cual creó, como no podía ser de otra forma, no pocos conflictos. Conflictos que fueron agravados por la actitud poco comprensiva y excesivamente radical de muchos de los colonos. Pero no todos fueron así. Y Kilian es un claro ejemplo de ello. Su forma de actuar y de desenvolverse en territorio africano le llevará a hacer grandes amigos entre los indígenas e incluso a conocer el amor verdadero. Un amor imposible que le hará sufrir. Y también a nosotros.

     Y es que cuando la razón y el corazón, el deber y el amor, la obligación y la devoción no coinciden el conflicto moral está servido. Un conflicto al que deben hacer frente los dos hermanos, no solo en territorio colonial y a mediados del siglo pasado, sino también en sus tierras oscenses actuales, casi medio siglo después. En Palmeras en la nieve pasado y presente se entrelazan de manera tan creativa y sugerente que sus más de setecientas páginas llegan a hacerse cortas. Sobre todo si al lector le interesan aspectos como la historia, la cultura, las tradiciones y las historias de amor a la antigua usanza.

     En definitiva, estamos ante una novela que trata de enseñarnos el camino hacia la comprensión mutua entre civilizaciones y pensamientos u opiniones diferentes y que nos hace reflexionar sobre la necesidad de seguir con nuestras vidas más allá de los hechos del pasado, por oscuros que estos sean, por nuestro propio bien y de aquellos que nos rodean. El perdón, o el olvido, como forma de buscar una vida mejor para todos. Una historia que nos deja claro que, en el amor y en la vida, las huellas de las personas que caminaron juntas nunca nunca se borran...



martes, 14 de octubre de 2014

Mas, Cataluña y los cines de verano (de antes)





     El todavía President de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, demostrando que es un tipo listo pero poco inteligente, se metió en un jardín del que, ha quedado ya demostrado, no sabe salir. Anoche nos fuimos a la cama con la noticia de que renunciaba a la celebración de la consulta del 9-N por falta de garantías legales. En contrapartida, propuso como alternativa organizar un proceso de participación ciudadana para conocer la opinión de los catalanes sobre el futuro político catalán.

     Tras afirmar públicamente, y hasta la saciedad, aquello de primero hay que intentarlo de acuerdo con las leyes y, si no se puede, hacerlo igualmente, apoyado por su socio de gobierno, ERC, que siempre se ha frotado las manos viendo aproximarse su gran momento, ahora el President recula y busca alternativas que no tienen ningún futuro: encuestas, audiencias públicas y foros de participación.

     Y no tienen ningún futuro no porque no sean legales, que lo son, sino porque están lejos, muy lejos, de las pretensiones iniciales del conjunto de fuerzas que en su día optaron por la convocatoria de la consulta. Sus socios se sienten estafados por él y no aceptarán cualquier medida que se quede a mitad de camino de lo propuesto desde el principio. Incluso Unió Democràtica de Cataluña, el socio de la federación de partidos que conforma CiU junto a Convergència Democràtica de Cataluña, amenaza con una escisión que sería un hito histórico en la historia de Cataluña. Desde ERC siguen optando claramente por la desobediencia e incluso por la declaración inmediata de la independencia.

     Mas hablará hoy de las posibles alternativas a la celebración de la consulta. Veremos por dónde sale. Pero ese callejón sin salida en el que él solito se metió amenaza con ser su tumba política. Y, de paso, con allanar el camino de una ERC que, a río revuelto, en lugar de conformarse con la mitad (el proceso de participación ciudadana propuesto ahora por el President) vaya a por el doble (la declaración unilateral de independencia). 

     Con este panorama cobra cada vez mayor fuerza la opción de convocar unas elecciones anticipadas con carácter plebiscitario. Algo, aseguran los partidarios de esta nueva vía, difícilmente impugnable desde Madrid (aunque todo puede suceder). Pase lo que pase, está claro que quien crea que la no celebración de la consulta del 9-N zanja la cuestión catalana está a años-luz de ver la realidad.

     Una realidad que viene - y vendrá - marcada por el fin de la carrera política de Artur Mas y por la llegada al poder en Cataluña de la verdadera vía soberanista: ERC. Entonces, si, llegará el problema de verdad para el gobierno central de Madrid, veremos si comandado por Mariano Rajoy, Pedro Sánchez o - de nuevo, en España todo es posible - el mismísimo Pablo Iglesias. 

     Sea como sea, la situación actual me recuerda a los cines de verano de los de antes, de los que cada vez quedan menos. Aquellos en los que por el precio de una entrada de cine normal se podían (en algunos pocos casos, todavía es así) ver dos películas en sesión continua. Una primera, la mala, la que servía para aposentarse, sacar el bocata y las papas y cenar con tranquilidad; y una segunda, la buena, en la que disfrutar de un buen postre, un helado o incluso palomitas. 

     Y es que el actual gobierno de Mas, con el apoyo de ERC, es la película mala. La infantil, la comedia romántica o la inclasificable. Porque la película buena, la de acción de verdad o la de inquietantes tramas paralelas que al final convergen entre sí para deleite del espectador, sin duda, está todavía por llegar. Será cuestión de coger el helado y las palomitas y abrir bien los ojos y los oídos para no perderse detalle de lo que acontece en el futuro inmediato de Cataluña y España...      

lunes, 13 de octubre de 2014

La mujer loca. Juan José Millás. Seix Barral. 2014. Reseña





     De vez en cuando sucede que no resulta nada fácil escribir una reseña sobre la novela recientemente leída. Este es uno de esos casos. Y es que La mujer loca no es una novela normal. No, no digo que sea anormal, claro. Pero es una falsa novela, lo cual dificulta, y mucho, la tarea que me propongo a realizar. Millás me ha puesto en un aprieto y voy a ver cómo puedo salir de él (si es que soy capaz de ello). Allá voy.

     La novela comienza como si se tratase de un manual alternativo de gramática no exenta de altas dosis de surrealismo. Julia, la protagonista, recibe la visita de palabras y frases cojas que demandan su ayuda para tener sentido y poder seguir viviendo en diccionarios y manuales. Sin duda, a Julia le falta un tornillo, está loca, pero también se muestra enormemente sensata en muchos aspectos. Es una loca muy cuerda, vamos.

     La pasión por el lenguaje le viene a Millás de lejos. Él mismo ha reconocido siempre en otros libros y entrevistas que esa pasión le llevó a escribir. Entiende las palabras como intermediarias entre la realidad y nosotros. Algo que en ocasiones le ha llegado a agobiar ya que considera que no somos nosotros quienes nos servimos de ellas sino al revés. De esa inquietud, quizás, haya nacido su nueva novela.

     De esa inquietud y de una crisis creativa que él mismo reconoce en La mujer loca. Y es que estamos ante una novela que presenta varias originalidades que la hacen especialmente atractiva. La primera, que el propio Millás es uno de los protagonistas principales de la trama. La segunda, que recupera para la literatura una figura importante muy utilizada en tiempos pretéritos: la del narrador en tercera persona. Un narrador que también es el propio Millás, claro. Y la tercera, la conjunción de géneros literarios a priori diferentes, como la novela, el reportaje y la autobiografía.

     Con todo ello crea su autor una novela falsa en la que corresponde al lector dilucidar lo que es real y lo que es ficción. Algo más complicado todavía dado un factor que acaba de enmarañar por completo la trama: la aparición de dos Millás, el de acá y el de allá, que coinciden en algunos aspectos pero que se contraponen en muchos otros. Los límites entre realidad y ficción terminan por ser muy abruptos en ocasiones y casi imperceptibles en otros momentos. 

     Habla el Millás narrador que el Millás protagonista sufre una crisis creativa que le lleva a una situación tal que siente que ha agotado sus recursos para crear ficción y que debe centrarse en las realidades cercanas a él para seguir escribiendo. Y nos presenta unas realidades que perfectamente pueden ser también ficción. De ahí que sea cuestión del lector decidir qué es realidad y qué no. Y, sin embargo, el Millás autor (el que no es narrador ni protagonista) afirma que esa crisis creativa es la que le sirvió para gestar esta novela. Una novela que nació de la imposibilidad de escribir una novela. Yo también estoy hecho un lío, tranquilo/a. Sigamos.

      Hay un tema que, sin ser el principal de la novela, está latente en todo momento. Hablo del amor. En todos sus sentidos. No solo del conyugal. Sino de todas las acepciones del término amor. Pero como no quiero desvelar mucho más del libro - creo que ya he sobrepasado ciertos límites - diré simplemente que todos los personajes que componen la trama están o han estado enamorados de alguien o de algo. Alguien o algo que les hace actuar de la manera en que lo hacen. Y ahí lo dejo.

     Para concluir, no puedo pasar por alto un tema tan serio como el de la eutanasia. Es uno de los hilos conductores de la novela. Emérita, la vieja con la que convive Julia junto a Serafín, el marido de la primera, desea morir debido a su cada vez menor calidad de vida debido a una enfermedad terminal que la tiene postrada a la cama hace ya demasiado (indigno) tiempo. Es Emérita, a través de su enfermedad, la que une a una serie de personajes que poco o nada tienen en común: Julia, Millás, Serafín, el cura Camilo y Carlos, el representante de DMD (Derecho a morir dignamente). Todos ellos se proponen, en la medida de sus posibilidades, ayudar a la enferma a conseguir sus propósitos. Por amor.

     La crisis creativa, la situación de Emérita, la pasión por el lenguaje y la relación que establece Millás con Julia, la mujer loca, hacen que nuestro autor-narrador-protagonista desdoblado retome una terapia psicoanalítica interrumpida tiempo atrás. ¿Os imagináis a Millás tumbado en el diván de la anciana Micaela, su nueva terapeuta octogenaria? ¿No? Pues ya tenéis otro motivo añadido para leer La mujer loca.
     


lunes, 6 de octubre de 2014

El extranjero. Albert Camus. Alianza Editorial. 2012. Reseña





     En 1957 Albert Camus recibió el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de una obra que pone de manifiesto los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy . El escritor francés de origen argelino desarrolló a lo largo de su obra un humanismo fundado en la conciencia del absurdo en la condición humana. 

     El Extranjero fue su primera obra publicada - que no escrita - y, junto a La peste, la más reconocida de su extensa trayectoria. Como siempre, resulta imprescindible estudiar el momento en que Camus escribió la novela: el frío invierno parisino de 1942, en plena ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Un París en el que se pasaba hambre y frío y se moría de terror ante las injusticias perpetradas por la barbarie hitleriana. 

     Camus narra en primera persona la historia personal de Meursault, ser indiferente a la realidad por resultarle esta inabordable y absurda, un extranjero dentro de lo que deberia ser su propio entorno. Y, por desgracia, un paria de la sociedad que comete un absurdo crimen del que será incapaz de defenderse pese a sentirse no culpable de la acción que causa la muerte del otro individuo. 

     Meursault es un hombre frío como un saco de hielo que no muestra nunca sentimiento de injusticia, arrepentimiento o lástima, ni siquiera de sí mismo. Un personaje pasivo y escéptico frente a todo lo que le rodea, incluídas la aburrida existencia humana e incluso la muerte. En definitiva, un ejemplo cruel de la sociedad deshumanizada y carente de valores morales que Camus percibió en un momento en que la existencia humana fue realmente mezquina. Sin duda, influyó en el autor la honda sensación de frustración y desesperanza creada por la ocupación alemana de París y el resto del continente europeo.

     El personaje central de de la novela nos invita a reflexionar con profundidad sobre el sentido que cada uno de nosotros ha de dar a su propia vida. Y, ante todo, nos obliga a luchar por una libertad cuya pérdida nos puede abocar a la cotidianidad, el absurdo y al sentido de pecado. En suma, una alienación total que puede llegar a hacernos sentir extranjeros, extraños, en nuestra propia casa. Estos factores precisamente son los que conducen a Meursault a una indiferencia tal que lo despoja del espíritu de lucha necesaria para defenderse ante el juez y el fiscal, víctima de lo absurdo, de su silencio, de su pasividad.

     Su comportamiento extraña a su jefe, ante quien no muestra alegría tras su ascenso y traslado a la capital; a María, su chica - por llamarla de alguna manera -, a la cual invita a bañarse y al cine justo después de celebrar el entierro de su propia madre; al director y al conserje de la residencia donde fallece esta, por no pedir por ella ni llorar ni pedir ver su cuerpo ya sin vida; y al lector, por todo ello y otras actitudes que nos lo muestran como frío y casi inhumano. 

     El estilo sencillo, de frases cortas, empleado por Camus nos adentra todavía más en la acción. Es una novela que parece estar escrita con la misma desgana que percibimos en su protagonista a la hora de abordar su propia existencia. Este es, en mi opinión, uno de los grandes aciertos del autor al abordar la escritura de la historia. Todo, absolutamente todo, desprende un cierto olor a aburrimiento, una desidia, un pasotismo . No se me ocurre mejor manera de narrar esta novela. Meursault habla de sí mismo como podría hacerlo de cualquier otra persona, sin emoción, de forma plenamente objetiva y como si hablara en realidad de un reflejo percibido en un espejo. Con un desapego de sí mismo que en el lector causa sorpresa y hasta espanto.

     Y lo peor de todo - y lo que más debe inquietarnos como lectores y como personas -, es que la sociedad juzga al protagonista más por sus actos pasados ​​y su evidente falta de apego a sí mismo que por su absurdo crimen. Una sociedad que juzga a sus integrantes sin conocer prácticamente sus pecados ni interesarse por ellos está destinada a deshumanizarse de forma progresiva. Y en esa sociedad es precisamente en la que vivimos. Inquietante, ¿verdad? Reflexionemos, pues ...     

miércoles, 1 de octubre de 2014

Un millón de gotas. Víctor del Árbol. Destino. 2014. Reseña





     ¿Puede un inocente niño de seis años morir a causa de unos trágicos sucesos acaecidos setenta años antes? ¿Cómo es posible que suceda algo así en pleno siglo XXI? ¿Qué o quién se esconde detrás de un acto tan salvaje e inhumano? Tras los éxitos de La tristeza del samurái y Respirar por la herida el ex-mosso de esquadra Víctor del Árbol nos sumerge en una trama de las que atrapan al lector de principio a fin. Una novela que quien os escribe ha devorado en muy pocas sesiones pese a su nada desdeñable longitud. 

      El nuevo libro de este barcelonés de 46 años de edad cumple a la perfección con lo que toda buena novela debe ofrecer al lector, a saber: entretenimiento, reflexión, sufrimiento, disfrute y enseñanzas. De la mano de este libro podremos conocer mejor (o ampliar nuestros conocimientos previos) el estado policial en que se convirtió el régimen estalinista de los planes quinquenales, las purgas y los envíos masivos a los gulags siberianos; las luchas intestinas en la España previa y posterior a la Guerra Civil; diversos aspectos referentes a la II Guerra Mundial; las relaciones internacionales (y personales) en plena Guerra Fría; y la implantación, desarrollo y actuaciones de las mafias rusas (redes pederastas, extorsiones, asesinatos y relaciones con los distintos poderes extra-gubernamentales incluidas) en nuestro país.

     Estamos ante una novela estrictamente realista sobre personas comunes con traumas del pasado que influyen en sus vidas y en las de quienes les rodean y que luchan, externa e internamente, y se debaten entre quiénes son en realidad y quiénes han querido (o siguen queriendo) ser. Personas que guardan las apariencias y juzgan a los demás como jamás quisieran ser juzgados. Gente que se traiciona a sí misma y a los demás. Gente que pasa del amor al odio en un abrir y cerrar de ojos. Personas que, víctimas de sus errores del pasado, buscan una especie de redención que les deje seguir con sus vidas a pesar de los pesares.

     Una novela que hace hincapié en cómo las personas inventamos la memoria que desconocemos o que simplemente nos conviene cambiar para salir de ella mejor parados; que desentraña la enorme complejidad de las relaciones entre padres e hijos, entre hombres y mujeres, en definitiva, entre seres humanos. Unos seres humanos que, en situaciones límite, pueden reaccionar de manera insospechada (incluso por ellos mismos), pasando de héroes a villanos o viceversa según las circunstancias que deben enfrentar. 

     Una historia, o más bien conjunto de historias, que buscan despertar la voluntad de los ciudadanos para ayudarles a ser críticos, libres y responsables. Para que, entre todos, gota a gota, construyan un océano que configure un mundo mejor para todos. Un mundo en el que tengan mayor importancia valores como la amistad, la lealtad y los ideales, que en la actualidad parecen (casi) inalcanzables. Una humanidad que no permita que nadie robe la infancia y los sueños de niños como los personajes de la novela: Roberto, Siaka, Gonzalo o Laura. Que no cause daños irreparables en la psicología de aquellos que en el futuro han de ser hombres y mujeres de bien.

     La acción se desarrolla entre la Barcelona de principios de siglo XXI y la URSS de entre los años 30 y 50, si bien el acontecimiento que nos intriga de principio a fin acontece en un lago cercano a la capital barcelonesa en el año 1967. La violencia, las muertes y los asesinatos narrados por el autor del libro están conectados entre sí pese a ocurrir en diversos escenarios y diferentes épocas. Esas conexiones son uno de los puntos fuertes de una novela en la que nada sucede por suceder, en la que todo tiene un por qué. Elías Gil, ingeniero comunista de Mieres que llega al Moscú de 1932 para ayudar a construir una gran URSS, e Ígor Stern, otro de esos niños que deben crecer rápido y en condiciones extremas, haciéndose a sí mismos y sobreviviendo a toda costa, son los personajes responsables de todos los sucesos acontecidos a lo largo de la novela. Su odio a ultranza irá destruyendo todo y a todos.

     Elías vivirá situaciones dantescas en Názino, el primer gran gulag construido por Stalin y sus secuaces en la estepa siberiana; Argèles, el inhumano campo de concentración del sur de Francia, al cual llega tras huir de la España franquista; la defensa y posterior reconquista de Stalingrado frente a los nazis; y la toma definitiva de Berlín en 1945. Pese a ello, luchará siempre (o casi) por sus ideales comunistas, enfrentando la decepción sufrida al comprobar la esclavitud del pueblo soviético a manos de unos líderes inhumanos y los hechos que marcarán para siempre su vida futura: la estancia y huida de la abominable isla siberiana.

     Setenta años después, Laura y Gonzalo, hijos de Elías, deberán enfrentarse a una red mafiosa rusa, denominada Matrioshka, que pondrá en jaque a sus respectivas familias. O a lo que queda de ellas. Y es que esos errores del pasado siempre influyen en nuestro futuro. Un futuro que, pese a todo, se puede volver a cambiar. Aunque para ello haga falta la voluntad de unir un millón de gotas para construir un océano mejor para todos. Novela altamente recomendable.

lunes, 29 de septiembre de 2014

El librero de Kabul. Asne Seierstad. Maeva. 2003. Reseña





     Licenciada en filología rusa y española, la escritora noruega Asne Seierstad colabora desde hace años en diversos medios escandinavos desde distintos lugares del mundo. Ha cubierto muchos de los conflictos bélicos contemporáneos. Asi, de sus estancias en Irak y Serbia nacieron las novelas Ciento y un días y De espaldas al mundo, donde cuenta sus experiencias en sendos países.

     Cuando en 2001 la Alianza del Norte invadió Afganistán en busca de Bin Laden y sus secuaces de Al Qaeda, responsables de los atentados del 11S en Nueva York y Washington, la corresponsal Seierstad acompañó a las tropas para cubrir la información. Tras la caída del régimen talibán se alojó en la casa de un conocido librero de Kabul, Sultán Khan. Alli escribió El librero de Kabul.

     La amistad nacida entre la escritora, Sultán y el resto de la familia fueron el caldo de cultivo de una novela que me ha sorprendido e informado por igual desde sus primeras páginas. Es una novela que entretiene, cultiva y nos hace reflexionar sobre la situación de un país tan poco conocido como apasionante. A través de sus 270 páginas uno  puede llegar a sentir la irresistible necesidad de viajar hasta aquellas tierras. En otros pasajes, sin embargo, se alegra de estar tan lejos de allí.

     El libro constituye un documento interesante para conocer de primera mano los modos de vida de los afganos a lo largo de los últimos cincuenta años: el gobierno de Zahir Shah, la intervención soviética, el régimen talibán y la ocupación internacional tras la guerra de 2001-2. La novela describe los acontecimientos acaecidos en el Kabul inmediatamente posterior a la caída del sistema talibán, así como la vida cotidiana de una familia afgana acomodada.

     Durante su estancia en Kabul Seierstad pudo vivir, documentarse y escribir la historia con  total libertad dada su condición de mujer occidental, lo cual le permitió alternar en ambientes femeninos y masculinos a la vez, algo impensable para las mujeres afganas. El personaje central, Sultán Khan, es un librero amante de las Humanidades, las artes y la poesía de su país. No obstante, su carácter progresista en cuanto a la cultura contrasta de forma radical con su conservadurismo en relación a los negocios y los asuntos familiares.
 
     Un hombre afable fuera de casa se puede convertir, por lo visto en este libro, en un auténtico dictador dentro de su propio hogar. La religión, las costumbres y la necesidad del mantenimiento de las formas encorsetan tanto a la sociedad afgana como a la familia Khan. Hasta el punto de que todos sus miembros respetan al líder de la familia, llevando una vida oprimida y vacía únicamente por no contrariarlo y buscarse problemas mayores.

     Los hijos de Sultán deben obedecer a su padre a rajatabla pese a gozar de una cierta libertad. Algo que no ocurre con las hijas, quienes viven para atender la casa y a sus familiares masculinos. Aún con todo, no conviene tampoco ver al cabeza de familia como un ser despreciable. La autora deja claro que su conducta proviene de una sociedad misógina y opresora y de una serie de vicisitudes ajenas al proprio Sultán. De hecho, hasta en dos ocasiones diferentes sus libros o gran parte de ellos habían sido destruidos o confiscados por los distintos regímenes asentados en el poder. Teniendo en cuenta el marcado carácter patriarcal de la sociedad afagna y el hecho de que las librerías eran el sustento principal y casi único de la familia es de entender que actuara de tal manera.
 
     Otro hecho significativo que llama la atención en el libro es la multitud de grupos y facciones diferentes existentes dentro de la sociedad afgana. Todos ellos luchan por el poder, total o simplemente regional, a través del mando de sus correspondientes señores de la guerra. Asímismo, la visión que tiene la población respecto a los aliados es muy variada. Algunos los consideran los salvadores temporales del pueblo, mientras otros apuestan por  un régimen más radical, al más puro estilo talibán. No en vano, de la multitud de frases que me han conmocionado durante la lectura de la novela me quedo con una que creo define a la perfección cuál es la forma de pensar mayoritaria en el país: cuando los afganos elegimos a nuestros gobernantes de forma más o menos democrática solemos equivocarnos siempre . ¿Verdad que es una frase muy ilustrativa?

lunes, 22 de septiembre de 2014

El viejo y el mar. Ernest Hemingway. Planeta. 1975. Reseña





     En 1935 alguien le contó a Hemingway la historia de un viejo pescador cubano que había capturado un enorme pez en alta mar y luchado denodadamente por llevarlo de regreso a la costa de La Habana. La historia fue recogida por él en un breve escrito titulado Sobre el agua azul, relato publicado en Squire en abril de 1936. No fue hasta 1951 cuando el gran escritor norteamericano se decidió a convertir aquella pequeña-gran historia en una novela corta.

     La obra narra la lucha entre el viejo Santiago, únicamente acompañado por su larga y notable experiencia como pescador y sus recuerdos de mejores tiempos ya pasados, y las fuerzas de la naturaleza en un mar infinito y salvaje. Una lucha de tú a tú entre el protagonista y el gran pez y otra desigual ante los tiburones que se disponen a devorar a la presa pese a los esfuerzos de Santiago. 

     Lo más notable de esta historia, a mi entender, es la minuciosa descripción de la psicología del viejo y, sobre todo, esa mezcla de temor y respeto de la que hace gala durante toda la acción descrita por el genial escritor de las afueras de Chicago. De entre todas las frases aparecidas en la novela me quedo con aquella que dice así: un hombre puede ser destruido, pero no derrotado. Y es que, para el bueno de Santiago, el hecho de esforzarse y no darse por vencido ni siquiera en circunstancias tan desfavorables como las que está viviendo ya constituyen una gran victoria. Sin duda, toda una lección que todos deberíamos tener en cuenta en determinados momentos de nuestras vidas.

     El protagonista echa de menos los periódicos, la radio, el béisbol y al gran Di Maggio, el mejor jugador de béisbol del momento. La soledad vivida en los días en alta mar luchando contra los elementos le lleva también a añorar la presencia de Manolín, joven adolescente que a buen seguro le habría ayudado y disfrutado a la vez en una situación límite y emocionante a la vez. En este sentido, la historia es también un ejemplo de gratitud, lealtad y amistad en el pleno sentido de la palabra. La relación Santiago-Manolín constituye uno de los puntos más emotivos de la obra por el afecto que se tienen el uno al otro.

     La novela es también una defensa de la naturaleza salvaje y sus actores principales. Tiburones, leones marinos y el mar en sí mismo no son vistos por Santiago como algo malo sino como algo natural cuyas leyes deben ser entendidas. El respeto y hasta veneración que siente por ellos el protagonista es otro de los puntos fuertes de la historia creada por Hemingway. Tanto él como los peces buscan lo mismo: luchar por la supervivencia en una naturaleza que, como siempre, se muestra bestial, cruel y selectiva.

     Además, podemos enlazar los sentimientos de protagonista y autor en cuanto al deseo de soledad. El individualismo de Santiago en la acción narrada se puede relacionar con el del propio Hemingway. De hecho, en la época en que escribió esta novela uno de sus deseos era estar solo para poder escribir. Así, cuando fue premiado con el Nobel en 1954 - solo un año después de ganar el Pulitzer con El viejo y el mar, publicado en 1952 - no asistió al acto de entrega ni dio entrevistas aduciendo que por supuesto que estoy orgulloso por el premio, pero no quiero ganar un premio si eso significa que no me van a dejar escribir un libro.

     Volvamos al tema de la lucha continua y el no rendirse jamás. La más clara demostración de que ello constituye en sí una victoria es el hecho de que el viejo no piensa en ningún momento en soltar a su presa. Solo ello explica que llegue a La Habana con una enorme espina desnuda amarrada a su barca. Lo cual le permite exhibir con orgullo la magnitud de la pieza capturada. Aspecto que nos lleva, además, a la necesidad que las personas tenemos de que se nos reconozcan los esfuerzos realizados, sea cual sea el resultado obtenido. En efecto, Santiago es casi destruido, pero no derrotado por el enorme pez y los tiburones.

     El gran éxito de la novela conllevó casi de inmediato la firma de un contrato para llevarla a la gran pantalla. En 1958 John Sturges dirigió un film protagonizado por Spencer Tracy, gran amigo personal de Hemingway. Y en 1990 se realizó otra versión de la mano del director Jud Taylor y del también genial actor Anthony Quinn. Ambas películas son fieles a la historia escrita por Hemingway. Las tres  - la novela y los films - son auténticas joyas para disfrutar de una historia cotidiana y a la vez increíble.   
         

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Songs Of Innocence. U2 han vuelto a lo grande y por sorpresa





     Que U2, Apple y iTunes son los grandes reyes de la mercadotecnia actual - cada uno en su parcela, por supuesto - ha quedado de manifiesto en las últimas horas merced al acuerdo a tres bandas para presentar el nuevo iPhone6, el Apple Watch y el esperado regreso de U2 a la escena musical. Aunque el disco físico, Songs Of Innocence, no saldrá hasta el 13 de octubre los irlandeses sorprendieron ayer a todo el mundo regalándolo a través de la plataforma iTunes, la cual habrá pagado a la banda una suculenta cantidad de millones de euros (o de dólares) a cambio de semejante primicia. Sorpresa que, en palabras del propio Bono, tendrá pronta continuidad en forma de otro disco titulado Songs Of Experience.

     Se trata del cuarto disco de estudio de U2 en lo que llevamos de siglo y milenio, tras All that you can´t leave behind (2000), How to dismantle an atomic bomb (2004) y No line on the horizon (2009). Escribo estas líneas tras solo tres escuchas y dispongo de la poca información que hasta el momento se puede encontrar en la red - mucha, sí, pero básicamente repetida -, por lo que si lees este artículo varios días después de su publicación observarás informaciones no del todo correctas. Pido disculpas por ello. Pero hay cosas que se deben escribir en caliente. Y ahora mismo lo estoy, y mucho.

     Fui un fanáticio udosero en los 80 y los 90. Incluso disfruté del Vertigo Tour en directo, ya mediada la primera década del actual siglo. Tengo, desde hace años ya, el firme convencimiento de que lo mejor de U2 ya pasó, que nada volverá a ser igual, que la voz de Bono nunca volverá a emitir aquellos maravillosos sonidos de hace décadas. Sin embargo, tres escuchas - en realidad solamente una - me han bastado para decirme a mí mismo que estamos ante un disco enorme. Suena como si se hubiera grabado del tirón en un garaje oscuro y grasiento. Y me encanta que se haga de esta manera.

     The miracle (of Joey Ramone), originalmente llamada Siren, abre el nuevo trabajo de la misma manera que hicieran años atrás en sus respectivos discos temas como No line on the horizon, Vertigo, Beautiful day o Discotheque. Es decir, rompiendo en mil pedazos los nervios de quien escucha. Es un comienzo abrumador, emocionante, sensacional, adrenalítico. Se trata de un homenaje a los Ramones y a su I believe in miracles. Los gritos guerreros al más puro estilo The refugee en War dan paso a una explosión guitarrera de The Edge y a un estribillo fácil pero muy pegadizo. La voz rasposa de Bono le otorga todavía un carácter más tribal y épico. Todo lo que he perdido ahora ha regresado / el sonido más hermoso que he oído / éramos peregrinos en el camino, dice la letra.

     Every breaking wave, que en un principio iba a titularse simplemente Wave, es la típica canción udosera que acaba convirtiéndose en himno generacional. Ha sido remodelada sobre las primeras maquetas - aparecidas en Songs Of Ascent, disco que finalmente fue abandonado por el grupo - y se le han añadido unos coros que le dan una vitalidad nueva. Es uno de los mejores temas del disco, sin duda. La guitarra de The Edge, menos aguda de lo habitual en los últimos tiempos, conduce magistralmente la canción. La letra dice así: ¿Estamos dispuestos a ser barridos de nuestros pies? / y dejar de perseguir / cada ola que rompe.

     California suena muy alegre y fresca. Tanto que parece un homenaje a los Beach Boys. En realidad, rememora el primer viaje de la banda al estado del oeste de los EE. UU. en la década de 1980 - California, sangre naranja de atardecer trae a tus rodillas / lo he visto yo mismo / no hay fin a la pena -. De nuevo, un estribillo ágil y unos coros digeribles con facilidad.

     Song for someone es la Sometimes you can´t make it on your own o la Stuck in a moment you can´t get out of de este disco. Es decir, la gran balada que servirá para que móviles y mecheros iluminen los oscuros estadios durante la próxima gira de la banda. Según parece, la letra recuerda ese primer amor adolescente nacido entre Bono y su mujer, Alí, con doce o trece años de edad: Si hay un beso que le robé a tu boca / y si hay una luz, no dejes que se apague.

     Iris (hold me close) trata, como en su día I will follow (Boy, 1980) o Tomorrow (October, 1981), de la pérdida de una madre a edad temprana. Iris Hewson falleció cuando Bono tenía tan solo 14 años. Sin embargo, esta canción trata el tema desde el punto de vista de un hombre maduro que canta abrázame cerrado / tengo tu vida dentro de mí, en clara referencia a cómo la pérdida de su madre ha dado forma a su propia vida.

     Volcano redunda en el tema anterior, apareciendo un Bono joven y enojado ante la pérdida de su madre - Algo en ti quiere volar / estás en un pedazo de tierra por encima de un volcán -. El bajo de Adam Clayton suena como hace tiempo no lo hacía. Toda una delicia recuperarlo para la causa. La canción rescata los riffs de guitarra de otro tema abandonado por la banda, Glastonbury, que sonó en varias ocasiones durante su última gira, 360º. 

     Raise by wolves me ha transportado directamente a los tiempos del Boy, tanto en música como en temática. La letra habla de un coche-bomba que estalló en Dublín, cerca de la casa de Bono, y que podría haberle costado la vida. Cualquier otro viernes habría estado en esa tienda de discos, pero ese día fui a la escuela en bici, ha afirmado el propio Bono en referencia al hecho.

     Cedarwood road homenajea la infancia de Bono, quien creció en el número 10 de dicha calle de Dublín junto a algunos de sus todavía amigos (Gavin Friday o Guggi Rowan). Es un tema de amistad y recuerdos agridulces. Los versos Tú no puedes volver a donde nunca te fuiste / Fue una zona de guerra y todavía permanezco en aquella calle reflejan a la perfección los sentimientos del cantante respecto a aquel lugar. De nuevo aparece el mejor bajo de Adam.

     Sleep like a baby tonight recuerda al conocido falsete de Bono en la época de Lemon (Zooropa, 1993) o de If you wear that velvet dress (Pop, 1997). La letra hace referencia a un hombre infeliz - ¿quizás el padre de Bono? - que desayuna criticando a los políticos pero que se ve incapaz de cambiar las cosas. Como vemos, tema muy de moda en la España actual.

     This is where you can reach me es un homenaje a The Clash, contemporáneos de los Ramones. Los jóvenes miembros de U2 los vieron tocar en un concierto en 1977. La letra dice así: firmamos nuestras vidas / completa rendición / la única arma que sabemos. Toda una declaración de intenciones de lo que los U2 pensaron en aquellos momentos de subidón rockero.

     The troubles cierra el disco de la misma manera que en sus antecesores hicieron Grace, Love is blindness o Cedars of Lebanon. Un tema melancólico, tranquilo y acompasado en el que la voz de la cantante Lykke Li repite que alguien entró en su alma mientras Bono reflexiona sobre su propia redención y aprende a pasar de los problemas políticos de la Irlanda del Norte actual: Tengo voluntad de supervivencia / así que puedo lastimarme y dañarme más / puedo vivir con la negación / pero tú no eres mis mayores problemas. 

     En definitiva, pese a que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor - y en la música actual esta máxima queda constatada con total firmeza - el nuevo trabajo de los irlandeses más famosos del mundo me ha gustado mucho. No son lo que fueron, sin duda, pero siguen siendo el mejor grupo de rock del momento - junto a Coldplay - y parece que vuelven con energías renovadas. Habrá que esperar a ese Songs of Experience para ver si es así o si este Songs of Innocent ha sido tan solo un espejismo. Eso sí, un maravilloso espejismo...


    

lunes, 8 de septiembre de 2014

Leonora. Elena Poniatowska. Seix Barral. 2011. Reseña





     La periodista y escritora parisino-mexicana Elena Poniatowska, recientemente galardonada con el Premio Cervantes al conjunto de su obra, escribió en 2011 esta excelente biografía de la pintora y también escritora Leonora Carrington, una mujer tan adelantada a su tiempo y tan progresista en sus comportamientos y pensamientos que pasó por rara, extraña y excéntrica entre sus contemporáneos. Un genio que, como casi todos, acaba sintiéndose incomprendido por una población incapaz de llegar a entender un universo intelectual y personal tan diferente al suyo.

     Hija de Harold Carrington, propietario de Imperial Chemical Industries, fue educada - o eso intentó su familia - para crecer como una rica heredera. Sin embargo, desde bien pequeña, el carácter rebelde de la menor de cuatro hermanos - tuvo tres hermanos mayores, todos ellos varones - hizo ver que su destino sería diferente al preestablecido. Desafió esa vida fácil pero a la vez encorsetada de la Inglaterra de principios de siglo XX para luchar por la libertad personal y artística. Ante todo, y quizás debido a la educación recibida, diferente a la observada por ella respecto a sus tres hermanos mayores, Leonora fue una gran defensora de la causa feminista. Entendida esta en el buen sentido de la palabra.

     No obstante, su vida no fue nada fácil. Desde jovencita su familia trató de domar su carácter, por lo que fue internada en diversos correccionales religiosos. De nada sirvió. De todos ellos acabó siendo expulsada por su rebeldía. Sin duda, tenía bien claro el camino que debía seguir su vida y no iba a dejar que nada ni nadie, incluidos sus padres, la desviaran de él. A los 19 años, ingresó en una academia de arte de Londres. Al año siguiente conoció a Max Ernst, quien la volvió loca de amor y la introdujo en el círculo surrealista de París. 

     En la capital francesa se relacionó con maestros de la talla de Miró, Dalí, Picasso, Éluard o Bretón. Fue el comienzo de la carrera de la que, con el tiempo, se convertiría en la mejor pintora surrealista. Por desgracia, el destino quiso que el nazismo y el comienzo de la II Guerra Mundial la sorprendiera en Francia, en Saint Martin d´Ardèche, de donde tuvo que huir a toda prisa. El internamiento de su amante y mentor, Max Ernst, en varios campos de concentración marcó sus siguientes años - y, con toda probabilidad, el resto de su vida - ya que su locura provocó que fuera internada en un sanatorio de Santander durante más de un año. Las abominables sesiones de Cardiazol a las que fue sometida para atemperar sus desquiciados ánimos también tendrían claras consecuencias en su carrera artística.   

     Logró escapar de Santander y se refugió en la embajada mexicana de Lisboa, donde conoció a Renato Leduc, quien la ayudó a llegar a Estados Unidos y a México. Leduc fue el segundo amor de su vida. Y su primer marido. En México se relacionó con personajes de la talla de Octavio Paz, Alejandro Jodorowski, Diego Rivera, Frida Kahlo o Remedios Varo. 

     No obstante, en la vida y en la cama de Leonora hubo más hombres. Los cuales nunca le hicieron olvidar a Ernst, el amor de su vida. El siguiente fue el fotógrafo húngaro exiliado Imre Emerico Weisz, apodado Chiki, con quien tendría dos hijos, Gabriel y Pablo. La historia del fotógrafo resulta también estremecedora. Sobre todo al narrar su amistad con Robert Capa, su colega más famoso, sin duda, y las vicisitudes vividas por ambos en las distintas contiendas europeas y mundiales de la época.

     También a Chiki dejó Leonora. Y, como suele pasar en la vida de tantas personas que tienen tantos amores a lo largo de su vida, también la Carrington acabaría sus días en soledad. Una soledad que, sin embargo, la había acompañado durante toda su vida. Como ella misma decía siempre, es esa soledad la clave de sus obras, tanto literarias como artísticas. Sin ella, nada habría sido igual.

     He de ser sincero. La obra de Poniatowska es en algunos momentos algo dura de digerir. Es uno de esos libros en los que se encuentran algunos parajes en los que es fácil confundirse y perder el hilo narrativo. Se avanza en la lectura con lentitud. Y a veces hasta se hace largo. No es esa clase de libros que da pena terminar de leer. No obstante, su interés es altísimo. Y su lectura, recomendable para los amantes del arte en general y del surrealismo en particular. Y, por supuesto, para aquellas personas interesadas en conocer la psicología de esta auténtica luchadora de la vida y de la libertad en el más amplio sentido de la palabra. Por encima de todo, Leonora amó la vida y todo lo que ella conlleva. Y su arte ahí está y estará... 


lunes, 1 de septiembre de 2014

El hijo de César. John Williams. Ediciones Pàmies. 2008. Reseña





     Cinco años. Entre 1967 y 1972. Cinco largos años tardó John Williams en escribir las apenas trescientas páginas de esta historia novelada sobre la figura del Emperador Octavio Augusto. Puede parecer mucho tiempo. Sin embargo, tras leer con atención el libro, uno se da cuenta de lo complicado que debió resultarle dar vida al protagonista y al resto de personajes de la historia. Y, a pesar de las dificultades, lo bordó. Escribió una novela que ya forma parte de la historia de la literatura.

     Tras editar dos libros de poesía y tres novelas (Nothing but the night - por desgracia, todavía no traducida a la lengua castellana -, Butcher´s Crossing y Stoner), Augustus (o El hijo de César, en su traducción castellana) recibió en 1973 el National Book Award de ficción. Supuso, además, su despedida como escritor, ya que su obra The sleep of reason quedó tristemente inacabada al sorprenderle la muerte en Arkansas en 1994.

     No fue un autor muy prolífico, pero cada uno de sus trabajos son auténticas obras maestras que deben ser leídas y conocidas por todo lector que se precie de ser entendido en materia literaria. En este mismo blog reseñé en su día Stoner y Butcher´s Crossing. En El hijo de César me ha vuelto a maravillar. Y no era fácil. A todo el mundo le ha pasado que tras tener tantas ganas de leer un libro este ha terminado por defraudarlo. No es el caso que nos ocupa.

     La novela se divide en tres libros. El primero trata de la muerte de Julio César, tío de Octavio, y de las luchas intestinas que se produjeron en la Roma de la quinta década antes de Cristo por sucederle en el poder. Acompañado de sus tres inseparables amigos de la infancia, Mecenas, Agripa y Salvidieno, el joven, de apenas dieciocho años por aquel entonces, consigue con gran maestría y altas dosis de paciencia auparse al poder a través del triunvirato del que también formaron parte Marco Antonio y Lépido.

     La relación entre los triunviros nunca fue excesivamente buena, especialmente entre Octavio y Marco Antonio. Además, los actos de piratería de Sexto Pompeyo ponían en peligro a diario la llegada de los necesarios suministros a la ciudad romana. Merced a complicadas estratagemas y a alianzas a priori contra natura, Octavio fue deshaciéndose de sus enemigos uno a uno. Hasta acabar con los asesinos de su tío y padre adoptivo y llevar a Roma a un estado de paz y tranquilidad ya casi olvidadas por sus ciudadanos. De especial interés me ha parecido cómo nos presenta Williams los continuos vaivenes en las relaciones entre los triunviros, que oscilan entre la armonía y la hostilidad manifiesta según las distintas situaciones planteadas.

     El libro segundo, que, como el primero, consta de seis capítulos, se adentra en aspectos más personales de la figura del Emperador. También de su familia - su esposa Livia y su hija Julia - y de sus amigos y conocidos - entre ellos, los poetas más prestigiosos del momento: Virgilio, Horacio, Ovidio o Catulo -. El ambiente palatino se contrapone a la casa personal del Emperador, bastante más modesta que algunas de la capital imperial de la época. La parte final de este segundo libro se centra en la incesante búsqueda por parte de Octavio de un sucesor. Algo que le resultó mucho más complicado de lo que él hubiera deseado. Por accidentes del destino y por las sucesivas conjuras contra su persona a las que hubo de hacer frente a lo largo de los años. Aún así, mi parte favorita de este segundo libro ha sido la historia personal de su única hija, Julia, con la que se cebaría la desgracia.

     El libro tercero es el más breve de la historia, apenas veinte páginas. Narra los pensamientos y los sinsabores de un Octavio al borde la muerte, camino de Nápoles, donde fue a morir a la pequeña y modesta casa en la que 72 años atrás muriera también su padre. Pese a su brevedad cabe destacar el indudable valor de unas páginas que deben hacer reflexionar a todo el mundo sobre aspectos tan ansiados pero controvertidos como el poder y los sacrificios que este conlleva. Un testimonio desgarrador de un hombre que, siendo el dueño del mundo, se sintió solo durante la mayor parte del tiempo. Una soledad necesaria para el bien de su amada Roma.

     La novela, o historia novelada, de John Williams nos muestra a un Emperador muy humano, capaz de sacrificar lo bueno que podría extraer de la vida por una buena causa, la paz y la libertad de su pueblo. Una historia que tiene como gran originalidad el hecho de no estar contada por un narrador omnisciente normal, sino por todos y cada uno de los personajes que forman parte de ella. Y es que la estructura de la novela se basa en los escritos personales de muchos de los protagonistas, diarios, memorias, etc, y en las cartas que se van enviando unos a los otros a través de los años. Como digo, una forma realmente original de contar una historia que todo el mundo debería conocer.

     Si en Butcher´s Crossing Williams nos sorprendió con un magnífico western de raíz clásico y en Stoner con una historia costumbrista que retrata a la perfección a un hombre a la vez normal y distinto a los demás, en El hijo de César  vuelve a deleitarnos con la figura de uno de los Emperadores más famosos de la antigua Roma. Y, además, contando su historia de una manera que nos atrapa desde la primera página. Por ello, no puedo despedir esta reseña sin decir esto: ¡Qué gran escritor fue este tipo! ¡Que traduzcan al castellano ya Nothing but the night, por favor! 


lunes, 30 de junio de 2014

Resumen literario de enero a junio de 2014





     Llegan las vacaciones estivales y es el mejor momento para resumir lo que llevamos de año en lo que al mundo literario se refiere. Como siempre, hablaré primero de mis propios proyectos y pasaré después a enumerar mis diez mejores lecturas a modo de recomendación como lecturas veraniegas. Lo que llevamos de 2014 está siendo muy atractivo en todos los sentidos.

     A nivel personal ha habido dos novedades importantes. En primer lugar, en marzo, vio la luz Jungleland. Las 50 mejores entradas (2011-2013). Se trata de una recopilación de los 50 mejores artículos publicados en mi blog personal. En ella podréis encontrar reseñas de libros leídos durante esos tres años de actividad bloggera, críticas de películas y música, algunos escritos sobre deporte y artículos sobre los temas más interesantes en cuanto a política (nacional e internacional) se refiere. El libro está disponible en versión digital a un precio de 0,89 euros y en papel, por solo 4,94 euros. 




     La otra novedad apareció a renglón seguido. Con motivo del Día del Libro o Sant Jordi, y una vez finalizado el contrato editorial que me unía a Ediciones Hades, publiqué la segunda edición de El Círculo de las Bondades, novela que rinde homenaje a Irena Sendler, salvadora de 2500 niños judíos del gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Es una edición reescrita, corregida y mejorada que ya está haciendo las delicias de quienes se han hecho con un ejemplar. Mejor escrita y presentada, con papel y tamaño de letra más atractivos e incluso más barata que la anterior pese a ser de mayor formato.

     La novela sigue funcionando bien tanto en formato digital, a un precio de 2,68 euros, como en papel, por 19 euros. Sus 540 páginas narran las vicisitudes que hubieron de pasar Irena y sus compañeros de aventura (muy peligrosa aventura, por cierto) para salvar a todos esos niños, corazones tiernos condenados a muerte por el III Reich, así como las formas de vida de los judíos encerrados entre ese atroz muro que los apiñó en espera de ser asesinados allí mismo o en los campos de concentración y exterminio.

     La aparición tanto de Jungleland. Las 50 mejores entradas (2011-2013) como de El Círculo de las Bondades ha retrasado el que sigue siendo mi proyecto más inmediato: terminar de contar la historia de Irena en un segundo libro que está todavía algo retrasado. Pero, como siempre se dice, las prisas nunca son buenas consejeras, por lo que me lo estoy tomando con mucha paciencia. Algo de lo que ya os habréis dado cuenta. Tranquilos: sé que estoy en deuda con muchos de vosotros y mi propósito es saldarla en forma de una novela que ha de ser la mejor de las escritas por mí hasta ahora.

     


     Y, ahora sí, en la segunda parte de esta entrada, paso a hablar de mis diez lecturas preferidas de lo que llevamos de año. Como siempre digo, se trata de los libros que más han gustado de los leídos hasta la fecha, lo cual no quiere decir que todos ellos sean novedades. Como veréis, en la lista hay algún que otro clásico. No solo de novedades vive el lector, claro.

10: El síndrome del delfín. Ramón Cerdá. El fantasma de los sueños. 2013.
09: Quedaos en la trinchera y luego corred. John Boyne. Nube de tinta. 2013.  
08: El hereje. Miguel Delibes. Círculo de Lectores. 2013.
07: Lo que encontré bajo el sofá. Eloy Moreno. Espasa. 2013.
06: Intemperie. Jesús Carrasco. Seix Barral. 2013.
05: El sueño del celta. Mario Vargas Llosa. Alfaguara. 2010.
04: El mundo de Sofía. Jostein Gaarder. Siruela. 1991.

     En el número 3 de la lista he colocado a La ladrona de libros. Markus Zusak. Lumen. 2007. La novela se ha puesto de actualidad hace unos meses gracias a la película, de mismo título, basada en ella. Una historia conmovedora, costumbrista y dramática a partes iguales digna de aparecer en el pódium de esta lista.

     En el número 2 se sitúa la recientemente publicada Cartas a Palacio. Jorge Díaz. Plaza & Janés. 2014. El autor hispano-portugués se convierte así en un referente para quien os escribe. La justicia de los errantes (2012) ya fue mi lectura preferida de 2013. Un escritor a seguir muy de cerca. Una auténtica delicia.

     Y en el número 1, otra de mis debilidades en los últimos años. Si en 2012 ya arrasó con La leyenda del ladrón, ha vuelto con más fuerza si cabe en este 2014. El paciente. Juan Gómez-Jurado. Planeta. 2014. Una historia que me robó muchas horas de sueño pocas semanas después de su publicación. Si te gustan las emociones fuertes, este es tu libro.


  

     Y esto es todo por el momento. Como sabéis, Jungleland también se toma unas merecidas vacaciones estivales. Pasadlo bien y leed mucho. Feliz verano. Nos leemos, si Dios quiere, en septiembre...