En 1960 John Williams debutó en el mundo literario con un western. Sí, un western, pero de los de verdad. Una historia de sueños incumplidos, tenacidad, ceguera vital, supervivencia (ante todo, espiritual), cazadores de bisontes y alma, mucha alma. Una de esas historias que nos invitan a reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos ser. Y es que, como demostraría más tarde Williams con su obra más conocida, "Stoner", la condición humana es harto compleja.
En 1870 Will Andrews, estudiante de último curso en Harvard, decide abandonar su carrera, su familia y su Boston natal para emprender una huida hacia el oeste americano, una tierra repleta de bisontes, pueblos aburridos (de alcohol y prostitución) y grandes líneas de ferrocarril que buscan descubrir lugares donde establecer pueblos y ciudades de nueva creación. Una tierra donde oportunistas de todo tipo tratan de cumplir unos sueños que suelen acabar en pesadillas.
El joven llega a Butcher´s Crossing, un pequeño pueblo de una única calle en el que comenzará a vivir una experiencia que roza la épica pero también la demencia. Su huida hacia la naturaleza más salvaje le hará conocer a Miller, un experimentado cazador de bisontes que afirma conocer un lugar donde conseguir pieles suficientes como para enriquecerse; Charley Hoge, su fiel acompañante, lector voraz de la Biblia y bebedor empedernido de whisky; y Fred Schneider, un desollador rápido y audaz a la par que amante de la buena comida y de las mujeres.
Juntos, los cuatro hombres emprenden un viaje en el que John Williams nos descubre los más interesantes métodos de supervivencia en las más duras condiciones, el mundo de la caza de bisontes y cómo cocinar con poco más que alubias y harina. No me cabe la menor duda de que el genial escritor debió documentarse a conciencia a la hora de abordar un tema tan complicado de explicar únicamente con palabras.
Los cuatro expedicionarios vivirán varias situaciones límite a lo largo de una historia magistralmente abordada por una de las prosas más realistas, bonitas y a la vez austeras pero ricas en vocabulario que quien escribe ha podido leer en su vida. En distintos momentos parece que todos ellos van a perecer, pero siempre aparece la experiencia de Miller para salir airosos de unas situaciones en las que su propia codicia les había metido.
Descripciones de ambientes, personajes y animales al margen - todas ellas soberbias -, me ha encandilado la relación entre Miller y Schneider, quienes chocan prácticamente en cada una de las tomas de decisiones según se adentran en el corazón del todavía inexplorado oeste americano del siglo XIX. La codicia, la seguridad y la temeridad del primero contrastan con la coherencia y el sentido común del segundo. Esa pugna entre el "querer siempre más" y el "más vale pájaro en mano que ciento volando" me ha parecido de lo mejor de la novela. Sin desdeñar al viejo Hoge, cristiano convencido y gran cocinero y ordenanza de expediciones, y al joven Andrews, verdadera alma de la trama, con sus inseguridades y sus certezas (más o menos erróneas).
¡Y qué decir de la naturaleza! Aquellos lectores amantes de las descripciones de montes, ríos, praderas y llanuras disfrutarán de la lectura. Porque la naturaleza se llega a convertir en el quinto miembro de la expedición. Desde los cauces de los ríos hasta las altas cumbres de las montañas; desde el crudo sofoco de verano hasta las nevadas de pleno invierno; desde los bisontes hasta los lobos. Y cómo vive y siente todo ello Will Andrews constituye la otra parte importante de la historia creada por Williams.
No obstante, más allá de todo lo anterior, de la obra subyace un cierto trasfondo filosófico sobre la condición humana, la iniciación a la vida y el egoísmo o la bondad de las almas de sus protagonistas. No sería de extrañar que Jon Krakauer, autor de "Hacia rutas salvajes", se hubiera inspirado en "Butcher´s Crossing" como punto de partida de su historia. Personalmente, en diversos momentos Will Andrews me ha recordado a Chistopher McCandless (salvando las distancias). La soledad de los corazones de ambos en plena inmensidad salvaje me ha permitido establecer esta especie de paralelismo entre ambos.
En conclusión, nos encontramos ante otra obra maestra de este desconocido autor norteamericano que, sin duda, merece que su obra (por desgracia, muy corta) sea digna de análisis por parte de todos los jóvenes universitarios de lengua y literatura anglosajona. Como "Stoner", "Butcher´s Crossing" es altamente recomendable. Y os sugiero su lectura encarecidamente.