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martes, 2 de abril de 2013

Julio Anguita. Combates de este tiempo. Editorial El Páramo. 2012




     Decir que Julio Anguita es uno de los referentes políticos de nuestro país durante los últimos treinta años es de perogrullo. El libro que reseño a continuación es un resumen de cartas, disertaciones, conferencias, comparecencias en el Congreso de los Diputados, cartas abiertas y escritos internos de IU del que fuera líder del PCE y del referido partido izquierdista. Un compendio de su pensamiento político en su sentido más amplio. En definitiva, un repaso a los temas más controvertidos de las últimas cuatro décadas en España, Europa y el mundo. Una lectura obligada para todos los ciudadanos: mayores y jóvenes, de "izquierdas" y de "derechas", conservadores y revolucionarios, activos y pasivos.
 
     A lo largo de sus más de trescientas páginas analiza pormenorizadamente los asuntos de mayor actualidad de las distintas épocas. Y lo hace de forma clara, concisa y sin demasiadas florituras. Tal y como es él, vamos. Evidentemente, resulta imposible tratar tal diversidad temática en una reseña, por lo que daré breves pinceladas sobre ella.
 
     Respecto a la política mundial destaca su visión global, en la que cuestiona la legitimidad de la hegemonía de los USA en el mundo. Incluso califica algunas de sus acciones gubernamentales como de "terrorismo internacional de Estado" (por ejemplo, en sus intervenciones en Irak o Yugoslavia), incumpliendo la Carta Fundacional de la ONU y amparándose en la OTAN para imponer su liderazgo en Europa, algo que engloba a su vez en lo que él denomina "dictadura del mercado", una nueva etapa de la lucha de clases en la que los políticos están subordinados a los mercados que les imponen su preeminencia a costa de recortes sociales amplios y contrarios a la Declaración de los Derechos Humanos. Es decir, que vivimos en una Democracia sólo aparente pero cada vez menos consistente. Todo ello, a nivel planetario.
 
     Para Anguita, la ONU y la OTAN (la cual suplanta a la anterior en demasiadas ocasiones) y, por añadidura el mundo occidental, están en manos de la gran potencia mundial, la cual no duda en agredir y torturar a poblaciones civiles, utilizar armas de destrucción masiva (con bombas de racimo y de uranio empobrecido en muchos de los casos) y repartirse el botín en los distintos países invadidos por el (supuesto) bien de la comunidad internacional, incluso contraviniendo a las organizaciones referidas con anterioridad. A su líder actual, Barack Obama, lo califica como un "producto de la mercadotecnia", del márketing y del espectáculo, al más puro estilo deportivo, en que se ha convertido la política mundial. De él, dado que todo permanece inmutable en Guantánamo, Cuba, Palestina o Afganistán, dice que no merece en absoluto el Premio Nobel de la Paz con el que fue injustamente distinguido. El cambio político por él prometido se ha quedado en agua de borrajas, como sucedió en su día con Clinton o Kennedy, reduciéndose su papel a mero servidor del fundamentalismo del mercado. 
    
     Respecto a Europa y la Unión Europea también es muy crítico el otrora líder comunista español. Para él, está total y absolutamente plegada a los mandatos de los USA, algo que entra en una absoluta y completa contradicción respecto a parte de sus principales principios teóricos. La bajísima participación de la población española en los comicios europeos (que ha llegado a alcanzar casi el 80% de abstención en alguna ocasión) responde al neoliberalismo practicado por los gobiernos europeos, tanto de "derechas" como de "izquierdas" y a la destrucción del Estado de Bienestar (a manos de los mercados) que tanto costó de alcanzar en las décadas anteriores, lo cual ha generado una indiferencia común en los ciudadanos, quienes no ven, además, alternativa a todo lo anterior. En España, esto es todavía más grave, por lo que la Constitución Europea que se pretende instaurar entra en clara contradicción con muchos de los puntos de la propia Constitución Española de 1978, situación que, como Anguita anticipó, iba a traer a nuestro país paro, resignación, frustración y pérdida de confianza en los políticos. Todo ello, añado yo, ayudado por los flagrantes casos de corrupción de los que muchos de ellos son protagonistas desde hace ya demasiados años.
 
     Sin embargo, la mayoría de las críticas de Anguita se refieren a nuestra España. Así, se centra en la diferente vara de medir que tienen los políticos a la hora de establecer alianzas que llevan a investir a alcaldes y presidentes y en la imperiosa necesidad de acabar con la Ley d´Hont como fórmula para asignar escaños (haciendo especial hincapié en las negativas de PP y PSOE respecto a las repetidas peticiones de IU en el Congreso) ya que falsea la voluntad popular. Para él, la política española necesita una regeneración democrática que se ponga a disposición de la justicia y luche contra la corrupción. En este sentido, critica la no desclasificación de los documentos sobre los GAL. Asimismo, aboga por la separación de Iglesia y Estado y por la laicidad y modernidad del Estado español. E, incluso, llega a deslegitimar a la monarquía española y a Juan Carlos I.
 
     Mención aparte merece su condena de la alianza entre PP (Aznar-Rajoy) y PSOE (González-Zapatero), quienes se alternan en el poder para que, en realidad, nada cambie, pues su máximo interés es que campen a sus anchas el inmovilismo y la manipulación mediante unos medios de comunicación afines a ellos. Añade, además, la constante vulneración de la Constitución Española por parte de ambos en base a Maastricht y a la razón de Estado. A este respecto, llega a criticar a González por su falta de valores al intentar hacer disminuir las cifras del paro a costa de presionar a los ayuntamientos para que licitaran construcciones urbanísticamente ilegales, contraviniendo la Ley del Suelo en 1985. Al propio líder socialista lo acusa de "perder su ideología ante sus ansias de gobernar a cualquier precio, incluso apartándose de la calle y cambiando de bando", cuestión ésta que acabó con Aznar en La Moncloa tras la negativa de IU a pactar con el PSOE en 1996. Nadie ha perjudicado más los interes de España como los gobiernos del PP y el PSOE. De la misma manera que en el País Vasco nadie lo ha hecho tanto como ETA, a la que califica de "réplica del fascismo al que combate".
 
     Respecto a su propia formación, IU, afirma que el Programa y el diálogo son lo más importante en política. En relación a ésto, conviene en que se puede pactar con cualquier formación, de signo que sea, siempre que del diálogo salga un consenso sobre un Programa político válido para el ciudadano. El discurso de IU es rojo, verde y violeta; es decir, comunista, ecológico y republicano. En uno de los escritos del presente libro habla de propuestas para refundar su partido (2008).
 
     La presente crisis también está presente en "Combates de este tiempo". Para él, derivará en una ocasión de futuro que desembocará en una regeneración política y en un rearme moral que será capaz de vencer a la somnolencia, el pasotismo y la resignación en que estamos instalados ahora. Así, el 15M es un movimiento con vocación de mayoría cívica que acabará apartando a la otra mayoría, a la que traga y connive, cómplice del mercado. La realidad de este país ahora mismo no está, pues, en los medios de comunicación (la gran mayoría de ellos, mediatizados por el poder bipartidista), sino en las calles y las plazas de España, donde se defienden la rebeldía bien entendida, los derechos humanos, la igualdad, la solidaridad, la libertad, la justicia, la información, la austeridad, la sobriedad, la paz, la movilización, la concienciación, el pensamiento y la cultura. Y, todo ello, en aras de alcanzar la independencia y la libertad misma.
 
     Creedme, simpaticéis más o menos con el que fuera alcalde de Córdoba y líder del PCE e IU, la lectura de esta obra es indispensable para conocer de primera mano el pensamiento político de un personaje de gran calado. Yo no me he arrepentido. Es más, llega a impresionar la capacidad de este señor a la hora de vaticinar y adelantar muchas de las cosas que en la actualidad estamos viviendo. Sus mensajes, aunque puedan llegar a tener hasta treinta años de antigüedad, permanecen tan actuales, tan vigentes, que incluso asustan en ocasiones. Leer este tipo de libros abre mucho la mente. Y falta nos hace ahora mismo en España.