viernes, 20 de junio de 2025

Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes. Pablo Iglesias. Navona Editorial. 2022. Reseña

 




    Apenas nueve meses después de dejar la primera línea de la política Pablo Iglesias publicó en forma de libro una compilación de una serie de entrevistas realizadas por Aitor Rivero (eldiario.es), periodista que siguió a Podemos desde sus inicios y, por tanto, uno de los que más sabe sobre la formación morada. Rivero solo tuvo que tirar de la lengua de Iglesias para conseguir revivir los recuerdos del ex vicepresidente segundo y ministro del gobierno de España. Lo último que me apetecía era escribir un libro de memorias, reconoce en el mismo prólogo. Sin embargo, Ernest Folch, periodista y presidente de la Asociación de Editores en Lengua Catalana, y Jaume Roures, productor de cine y antiguo accionista de LaSexta y coeditor del diario Público, lo convencieron de que el acoso que había vivido desde que entré al gobierno había que contarlo. Tras hablar con los también periodistas Andrés Gil (eldiario.es) y Pedro Vallín (La Vanguardia), decidieron que Aitor Rivero era el encargado idóneo para realizar y editar lo más destacado de las entrevistas. 

    Los tres primeros de los seis capítulos que conforman el libro están dedicados a la persecución mediática-jurídica-policial sufrida tanto por él como por los demás miembros del partido político que creo en 2014. Bajo los títulos El acoso, La cacería y Dina, hacen referencia a muchos de los bulos, falsas noticias y falsos casos judiciales que se fueron abriendo y vertiendo sobre Podemos a lo largo de los años. Casos todos ellos archivados que, aunque quedaron en nada judicialmente, cumplieron con su objetivo real: debilitar a un partido que llegó a encabezar las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones generales. Una manera vil y rastrera de subvertir el orden democrático de un país que todavía está bastante lejos de ser democrático. A no ser que uno entienda por democracia el simple y sencillo hecho de ir a votar cada cuatro años. Está claro que para una parte muy importante de los ciudadanos mundiales la democracia consiste en muchísimo más que eso.

    No cabe duda de que la persecución hacia Podemos se intensificó sobremanera desde que se conformó el primer gobierno español de coalición desde la Segunda República, en enero de 2020. Afirma Iglesias que la romería a Galapagar, originariamente promovida por Carlos Herrera y secundada por hordas de la extrema derecha, es una hecho insólito que jamás habría ocurrido a miembros del gobierno del PSOE o del PP. Sin duda, algo tan grave no se habría permitido en ningún país democrático. Afirma que en más de una ocasión tanto él como su mujer, Irene Montero, pensaron en dimitir de todos sus cargos y dejar la política. Algo que habría sido ceder ante las presiones y las malas artes. A veces, detrás de las grandes decisiones, no hay cálculos complejos ni análisis brillantes. A veces, simplemente, hay un nudo en la garganta, asegura. Este libro va de eso: mi vulnerabilidad, mis amores y mis odios, mis enfados y mis bromas.

    A nivel personal y familiar, los tres primeros capítulos, junto al cuarto, La decisión, son los más interesantes. A nivel político, por contra, los que más relevancia alcanzan son los dos últimos: La pandemia y El legado. La decisión es el capítulo que mejor combina ambos aspectos, la política y la familia. La decisión a la que hace referencia es a la de abandonar la primera línea política. Algo que, asegura, ya había estado a punto de hacer en varias ocasiones: tras las europeas de 2014 -no le dejaron hacerlo sus propios compañeros-, antes del Congreso de Vistalegre 2 -finalmente se echó atrás debido a la postura tomada por Errejón-, en el verano de 2019 -cuando Sánchez dijo que el principal problema para llegar a un acuerdo para un gobierno de coalición era un Iglesias que dio un paso al lado para que lo sustituyera Irene Montero, aunque al final Sánchez prefirió tratar de formar gobierno con Ciudadanos (Albert Rivera)-, en enero de 2020 -estaba de nuevo preparado para dejarlo pero los propios militantes del PSOE gritaron aquello de Con Iglesias sí- y con el adelanto electoral en Madrid en mayo de 2021.

    A lo largo del libro se contraponen los temas familiares -la incredulidad, la angustia, el temor, el sentimiento de soledad, desamparo e indefensión ante el acoso recibido a las puertas de su propia casa, la desesperación al comprobar la injusticia y la total impunidad por parte de los agresores y las dudas acerca de si vivir todo aquello realmente les valía la pena- y los políticos -la responsabilidad que tenían ante sus compañeros, sus militantes y sus votantes, las complejas negociaciones internas y externas de cara a conseguir un acuerdo de gobierno de coalición con el PSOE, los errores cometidos, los cálculos políticos fallidos, los éxitos electorales, los logros políticos alcanzados durante ese gobierno de coalición y la elección de un sucesor o una sucesora para Podemos-. En este sentido, Verdades a la cara. Recuerdos de los años salvajes es una auténtica y apasionada montaña rusa de sentimientos, pensamientos, dudas, certezas, satisfacciones, decepciones, alegrías, tristezas y miedos. 

    El capítulo titulado La pandemia es bastante esclarecedor. El relato de Iglesias muestra cómo Podemos pareció estar siempre más preparado y/o interesado que el PSOE respecto al Covid-19. Así, cuando el PSOE no mostraba mayor interés por lo que estaba sucediendo, Podemos pidió en el Consejo de Ministros la formación de un equipo situacional que buscara anticipar respuestas ante las distintas situaciones que se podían presentar. Algo que fue denegado por el ala socialista del gobierno (que era mayoritaria). Podemos pidió la declaración del Estado de Alarma varios días antes de que Sánchez lo decretara finalmente. En definitiva, Podemos se mostró proactivo. Y el PSOE, reactivo. Los ataques hacia el gobierno por parte de la oposición forman parte importante del capítulo, así como las falsas y burdas acusaciones vertidas por Ayuso hacia Iglesias en referencia a las competencias de las residencias madrileñas. Tema que, me temo, quedará en el olvido. Y por el que la verdadera culpable de todo lo sucedido se irá de rositas

    El legado es el título del capítulo final del libro. Hace referencia a los éxitos políticos conseguidos por Podemos. A saber: el Ingreso Mínimo Vital (que no fue más amplio debido a las reticencias del PSOE), la subida del salario mínimo, la Ley de Eutanasia o La Ley Trans. Asimismo, Iglesias se enorgullece de haber formado parte del grupo de políticos que echó del gobierno a M. Rajoy, de conseguir formar ese gobierno de coalición y de haber podido conformar un nuevo bloque histórico, conformado por PSOE, Unidas Podemos, ERC, EH Bildu y BNG. Además, pone en valor la independencia de su partido respecto a los bancos, a los que no debe un solo euro, ya que Podemos se financia a base de donaciones legales y microcréditos. Y afirma sentirse especialmente satisfecho de haber ayudado a conseguir que una buena parte de los ciudadanos españoles pongan en duda aquello que aparece en los medios. Unos medios que no sirven a los ciudadanos sino a sus dueños.

    Verdades a la cara. Relatos de los años salvajes nos muestra a un Iglesias más humano y familiar. Alguien que durante unos años se preguntó: ¿Por qué me he metido en esto? Si yo antes era súper feliz. Yo ganaba más pasta antes de meterme en Podemos que después. Ganaba dinero, iba en moto, salía por la noche, me tomaba unas cervezas cuando quería y era un tío súper feliz. Alguien que aunque no lo parezca, soy una persona súper tímida y que la gente me tocara por la calle o las señoras me pararan para darme besos no me gustaba. Era una enorme putada. Alguien que, después de haber vivido esos años salvajes, el día después de las elecciones de Madrid y de su dimisión final, estuve leyendo por la mañana. Sentía una enorme felicidad porque, aunque le he puesto toda mi pasión a mi trabajo como secretario general de Podemos, no era lo que yo quería. No es lo que a mí me motiva en la vida. Ahora sí hago lo que me gusta. Ponerme a escribir sobre una cosa que me estimule, preparar cada programa de La Base. Que haya gente que te lea y te escuche. Y que, encima, me paguen por eso. ¡Ahora sí que soy un privilegiado! Alguien que, por fin, afirma que ahora sí puedo decir que me encanta mi vida. A mí lo que me encanta es escribir, comunicar, hacer un poco el gamberro, estudiar y dar mis clases. Ahora hago lo que me gusta hacer, con un nivel de reconocimiento mucho más manejable en lo humano que la locura de ser un líder político. Ahora estoy feliz. Y, simplemente, he vuelto a hacer lo mismo que hacía antes.