Sandro Rosell llegó a la presidencia del F. C. Barcelona en junio de 2010 tras arrasar en las elecciones (obteniendo más del 61% de los votos, más que ningún otro presidente en la historia del club). Sin embargo, sus dos primeras decisiones ya anticiparon que su presidencia iba a ser polémica y convulsa: retiró la presidencia de honor del club a Johan Cruyff y denunció judicialmente las cuentas económicas del club entre 2009 y 2010.
Rosell fue vice-presidente de Joan Laporta entre 2003 y 2005 (aunque ya había "entrado" en el club en los noventa, cuando era el responsable de márketing de Nike en la Península Ibérica). De ser su escudero pasó a enfrentarse con él de forma airada. En 2005 dimitió y en 2008 presentó una moción de censura contra él. Fracasó, de la misma manera que no llegó a ningún sitio su denuncia contra su "enemigo íntimo" en 2010. Desacreditar a Laporta fue la piedra angular de su proyecto. Mal inicio, ¿verdad?
Pero no todo acabó ahí. La mala relación con el entrenador, Pep Guardiola, conllevó la marcha del técnico más laureado de la historia del club en junio de 2012. No hace falta decir que la salida de Pep no fue la que este merecía tras una trayectoria tan exitosa. Las mentiras se generalizaron y su crédito fue menguando a una velocidad digna de reflexión.
Mentiras ha dicho muchas. Demasiadas. Las que más llaman la atención son las referidas a los casos de Eric Abidal y de Pete Mickeal. Con ambos el club trató de dar una imagen que ensalzara los valores del barcelonismo. El futbolista francés, enfermo de cáncer de hígado, fue invitado a abandonar el club pese a que el club dijo en todo momento que contaba con él cuando se recuperase. Abidal actualmente juega en el Mónaco y en la selección francesa y no ha vuelto a tener problemas físicos. El jugador de baloncesto estadounidense, con tromboembolismo pulmonar, también hubo de dejar el club tras recuperarse de sus dolencias. Ahora, Mickeal ha fichado por el Murcia y tampoco parece tener problema alguno. Ambos salieron del F. C. Barcelona por la puerta de atrás después de casi dejarse la vida defendiendo sus colores. Pocos valores los demostrados por los directivos de nuevo.
No obstante, lo que ha provocado la dimisión de Rosell ha sido el escándalo del caso Neymar. Jordi Cases, farmacéutico de Olesa de Montserrat (supuestamente relacionado con Cruyff y Laporta), socio del club y militante de la plataforma "GoBarça", demandó a Rosell ante la Audiencia Nacional por "apropiación indebida en su modalidad de distracción de dinero" tras pedir a la directiva la explicación pública de las cuentas del fichaje del jugador brasileño.
El 24 de diciembre, como regalo de Navidad, el club envió al socio un burofax en el que se le amenzaba con pedirle una indemnización en el caso de que el contrato del jugador fuera publicado. Además, el Barça solicitó que la demanda no fuera admitida a trámite por la Audiencia Nacional. Todo estalló el 20 de enero, día en que el diario ElMundo publicó que el fichaje del brasileño había costado 95 milllones de euros y no los 57 que se creía. De inmediato, la fiscalía instó al juez Pablo Ruz a admitir la querella por existir contratos "simulados".
Rosell, acorralado, hubo de rectificar y pedir públicamente que "el señor juez admita la querella y me llame a declarar". Dicho y hecho. La querella fue admitida y el presidente decidió dimitir por no dañar la imagen del club. Bartomeu, su vice-presidente, se hará cargo del club hasta finalizar el mandato en 2016. Su defensa siempre se ha apoyado en amenazas y ataques hacia él y a su familia, en la desesperación y la envidia de sus enemigos (deportivos y extra-deportivos) y en la confidencialidad del contrato firmado con Neymar.
La pregunta clave es: ¿por qué se miente en las cifras del contrato del jugador? Hay varias respuestas a ella. Cada cual que elija la / s conveniente / s:
1- Que Messi no se enterase de cuánto iba a cobrar el brasileño y evitar, así, que el argentino pidiera un aumento de su nómina. Algo que ahora seguro que sí ocurrirá.
2- Sacar pecho ante un supuesto barcelonismo de Neymar, que prefería jugar en el Barcelona a mitad de precio (en su día, el propio Florentino afirmó que había decidido no fichar al brasileño "porque nos costaba casi 150 millones de euros"). De ahí que determinados sectores del barcelonismo quieran ver detrás de la querella la mano del conjunto merengue, olvidando que parte de un socio barcelonista. En fin, el FCB sufre de madriditis, algo muy grave, sobre todo en una época en la que su equipo ha sido el mejor del mundo con diferencia.
3- Defender de los valores del barcelonismo, es decir, no despilfarrar el dinero. Gareth Bale le costó cien millones al eterno rival, lo que fue criticado en todo el país, el Barça incluido. Por tanto, no podían dar las cifras reales y ponerse a la altura del Real Madrid. El FCB, más que un club, tiene valores diferentes. ¿Los mismos utilizados por su directiva con Eric Abidal o Pete Mickeal?
4- Estafar, robar, "chorizar" al Estado y a Hacienda, que somos todos: culés y no culés; futboleros y no futboleros.
En los tres primeros casos los pecados de Rosell serían la soberbia, la chulería y la mentira. En el cuarto, mucho peor como resulta obvio a todas luces, si se demuestran todas las acusaciones, Rosell se convertiría, además, en un delincuente, y podría llegar a ir a prisión (hasta un máximo de seis años). De todo ello extraigo dos conclusiones básicas:
a) El fichaje de Neymar ha resultado caro, muy caro, carísimo. Sobre todo para el ya ex-presidente.
b) Rosell ha demostrado ser el listo más tonto del país.