La escritora y periodista madrileña Reyes Monforte retornó en 2013 a la primera escena literaria - esa que no ha abandonado desde el gran éxito de su primera novela, Un burka por amor, 2007 - para contarnos la historia de dos amores (casi) imposibles separados por 35 años de distancia pero conectados de forma irremediable por varios personajes cuyas vidas confluyen inesperadamente en la Huesca actual.
Besos de arena es la quinta novela de la madrileña. Una novela repleta de amor, sufrimiento, dramas, tragedias e intrigas ambientada en Huesca, Madrid y los territorios saharauis de Dajla, Tinduf o El Aaiún. A buen seguro, muchos de quienes lean esta reseña conocerán las campañas Vacaciones en Paz, que cada verano traen a nuestro país a centenares de pequeños / as saharauis que viven en régimen de acogida con familias españolas adoptivas.
Laia, la protagonista principal de esta historia, es una de esas chicas. Con solo doce años de edad, recala en un pequeño pueblo oscense, donde es acogida por Leticia y Sancho, un matrimonio sin hijos que la tomará como si fuera su propia hija. Problemas de salud de la pequeña - asma y corazón - provocan que se busque prolongar su estancia con sus nuevos padres en territorio español para un mejor tratamiento de sus dolencias. Así pasan varios años. Hasta que el pasado se interpone en sus felices planes de futuro con Julio, un joven piloto de aviones con quien comparte un presente tierno y conmovedor.
Ahmed, hermano de Laia, se propone devolver a la joven a su tierra. Al Sahara Occidental. Algo que ya no entraba en sus planes. Varios secretos ocultos harán que varios de los protagonistas de la novela se den de bruces con una realidad que a veces es más triste de lo que uno cree capaz de poder soportar. La intriga se apodera de una historia de amor por cuyo futuro lucharán todos los personajes de la trama.
Más allá de la historia de amor y de la búsqueda de Laia por parte de Julio y de quienes desean su felicidad, lo más interesante de la novela - al menos para mí - es la ambientación y la propia historia de las tierras saharauis durante los 35 últimos años. Así, de la mano de Monforte, descubrimos más detalles sobre la triste salida de los españoles residentes en la zona en octubre de 1975, cuando las tropas marroquíes (por el norte) y las mauritanas (por el sur) atacaron con una crueldad exagerada el Sahara Occidental. Los saharauis se vieron aislados y abandonados a su suerte por una España cobarde y desvergonzada.
Y el Frente Polisario tomó el mando en la zona, demandando una libertad a la que él mismo se oponía (y se sigue oponiendo, por ejemplo, permitiendo que antiguas tradiciones como la existencia de la esclavitud perduren en el tiempo en su área de dominio). La guerra entre octubre de 1975 y febrero de 1976 - cuando se produjo el abandono oficial español de aquellos territorios - se basó en matanzas indiscriminadas de la población saharaui civil merced al uso de bombas de napalm y fósforo blanco por parte de la aviación marroquí. Ni España ni la comunidad internacional alzaron la voz ante tan fragrante vulneración de la legalidad internacional.
El desarrollo de la historia provocará que varios españoles, anteriores residentes españoles en Villa Cisneros, retornen a aquellos parajes, debiendo enfrentar viejos fantasmas y coincidiendo con viejos amigos saharauis sin demasiado interés en volver a encontrarse con ellos, carcomidos por el odio y el sentimiento de abandono. Las escenas ambientadas en la actual ex-colonia española y los enfrentamientos dialécticos entre antiguos amigos son de lo más interesante de la novela, demostrando que para conocer realmente lo que allí aconteció deben escucharse las diversas versiones de los hechos.
Asimismo, la acción de la trama finaliza en 2012, cuando fue desmantelado el asentamiento de Gdein Izik, desde donde prendió, dos años antes, la conocida Primavera árabe, que luego tendría continuidad en Egipto, Túnez, Yemen o Bahrein. Una historia de lucha, superación y búsqueda de libertad de una región abandonada a su suerte (y a su muerte) por un mundo que prefiere no ver lo que allí continúa ocurriendo a diario. Una denuncia que toma Reyes Monforte con el pretexto de contarnos una historia de amores (casi) imposibles.
En definitiva: estamos ante una novela bien escrita, argumentada y estructurada, que trata sobre la tenacidad de los pueblos y de las personas, la necesidad de la diplomacia en el mundo actual y la denuncia de unos hechos cotidianos que deberían ruborizarnos. A todos.