LIBROS

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jueves, 1 de diciembre de 2011

El bolígrafo de gel verde. Eloy Moreno. Espasa. 2010. Reseña

     Seguramente casi todos nosotros hemos pensado en ocasiones dejar la rutina en la que se ha convertido nuestra vida y empezar, desde cero, en otro lugar, otro ambiente, otro trabajo, sin estrés, sin agobios, sin la rigidez que nos impone un horario matemático que debemos cumplir sí o sí, perdiendo lo más preciado que tenemos: nuestro tiempo, un tiempo que debería ser sólo para nosotros y nuestros seres más queridos. Pues sobre ello nos habla Eloy Moreno en su primera novela.

     El protagonista se ha vuelto irascible, dejado, apático, callado, egoísta e incluso irresponsable debido a una vida vacía dedicada a cumplir unos encorsetados y poco felices horarios. Nota cómo, por falta de tiempo, ha ido paulatinamente dejando de hablar, de escuchar y de disfrutar junto a su mujer y su hijo, al que apenas ve al despertarse y al dormirse. La cotidianidad le empuja a una ruina física y, sobre todo, mental. Escapar es la única salida del callejón oscuro y perdido en el que se ha convertido su asquerosa vida.

     Sin embargo, no consigue decidirse a exponer sus planes a su mujer. Cada día se nota más distanciado de ella. Y a ella de él. Y esto le lleva a no saber si ella decidirá ir con él o no. Finalmente, los acontecimientos se suceden de tal forma que deberá hacer ese viaje él solo. Lo que en un principio debía ser, según sus planes, un viaje en compañía para buscar una nueva vida en común se convierte en una huída de sí mismo: un viaje de redención en el que expiar sus culpas, olvidar sus recuerdos y pensar en cómo seguir con su vida en medio de una amarga soledad.

     En las últimas semanas ha arruinado la vida de varias de las personas más cercanas, incluida la suya propia. Así que, por un lado, le apetece estar a solas consigo mismo; por otro, en cambio, desea con todas sus fuerzas que la gente le haga caso y se interese por él. Sin duda, todos hemos sentido esa sensación en algún momento de nuestras vidas. Y esa familiaridad es la que hace que nos enganchemos tan fuertemente a esta novela. Es una historia sufrida y compartida por millones de personas sobre la faz de la tierra: estar rodeados de multitud de gente y, sin embargo, tan solos.

     El viaje al Parque Nacional de Aigüetortes y al lago San Mauricio conseguirá redimir al protagonista y nos hará ver, a los lectores, que la vida da muchas vueltas y que, a lo largo de ella, aparecemos en la vida de las personas, y ellas en la nuestra, pudiéndola cambiar para siempre incluso sin darnos cuenta de ello. Viejas amistades abandonadas se pueden volver a retomar, lo mismo que las relaciones personales. No obstante, hay otras personas que sólo forman parte de nuestras vidas escasos días, horas e incluso minutos, permaneciendo en nuestra memoria para siempre.

     "El bolígrafo de gel verde" nos enseña mucho sobre la vida de las personas. Quizás la más importante de todas las enseñanzas sea que debemos regalar nuestro tiempo a nuestras personas más queridas y, ante todo, jamás perder la comunicación con ellas para evitar el alejamiento, los malos pensamientos, los celos y el dar por sentadas cosas en las que puede que nos equivoquemos muy gravemente. 

     Eloy Moreno escribió la novela y, ante las negativas editoriales, decidió autoeditársela y venderla él mismo a la puertas de librerías y grandes almacenes. El boca a boca y la ayuda de familiares, amigos, conocidos y lectores enamorados de su obra hicieron posible que hace unos meses la editorial Espasa decidiera publicarla a gran escala, llegando así a convertirse en una de las sensaciones del año. Su autor, además de excelente escritor ha resultado ser, también, un gran comercial. Y en esta novela no sólo nos vende una historia sino algo mucho más importante: una filosofía de vida y, sobre todo, la constancia de que nada es imposible si de verdad crees en ello. Sin duda, una novela altamente recomendable...