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viernes, 29 de septiembre de 2023

La utilidad de lo inútil. Nuccio Ordine. Acantilado. 2013. Reseña

 




    El pasado mes de mayo se conoció que el profesor y escritor italiano Nuccio Ordine --considerado el ensayista italiano más conocido del mundo por su conocimiento de la época, el arte y la literatura del Renacimiento y una de las personalidades más significativas del panorama cultural internacional-- había sido distinguido con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023, galardón que debía recoger el 20 de octubre. Apenas un mes después, en junio, falleció a causa de un accidente cerebrovascular. Su manifiesto La utilidad de lo inútil, probablemente su obra más conocida, la que le hizo llegar al gran público, algo que él no pareció buscar nunca, reflexiona sobre la situación marginal de las Humanidades en el mundo actual. En ella, las reivindica como disciplinas necesarias en la formación cívica del ser humano y en la creación de un pensamiento crítico fundamental para el desarrollo y el bienestar social. 

    El manifiesto repasa opiniones de filósofos, escritores y científicos sobre la importancia de apostar por una educación que cultive el afán de saber y de indagar sin el objetivo inmediato utilitarista o práctico que parece estar imponiéndose en los últimos años. Así, defiende que no solo lo que es inmediatamente útil lo es en realidad. También que en tiempos de crisis no se debe recortar jamás en educación, sino al revés. Porque, cuanto peor vienen dadas, más necesaria es la educación, pues solo una apuesta definitiva por ella conducirá a la sociedad a superar esa crisis. Puede que no de forma automática e inmediata, pero sí de manera más satisfactoria para el conjunto de la sociedad afectada por ella. Una educación que debe ser libre --que no quiere decir ociosa-- y alejada de las actuales pretensiones mercantilistas o económicas. Por una eficiencia que amenaza con erradicar la libre creación y el libre pensamiento.

    A lo largo de las ciento setenta páginas del manifiesto, que incluye un amplio y recomendable apartado bibliográfico y un apéndice en forma de ensayo de Abraham Flexner titulado La utilidad de los conocimientos inútiles, el escritor y filósofo nos lleva de la mano a recorrer los pensamientos de muchos conocidos filósofos, científicos y escritores de todas las épocas. Todo ello para insistir en la importancia de preservar la libertad educativa y cultural en aras de estimular la curiosidad y la imaginación de todos ellos con la finalidad de, a partir de conocimientos, avances e inventos más o menos inútiles, poder alcanzar avances que en ocasiones pueden comportar grandes cambios en la vida de los humanos. Y se sirve de los testimonios de los clásicos y de los estudiosos de todas las épocas para darnos numerosos ejemplos. Así, reivindica que nunca deberíamos atribuir el invento de tal o cual artilugio a un solo hombre, puesto que anteriormente siempre ha habido otro u otros que han avanzado en la materia en cuestión.

    La obra, que se divide en una introducción y tres partes (amén del referido apartado bibliográfico y del apéndice de Flexner), tituladas La útil inutilidad de la literatura, La universidad-empresa y los estudiantes-clientes y Poseer mata: "dignitas hominis", amor, verdad, nos sumerge en la que debe ser nuestra gran lucha actual y futura: defender la educación por sí misma ante los avances del utilitarismo. Es decir, apostar por toda la educación, no solo por la que comporta rendimientos inmediatos. O, dicho de otra forma, hacer frente a la sistemática destrucción de toda forma de humanidad y solidaridad. Así lo explica Ordine al principio del manifiesto: la lógica del beneficio mina por la base las instituciones (escuelas, universidades, centros de investigación, laboratorios, museos, bibliotecas, archivos) y las disciplinas (humanísticas y científicas) cuyo valor debería coincidir con el saber en sí, independientemente de la capacidad de producir ganancias inmediatas o beneficios prácticos. 

    Ordine nos explica que la utilidad dominante, en nombre de un exclusivo interés económico, mata de forma progresiva la memoria del pasado, las disciplinas humanísticas, las lenguas clásicas, la enseñanza, la libre investigación, la fantasía, el arte, el pensamiento crítico y el horizonte civil que debería inspirar toda actividad humana. Es decir, el capitalismo salvaje, como sistema preeminente, deshumaniza cada vez más a los seres humanos, eliminando las diferencias entre ellos, sus particularidades, sus originalidades y sus especificidades, en aras de un pensamiento único, una actuación única, unos intereses únicos y una motivación única: solo interesan la economía, la posesión, el poder. Para el profesor, es doloroso ver a los seres humanos ignorantes entregados a acumular dinero y poder en una insensata carrera hacia la tierra prometida del beneficio, en la que todo aquello que los rodea --la naturaleza, los objetos, los demás seres humanos-- no despierta ningún interés.

    Por ello mismo, sobre todo en los momentos de crisis económica, cuando las tentaciones del utilitarismo y del más siniestro egoísmo parecen ser la única estrella y la única ancla de salvación, es necesario entender que las actividades que no sirven para nada podrían sacarnos de la prisión, a salvarnos de la asfixia, a transformar una vida plana, una no-vida, en una vida fluida y dinámica, una vida ordenada por la curiositas respecto al espíritu y las cosas humanas. Y añade que: sin esta conciencia, sería difícil entender una paradoja de la historia: cuando prevalece la barbarie, el fanatismo se ensaña no sólo con los seres humanos sino también con las bibliotecas, y las obras de arte, con los monumentos y las grandes obras maestras. La furia destructiva se abate sobre las cosas consideradas inútiles. Cosas inútiles e inermes, silenciosas e inofensivas, pero percibidas como un peligro por el simple hecho de existir. Cosas que, por tanto, sí son útiles. Y por eso mismo se eliminan.

    Ordine nos advierte del gran peligro que supondría para el futuro de la humanidad el triunfo final de la actual tendencia basada únicamente en el provecho económico, en lo útil: si dejamos morir lo gratuito, si renunciamos a la fuerza generadora de lo inútil, si escuchamos únicamente el mortífero canto de sirenas que nos impele a perseguir el beneficio, sólo seremos capaces de producir una colectividad enferma y sin memoria que, extraviada, acabará por perder el sentido de sí misma y de la vida. Y en ese momento, cuando la desertificación del espíritu nos haya ya agostado, será en verdad difícil imaginar que el ignorante homo sapiens pueda desempeñar todavía un papel en la tarea de hacer más humana la humanidad... Por tal motivo, es mejor proseguir la lucha pensando que los clásicos y la enseñanza, el cultivo de lo superfluo y de lo que no supone beneficio, pueden de todos modos ayudarnos a resistir, a mantener viva la esperanza, a entrever el rayo de luz que nos permitirá recorrer un camino decoroso. 

    El manifiesto La utilidad de lo inútil es un libro absolutamente necesario. Una pequeña obra maestra original y esclarecedora que muestra el camino que debe seguir el ser humano para intentar seguir siéndolo. Un bálsamo, una medicina, un soplo de aire fresco, un respiro, una visión. Una visión clarísima sobre las amenazas actuales y sus terribles consecuencias si no actuamos de forma inmediata y con todas nuestras fuerzas. La fuerza de la cultura, la educación, la curiosidad, el trabajo, la tenacidad, la libertad. La humanidad. Lean a Nuccio Ordine y reflexionen sobre ustedes mismos y sobre el mundo en el que vivimos. Y luego, ya de paso, sigan leyendo y leyendo otros buenos libros. Porque, como decía John Maynard Keynes ya en 1928, lo bueno es siempre mejor que lo útil. La auténtica esencia de la vida coincide con lo bueno (con aquello que las democracias comerciales han considerado siempre inútil) y no con lo útil.