LIBROS

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lunes, 14 de abril de 2014

El mundo de Sofía. Jostein Gaarder. Siruela. 1991. Reseña





     Jostein Gaarder es un escritor (y antiguo profesor de Filosofía y de Historia de las Ideas durante once años en la ciudad de Bergen) nacido y residente en Noruega. Ganador de varios premios de literatura juvenil, se encumbró a nivel mundial con El mundo de Sofía. Tras la lectura de esta obra he llegado a la conclusión de que las aulas perdieron a un gran docente pero la literatura ha ganado un gran escritor.

     Pocas veces escribir una reseña literaria cuesta tanto como en este caso. Terminé de leer esta novela y me pregunté qué escribiría sobre ella. Dos mil quinientos años de historia de la filosofía condensados en apenas seiscientas páginas, un cuento dentro de otro cuento, misterio, intriga y reflexión, mucha reflexión. A priori parece demasiado contenido para tan pocas páginas. Hay que leerla para entender cómo Gaarder lo hizo posible hace ya más de veinte años.

     ¿Quién eres? ¿Cuál es el origen del mundo? Estas dos preguntas son el punto de arranque de un apasionante viaje por la historia de la filosofía occidental (con puntuales inclusiones en la oriental), desde la Grecia clásica hasta el siglo XX. Alberto Knox, un enigmático profesor de filosofía, es el autor de las preguntas. La destinataria es Sofia Amundsen, una jovencita que está a punto de cumplir los quince años. La relación entre ambos crecerá de forma paralela al discurrir del viaje. 

     Varios aspectos me han llamado la atención a lo largo de la lectura de la obra. Trataré de explicarme. La primera es el rigor con el que se tratan los distintos temas y pensadores de cada época y, sobre todo, las explicaciones y los múltiples ejemplos y reflexiones que aparecen en cada página. A partir de preguntas iniciales que nos sitúan al principio del camino a recorrer posteriormente, Alberto Knox nos ilustra de forma magistral sobre los aspectos necesarios para seguir recorriendo el camino emprendido. No siempre se dan respuestas a las preguntas pero, como bien dice el profesor, lo importante es saber hacerse preguntas.

     Me ha entusiasmado el paralelismo que establece Gaarder entre los filósofos y los niños: ambos tienen en común la capacidad de asombrarse e interrogarse sobre los enigmas de la vida y del mundo. Visión que comparto en su totalidad. De la misma manera que también entiendo perfectamente lo que se dice de esta novela, es decir, que enseñó a pensar a toda una generación. Cualquier pedagogo también lo haría. ¿Por qué no se utiliza este libro - o como mínimo fragmentos del mismo - en las aulas de secundaria? En mi opinión, debería ser de lectura obligatoria. 

     La lectura es a la par instructiva y amena en la primera parte. No obstante, justo a mitad de la historia la trama da un vuelco y todo se confunde, de manera que no sabemos lo que es realidad y lo que es ficción. E incluso, cada parte de ella parece ser realidad y ficción a la vez. Como he escrito al inicio, encontramos dos cuentos paralelos pero que a la vez se encuentran en determinados momentos. Como es de esperar, la existencia o no de Dios es uno de los temas abordados. Y más de un personaje se erige en el Dios particular de la misma. El misterio y la intriga se amplifican de tal manera que nos atan a las páginas del libro. ¡Como si de un buen thriller se tratara!

     Otro aspecto que no puedo dejar pasar por alto es el que hace referencia a cómo ha avanzado la filosofía a lo largo de la historia. Los distintos puntos previos de cada época sirven de inicio a la siguiente. Y la aceptación o crítica del pensamiento de los viejos filósofos componen una diversidad de opiniones y planteamientos tan variados y ricos que llegan incluso al extremo de recuperar antiguos supuestos y a fundirlos con otros más modernos que parecían a años luz de los anteriores. No en pocas ocasiones, lo simple se convierte en complejo y la realidad, que parecía tan cercana, parece huir a la carrera ante nuestros ojos. Y es que resulta tan fácil hoy en día echar por tierra los supuestos de pensadores de hace varios siglos. Nos cuesta tanto entender que sus pensamientos no se pueden disociar de las sociedades a las que pertenecieron... 

      Y lo más fascinante de todo es cómo la historia de la filosofía y las historias de Sofía y Alberto y de Hilde y Albert (los otros grandes protagonistas de El mundo de Sofía) se mezclan para componer una auténtica simbiosis en la que, además, nada es lo que parece y depende de con qué ojos se mire. Si ya me parece un enorme trabajo resumir dos mil quinientos años de la historia de la filosofía occidental, ¿qué decir del telar compuesto por el autor en torno a las diferentes - pero conectadas entre sí - historias que componen la novela? ¡De cerebro privilegiado, vamos!
     
     El objetivo de Jostein Gaarder de acercar la filosofía a los jóvenes a través de una novela se ha cumplido con creces. Pero es que esta obra ha sobrepasado los mismos principios que la fundamentaron. Sin duda, estamos ante una obra maestra. Sobre todo para el público adulto. Debería leerla todo el mundo. La vida no se entiende sin la filosofía. Incluso quienes opinan que es un rollo se han hecho infinidad de veces las mismas preguntas que aparecen en este libro. Lo único que necesitamos es acercarnos al extremo de los finos pelillos (de la piel del conejo blanco) para mirar a los ojos del gran prestidigitador (que lo ha sacado del sombrero de copa) para desvelar su gran misterio...