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martes, 12 de febrero de 2013

La Justicia de los Errantes. Jorge Díaz. Plaza & Janés. 2012. Reseña



     Me había quedado sin un clavo cuando llegué a la caseta en la que Jorge Díaz firmaba ejemplares de esta novela en la Feria del Libro de Madrid el verano pasado. Pero sabía que estaba allí y quise pasar a saludarle por lo menos. Acabé juntando los restos míos y de mi acompañante para poder llegar a comprar "La Justicia de los Errantes". Me lo llevé con una dedicatoria que me llamó la atención mucho. Muchísimo. Hablaba de "una historia de hombres íntegros". Jamás me arrepentiré de volver a Valencia con el dinero exacto para comerme un bocata en el viaje de vuelta. Es lo que tiene ser un escritor novel que no vende ejemplares ni para cubrir gastos.
 
     Lo primero que me ha impactado de este libro es que está narrado en presente, algo que también yo hice en mi primera novela. Algo muy poco habitual pero creo que necesario en determinadas ocasiones. Lo siguiente que debo destacar - y confesar que me atrapó desde la primera página (sí, ya sé que es un tópico, pero en este caso concreto os aseguro que ha sido así) - es la forma de narrar de Jorge: clara, directa, sin artificios, con las descripciones justas y necesarias para situar a los personajes en el escenario. Simplemente os diré que hay un par de escenas claves para la historia en la que se suceden, en apenas página y media, una serie de acontecimientos a modo de flashes y fogonazos que te dejan sin pestañear para no perderte nada de lo que ocurre ante tus ojos.
 
     Si a todo ello le unimos el hecho de que la historia que nos cuenta su autor, siendo ficción, está basada en hechos y personajes reales tenemos los ingredientes necesarios para crear una trama que pienso ha de gustar a cualquier tipo de lector. Un libro en el que a cada giro de página sucede algo importante o interesante ha de ser leído por todo el mundo.
 
     "La Justicia de los Errantes" cuenta la historia de algunos de los más famosos anarquistas españoles de los años veinte y treinta: Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso y Joan García Oliver. La novela comienza en España. Sin embargo, pronto se traslada la acción a Sudamérica y París, donde huyen de la cada vez más radical persecución a la que fueron sometidos los cenetistas. Oliver se queda en París. Ascaso y Durruti buscan al otro lado del charco conseguir dinero para su organización.
 
     En efecto, tras asesinar al cardenal arzobispo de Zaragoza y atracar el banco de Gijón, entre otros golpes, la pareja de amigos y militantes ha de huir del inspector Valenzuela (personaje ficticio), un policía de poca moral y mucha desvergüenza que se empeña en querer acabar con ellos sea como sea y caiga quien caiga (aunque éste sea un pobre inocente). Entre todos, cenetistas e inspector, van dejando un rastro de sangre allá por donde pasan: Cuba, México, Argentina o Uruguay.
 
     En Sudamérica, Durruti y Ascaso conocerán a otros anarquistas, algunos de ellos italianos que han huido del fascismo de Mussolini, con los que aprenderán cosas nuevas (y harán que éstos aprendan mucho también de ellos). Y he aquí el sentido de la palabra "integridad" a la que hace referencia su autor en su dedicatoria: viven como pordioseros pese a tener sacos de dinero bajo su cama. No obstante, ese dinero no es para ellos sino para su organización. En cada lugar nuevo al que llegan buscan trabajo para vivir y comer pues el dinero obtenido con los atracos y demás golpes es para enviarlo a España o a París para que sus compañeros financien otras acciones contra los capitalistas burgueses que no dejan de aprovecharse de sus "compañeros" obreros. Es más, ellos mismos se consideran obreros. Y como tales viven. 
 
     Durruti y Ascaso van impartiendo su particular visión de la justicia en toda Sudamérica, pasando de denominarse "Los Solidarios" a adoptar en su peregrinaje el pseudónimo de "Los Errantes". Es por ello que la novela se puede catalogar, a la vez, como novela histórica (por basarse en hechos reales) y novela negra (por todo lo que conlleva el periplo iberoamericano de los militantes anarquistas: tiros, persecuciones, asesinatos, etc). Incluso, puestos a divagar, podría parecerse a un western tipo "Bonnie & Clyde".
 
     En definitiva: una novela que considero necesaria para entender mejor los años anteriores a la Guerra Civil Española y conocer a unos personajes que el autor nos presenta de manera que hasta nos hace compartir por momentos su forma de vida y su ideología. Quién sabe: a lo mejor su lectura sirve para ver que noventa años después este país sigue a merced de un capitalismo burgués que explota a los obreros...