La editorial barcelonesa Blackie Books publicó el pasado mes de noviembre la obra del periodista británico John O´Connell en la que nos invita a la lectura a través de los cien libros que cambiaron la vida del mito del rock David Bowie. En realidad, no solo se nos habla de esos cien libros sino que a la hora de exponer cada uno de ellos nos recomienda otro u otros, por lo que la lista total de obras de referencia se alarga hasta más de doscientos títulos. Para leer unos cuantos años, en algunos casos. O toda una vida, en otros. El caso es que la lista de los libros que componen este particular club de lectura fue elaborada por el propio Bowie unos pocos años antes de fallecer el 10 de enero de 2016. Todo un legado literario para ser consultado por fans y por no fans.
Porque ese es uno de los fuertes del libro. Se puede llegar a él por ser fan o seguidor de Bowie y también por ser amante de los libros. O por ambos motivos. Eso sí, se requiere un toque de curiosidad y otro de apertura mental. Y es que las lecturas de este camaleónico músico fueron de muy amplia variedad temática. Novelas de todo tipo, poesía, teatro, filosofía, ensayos esotéricos, manuales sobre música, arte, historia, cultura y marketing y propaganda, cómics y novelas gráficas, fascículos de todo tipo, libros de magia, de entrevistas, de viajes, de religión o gnosticismo, de psicología, de sexo, de humor, biografías, etc. Como puede uno observar, el Duque Blanco engullía libros sin parar. Y este libro recoge, además, multitud de anécdotas que harán las delicias de sus seguidores.
Por ejemplo, esta que recogía el Sunday Times en el año 1975: como odia volar, suele viajar por los EE. UU. en tren, acompañado de una biblioteca móvil transportada en unos baúles especiales que, al abrirse, revelan sus libros, perfectamente colocados en baldas. Se dice que esta biblioteca portátil almacenaba hasta mil quinientos títulos. Solo un lector voraz y obsesivo --y algo friki, todo hay que reconocerlo-- sería capaz de viajar así hace casi medio siglo --sin duda, los actuales ebooks habrían hecho las delicias del artista--. En efecto, Bowie leía con un fervor casi maníaco. Y hacía gala de ello en cada entrevista y en cada una de las máscaras que llevaba cuando presentaba en público cada una de sus obras. Un autodidacta que en la escuela solo aprobaba la asignatura de Arte.
Conocer los libros que fueron formando y transformando la mentalidad y la personalidad del rockero a través de los años resulta muy interesante tanto para los fans como para los no fans y simples lectores. Saber --unas veces exacta, otras aproximadamente--en qué momento leyó Bowie cada libro, nos acerca más si cabe al Bowie músico y al Bowie persona. Cada una de las obras expuestas nos lleva a otra u otras, de los mismos autores (o de otros) y de las mismas temáticas, y también a diversas canciones o discos enteros del artista. No en vano, como escribe John O´Connell, leer es escapar: a otras personas, otras perspectivas, otras conciencias. Leer hace que salgas de ti mismo para que regreses, enriqueciéndote infinitamente durante la experiencia. Y eso lo hizo Bowie.
David Jones, ese era su nombre real, dudó, investigó, buscó, interpretó y puso en práctica todos los conocimientos adquiridos a través de cada uno de los libros que fue leyendo a lo largo de su vida. Su carácter autodidacta, su atrevimiento y su extravagante sentido del espectáculo lo llevaron a innovar en cada uno de sus trabajos --unas veces con más éxito y fortuna que otras, pero siempre con originalidad y mostrándose auténtico incluso desde sus poses impostadas copiadas de autores de cómics, distopías o libros de ocultismo o de marcianos y de ciencia ficción--. Así creó, por ejemplo, los inolvidables personajes Ziggy Stardust y Starman. En definitiva, Bowie utilizó siempre los libros como herramientas para viajar por la vida de la manera más enriquecedora posible.
Pero vayamos con la lista de este particular club de lectura. Como curiosidad, solo aparecen dos autores por partida doble: George Orwell --1984 y En el vientre de la ballena-- y Anthony Burgess --La naranja mecánica y Poderes terrenales--. El resto de obras son de distintos autores y temáticas, lo que demuestra su gran riqueza y variedad. Desde El extranjero, de Camus, hasta El gatopardo, de di Lampedusa, desde Berlin Alexanderplatz, de Döblin, hasta Lolita, de Nabokov, desde La conjura de los necios, de Kennedy Toole, hasta Madame Bovary, de Flaubert, las novelas componen, como cabía esperar, el grupo más rico y amplio de la lista. Otras obras de este grupo que aparecen son El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, El amante de lady Chatterley, de Lawrence, o A sangre fría, de Capote.
Entre los libros de poesía destacan la Ilíada de Homero, el Infierno de Dante, La tierra baldía, de Eliot y los Poemas selectos, de O´Hara. Sobre música deben ser citados títulos como Una historia de la música pop, de Nik Cohn, Oooh, My Soul: la explosiva historia de Little Richard, de Charles White --libro de cabecera de Bowie, pues este músico fue siempre su favorito, el que le hizo dedicarse a la música-- e Historia del rock: el sonido de la ciudad, de Charlie Gillett. Sobre historia, el Duque Blanco leyó con pasión La revolución rusa. La tragedia de un pueblo (1891-1924), de Orlando Figes, La otra historia de los EE. UU., de Howard Zinn, y Antes del diluvio: una semblanza del Berlín de los años veinte, de Otto Friedrich --otro libro de cabecera del rockero, que vivió en la ciudad durante unos años, allá por finales de los setenta--.
El arte y la cultura jugaron un papel importante en la vida de Bowie, destacando las obras Diccionario de temas y símbolos artísticos, de James Hall, Más allá de la caja Brillo: las artes visuales desde la perspectiva poshistórica, de Arthur Danto, y En el castillo de Barba Azul: aproximación a un nuevo concepto de cultura, de George Steiner. Además, aparecen en la lista títulos sueltos de otros temas mucho más variopintos, como Dogma y ritual de la Alta Magia, de Eliphas Levi, La brutalidad de los hechos: entrevistas con Francis Bacon, de David Sylvester, El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral, de Julian Jaynes, El cero y el infinito, de Arthur Koestler, o Sexual personae: arte y decadencia desde Nefertiti a Emily Dickinson, de Camille Paglia.
La creatividad despierta a la creatividad. Y muchos de los libros, poesías, relatos y novelas que leyó el rockero londinense originaron muchas de sus canciones y algunos de sus discos. El club de lectura de David Bowie. Una invitación a la lectura a través de los 100 libros que cambiaron la vida del mito, de John O´Connell, no solo nos acerca a la figura del rockero sino que nos presenta una gran cantidad de libros, muchos de ellos absolutos desconocidos para el gran público. Puede usarse como una guía de lectura o como manual previo de acercamiento a los diferentes temas que aparecen reflejados en sus páginas. En cualquier caso, todos podemos y debemos continuar leyendo. Por libros y sugerencias no será...