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jueves, 13 de octubre de 2011

No habrá paz para los malvados. Enrique Urbizu. 2011. Reseña


     No es ningún secreto que en este país se prefieren las películas norteamericanas por encima de las propias. Pero estamos de enhorabuena. Como casi todos los años, alguna película española es capaz de codearse con las grandes superproducciones hollywoodienses. Y no hablo de tener éxito en las taquillas sino de cine, de cine de calidad. Porque nos encontramos ante un film que, de llevar la firma de un gran director estadounidense o estar protagonizada por un encumbrado actor del país de las barras y estrellas, habría sido elevado a los altares sin dudarlo un segundo.

     Con un ritmo lento pero nada aburrido, una trama que mezcla dos planos bien diferenciados (el cazador y el cazado), una fantástica fotografía que nos sumerge de lleno en la acción y un guión enrevesado pero lógico, la película mantiene la tensión y el interés de principio a fin, dándonos paulatinamente más detalles sobre la ruinosa vida del protagonista, el inspector de policía Santos Trinidad, de vuelta absolutamente de todo, y las oscuras intenciones del personaje que se escapa del lugar de los hechos acaecidos en la primera escena de la cinta y del resto de sus compinches, a los que el protagonista va persiguiendo durante toda la película, sin mucho éxito al principio.

     Mientras Santos Trinidad va acechando al grupo de islamistas al que descubre por pura casualidad en su afán por encontrar al testigo de sus crímenes la jueza Chacón y su ayudante se van acercando a él mediante sus investigaciones. El protagonista, con todo perdido, se centra completamente en su tarea de impedir a toda costa que se cometan crímenes mucho más horribles que los suyos propios, sin duda en un intento de redención particular.

     Ese deseo de purgar sus pecados le llevará a investigar por su cuenta, a espaldas de sus jefes y de sus compañeros, lo que le situará doblemente fuera de la ley. Ciertamente, los cuerpos de seguridad del Estado no salen nada bien parados de este film, dejando muy clara su ineficacia y la falta de coordinación-colaboración entre los diversos departamentos. La jueza Chacón, en dos de sus intervenciones, enfatiza el nulo diálogo entre ellos y se pregunta cómo es posible que un personaje como Santos pueda ejercer en su penoso estado psicológico. 

     El film hace referencia claramente a los sucesos del 11-M, algo que el espectador va descubriendo poco a poco. La noche de los asesinatos del prostíbulo es la del domingo 7 de marzo de un año sin especificar (¿2004?). A partir de ahí, se trazan un par de paralelismos con lo ocurrido en la semana siguiente. No obstante, el final de la historia no será el que todos nosotros conocemos.

     Ciertamente, José Coronado no es un actor que me haya fascinado nunca. Sin embargo, borda el papel en esta ocasión, algo que le puede valer, como mínimo, una más que justa nominación a los Goya como mejor actor principal. Y de paso, al responsable de caracterizarle como un policía sucio, repulsivo y oscuro. Un estereotipo que, dicho sea de paso, no es nada común en el cine español. No obstante, no podemos decir que el personaje que él interpreta sea chulo ni pretencioso. Todo lo contrario, parece que se avergüenza de sí mismo y hasta se odia, aspecto este que también le aleja del estereotipo típico americano (¿quién no recuerda al chulo de Denzel Washington en "Training Day"?). 

     Pero, como siempre, las películas raras veces son perfectas y también a esta se le pueden hacer algunas críticas. La principal, sin duda, es que queda poco creíble que un personaje que ha recibido tres puñaladas seguidas pueda acabar venciendo a su enemigo en un cuerpo a cuerpo. Demasiado artificio en la escena final. ¿Por qué nos empeñamos siempre en rizar el rizo y convertir a los personajes en especies de `supermanes´ que todo lo pueden?

     En definitiva, y pese a lo anterior, "No habrá paz para los malvados" es una película que evidencia que el cine español goza de una salud como mínimo aceptable y que es capaz de sorprendernos muy gratamente, incluso haciendo incursiones en géneros tan poco practicados en nuestro país como los thrillers. Cine negro del bueno, señores. Quien no la haya visto todavía no debe dejar pasar la oportunidad.