LIBROS

LIBROS

jueves, 11 de octubre de 2012

Confesiones en el Duomo. Juan Cantus. 2012. Reseña



     Ediciones Atlantis presentó en abril del presente año la primera novela del saforense Juan Cantus. Se trata de un psico-thriller desarrollado en la modesta ciudad del norte de Italia denominada Gaeta. La pequeña y tranquila localidad se verá de repente sacudida por el inhumano asesinato de un inmigrante cubano que responde al nombre de Hugo, llegado al lugar cuatro años atrás. El capitán Flavio, nada acostumbrado a este tipo de sucesos, se ve aliviado al recibir la ayuda de la agente Grazia, especialista en crímenes raciales proveniente de la capital italiana.
 
     No obstante, el caso se les irá rápidamente de las manos al sucederse, uno tras otro, varios asesinatos más. Sin duda, Grazia y Flavio se enfrentan a un peligroso criminal en serie. La llegada desde Roma de Filipo, compañero sentimental de Grazia, lejos de reconducir la investigación hará que ésta se complique todavía más. Filipo incluso llega a pensar como máximo sospechoso en el cura del pueblo, Vittorio Petacchi.
 
     Los crímenes parecen estar relacionados con el martirio que sufrió San Erasmo, uno de los catorce Santos Auxiliadores de los que habla una antigua leyenda católica del centro de Europa. Leyenda no confirmada jamás, por cierto. Los martirios recibidos por los asesinados son realmente brutales, algo que hará que el lector se estremezca en más de una ocasión.
 
     Vittorio escuchará la voz del criminal, quien le contará, bajo confesión, cada uno de los crímenes por él cometidos. Sin embargo, nunca observa su rostro y, además, no puede hablar con los agentes porque debe respetar el secreto de confesión. El cura se verá en un callejón sin salida y asistirá, impotente, a los últimos asesinatos (¡hasta nueve en total!).
 
     Literariamente hablando, la novela tiene a su favor dos puntos fuertes: una trama perfectamente estudiada y desarrollada de forma impecable; y un ritmo narrativo tan elevado que implica al lector en las diversas escenas. No hay ni una sola página en toda la novela en que no ocurra algo significativo para el desarrollo de la trama.   

     Tanto los lugares como los distintos personajes están tan bien estudiados que hacen que el lector se sumerja en un ambiente tan cercano como estremecedor e inquietante. Las escenas que describen los martirios recibidos por los pobres torturados son realmente escalofriantes, lo que otorga a la obra unos altos grados de realismo casi-gore.
 
     Por poner algún pero a la obra, excelente para tratarse de una primera novela, es preciso volver al ritmo del libro. Quizás se echan en falta algunos pasajes un tanto más tranquilos y reflexivos. Algunas descripciones más extensas que permitan al lector tomar aire entre algunas de las escenas. La novela, de 255 páginas, podría haber tenido unas 300, por ejemplo, otorgando el necesario aire a quien la lee. Evidentemente, no se trata de una crítica sino de una modesta recomendación de mi parte. 
 
     En definitiva, una sorprendente obra de debut de un vecino al que he tenido oportunidad de conocer gracias a nuestra común afición por la literatura. Una novela en la que la religión y la acción se mezclan para poner a prueba nuestra capacidad intelectual para tratar de encontrar al asesino antes de que el autor nos lo presente a los ojos. ¡Muy recomendable!