LIBROS

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lunes, 10 de febrero de 2014

El Paciente. Juan Gómez-Jurado. Planeta. 2014. Reseña





     Voy a ser sincero. Cuando supe el argumento de esta novela no me llamó para nada. Una nueva novela sobre conspiraciones o planes para matar al presidente de los EE. UU.. Libros así hay a patadas, pensé en un principio. Sin embargo, le di una oportunidad por su autor. He leído (y reseñado, en este mismo blog) sus cuatro novelas anteriores. Y en todas me sorprendió positivamente. Así que me puse a leer, sin mucha convicción pero deseando ver cómo se las arreglaba Juan para volver a enredarme (dicho esto en el mejor sentido de la palabra) en sus historias.

     ¿Se habrá dado un batacazo en esta novela? Todos los escritores, por buenos que sean, escriben de vez en cuando alguna obra en la que la pifian. Esta tenía toda la pinta en mi opinión. Demasiado arriesgado apostar por una temática tan cansina por recurrente. ¡Qué le vamos a hacer! Quizás tuviera que bajar del altar en que tenía subido al bueno de Gómez-Jurado.

     Me equivoqué. Totalmente. Desde el prólogo (apenas una página) me enganché. Como me pasó con sus obras anteriores, sobre todo con "La leyenda del ladrón". Me van más las novelas históricas que los thrillers. Cuestión de gustos, claro. De hecho, creo que ello sirve para afirmar que el autor es un grande. Que yo haya leído cuatro thrillers es un milagro. No habré leído más de una veintena de ellos en los últimos años.

     Pero vayamos con "El Paciente". ¿Qué os puedo contar de la novela sin desvelar nada básico de su contenido? Varias cosas. En primer lugar, la acción te atrapa desde el principio. En cada página ocurre algo de importancia para la historia. No es que no haya descripciones. Las hay. Las justas, sin florituras ni alardes innecesarios. Al leer sus escenas escuchas los sonidos de tu corazón. Estás en vilo en todo momento.

     La trama, a diferencia de muchos thrillers, es absolutamente creíble. Está planteada al mínimo detalle y parece tan real como la vida misma. Los personajes exactamente igual. El doctor Evans, uno de los mejores neurocirujanos del mundo, se ve acorralado entre el principio hipocrático, su responsabilidad para con sus conciudadanos y su deber como padre. Y el drama personal que arrastra, por desgracia, es compartido por demasiadas personas en el mundo. Su hija es lo único que le queda y el hecho de estar cerca de perderla le hace reaccionar de una manera muy humana y comprensible: si hace falta, matará al paciente, nada más y nada menos que el presidente de los EE. UU..

     Kate, su cuñada, también es un personaje que resulta muy veraz desde el principio. Su historia de amor y sus celos y resquemores la ponen en una tesitura complicada. Debe decidir entre su bien profesional y lo que su corazón le dicta. Y el malvado White es un psicópata de la talla de aquellos que han pasado a la historia de la literatura y del cine.

     Otro aspecto que me ha llamado la atención es la manera de contar la historia. El doctor Evans narra en primera persona la mayor parte de la novela. De hecho, se presenta como un diario personal en el que cuenta los hechos cronológicamente. Sin embargo, las acciones de Kate, White y el resto de personajes aparecen narrados por el narrador omnisciente clásico. Este contraste le da un toque especial a la novela.

     Como lector, he disfrutado a la vez que sufrido. Lo primero, por deleitarme literariamente. Lo segundo, por lo agobiante que resulta la acción en determinados momentos. La incertidumbre y la angustia son difíciles de transmitir, aunque Gómez-Jurado lo ha conseguido de forma magistral. Y, en parte, ello se debe también a la veracidad de los ambientes y de los términos médicos empleados. Washington y sus alrededores están descritos a la perfección, de la misma manera que los vocablos médicos están explicados al detalle. Ambos aspectos son muy de agradecer como lector.

     Que una novela que se lee en unas doce horas te tenga en vilo dos noches seguidas para terminar leyéndola en apenas 24 horas dice mucho de la calidad de la misma. Por culpa de Juan he estado dos noches casi en vela, con la consiguiente rojez de ojos y dolor de cabeza. Pero la historia vale la pena. Y el desenlace, más todavía. Que un lector básicamente de novela histórica pierda horas de sueño por un thriller lo dice todo. De nuevo, el autor me ha sorprendido gratamente. Y esta vez era la más difícil sin duda. "El Paciente" es una novela altamente recomendable. Aprenderás, disfrutarás, sufrirás y te involucrarás en la historia de tal manera que hasta desearás la muerte del presidente de los EE. UU.. 

     Por cierto, os dejo con el book-trailer de la novela. Pronto, el trailer de la película. Antes de salir a la venta los derechos de "El Paciente" fueron comprados para ser llevada a la gran pantalla. Ahí es nada...