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martes, 22 de febrero de 2011

Espía de Dios. Juan Gómez-Jurado. Reseña


     La semana pasada leí "Contrato con Dios" y comenté que intentaría leer algo más sobre el mismo autor. Dicho y hecho. He de reconocer, de entrada, que esta novela me ha gustado más todavía que la anterior. Constituye una novela de debut realmente fascinante. El sueño de cualquier escritor novel es escribir una novela fantástica que le empiece a abrir el camino a obras posteriores. Éste es uno de esos casos.

     "Espía de Dios" (Roca Editorial, 2006) nos sitúa en los días posteriores a la muerte de Su Santidad Juan Pablo II en abril de 2005. Un asesino en serie está acabando con la vida de los cardenales mejor situados de cara a suceder al Papa difunto. Los servicios de seguridad del Vaticano no quieren que la noticia llegue a los periodistas ya que causaría el caos en una ciudad de por sí invadida por una inmensa riada de gente que quiere dar su último adiós a uno de los Papas más queridos de la historia del catolicismo.

     Sin embargo, para que no trasciendan las noticias de los asesinatos es necesario investigarlos de forma mucho más disimulada, lo que hace que el proceso policial no avance como debiera. Parece que el objetivo del asesino no es otro que dinamitar el cónclave que ha de decidir la sucesión en el trono de San Pedro. La concatenación de los hechos y las desapariciones de los cardenales hacen que la tensión entre la inspectora Paola Dicanti y su ayudante Pontiero y los servicios del Vaticano, con Cirin y Dante a la cabeza, vaya en aumento. La actitud del jefe de la policia italiana, Carlo Boi, no ayuda en absoluto ya que busca, ante todo, mantener las buenas relaciones con el Cuerpo de Vigilancia del Estado Vaticano. Aún así, es necesario encontrar al asesino cuanto antes para que cesen los asesinatos. La vida de los cardenales corre serio peligro.

     Esa es una de las curiosidades de la novela. Gracias al padre Anthony Fowler sabemos, desde prácticamente el inicio, que el asesino es Viktor Karoski, sacerdote tratado años atrás por el propio Fowler y Canice Conroy en el centro de Saint Matthew. Se trata de una institución que debía ayudar a los sacerdotes pederastas a dejar atrás esas prácticas deshonestas con los niños. Lejos de rehabilitar a Karoski, las malas artes de Conroy crean un monstruo capaz de matar sin piedad ni arrepentimiento ni culpa.

     El hecho de saber quién es el asesino no hace que sea fácil atraparle. Es un personaje muy escurridizo que se conoce a la perfección los entresijos del Estado del Vaticano. La investigación y la persecución discurre de forma precipitada y sangrienta, pues Karoski mata por donde pasa. Por si ello fuera poco, la seguridad del Vaticano pone trabas y llega a ocultar partes importantes de la investigación a la inspectora Dicanti.

     La periodista española Andrea Otero accede a la información por accidente y se dispone a escribir un artículo explicando lo acaecido en las estancias vaticanas, en lo que será, sin duda, el reportaje de su vida. No lo logra. Es más, solamente consigue estar a punto de perder la vida ella misma, viéndose envuelta en una persecución temeraria de la que es salvada por el padre Fowler in extremis.

     En definitiva, estamos ante un thriller con altas dosis de acción, intriga, emoción, estudios psicológicos de cada personaje y muchas enseñanzas de la mano de un escritor que demuestra, desde su primera obra, que para escribir una buena novela es necesario un trabajo previo de investigación realmente cuidadoso y muy costoso. Gómez-Jurado entretiene, pero también nos enseña cómo funcionan la policia italiana y la seguridad vaticana en una novela que recomiendo a quien lea estas líneas.

     Lo más inquietante de la novela es que un hecho como el descrito podría ocurrir perfectamente. De hecho, es posible que haya ocurrido ya a lo largo de la historia en alguna ocasión y se nos haya ocultado de la misma forma que es ocultada a la opinión pública la trama narrada en esta novela.