Escribir un guión cinematográfico a partir de una novela es la manera habitual de hacer las cosas. O, al menos, la conocida. Pero a Ramón Cerdá le gusta innovar. Tanto que, junto al director Nacho Ruipérez, ha puesto en funcionamiento un novedoso proyecto consistente en novelar un guión cinematográfico de un film todavía no rodado. En efecto, Cerdá adapta a novela, bajo el título de "Tierra de libélulas", el guión original de "El desentierro", de Ruipérez, director de "La victoria de Úrsula" y "La ropavejera".
La adaptación incluye el cambio en el título, que, eso sí, conserva como subtítulo el original de Ruipérez. Sin embargo, no todo queda ahí. En la pre-edición que acaba de presentar (la edición definitiva saldrá en octubre de 2014, justamente en un año), incluye la reproducción de las primeras páginas del guión original, fotografías de algunas de las localizaciones del film proyectado y hasta tres finales diferentes de la historia. Como es de esperar, la edición del año próximo contendrá un único final.
Según el novelista y el director, ambos han disfrutado al máximo de esta experiencia única y hasta ahora desconocida. El escritor ha recibido del director total libertad de creación, con lo que los personajes y la historia han crecido y madurado, hasta el punto de evolucionar hasta un final diferente al inicialmente previsto por Ruipérez.
El título, "Tierra de libélulas", encierra una de las diferencias principales entre el guión y la novela, y viene de la afición de Cerdá por titular sus obras con nombres de animales (mariposas, moscas, abejas, hormigas, etc). No obstante, las libélulas adquieren gran importancia en la obra reseñada.
El argumento sí es común en ambos proyectos: Jordi regresa a su pueblo de nacimiento veinte años después de su partida tras recibir la angustiada llamada de su primo Diego. Su padre acaba de fallecer y su madre se encuentra en un coma irreversible a causa de un fatal accidente de tráfico. La tragedia actual recuerda en cierta medida a otra acaecida dos décadas antes. No obstante, ambas podrían estar relacionadas.
Cuando ya se disponía a volver a Barcelona Jordi decide quedarse en el pueblo e investigar la muerte de su propio padre. Unas extrañas libélulas, un club de carretera abandonado y un mendigo que lo habita en la actualidad le hacen retornar junto a su primo y tratar de averiguar la verdad sobre su padre. "Tierra de libélulas. El desentierro" es una historia de negocios fraudulentos, manipulaciones, corrupción, pasiones desenfrenadas y personajes enigmáticos. Como en todos los thrillers, la verdad es diferente a lo que tenemos ante nuestras narices y el paso de las páginas nos traerá diversas sorpresas, no todas agradables precisamente.
Jordi y Diego desenterrarán algo más que sus propios recuerdos, descubriendo aspectos de sus vidas y las de sus padres que quizás habrían preferido no llegar a conocer jamás. Sin embargo, una vez han comenzado a andar por ese camino ya no hay marcha atrás, por lo que deberán vencer a sus propios fantasmas y a otros rivales mucho más peligrosos, los cuales pondrán en serio riesgo sus vidas.
La inclusión de los tres finales a partir de un común momento divisorio (al más puro estilo Stephen King) me parece una idea que, no siendo novedosa, podría comenzar a utilizarse de manera más continuada. ¿A quién no le gustaría poder elegir el final que crea más conveniente para cada historia? A mí sí. Si el autor te hace disfrutar con la lectura de su obra y, además, te prepara varios finales diferentes, dándote la opción de elegir, te puedes sentir incluso más cercano al escritor y a los personajes de la historia en cuestión. Esta cuestión sería objeto de un interesante debate, sin duda, pero será en otra entrada bloguera. De momento, leed esta pre-edición de "Tierra de libélulas". No os defraudará.