Intocable es una de esas películas que cada vez cuestan más encontrar en las carteleras. Divertida y, a la vez, humana, muy humana. Drama y, a la vez, comedia. Y, por añadidura, un film de aquellos en que dos personajes que no tienen nada en común pueden salvarse el uno al otro hasta llegar a la redención de ambos. Un aristócrata forrado y un delincuente común, en este caso.
El país vecino nos sorprende de vez en cuando con joyas como esta. Toledano y Nakache construyen en este film una maravillosa comedia dramática basada en una historia real en la que Philippe (François Cluzet), un aristócrata que queda tetrapléjico tras un accidente practicando el parapente, decide contratar como su cuidador a Driss (Omar Sy), un emigrante metido a delincuente que acaba de salir de la cárcel tras un atraco frustrado a una joyería.
Nadie entiende por qué Philippe contrata para tan complicada tarea a una persona que sólo busca que le firmen el papel para poder ir a pedir el cobro de la prestación por desempleo. Sin embargo, él lo tiene muy claro desde el principio: no busca compasión y piedad en su cuidador sino un trato humano. La actitud de Driss será clave para conseguir un contrato para nada deseado por él. Poco a poco irán entablando una de esas amistades sólidas, duraderas y sinceras que tanto cuestan encontrar en la vida.
Mientras Philippe es pulcro, refinado, serio y culto, Driss es informal, bruto, chistoso y nada docto en cuestiones de cultura. Sin embargo, con sus comportamientos, harán compatibles a Vivaldi y Earth, Wind & Fire, a los trajes y los chándals, a la dicción elegante y la jerga callejera, al mundo rico y al pobre en definitiva. No obstante, el factor humano será común en ellos, permitiendo esa unión a priori imposible de esperar.
Para la refinada casa de Philippe la llegada de Driss supone un aire fresco y una recarga de energía general. No hay ni una sola persona (desde la hija del rico hasta la sirvienta, pasando por el jardinero) de la mansión aristócrata que no reciba una influencia positiva de la mano de un personaje que, bajo esa apariencia de chulería irreverente, esconde un corazón que para sí muchos quisieran.
En efecto, aunque es probable que Driss influya mucho más en Philippe que al revés, está claro que el Driss del final de la historia no es el mismo que el del principio. Ambos personajes están muy bien estudiados y caracterizados por los guionistas (es decir, los propios directores) y las interpretaciones de los personajes principales son magistrales. Philippe nos recuerda a Dustin Hoffman; Driss a Will Smith. Pero tanto François Cluzet como Omar Sy bordan sus respectivos papeles.
Mención aparte merece la banda sonora. Siempre he pensado que este aspecto es más importante de lo de la gente pueda llegar a pensar. En este caso, me parece sublime. Una mezcla de estilos que puede parecer antagónica en un principio pero que demuestra que toda la música merece la pena ser escuchada, máxime cuando es tan buena como la que nos presenta (de regalar, que no de presentar) este film. Las piezas compuestas o re-versioneadas por Ludovico Einaudi son realmente buenas, por no hablar de las canciones de Nina Simone, George Benson o Earth, Wind & Fire o las composiciones de Vivaldi, Chopin, Bach o Schubert.
En definitiva, si quieres reír y llorar; divertirte y emocionarte; escuchar buena música; relajarte; y disfrutar: Intocable es tu película. No te la pierdas! No te arrepentirás!