LIBROS

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lunes, 11 de junio de 2012

Crónica sobre la Feria del Libro de Madrid 2012


     ¡Magnífica experiencia! No puedo calificar de ninguna otra manera lo que he podido vivir este fin de semana en el Parque de El Retiro de Madrid en esta edición de la Feria del Libro más importante de España. El motivo de mi viaje a la capital fue doble: por un lado, firmar algunos ejemplares de mi novela, "El Círculo de las Bondades"; por otro, conocer en persona a amigos escritores con los que mantenía contactos vía redes sociales pero a los cuales no tenía el gusto en conocer personalmente.

     Hace un año, por estas fechas, acababa de registrar la novela y estaba empezando a enviarla a algunas editoriales de todo el país con la esperanza de poder publicarla en algún momento. El destino me tenía deparadas un montón de gratas sorpresas para este año. Si hace 365 días alguien me hubiera dicho que iba a publicar y que iba a poder estar en la Feria de Madrid le habría llamado loco como mínimo. Pero, a veces, las cosas suceden. Y así ha sido. Vayamos por partes.

     El viernes por la tarde, entre las 19:30 y las 21:00, firmé ejemplares de mi novela en la caseta 43, de la distribuidora Latorre Literaria. Este hecho sirvió para poder reencontrarme con personas a las que hacía años no veía, como mi aniga Conchi Payares (¡veinte años han pasado ya!) o Carla Soriano. Y pude conocer en persona a amigas facebookeras como Claudia o Cristina. Sin duda, fue un gran placer compartir con ellas unos minutitos de nuestro tiempo.

     Si bien no firmé demasiados ejemplares, sólo cinco, la experiencia fue muy positiva. Además, según me contaron allí mismo, este año las ventas han bajado entre un treinta y un cuarenta por cien respecto al año pasado, que ya fue muy malo en cuanto a ventas. Por poner un ejemplo: Javier Moro, ganador del Premio Planeta de 2011 por "El Imperio Eres Tú" firmó siete ejemplares de dicha novela. La crisis, sin duda, afecta, y mucho, al sector editorial.
     
     Poder estar en la Feria presentando mi trabajo es lo mejor que me ha pasado este último año. No sé si volveré como autor (espero que sí) pero, como se suele decir, "que me quiten lo bailao". Os puedo asegurar que el viernes dormí tremendamente satisfecho. No todo es vender muchos libros. Sobre todo en un momento de crisis extrema como el actual, siendo novel y perteneciendo a una editorial que lleva diecinueve obras editadas a día de hoy. Por ello, me considero todo un afortunado.

     Sin embargo, lo mejor estaba por llegar el sábado. La mañana comenzó con un sol abrasador, pero eso era lo de menos. Así, pude estar charlando con escritores tan notables como Víctor Fernández Correas, Juan Gómez-Jurado o Jorge Díaz y con personajes tan ilustres como Luis Eduardo Aute o Julio Anguita.

     Que Víctor, Juan y Jorge me reconocieran incluso por mi apellido fue algo que me sorprendió y me halagó. Me sonrojé en varias ocasiones a lo largo de la mañana. Me sentí como un niño al que le regalan su juguete favorito. Víctor Fernández Correas, autor de "La tribu maldita", estuvo encantado de hacerse fotos conmigo. Además, me firmó un ejemplar de su novela y dialogamos unos minutos sobre lo difícil que es abrirse camino en este cada día más competitivo mundo editorial. Jorge Díaz, autor de "La justicia de los errantes", también me reconocío (por la perilla me dijo), y charlamos sobre su novela, la cual también me firmó. Por supuesto, el momento también quedó inmortalizado.

     Uno de los momentos más especiales de la mañana fue cuando saludé a Juan Gómez-Jurado, que acaba de editar su novela "La leyenda del ladrón". Me atendió muy amablemente, casi como si fuéramos amigos de verdad, y salió del stand para darme un caluroso abrazo que me emocionó notablemente. Me escribió una dedicatoria muy especial y, por supuesto, nos hicimos una foto en la que ambos hemos salido con caras de emocionados (¡sobre todo yo, claro!). Juan es el ejemplo más claro de la cercanía de los autores jovenes hacia sus lectores a través de las redes sociales. Casi siempre contesta a los mensajes que se le envían. Me hizo prometer que le escribiría una nueva reseña sobre su novela. Evidentemente, pensaba hacerlo aunque no me lo hubiera pedido...

     Por la tarde viví un momento muy entreñable para mí. Aunque Paco Gómez-Escribano no sea un autor tan afamado como los anteriores (por el momento) he de reconocer que conocerle en persona era algo especial para quien os escribe. Él me guió cuando acabé de escribir "El Círculo de las Bondades" y  no tenía ni idea de qué debía hacer a partir de ese momento. Sin su ayuda no sé si mi novela estaría editada. Fue mi guía en un momento de dudas. Y, a partir de él, he ido conociendo a otros autores también muy interesantes.

     Paco y yo estuvimos tomando algo en una cafetería de la Feria e intercambiamos nuestros círculos, puesto que su novela lleva por título "El círculo alquímico". Nos los dedicamos in situ y, claro, también se registró el momento en una foto para la posteridad. Tal y como imaginaba desde hace tiempo Paco resultó un tipo agradable, atento y modesto, lo cual le hace grande. Conocerle ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en este intenso fin de semana.

     Además, pude saludar a escritores de la talla de Eloy Moreno ("El bolígrafo de gel verde"), Anne Smith ("Memorias de una prostituta"), Javier Reverte o Fernando Savater y ver de cerca a Almudena Grandes, Ángel Gabilondo, Santiago Posteguillo o la mismísima Camilla Lackberg.

     En resumen, una experiencia que me llenó plenamente, me hizo sentir muy cercano a todos/as y cada uno/a de estos/as magníficos/as escritores/as y me confirmó que la literatura es algo maravilloso que se debe preservar, sobre todo en tiempos de crisis de valores como el actual (por más que nos la presenten sólo como económica). ¡Leed! Yo, como veis, me traje la maleta llena de historias maravillosas...