El director y productor mexicano Alfonso Cuarón ("Y tu mamá también", "El laberinto del fauno" y "Harry Potter y el prisionero de Azkabán", entre otras) ha dado un paso más en su carrera en el mundo del celuloide con "Gravity", una película de ciencia ficción y suspense cuyo guión también ha sido escrito por el propio Alfonso junto a su hermano Jonás.
La doctora Ryan Scott (Sandra Bullock) se encuentra reparando el telescopio Hubble en su primera misión espacial. La acompaña, entre otros, el veterano comandante Matt Kowalsky (George Clooney). Una lluvia de basura espacial provocada por un accidente en uno de los satélites rusos (caemos nuevamente en el tópico de que siempre son los rusos los culpables de todos los males del mundo, como si todavía no hubiera terminado la guerra fría) provoca la destrucción de su nave, la muerte del resto de su tripulación y el aislamiento, tanto personal como a nivel de comunicación, de los dos protagonistas.
Ambos quedan solos, flotando a seiscientos kilómetros de altura respecto a la Tierra y con la urgencia de regresar de inmediato a casa ya que su oxígeno se va a agotar en un espacio de tiempo bastante corto y la tormenta espacial se repetirá cada hora y media aproximadamente. Kowalsky, gracias a su contrastada experiencia y su sangre fría, ayudará a Scott a tranquilizarse y buscar una solución al problema surgido.
El proyecto, abandonado por Universal Pictures tras varios años de infructuosos intentos, fue comprado por Warner Bros en diciembre de 2010. En mayo de 2011 comenzó a rodarse en los estudios Shepperton de Londres. El rodaje fue largo y estuvo repleto de problemas. La post-producción resultó muy costosa ya que hubo que pasar el material grabado del formato digital al 3D. El director James Cameron aconsejó a Cuarón sobre la utilización de nuevas tecnologías digitales para crear el film. Al visionar la cinta ya finalizada afirmó que "es la mejor película del espacio que jamás se ha hecho". En su presentación, en el festival de Venecia, Cuarón aseguró que su objetivo era "que tú sientas que eres ese astronauta perdido en el espacio".
Sin duda, el resultado final nos asegura que ha cumplido con creces sus pretensiones iniciales. "Gravity" es un todo festín para los sentidos. Personalmente, jamás he alucinado en un cine como visionando el film de Cuarón. Nunca antes se había descrito tan fielmente una nave Soyuz o la ISS (estación espacial internacional). Ni tampoco el interior de las mismas. Las sucesivas explosiones y accidentes en los diferentes satélites son de lo más espectacular que servidor ha visto hasta ahora. Y los planos y secuencias, en ocasiones de varios minutos de duración, me parecen sublimes. Y muy difíciles de conseguir del tirón.
Pero, como siempre sucede, hay varios gazapos o errores en la película. Los podéis leer en mayor extensión (y precisión) en estos artículos de Daniel Marin (astrofisico español) y de Neil de Grasse Tysson (famoso astrofísico y divulgador científico estadounidense). Pero os avanzo los más fácilmente identificables. A saber: el pelo de Sandra Bullock no flota libremente sobre su cabeza; los satélites orbitan la Tierra de oeste a este pero la basura espacial de la película lo hace de este a oeste; el telescopio lo debería arreglar un técnico y no un médico (Ryan Scott, es decir, Sandra Bullock); el Hubble, la ISS y la estación espacial china se ven en el mismo plano visual cuando, en realidad, hay doscientos kilómetros de altura de diferencia entre ellas; la ISS está desierta cuando llega a ella la doctora (¿dónde están en realidad los astronautas que faltan?); y el propulsor que utiliza Matt Kowalsky (George Clooney) para moverse por el espacio no se usa desde hace más de veinte años.
No obstante, los firmantes de los artículos referidos no dudan en afirmar que estamos ante una gran película, bastante cercana a la realidad de cómo se trabaja allá arriba, tan lejos de la Tierra, con elementos tan convincentes como el silencio, las dinámicas y realistas vistas de la Tierra (con auroras boreales, puestas y salidas de sol, luces de las ciudades y reflejos del sol en los océanos) y multitud de escenas que despiertan nuestros sentidos y hasta nuestras conciencias.
En definitiva, pienso que todo el mundo debería ver este film. Tanto los amantes del género espacial como los no tan seguidores del mismo (entre los cuales me encuentro yo mismo). Desde luego, la recomiendo a todo el mundo. "Gravity" me ha impresionado y emocionado, haciéndome sentir como si estuviera realmente a seiscientos kilómetros de altura respecto a la Tierra. Me ha sorprendido y sobrecogido, incluso hipnotizado, gracias a una forma de hacer cine que creo que marcará el camino a seguir en lo que será el cine del futuro.
Pero, como siempre sucede, hay varios gazapos o errores en la película. Los podéis leer en mayor extensión (y precisión) en estos artículos de Daniel Marin (astrofisico español) y de Neil de Grasse Tysson (famoso astrofísico y divulgador científico estadounidense). Pero os avanzo los más fácilmente identificables. A saber: el pelo de Sandra Bullock no flota libremente sobre su cabeza; los satélites orbitan la Tierra de oeste a este pero la basura espacial de la película lo hace de este a oeste; el telescopio lo debería arreglar un técnico y no un médico (Ryan Scott, es decir, Sandra Bullock); el Hubble, la ISS y la estación espacial china se ven en el mismo plano visual cuando, en realidad, hay doscientos kilómetros de altura de diferencia entre ellas; la ISS está desierta cuando llega a ella la doctora (¿dónde están en realidad los astronautas que faltan?); y el propulsor que utiliza Matt Kowalsky (George Clooney) para moverse por el espacio no se usa desde hace más de veinte años.
No obstante, los firmantes de los artículos referidos no dudan en afirmar que estamos ante una gran película, bastante cercana a la realidad de cómo se trabaja allá arriba, tan lejos de la Tierra, con elementos tan convincentes como el silencio, las dinámicas y realistas vistas de la Tierra (con auroras boreales, puestas y salidas de sol, luces de las ciudades y reflejos del sol en los océanos) y multitud de escenas que despiertan nuestros sentidos y hasta nuestras conciencias.
En definitiva, pienso que todo el mundo debería ver este film. Tanto los amantes del género espacial como los no tan seguidores del mismo (entre los cuales me encuentro yo mismo). Desde luego, la recomiendo a todo el mundo. "Gravity" me ha impresionado y emocionado, haciéndome sentir como si estuviera realmente a seiscientos kilómetros de altura respecto a la Tierra. Me ha sorprendido y sobrecogido, incluso hipnotizado, gracias a una forma de hacer cine que creo que marcará el camino a seguir en lo que será el cine del futuro.