LIBROS

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miércoles, 15 de marzo de 2017

En tiempos del papa sirio. Jesús Sánchez Adalid. Ediciones B. 2016. Reseña





     Cuando estudié la carrera de Historia una de las primeras cosas que me enseñaron es la teoría de los ciclos. Aquella que dice que los procesos históricos se rigen por un extraño carácter cíclico que provoca que los sucesos se vayan repitiendo cada cierto tiempo. Aunque ello tarde en darse mil doscientos años. Pues bien: una vez más, dicha teoría se cumple. Como ejemplo, la actualidad siria. Una guerra civil y un éxodo de refugiados que parecen no tener fin. Ni solución. A diferencia, en este caso sí, de lo ocurrido en el siglo octavo. El propio autor, Sánchez Adalid, asegura que ahora tenemos mayores facilidades para ayudar a los refugiados. Cosa que, por cierto, no estamos haciendo. 

     En el Bizancio posterior a la fragmentación del Imperio Romano los cristianos fueron libres. Sin embargo, la muerte del emperador Heraclio provocó una serie de luchas intestinas por el poder que trajo, como consecuencia, la invasión musulmana, la conquista y el entronamiento de Abú Kakr (quien mantuvo la libertad de culto de judíos y cristianos, denominados gentes del Libro, es decir, depositarios, como los árabes, de los libros de la Revelación). No obstante, este fue sucedido por Omar el Grande.  El conocido como Pacto de Omar otorgó a los cristianos libertad de culto, pero también les impuso una serie de condiciones opresivas que, en suma, los privó de esa libertad de la que habían gozado hasta entonces. 

     Muchos cristianos aceptaron las obligaciones del pacto con tal de poder seguir con sus vidas de la mejor manera posible. Otros adoptaron el islam y la lengua árabe para eludir el pago de impuestos y el resto de obligaciones del compromiso. Y otros, no soportando la humillación de las obligaciones contraídas, emigraron hacia las provincias cristianas de Occidente. El protagonista de la novela, Efrén, pertenece al primero de los grupos. Pero ansía el momento de poder recuperar la dignidad perdida por su pueblo y su familia. Hecho este que le lleva a tratar de liberar su Damasco natal del poder ismaelita. A cualquier precio.

     Tanto es así que, acompañado de familiares y conocidos, cree llegado el momento de hacer cumplir la profecía de Metodio de Patara, quien había vaticinado el fin del poder califal, y también de todos los tiempos, a manos del poder de alguien a quien nombra Constante, el rey que debía devolver la paz al mundo antes del definitivo regreso de Cristo. Curiosamente, este hecho parece sustentarse en el hecho de que el papa de la época había elegido como nombre Constantinus I. Y también de que, como Efrén, era un sirio exiliado de su país.

     A nuestro protagonista alguien le dice: Efrén de los Sarjun de Damasco y de los Flavianos de Pisidia. En ti se juntan la antigua sangre de Grecia, la savia de Roma y la pasión de Bizancio... Perteneces a la tercera generación  sometida al agravio de la dominación agarena. También yo pertenezco a esa descendencia, y aunque lo tengo todo, me falta lo principal, que es la libertad... Esta frase, unida a todo lo anterior y, sobre todo, a la ignorancia propia de la juventud y a su espíritu de aventura, lo llevarán a embarcarse en una conspiración contra el poder califal.

     Efrén pasa por una serie de vicisitudes a lo largo de su vida que lo llevarán hasta Biblos, Constantinopla y Roma. Estamos también, pues, ante una novela de ciudades, pues describe minuciosamente los ambientes de cada una de las urbes que va visitando su protagonista a través de los 61 capítulos de que consta su trama (especialmente la Damasco del califa Walid). Dichas descripciones nos presentan las similitudes, las diferencias, las especificidades y las particularidades de cada una de ellas, poniendo de manifiesto las diferencias culturales, religiosas y de carácter de todas ellas.   

     La firme creencia en que los cristianos recibieron su nombre en Siria (los Hechos de los Apóstoles dicen que los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía, que se convirtió en el centro más importante para la primera Iglesia), que Dios jamás los había abandonado pese a no responder a sus súplicas y que sus verdaderas palabras están recogidas en las Sagradas Escrituras son aspectos que están bien presentes en las páginas de esta novela. Quizás la novela más dogmática, filosófica y de fe de todas cuantas ha escrito hasta ahora el párroco extremeño.

     Los orígenes monásticos y eremíticos del cristianismo en Siria (presentes en la novela con todo lujo de detalles en el capítulo 39 de la misma, donde se describe en profundidad Ouadi Qadisha) deben de haber requerido un riguroso y duro trabajo de documentación por parte del autor. Algo que hace de En tiempos del papa sirio no solo una novela histórica y de aventuras sino también una explicación de cómo ha ido evolucionando el fanatismo musulmán hasta la actualidad (con Al Qaeda y el Estado Islámico a la cabeza) y las claves para comprender lo que está sucediendo en aquel país en nuestros días. Una novela que, como se anuncia en sus panfletos propagandísticos, es necesaria en estos tiempos que nos ha tocado vivir...