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martes, 8 de febrero de 2011

Un país sinde-mocracia

     Hoy no puedo dormir. Llevo horas dando vueltas en mi cama sin poder conciliar el sueño. Estoy muy cabreado. Desde ayer la clase política española se ha salido, una vez más, con la suya. Pero esta vez se trata de algo mucho más grave. Y lo peor es que no sé si la gente se da cuenta de lo que está pasando realmente. Para nada me considero un visionario (¡válgame Dios creerme lo que no soy!), pero necesitaba escribir lo que me está pasando por la cabeza en esta noche de censura inquisitorial.

     Con la aprobación de la ley Sinde los políticos no van a conseguir que la gente compre más cds ni vaya más al cine. Por supuesto, tampoco es éste su verdadero objetivo. Lo que ellos pretenden es que la plebe, es decir tú, yo y el conjunto de la sociedad, tenga un acceso más restringido a la cultura. Quieren un pueblo ignorante y manejable a su antojo. La piratería existe desde siempre, y seguirá existiendo. Los políticos son tan listos que lo saben de sobra. La ley Sinde simplemente censurará las opiniones que a ellos les resulten más molestas.

     Los partidos políticos mayoritarios se ponen de acuerdo siempre en los temas que ellos consideran “importantes”. No en los importantes para el pueblo (justicia, sanidad, educación, etc), pero sí en los importantes para su posición de poder y privilegio (pagas vitalicias y desorbitadas, censura de ideas contrarias a sus intereses y, ahora, aniquilación de formas diferentes de ver las cosas). Buscan , en definitiva, el aborregamiento.

     No sé vosotros qué pensaréis de todo esto. Por lo que a mi respecta, no lo van a conseguir. Ahora, más que nunca, os recomiendo las lecturas “1984″ de George Orwell, “Fahrenheit 451″ de Ray Bradbury y “Un mundo feliz” de Aldous Huxley. Avisados estamos. El “Gran Hermano” ha llegado, y ésta vez no es ficción. España es un país sinde-mocracia.

     Sé que nada se va a arreglar con este escrito fruto de un gran cabreo de madrugada desvelada, pero espero poder dormir para volver a la carga mañana con energías renovadas. Y el día de las próximas elecciones ejerceré mi derecho democrático a quedarme en casa y no votar. Es uno de los pocos derechos que todavía me queda y nadie me va a impedir llevarlo a cabo. La política está corrupta y es la mejor manera que veo de hacerles ver a los políticos que no pienso participar de una democracia basada solamente en ir a votar cada cuatro años para que luego ellos hagan lo que les dé la real gana para favorecer sus intereses particulares y joder al pueblo llano.