LIBROS

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martes, 28 de mayo de 2013

Holocausto Manhattan. Bruno Nievas. Ediciones B. 2013. Reseña





     Este mes de mayo ha visto la luz la segunda novela de Bruno Nievas, el escritor almeriense que revolucionó el mundo digital con su primera obra, "Realidad Aumentada", también reseñada en este blog el año pasado. He de confesar que esperaba esta nueva entrega con ganas. Su debut me pareció digno de un escritor a seguir. Con "Holocausto Manhattan" me ha terminado de convencer. Os explico el por qué de este convencimiento.
 
     Nos encontramos ante una novela de intriga y suspense que, como tal, debe mantener al lector en tensión permanente mediante continuos giros inesperados, un ritmo vertiginoso, gran crudeza en narraciones y descripciones y pequeñas dosis de información que dejen más datos para más tarde. Todos los requisitos anteriores están magníficamente conseguidos en esta trama.
 
     Si a todo ello unimos el hecho de que las distintas líneas temporales están muy bien enlazadas, que las escenas principales se nos muestran desde diferentes perspectivas ya que cada personaje nos las "describe" desde su propia perspectiva y que los personajes (algo estereotipados, eso sí, siendo éste aspecto el único pero a la novela) están retratados al milímetro, podemos afirmar que estamos ante una trama perfectamente urdida por el autor.
 
     El cuadro se completa con una extraordinaria documentación, tanto histórica como científica, lo cual contribuye, por una parte, a ambientar perfectamente los escenarios en que se desarrollan los capítulos y, por otra, a cumplir con otro de los propósitos de la literatura: entretener y, además, enseñar. En efecto, con Bruno Nievas se aprende de historia (Auschwitz) y de ciencia (ondas binaurales y realidad aumentada), lo cual otorga un valor añadido a sus obras, algo nada desdeñable en los tiempos que corren.
 
     Como el propio autor reconoce en sus notas finales la novela trata muchos puntos reales, más de los que el lector pueda intuir al desgranar sus páginas. Algo estremecedor, sin duda. En efecto, existió Auschwitz, existe el terrorismo internacional y existen las ondas binaurales, quizás las drogas del futuro (¿y también del presente?). Y en este punto he de aludir a la otra finalidad de la escritura: hacer pensar y reflexionar a quien nos lee. Aspecto este que también encontramos en este libro.
 
     Mediante un estilo diferente, propio, fresco y desenfadado, común en quien disfruta escribiendo, Bruno nos presenta, sin tapujos, lo mejor y lo peor de la especie humana, el bien y el mal, lo conocido y lo desconocido (y explicando su por qué). Con una prosa adictiva (como las referidas ondas binaurales) nos muestra, además, el poder creciente de las redes sociales en nuestra sociedad y cómo bien usadas éstas pueden ser formidables. Y también poderosamente destructivas en caso contrario. Como la ciencia misma, vamos. 
 
     Antes de finalizar la reseña debería escribir unas líneas sobre la sinopsis de la novela. En este caso, sin embargo, para no adelantar nada sobre su inquietante contenido, veo más propio copiar textualmente la que aparece en la contraportada del libro en su versión en papel:
 
"Septiembre de 2010. Mike Brenner imparte una clase en la universidad sobre ondas binaurales, un tema que le preocupa por las graves adicciones que generan y que nadie parece estar detectando. Poco antes, una camioneta de reparto está a punto de caer al río Hudson. Su conductor logra evitar el accidente, salvando así de una muerte segura a su familia, rehenes de unos tipos que quieren asegurarse de que cumple con su misión: transportar una bomba atómica al centro de Manhattan".
 
"Febrero de 1944. Leon Yeser, un adolescente judío, es separado de su madre y de su hermana pequeña nada más bajar de uno de los «trenes de la muerte». Al intentar ayudarlas es brutalmente golpeado por un soldado nazi, al que mira fijamente a los ojos. Entonces, algo sucede. Poco después el nazi, tembloroso, llama a la puerta del bloque 10 para pedirle ayuda a la única persona que puede entender lo que acaba de sucederle: el doctor Josef Mengele".
 
"Un thriller de acción trepidante y ritmo vertiginoso, que te dejará sin aliento por la agilidad de su trama y las impresionantes revelaciones que contiene".       
 
     Bruno nos regaló "Realidad Aumentada" tras varios rechazos editoriales. Muchos fuimos quienes nos la descargamos gratis desde su propia web. Ahora, teniendo sus dos obras publicadas en papel, no se olvida del mundo digital. Es más, lucha por conseguir precios bajos en los libros digitales. Así, ha logrado que "Holocausto Manhattan" esté disponible en Amazon por menos de 3 euros, algo muy de agradecer, sobre todo, en estos tiempos convulsos. Una razón más para descargarlo de forma legal. Os aseguro que vale la pena.

martes, 14 de mayo de 2013

Gandia Bàsquet 2012-13: presente y futuro de un club en apuros





     Este fin de semana ha finalizado la liga en el grupo B de la EBA 2012-13. Y lo ha hecho con el Gandia Bàsquet en una décima posición que deja a propios y extraños bastante cariacontecidos. Se ha salvado la categoría, cierto, pero muchos esperábamos mucho más de un equipo que debería haber luchado por metas bien diferentes. Los de La Safor, con 12 victorias y 16 derrotas, han terminado a 3 partidos del descenso directo y a 6 de los play-offs de ascenso.
 
     Tras el descenso de la temporada pasada la directiva, previa asamblea de socios, acordó junto a éstos no aceptar la invitación recibida por parte de la FEB para salir de nuevo en LEB Plata. La situación económica demandó entonces poner los pies en el suelo y no asumir riesgos innecesarios y difíciles de cumplir en los tiempos de crisis que vivimos en la ciudad y en todo el Estado español. Algo que aplaudo desde estas líneas. ¿Qué es lo que ha fallado pues para que un club de notable fama en el basket nacional haya naufragado en este curso baloncestístico, tirando por tierra buena parte del renombre alcanzado en épocas no tan lejanas?
 
     Comencemos por los objetivos y las aspiraciones. La directiva, poco contenta con ciertas actitudes del entrenador Víctor Rubio, y consciente a la vez del merecido buen cartel de éste en la ciudad, le ofreció un proyecto deportivo falto de ambiciones y de objetivos motivadores, amén de reducir su nómina al cincuenta por ciento, nada más y nada menos. Conociendo a Víctor, ganador nato, estaba claro que no la aceptaría, sobre todo por la parte deportiva. Problema resuelto.
 
     Roberto Hernández fue el elegido para capitanear la nave morada tras "deshacerse" de Rubio. El objetivo: mantener la categoría EBA. El técnico duró cinco jornadas (consiguiendo una victoria y cosechando cuatro derrotas). Atraído por una oferta deportiva del baloncesto femenino húngaro decidió marcharse, como habría hecho cualquier hijo de vecino en su situación. El club debió moverse rápido para buscarle un recambio. Y llegó Quique Roig, proveniente del Godella, equipo situado a la cola de la tabla en Primera División Nacional.
 
     Continuemos con la plantilla. Para mi gusto, bastante descompensada. Aunque no soy entrenador (¡Dios me libre!). El quinteto titular, ciertamente, uno de los mejores de la liga. El juego interior muy potente pero sin recambios de garantías. Guille Gitterer (15 puntos, 9 rebotes y 17 de valoración de media en los 21 partidos que disputó antes de ser invitado a marcharse tras ser ofrecido a algunos equipos valencianos, alguno de los cuales ha contado con la presencia de otros exgandienses...) y Chemari Morales (10 puntos, 7 rebotes y 13 de valoración de media en los 28 encuentros disputados) han sido los mejores del equipo con diferencia. En cambio, el juego exterior, mucho más nutrido en cuanto a efectivos, ha carecido de un referente claro en ataque, algo que se intentó subsanar con el fichaje de Griffin Reilly, el cual podría haber aportado más que esos 14 puntos, 6 rebotes y 9 de valoración de media en sus 24 partidos (eso sí, con porcentajes de tiro bastante mediocres en muchos de ellos).
 
     ¿El resto? Salvo la explosión del canterano Carlos Gil, la sorpresa positiva del año, muy poco más. La falta de continuidad de Antonio Segovia (sólo ha podido disputar 18 encuentros debido a sus problemas físicos), la irregularidad e intermitencia de los bases Álex Camarena y Carlos Alagarda, el bajón de Piti Catalá en ataque, la escasa o nula presencia en cancha de Alberto Triguero, Carles Mañó o Vicente Úbeda, la garra pero escasa calidad de Manu Campi y la notable falta de confianza de los técnicos en Vicente Santamatilde (un hombre que debería haber sido más importante en este equipo) han contribuido al naufragio de un barco que contaba con un quinteto potente pero carecía de recambios de garantías. 
 
     Resultado de todo ello: esta temporada el Gandia Bàsquet ha sido el tercer peor anotador de la competición (1954 puntos, 69,8 de media por encuentro), sólo por detrás del Santa Cruz de La Palma y del San Isidro, y el cuarto peor defensor (2117 puntos, 75,6 de media por encuentro), sólo por delante de Albacete, Universidad Politécnica de Valencia y Santa Cruz de La Palma. El equipo ha competido razonablemente bien en casa, donde ha conseguido 8 victorias y 6 derrotas. Sin embargo, como visitante, el balance ha sido de 4-10, perdiendo por una media de 18,4 puntos de diferencia. De esos diez encuentros perdidos no se pudo ni competir en cinco de ellos (derrotas apabullantes en Azuqueca (por 24 puntos), Rivas (25), Santa Cruz (29), Quintanar (30) y Alcobendas (35)), dando una imagen lamentable.
 
     Sí, ya sé: las estadísticas son frías y no siempre sirven para explicar ciertos aspectos. Pero a veces sí. Las cuatro victorias como visitantes fueron en Santa Cruz de La Palma (ante el colista de la competición, un equipo que se fue desintegrando a lo largo de la liga y que al final disputaba sus encuentros con sólo 6 o 7 efectivos, algunos de ellos demasiado jóvenes), Albacete, Murcia y Valencia (curiosamente, las pistas más cercanas a Gandia geográficamente hablando). ¿Casualidad? Me temo que no.
 
     Los viajes del equipo a lo largo de la liga han sido, como en temporadas anteriores, dignos del más ilustre representante del esperpento, don Ramón María del Valle-Inclán: noches sin dormir esperando enlaces en aeropuertos, interminables viajes en bus para llegar a los pabellones con una hora de antelación a la disputa de los encuentros, jugadores comiendo de tuppers que traían de sus respectivas casas, etc. Difícil dar la cara después en la cancha, ¿verdad? 
 
     Dada la situación económica que vive el club, con una fuerte deuda acumulada de temporadas anteriores (buena parte de la cual es justo reconocer ha sido amortizada por la actual directiva entre las temporadas pasada y actual) y a la espera de un par de resoluciones judiciales que, en caso de ser contrarias al club, podrían suponer el adiós de la entidad al baloncesto, se impone reflexionar sobre el futuro inmediato: la temporada 2013-14.
 
     Creo firmemente que el hecho de ir amortizando la deuda acumulada, pese a ser muy importante para cualquier club, no compensa si es a costa de construir un equipo que no dé la talla en la competición. Personalmente, prefiero un equipo potente en Primera Nacional, que recupere tanto el prestigio perdido como la comunión con la grada (también seriamente dañada este último año), que una repetición de la EBA de este año. Una EBA bastante más floja que en años anteriores, todo hay que decirlo. Urge, por tanto, la convocatoria de una nueva asamblea para tratar todas estas cuestiones y planificar bien la próxima campaña, sea en la categoría que sea.
 
     

lunes, 13 de mayo de 2013

La sonrisa etrusca. José Luis Sampedro. 1985. Reseña





     En 1985, con 68 años de edad, José Luis Sampedro, economista, humanista y escritor español, escribió y publicó "La sonrisa etrusca", una novela tierna, conmovedora y muy reflexiva que narra los últimos meses de vida de Salvatore Roncone, un viejo cascarrabias calabrés realmente cabezota y apegado a su pueblo natal, Roccasera. Uno de sus hijos, Renato, casado y afincado en Milán, lo traslada a su casa para que sea tratado del cáncer terminal que padece.
 
     Acostumbrado a su pueblo sureño, el anciano no asimila nada bien la idea de trasladarse a la gran ciudad. No se acostumbra a su tan diferente funcionamiento, a sus gentes y a la forma de vida en general. Su agrio carácter y su tozudez le llevan a no relacionarse como debiera con las personas que lo rodean (su hijo Renato y su esposa Andrea). Sin embargo, a sus sólo trece meses, su nieto Brunettino enternecerá el corazón de su abuelo desde el primer momento.
 
     Antiguo partisano y defensor de las libertades ante los ocupantes germanos, Salvatore tratará de educar a su manera a su nieto. Pese a su enfermedad, la cual él conoce en todo momento, siendo perfectamente consciente de que le quedan pocos meses de vida, posee una vitalidad tal que le permite seguir amando a la vida y agarrarse a ella con la finalidad de ayudar a su nieto a crecer, acompañándole durante el mayor lapso de tiempo que le sea posible. Sus dos grandes ambiciones en lo que le queda de vida son ésta y poder sobrevivir a la muerte de su gran enemigo en Roccasera, el maldito villano (según él) Cantanotte.
 
     A pesar de sus reticencias a todo lo que le rodea en la gran ciudad irá conociendo a personas que harán su existencia algo más tranquila y sosegada de lo esperado. Su amor por Brunettino conseguirá que su genio se vaya domesticando de forma paulatina, a la vez que sus lagunas de memoria le pondrán en situaciones a veces un tanto disparatadas. En su cerebro, la realidad actual y sus recuerdos de juventud se mezclarán de una manera que provocará el desconcierto en sí mismo y en aquellos que le rodean.
 
     A lo largo de la acción de la novela Roncone asistirá, perplejo, a la modificación de muchos de los estereotipos sociales y hasta sexuales que hasta entonces pensaba inamovibles. Y, en mi opinión, esa parte es lo mejor del libro: cuidar a su nieto no es ya cuestión de mujeres, sino que él llega a considerarse (y, de hecho, así acabará siendo) el gran bastión en el que se sostiene el pequeño Brunettino; y descubrirá que a las mujeres no basta sólo con amarlas en el sentido sexual del término, sino que, además, también se las ha de querer y comprender fuera de la cama.
 
     Hortensia, una viuda a la que conocerá de forma totalmente casual tras un pequeño incidente, la cual vive cerca de la casa de su hijo y su nuera, le enseñará lo que es el verdadero amor, contribuyendo a dar las pinceladas necesarias para terminar de componer un cuadro repleto de ternura y sentimientos conmovedores. En él, estilísticamente hablando, brillará la gran (y sin embargo sencilla y directa) narrativa del genial José Luis Sampedro. 
 
     Los recuerdos de su infancia en Roccasera, de su época de combatiente partisano, de sus amores con varias y variadas mujeres, y su realidad actual en Milán se entremezclan en la narración de una historia que se hace muy agradable de leer en la mayoría de capítulos y escenas. Sin duda, todo ello contribuye a que se lea de forma rápida y atractiva. Sobre todo cuando la acción de se centra en sus relaciones con Brunettino y Hortensia.
 
     He de confesar que es la primera obra literaria de Sampedro que leo, cumpliéndose aquello de que a uno le suelen conocer más cuando muere que cuando está aún con vida. Conocía su enorme labor economicista, humanista y de agitador (pacífico) de conciencias sociales. No obstante, jamás me había decidido a leer ninguna de sus novelas. No será la última, espero. "La sonrisa etrusca" es una obra original que destila corazón, ternura y reflexión en cada una de sus páginas. Un libro que no dudo en recomendar a todo aquel que lea esta reseña.
 

martes, 7 de mayo de 2013

Rod Stewart. Time. 2013. Los viejos rockeros nunca mueren





     Tras 12 años de discos de versiones de grandes temas de la historia del rock, del soul y hasta de canciones navideñas, Rod Stewart lanza hoy, 7 de mayo de 2013, un disco con canciones suyas nuevas. El primero desde 2001 ("Human"). Mucho ha llovido desde entonces. En las próximas líneas pretendo contaros cómo nos encontramos ante una prueba más de que "los viejos rockeros nunca mueren". 
 
     Compuesto y producido por el propio Stewart, "Time" recoge 12 temas (más 3 bonus tracks) y tiene una duración total de 61 minutos. Capitol Records se encarga de su distribución a nivel mundial. Se grabó entre fines de 2011 y comienzos de 2013, tiempo que demuestra que ha sido un trabajo realizado a conciencia.
 
     Su antiguo colaborador Jim Cregan está detrás de un disco que comenzó a gestarse a finales de 2011, cuando retó a Stewart a componer algún tema nuevo después de 10 años. El artista se mostró reacio al principio pero acabó aceptando un reto de cuyo resultado final hoy nos congratulamos (y disfrutamos) todos. El propio cantante ha afirmado recientemente que: "De repente se apilaban en mi cabeza ideas para letras. Lo siguiente en ocurrir fue que tenía un tema llamado 'It's Over' sobre el divorcio y la separación. Me levantaba a medianoche buscando un bolígrafo para plasmar las ideas; algo que nunca me había pasado. Terminé siete u ocho canciones y todavía quedaban más. Suficientes para un disco completo. Algo totalmente insólito en mí".
 
     La revista Billboard habla así del nuevo disco: “Rod Stewart triunfa de nuevo. Una cuidada producción que goza de abundantes temas up-tempo y un núcleo sonoro donde predominan las guitarras. Su inimitable y cálida voz suena con más fuerza que nunca”. Algo que, tras una decena de escuchas, puedo confirmar a través de este escrito. A sus 68 años de edad ha conseguido un trabajo redondo que recuerda a sus mejores trabajos (sin duda, en los 80´s).
 
     Se da la circunstancia de que artista y compañía han elegido dos singles de presentación distintos en EE.UU. y Europa. En el viejo continente el tema que comenzó a sonar primero fue "It´s over". En Norteamérica, sin embargo, arrasó "She makes me happy". Junto a "Can´t stop me now" son los tres temas más característicos del trabajo. Dado que son 15 las canciones que conforman "Time" es imposible hablar de cada una de ellas en este artículo. Me centraré, pues, en las que más han llamado mi atención. Si se escuchan todas con atención, con los ojos cerrados, parece que estés repasando viejos discos de los ochenta, como si el tiempo se hubiera detenido hace tres décadas. 
 
     Que Sir Roderick David Stewart es capaz de componer las más emotivas canciones de amor es de sobra conocido. En este disco se constata nuevamente, por ejemplo en las que abren y cierran "Time": "She makes me happy", "Pure love" y "Love has no pride" (bonus track). En la primera, el compositor afirma que: "ella me hace feliz y voy a gritar... nunca pensé que pudiera establecerse pero conocí a una mujer que ha cambiado mi mundo... yo quiero bailar... me dan ganas de cantar, cantar, cantar". ¡Y vaya si lo hace! En la segunda, susurra que: "te he amado desde el minuto en que naciste... muchas veces nos hemos reído y llorado... veo que ahora llenas mi corazón de orgullo... el amor puede doler pero vale la pena el riesgo... voy a estar a tu lado... siempre serás una parte de mí". En la última, una típica balada del rubio londinense, se traga su orgullo y canta: "el amor no tiene orgullo cuando grito tu nombre... el amor no tiene orgullo cuando no hay nadie a quien culpar... y yo daría cualquier cosa por verte de nuevo... pero si quieres que te ruegue me pondré de rodillas... pidiéndote que vuelvas y rogándote que vuelvas".
 
     En "It´s over" el protagonista de la canción se lamenta ante su expareja de que sus planes de vida en común hayan fracasado y le pide conversación y no olvidar que está en juego el futuro de sus hijos, los cuales no deben sufrir. Un tema que, de haberse escrito un año antes, podría perfectamente haber formado parte de la banda sonora de "Almas Suspendidas". Ya sabéis por qué. En "Can´t stop me now" canta y agradece: "nacido para divagar... nacido para cantar... mujer en particular... siento que mi corazón va a llorar... y si tengo mi canción... gracias por la fe, la paciencia, la mano ayudante, el amor, la orientación y la charla y el orgullo". 
 
     Que Rod es un hombre al que le va el sexo también es harto conocido. Y la canción de "Time" que más va en esta honda es, sin duda, "Sexual religion", en la cual confiesa a una mujer que: "díme cómo haces lo que me haces... una y otra vez... hipnotizado por tu religión sexual... y no siento ninguna vergüenza... soy un desastre indefenso en el templo del amor... un esclavo del placer y del dolor... no puedo dormir ni comer pero voy a estar bien".

     Por todo lo anteriormente reseñado, "Time" es un discazo muy en la línea ochentera de un Rod Stewart por quien parecen no pasar los años. Un trabajo muy bailable, juntos o por separado, con letras más o menos alegres y "picantes" que harán las delicias de sus incondicionales (y también de quienes simplemente deseen recordar lo vivido hace ya una treintena de años). En definitiva, un nuevo CD que, desde aquí, recomiendo a todo el mundo. Sin duda. Porque "los viejos rockeros nunca mueren...".


     

                

jueves, 2 de mayo de 2013

El final de todos los inviernos. David Arrabal Carrión. 2012. Reseña




 
     David Arrabal Carrión, un catalán de origen andaluz residente en Andorra desde hace una década, es una de esas sorpresas que de vez en cuando uno se lleva en el mundo literario. Y digo esto porque su primera novela, la cual os presento aquí, ha logrado mantenerme en vilo hasta el final. Y eso, escrito por alguien como yo, a quien la novela fantástica no le atrae nada, ya es mucho. Os preguntaréis entonces cómo decidí leer "El final de todos los inviernos". Pues muy fácil: David es compañero de editorial, un chico cercano y atento, organizó el stand de (In) Dependientes de ti en Sant Jordi y nos intercambiamos nuestros libros.
 
     Estamos ante una novela muy bien documentada, estructurada y narrada que plantea un desafío ideológico de primer orden. En ella, Dios y Lucifer intercambian sus papeles. Lucifer no es que sea bueno, no, pero Dios aparece como un tirano que engaña y utiliza a su antojo a los ángeles para imponer su Ley tanto en el Cielo como en la Tierra. En definitiva, David ha creado una trama muy atractiva.
 
     Araziel, el protagonista, es un ángel de la guarda que comete el mayor pecado posible: enamorarse de Batshemesh, la chica a la cual debe proteger. Por ello, ambos son castigados por Dios. Él se convierte en un ángel caído que debe vagar por el Infierno. Ella será sometida a continuas reencarnaciones hasta el fin de los tiempos, con la particularidad de que en cada una de sus vidas ha de ser más y más desgraciada.
 
     Encontramos en el desarrollo de la trama dos historias paralelas: la de Araziel, que decide escapar del Infierno para buscar a su amada y quedarse con ella para siempre, y la de Irene, la chica en quien a día de hoy está reencarnada Batshemesh. Sin embargo, llegar hasta ella no será nada sencillo. Uriel, uno de los cuatro arcángeles, es su nuevo ángel, un ángel terrible que cumple el Mandato Divino de hacer de ella una auténtica desgraciada.
 
     Los que un día fueron hermanos de Araziel pretenden ahora devolverlo al Abismo, mientras que su antiguo enemigo, Lucifer, quien liberó a los Hombres y fue también cruelmente castigado por ello, se convertirá en una pieza clave en sus planes. Ángeles, demonios y humanos conviven en el Universo creado como escenario de la novela.
 
     "El final de todos los inviernos" es un libro de ficción fantástica y romántica que nos presenta una serie de interrogantes que golpean nuestros sentidos. ¿Existen los ángeles? ¿Puede existir amor entre ángeles y humanos? ¿Puede un amor tan fuerte hacer frente a los designios del Todopoderoso? ¿Es el camino de Dios el correcto?
 
     La historia de David Arrabal es un relato de Amor con mayúsculas, un alegato de la superación personal, de afrontar nuestros miedos, de esforzarnos para alcanzar nuestros sueños, de no rendirse jamás aunque todo pinte negro, muy negro. Y también una invitación a dudar hasta de nuestras propias sombras.
 
     En resumen, Arrabal nos presenta una novela que revisa crudamente la mitología cristiana sobre ángeles y demonios y nos presenta de forma original la relación de amor-odio existente entre los hombres y Dios. Que yo afirme que se me ha hecho corta debe ser tomado como una realidad (son sólo 180 páginas) pero también como un halago. En numerosas ocasiones ese número de páginas se puede convertir en un auténtico suplicio. No ha sido este el caso...