El 5 de enero de 1973 Columbia Records, John Hammond, Mike Appel y el propio Bruce Springsteen nos regalaron, cuales "Reyes Magos de Occidente", un disco que cambiaría la vida de todos ellos, la de millones de personas en todo el mundo, e incluso la historia del rock and roll. Sin embargo, como suele suceder, todo comenzó a gestarse mucho tiempo atrás. No, no voy a retroceder aquí al 23 de septiembre de 1949, fecha de nacimiento del Boss, pero sí al 2 de mayo de 1972, día en que Bruce y Mike Appel, su mánager, se plantaron ante John Hammond, descubridor de Bob Dylan, para una audición.
Ante la atónita mirada del joven músico novel, su mánager le dijo al directivo de la CBS una de esas frases para la historia: "Eres el tipo que descubrió a Dylan, ¿verdad? Bien, veamos si fue sólo suerte o si tienes de verdad oído". Fueron quince minutos. Y Bruce no los desaprovechó. Tocó "Growin´ up", "Mary Queen of Arkansas" y "It´s hard to be a saint in the city". A partir de ahí todo sucedió muy rápidamente: Hammond quedó maravillado, preparó una nueva audición para esa misma noche en un club de NY al cual acudieron otros directivos, redactó el contrato y puso al músico manos a la obra para sacar un LP, el primer disco de un joven que se convertiría en leyenda. Sólo le puso una condición: quería un par de temas que sonaran más comerciales en dicho trabajo. En unos días Bruce compuso "Spirit in the night" y "Blinded by the light".
Durante los meses de junio y julio Bruce se encerró en los 914 Sound Studios junto a Appel y sus músicos: Gary Tallent (bajo y cuerno), Clarence Clemons (saxofón y coros), David Sancious (órgano, piano, teclados y saxofón) y Vini "Mag Dog" López (batería, corno inglés y coros). Además, colaborarían Richard Davis (bajo y contrabajo) y Harold Wheeler (piano). El disco quedó registrado y listo para grabarse y arreglarse, tarea de la que se ocuparon Jim Cretecos (productor) y Louis Lehav (ingeniero de sonido).
"Blinded by the light" y "Spirit in the night" fueron los singles de promoción elegidos por Columbia Records. La portada, realmente característica, fue sacada de una postal del paseo marítimo de la ciudad (la cual, por cierto, decora una de las paredes interiores del conocido club "Stone Pony"). Todo estaba listo para el lanzamiento del primer trabajo de Springsteen. No obstante, la compañía quiso presentarlo como "el nuevo Dylan", a lo cual se opuso radicalmente Bruce, demostrando que la juventud no está reñida con la personalidad y el carácter.
"Greetings from Asbury Park, NJ"" es un verdadero torrente de voces, coros, sentimientos y sonidos musicales tan diversos que no hay acuerdo generalizado para enmarcarlo plenamente en ningún estilo musical. En él encontramos rock, por supuesto, pero abundan numerosos rasgos soul y, sobre todo, folk. Ante todo, géneros aparte, estamos ante una joya. Una joya poco pulida, pues presenta una producción austera que le da un sonido que hace pensar, sin errar en tal apreciación, que fue grabado básicamente en directo y con bastante rapidez (que no precipitación). Y eso es lo que, en mi humilde opinión, lo hace tan grande.
CARA A: Blinded by the light (unas efusivas guitarras inician el disco para dar paso a continuación a ritmos tan diferentes como variopintos: desde R and B hasta latinos. Mientras, Bruce canta con rapidez, salpicando el tema de una poesía rica y asombrosa. Primer single de la historia del Boss), Growin´up (carismático himno callejero para todos sus fans desde siempre, es una canción con cambios de ritmo, subidas y bajadas, genialmente narrada por Bruce y acompañado de una guitarra y una batería colosales), Mary Queen of Arkansas (la canción que maravilló a Hammond es una balada acústica folk que realza más si cabe la maestría del joven Springsteen y sus magníficas letras), Does this bus stop at 82nd street? (tema demasiado corto que, en cambio, marcaría ese camino a seguir que todavía buscaba el Boss a sus escasos 24 años de edad) y Lost in the flood (una de las joyas más preciadas del debut springsteeniano: un tema arrollador en cuanto a letra y música que navega desde la dulzura de su piano hasta las graves modulaciones de voz del cantante).
CARA B: The angel (sólo piano y voz para una magnífica pieza curiosa que nos sirve para reponernos del tema anterior), For you (sin duda, una de las mejores baladas escritas jamás por el genio de Freehold residente en Asbury Park. Una canción que conmueve hasta a aquellos que carecen de corazón. Todo un temazo que todo el mundo debería escuchar, muy atentamente, como mínimo una vez en su vida), Spirit in the night (probablemente una de las canciones de Bruce que más éxito tendrían en un karaoke. Un tema sensual que recorre las noches de cualquier ciudad estadounidense de los setenta) y It´s hard to be a saint in the city (una tormenta eléctrica para dejarnos con ganas de escuchar más y de volver a darle al play).
El disco vendió sólo veinte mil copias, lo que hizo dudar a Bruce y a la CBS acerca del camino a seguir a continuación. Bruce experimentó también en su siguiente disco (también genuino y tremendamente excepcional). Hasta que encontró su verdadero patrón a seguir con el tercero. Pero eso es otra historia mucho más conocida...